Personajes relevantes del mundo artúrico

Este catálogo, ordenado alfabéticamente, da cuenta de los principales personajes del mundo artúrico. Los datos aquí recogidos proceden de El rey Arturo y su mundo. Diccionario de mitología artúrica de Carlos Alvar, publicado en Madrid, Alianza Editorial, 1999.

Arturo (rey Arturo)

Rey de Bretaña. Hijo de Uterpandragón y de Ygerne; fue criado por Antor; se casó con Ginebra la Rubia, que mantuvo una larga relación adúltera con Lanzarote del Lago. La parentela de Arturo es muy abundante y difícil de desenmarañar, pues con el paso del tiempo se van añadiendo nuevos familiares. Tuvo, por lo menos, dos hermanas, Enna (o Morcadés, casada con el rey Loth) y Morgana. De su matrimonio con Ginebra no tuvo hijos, pero fueron hijos ilegítimos suyos, por lo menos: Anir, Loholz y Mordret, aunque este aparece siempre como sobrino, pues se considera fruto del incesto de Arturo con Morcadés. Eran sobrinos suyos, hijos de su hermana Morcadés: Galván, Agraván, Gueheriet, Guerrechet, Mordret, Clarisant y Soredamors (las dos últimas son mujeres); también eran sobrinos suyos: Yvaín (hijo de Morgana y Urién) e Isave (de padres desconocidos, natural de Carahais, madre de Caradoc). [...] Su espada se llamaba Escalibor, y se la regaló al mayor de sus sobrinos (Galván). El más antiguo de sus perros (por ser el primero que se cita) era Cabal. Sus caballos reciben el nombre de Passelande ('Pasalandas') y Vair de Brevelet. Su escudo se llama Priven, y su lanza Roit.

Uterpandragón estaba enamorado de Ygerne, mujer de su vasallo el duque de Tintagel; como esta no presta atención a los requerimientos del rey, y el duque se aleja de la corte, Uterpandragón inicia la guerra contra su vasallo. Una noche, Uterpandragón adquiere el aspecto del duque de Tintagel, gracias a la magia de Merlín, entra en el castillo y se acuesta con Ygerne, que concibe a Arturo. Merlín, a cambio del favor, pide a Uterpandragón que le entregue al niño cuando nazca. Así, pasado el tiempo necesario, Merlín se hace cargo del recién nacido y lo da a Antor, para que lo críe su mujer a la vez que cría a su propio hijo, Keu. Arturo y Keu crecen juntos y son educados del mismo modo por Antor, que ignora el origen del niño que le había entregado Merlín. Cuando Arturo está en edad de ser armado caballero, acude con su hermano de leche y con su padre adoptivo a una reunión de nobles, en la que se debe decidir la sucesión de Uterpandragón: el escogido será quien consiga sacar la espada Escalibor de una piedra en la que está clavada; solo Arturo lo logra, en reiteradas ocasiones. Dado su oscuro origen, gran parte de los nobles se niegan a aceptarlo como rey, y comienza una guerra que ocupará un largo periodo de la juventud del rey, hasta que consiga imponerse a los nobles rebeldes, gracias al apoyo que le prestan muchos jóvenes, hijos de sus enemigos en algunos casos. La guerra por la reunificación de Bretaña se ve complicada con las invasiones de los Sajones y de los Jayanes; la ayuda que le prestan los jóvenes nobles, algunos caballeros de fama y sobre todo Merlín, es definitiva para conseguir la paz en su reino. A continuación, ayuda a su vecino, el rey de Carmelida, momento en que conoce a la hija de este, Ginebra, con la que se casará. Expulsados los invasores y sometidos o apaciguados los rebeldes, los caballeros de rey Arturo viven en medio de la calma, hasta que empiezan a ocurrir hechos extraordinarios vinculados con el Santo Grial, y la corte emprende la búsqueda del vaso maravilloso. Luego, los hechos se precipitan debido a la relación adúltera que se establece entre la reina Ginebra y Lanzarote del Lago, que lleva  a la división de la corte en dos grupos, encabezados respectivamente por Galván y Lanzarote, que se enfrentarán en combates armados, con abundantes pérdidas de vidas y el consiguiente debilitamiento del reino. Mientras, Mordret —hijo incestuoso de Arturo— , que está enamorado de Ginebra, ve la ocasión propicia para satisfacer sus deseos en un momento de ausencia del rey y los demás nobles, y la lujuria le lleva a declarar la guerra a Arturo, que acaba de regresar de Gaula con Galván malherido. En el combate final, el rey da muerte a Mordret, aunque queda gravemente herido por este; en la batalla caen casi todos los caballeros de la Mesa Redonda y se derrumba el esplendor de la corte artúrica. El rey desaparece y es acogido por su hermana Morgana en la isla de Avalón, donde debe ser curado de las heridas. Le sucedió en el trono su primo Constantín (hijo de Cador). En este marco general se incluyen abundantes aventuras y peripecias, procedentes de las más variadas obras, en las que el rey solo participa de forma indirecta o marginal. Según los textos, Arturo pasa de ser un caudillo militar, a convertirse en modelo de rey feudal, justo y ecuánime, centro de una corte ejemplar, o se transforma en una sombra, solo necesaria como marido de Ginebra. [...].

