Una noche los brujos salieron, en forma de animales, a espantar a un molinero y María de Presona fue golpeada en un brazo; así que estuvo muchos días en cama. Por otra parte, el molinero invocó el nombre de Jesús y todos huyeron, aunque él estuvo unos cuentos días enfermo del susto.

Es muy común, como ya hemos señalado en otras fichas, hallar relatos sobre brujos y brujas que molestan a otras personas, en formas de diversos animales. En el transcurso de su fechoría, alguno de ellos es herido, y en ocasiones simplemente ha de recuperarse del terrible golpe en su forma humana, pero en otras este hecho hace que se descubra la identidad de uno de los brujos, pues al día siguiente muestra una herida en el mismo lugar en el que algún vecino agredió a la bestia que intentaba atarcarle.

Los mismos brujos de la ficha anterior, entre los que se encontraba María de Presona, intentaron también asustar a otros tres caminantes. Éstos echaron mano de sus espadas y mantuvieron alejadas a las bestias, hasta que lograron llegar y guarecerse en una laguna. A los pobres asaltados les duró el susto varios días.

De forma idéntica actuaron estos brujos con dos hombres que venían de trabajar en el campo, pero como éstos pronunciaron el nombre de Jesús, los malvados perseguidores huyeron.