Ars Magica
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Popular (de Ana Cristina Herreros)
Las tres princesas que se reían de todo (en "Libro de brujas españolas")
Género
Cuento maravilloso
Año edición / composición / representación
2009
Lugar / Librero / Editor
Madrid: Siruela
Personaje Mágico
Hechicera y bruja
Tipología
Bruja
Descripción
Cuenta esta historia que había tres princesas que de todo se reían, incluso de una vieja deforme que acierta a pasar por delante del castillo; tal anciana resulta ser una poderosa hechicera, que echa una maldición a las hermanas: quedarán presas bajo tierra y así nunca se burlarán de nadie más. A la vista de la desaparición de las tres jóvenes, el rey proclama que los tres caballeros que las encuentren podrán casarse con ellas. Así que tres hermanos que ven la posibilidad de ser príncipes parten en su busca y es una bruja que les da la clave: las muchachas están en un pozo, en un castillo custodiado por un enano. Una vez allí, el hombrecillo vence al hermano mayor, al día siguiente al mediano, pues posee un puño de hierro invencible; pero el tercer día, el menor de los hermanos le muerde la nariz al enfrentarse con él, y el enano se da por vencido. Le revela el paradero de las princesas y el modo de liberarlas, pues están dormidas en el regazo de tres dragones. Con una espada que el hombrecillo le entrega, el hermano menos mata a los dragones y despierta a las jóvenes. Luego sigue los consejos del guardián, que le avisa de la traición por parte de sus hermanos mayores. Y así sucede, mas como el muchacho estaba prevenido logra escapar con las princesas. Finalmente, en palacio el rey recibe la visita de los hermanos mayores, que intentan engañarlo, pero no les hace caso; por otra parte, el hermano menor perdona a sus parientes y el rey les otorga la mano de las princesas. El final es feliz para todos.
Observaciones
En este relato comparecen dos categorías mágicas diferentes, pero que en esta clase de cuentos son muy similares: la hechicera y la bruja. La primera lanza la maldición, la segunda presta su ayuda a los hermanos. Ambas son como las dos caras de una misma moneda, la de la feminidad terrible, capaz de concretarse tanto en el maleficio como en la entrega de dones o el auxilio a alguno de los protagonistas.
Popular (de Ana Cristina Herreros)
Los dos hermanos y la madrastra hechicera (en "Libro de brujas españolas")
Género
Cuento maravilloso
Año edición / composición / representación
2009
Lugar / Librero / Editor
Madrid: Siruela
Personaje Mágico
Madrastra-hechicera
Tipología
Hechicera mediterranea
Descripción
En esta historia aparecen dos hermanos que han quedado huérfanos de padre y madre, pero conservan a su madrastra, la última mujer que estuvo casada con su padre. Esta fémina es hechicera y no quiere a los pequeños, que deciden escapar y buscar una vida mejor. Cuando la hechicera ve que los pequeños se han marchado, encanta todas las fuentes y manatiales del bosque para que no puedan sobrevivir, o bien se conviertan en animales al beber de tales aguas. En dos ocasiones, los animales les avisan de que no beban, pues se transformarán en tigre o en lobo, sucesivamente. En la tercera ocasión, en niño no puede aguantar más la sed y bebe, aunque sabe que se convertirá en cervatillo, y así sucede. Los hermanos permanecen junto y viven en una casita en el bosque, ella en forma humana y él como cervatillo; hasta que un rey acude allí de caza y persigue al ciervo hasta la casita. Al ver a la bella hermana se queda prendado de ella y le pide matrimonio, así que se marchan a palacio, tanto ella como el hermanito. Pero la hechicera se entera y desea truncar la felicidad de la reina, así que la secuestra y la encierra en una cueva, y transforma a los animalillos del bosque en estatuas para que no puedan guiar a nadie hasta la gruta. No obstante, el cervatillo sale a buscarla y encuentra a un solo pájaro que, por volar muy algo, no ha sido metamorfoseado, y este le muestra el camino. Al regresar al palacio, el rey da una gran fiesta. Por otra parte, la hechicera, ciega de rabia, se despeña por un precipicio y se ahoga en el río; en ese momento, el hermano recupera su forma humana. Todos serán muy felices.
Observaciones
Hallamos nuevamente a la madrastra-hechicera, que pone sus conocimientos y su poder al servicio de la envidio y el odio. Esta figura no puede soportar la felicidad de los protagonistas y su única función es poner obstáculos a la misma. Como todos los obstáculos son superados, la rabia la lleva hasta la muerte, como castigo a sus actos.
©Eva Lara Alberola (2012-2024)
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