[pp. 24-26]

Aurelio Ambrosio (Pandragón)

Hijo del rey Constante, hermano de Monje y de Uterpandragón, sobrino de Ban y amante de su prima Libanor. Su nombre de pila es Aurelius Ambroisius. Coronado rey tras matar a Vortiger —que había usurpado el trono—, muere en combate —o envenenado, según otras versiones— y es enterrado en el cementerio construido por Merlín con enormes piedras traídas de Irlanda por arte de magia. Le sucederá en el trono su hermano menor Uter, que por afecto al hermano muerto añade el nombre de Pandragón al suyo, de donde surgen confusiones frecuentes entre ambos personajes.

[p. 326]

Boores el Desterrado

Hijo de Boores de Gaunes. Se le conoce también por el mismo apelativo que a su padre y, en algunas ocasiones, se alude a él como el Bello Malvado. Hermano de Lionel y primo de Lanzarote. Su madre es Evaine. Se le llama «el desterrado» porque Claudás de la Tierra Desierta le arrebata sus legítimas heredades. al morir su padre, derrotado por Claudás, Boores y Lionel son hechos prisioneros y se les mantiene encerrados en la fortaleza de Gaunes. Cuando la Dama del Lago se entera, decide rescatarlos y llevárselos a su palacio subacuático, en el que Lanzarote se encuentra desde hace ya años. Boores y Lionel son llevados, efectivamente a la residencia de la Dama del Lago , no sin antes vengar precozmente la muerte de su padre, matando al hijo de Claudás. Boores se hace acreedor del odio de su hermano Lionel, porque, ante la alternativa de ayudar a una doncella que se encuentra en desgracia o liberar a su hermano del poder de unos caballeros que lo están maltratando, se decide por la primera opción. Más tarde, Lionel mata involuntariamente a Calogrenante, que intentaba mediar en la disputa entre él y Boores, y como consecuencia de ello, los dos hermanos se reconcilian.

Pero, sin duda, la gran importancia de Boores dentro del universo artúrico se debe a que él es uno de los elegidos para llevar a cabo la aventura del Grial. Boores integra, junto a Perceval y Galaz, la tríada celeste.

[...]

A lo largo de su errancia en pos del Sagrado Vaso, Boores llega al castillo del rey Pelés o Castillo del Grial y allí es iniciado en algunos de los misterios que le están reservados por su condición de elegido. Después se une definitivamente a Perceval y Galaz y, a partir de ese momento, se inicia un camino en tres etapas que los tres caballeros van a seguir juntos. Esas tres etapas corresponden a tres grados de revelación. Solo Galaz accederá a la última, mientras que Boores y Perceval, menos puros, se quedarán en la segunda.

