Descripción
En este relato asistimos a la relación entre dos jóvenes: Lucía y Miguel, que están enamorados muy a pesar de la opinión de los padres de Lucía, que le prohíben ver a su amado. Pero el padre ve un día a su hija desobedecer su orden e invoca a la brujona, que vive en una cueva, tiene la cara muy descolorida y la nariz muy larga y afilada. Y allí se queda la muchacha encantada. Quien quisiera casarse con ella tendría que darle tres besos: en el pulgar, el calcañar y el espaldar.
Miguel está desesperado, mas encuentra una anjana buena (ser de la mitología cántabra similar al hada, la moura, la lamia...) que le da la información que necesita para desencantar a la muchacha y una vara de fresno con la que podrá entrar en la gruta, pero la bruja malvada intenta desviarlo de su propósito, primero atemorizándolo, después tomando la forma de una hermosa mujer y, por último, sembrando el campo de dinero. Esta última distracción sí que capta la atención del joven, que olvida a su amada preso de avaricia y después se da cuenta de que el dinero no es real.