[...]

La tercera etapa del camino es la cuidad de Sarraz, donde Galaz tiene la visión última, llega al éxtasis y muere. Una mano bajada del cielo toma el Grial y desaparece con él. Boores y Perceval, que no han podido acceder a la última visión, permanecen allí un tiempo. Finalmente, Perceval muere y Boores regresa a Camelot para relatar todas sus experiencias, que son cuidadosamente anotadas por los escribas. En Mort Artu, Boores, reintegrado en la corte de Arturo, tiene una intervención destacada en la disputa que surge entre los caballeros de la Mesa Redonda a causa de Lanzarote y Ginebra, que han sido sorprendidos en adulterio por Agravín y Mordret. Boores se pone de parte de Lanzarote. Cuando este muere, Boores se hace ermitaño y vive así el resto de sus días. Según Malory, después de pasar algún tiempo con su primo cerca de Glastonbury, Boores muere en Tierra Santa como cruzado.

[pp. 47-49]

Dama del Lago (Viviene o Niniana)

Nieta de Diana la Cazadora, que vivió en tiempos de Virgilio; hija del rey de Northumberland o de Dionás; sus relaciones sentimentales están poco claras, pues según unos textos tenía marido  y según otros, era amiga de Meliadús y de Branduz. Se llamaba Niniana o Viviana. la primera aparición de este personaje tiene lugar a finales del siglo XII en el Chevalier de la Charrette (si bien no se le designa aún como Dama del Lago), ejerciendo ya su papel de madrina o madre adoptiva de Lanzarote. En dicha obra, se hace referencia a ella a propósito de un anillo, que Lanzarote había recibido de su mano como signo de protección y que tenía el poder mágico de vender cualquier encantamiento. Esta breve alusión es un indicio del carácter sobrenatural del personaje, a quien se nombra ya claramente como «hada» en Lancelot en prosa. Según Malory, es la Dama que le da la espada Escalibor a Arturo. Tras la muerte de Ban de Benoic, la Dama del Lago roba a Lanzarote, todavía niño, a su madre y se lo lleva a su palacio bajo las aguas, donde lo educa en compañía de sus primos Lionel y Boores, hijos de Boores de Gaunes, ocultándole en todo momento su verdadera identidad. Cuando Lanzarote alcanza la edad de dieciocho años, su madre adoptiva lo conduce a la corte del rey Aturo, para que éste lo arme caballero. En tal ocasión, La Dama del Lago pronuncia un discurso mediante el cual instruye a su protegido en el significado y alcance del ser caballeresco. Asimismo, contra toda costumbre, es ella, y no el rey, quien impone las armas a Lanzarote. Después de la ceremonia, sigue velando por su hijo adoptivo, y así, interviene para ayudarle con sus artes mágicas en la primera aventura importante del nuevo caballero, la del Castillo de la Dolorosa Guardia, donde además Lanzarote descubre su propia identidad, su nombre. También le ayuda a ganar el amor de Ginebra y se convierte en protectora de la adúltera pareja, lo cual hace que muchas veces entre en conflicto con Morgana, que utiliza la magia para perjudicar a la esposa del Arturo y a su amante. Es  también en Lancelot en prosa donde aparece por primera vez la identificación entre la Dama del Lago y Viviana o Niniana, así como el relato de sus amores con Merlín. Antes de convertirse en Dama del Lago, Niniana había conocido al sabio encantador y, con su belleza, había despertado en él la más fuerte de las pasiones. Merlín había accedido a mostrarle una parte de su saber mágico, confiando en la promesa que ella le hizo de que, a cambio, le concedería su amor; pero Niniana aprovechó sus mismas enseñanzas para engañarle y consiguió encerrarlo en una cueva que definitivamente había de servirle de tumba. De este modo, el Lancelot en prosa parece restar al carácter feérico o mágico: ya no se trataría de una criatura sobrenatural, sino de una mortal que habría aprendido artes mágicas. en las continuaciones de Merlín, sin embargo, este carácter sobrenatural del personaje no es ni siquiera cuestionado. Incluso en la Suite Merlin (Huth), Niniana aparece citada con el sobrenombre de Doncella Cazadora, designación que evoca un indudable origen de divinidad silvestre. Según Malory, fue decapitada por Balín el Salvaje.

Niniana se identificaría con Diana, la virgen cazadora y, en este sentido, estaría justificada la traición a Merlín como un medio de proteger su virginidad. La identificación entre Niniana y la Dama del Lago introduce una clara dualidad en el personaje: mientras que como Niniana provoca la muerte de Merlín y es, por tanto, un ser maléfico, como Dama del Lago salva y protege a Lanzarote y, por tanto, es un personaje que se puede considerar benefactor.

[pp. 113-115]

Galaz

Personaje al que también se suele aludir como El Buen Caballero. Hijo de Lanzarote del Lago y de Amite; concebido gracias a un engaño. En el castillo del rey Pelés, llamado el Rey Pescador, Brisane le da un bebedizo y lo lleva junto a la hija de su huésped, con la cual yace Lanzarote, convencido, por efectos de la droga, de que se trata de la reina Ginebra. Esa noche, Galaz es concebido, de acuerdo con las profecías existentes. En su persona reúne los tres linajes asociados al Grial: el de José de Arimatea por su madre (línea del Rey Pescador), el del Rey David y Salomón por su abuela paterna, Elaine, y el de Nascién por su abuelo paterno, Ban de Benoic. Galaz pasa la infancia al lado de Amite; a los diez años lo lleva su padre a un monasterio en el que permanecerá hasta que tenga edad para ser investido con la orden de caballería, que le será entregada precisamente por Lanzarote. Tras esto, Galaz comparece ante la corte del rey Arturo, en un día de Pentecostés. Toda una serie de signos y acontecimientos maravillosos que acompañan su venida ponen de manifiesto que él es el esperado por todos, el caballero escogido, nuevo mesías, predestinado para cumplir la aventura del Grial, del que las profecías hablaban desde tiempos de José de Arimatea. En efecto, Galaz es reconocido por todos como el héroe escogido para el Grial, después de superar las pruebas del Asiento Peligroso y de la Espada de Escalón. Su llegada a la corte marca el principio de la Búsqueda en la que todos los caballeros artúricos tomarán parte, si bien sólo Galaz, Boores y Perceval conseguirán llegar al final. Tras muchas aventuras, los tres caballeros se reúnen, siguiendo el itinerario predestinado, en una nave maravillosa que había sido construida dos mil años antes por Salomón, exclusivamente para esperar a Galaz, el último descendiente del linaje del Grial. Así embarcados, llegan al castillo de Corbenic, donde son recibidos por el rey Pelés. Asisten a una misa solemne, oficiada por Josefés, que desciende del cielo, y en la cual están presentes el Grial y la lanza que mana sangre por la punta. En el transcurso de dicha misa tiene lugar la transubstanciación de la hostia. Cristo crucificado sale del Vaso y administra el sacramento de la Comunión a Galaz y a sus compañeros. Después, con la sangre de la lanza, Galaz cura las heridas del Rey Tullido y, de nuevo, se embarca en la nave de Salomón, llevándose consigo los dos objetos sagrados. Finalmente, los tres compañeros llegan a la ciudad de Sarraz, imagen terrenal de la Jerusalén Celeste. Allí, Galaz es hecho rey, pero al poco tiempo muere, después de haber visto abiertamente, cara a cara y en éxtasis, los últimos misterios del Grial, que estaban únicamente reservados para él. Al instante, una mano que surge del cielo se lleva el Grial y la lanza, de los que nadie volverá a tener noticia alguna.

[pp. 179-181]

Galván

 [...] Galván es el sobrino predilecto del rey Arturo, nacido de los amores ilícitos de Lot y la hermana del rey (llamada Morcadés según unos textos y Anna, según otros). Según la tradición, después de nacer, Galván fue abandonado en una cesta en el mar, de donde lo rescató un pescador. Más tarde, tras ser educado en Roma por el Papa o el Emperador, ganó fama como caballero participando en numerosos torneos antes de entrar a formar parte de la corte de su tío. [...] Galván es el modelo del caballero cortés en la narrativa artúrica, desde el primer momento. [...] Junto con Arturo, Ginebra y Keu es uno de los personajes que configuran la corte, sin duda porque era considerado el heredero del trono. [...] Galván destaca, además, por su gran fuerza física y por el valor que muestra en los combates; pero tiene también una gran carga de frivolidad, expresada sobre todo en su incapacidad para la transcendencia (persigue siempre glorias terrenas) y en su debilidad ante los atractivos femeninos, que le lleva a ser muy voluble en materia amorosa. En efecto, Galván es incapaz de permanecer fiel a una sola mujer y, en cambio, se siente empujado a dejarse llevar por las aventuras pasajeras y los idilios casuales. Otros rasgos distinguen al sobrino del rey: la tendencia que tiene a revelar su nombre y el hecho extraordinario de que su fuerza física aumenta al mediodía, como don divino que recibió poco después de nacer, con lo que Galván quedaría caracterizado como un héroe solar [...].

[pp. 185-186]

Ginebra (reina Ginebra)

Reina. Es la única hija legítima del rey Leodegán de Carmelida, legitimidad que viene avalada, según la Continuación de Merlin (Vulgata), por una pequeña marca de nacimiento en forma de corona que tiene la reina, y que la distingue de su hermana bastarda, la Falsa Ginebra, ya que, por lo demás, son exactamente iguales en todo, de tal forma que resulta imposible reconocerlas incluso al propio rey, lo que origina un episodio de equívocos —voluntarios e involuntarios— con suplantaciones y raptos, del que saldrá airosa la auténtica reina tras mucho tiempo. Su nombre está seguramente vinculado al galés «Gwenhwyvar», que significa 'blanco fantasma'. Es habitual que se aluda a ella simplemente como «la reina», por ser esposa de Arturo. Como tal, aparece por primera vez en la Historia Regum Britanniae, de Geoffrey de Monmouth (ca. 1135), donde, además, se la identifica con una noble romana, a la que Arturo desposa por su extraordinaria belleza. Geoffrey de Monmouth recoge ya la historia del adulterio de Ginebra. En este primer estadio de la tradición, el amante de la reina es Mordret, el sobrino traidor de Arturo. El triángulo Arturo–Ginebra–Mordret vuelve a aparecer en el Brut de Wace (ca. 1155) y en el Brut de Layamon (ca. 1200), pero Chrétien de Troyes introduce una modificación fundamental en la historia al sustituir, en el lecho adúltero de la reina, a Mordret por Lanzarote. La tradición del adulterio de Ginebra tomará un nuevo sentido, cuya fortuna será tal, que todo el ciclo de la Vulgata asumirá los amores de Lanzarote y Ginebra como uno de los principales nudos argumentales del relato. Solo se retomará la figura de Mordret en Mort Artu, para justificar el final catastrófico del reino artúrico, y aún así Mordret aparece como traidor a Arturo, no como amante de la reina, ya que esta no accede a satisfacer su pasión. Ginebra será, pues, desde Chrétien, la esposa de Arturo y la amante de Lanzarote. Estas dos relaciones constituirán, en gran medida, sus señas de identidad como personaje. Otra de las tradiciones que, de manera constante, se vincula a Ginebra es la de su rapto. En Chevalier de la Charrete, Ginebra es raptada por Meleagant, caballero extranjero que se presenta en la corte del rey Arturo, llevándose a la esposa del rey a su país, Gorre. Para rescatarla, Lanzarote los persigue y se ve forzado a subir en la carreta. El héroe llegará hasta Gorre, tierra sometida a un encantamiento, que él conseguirá deshacer. En Gorre, Lanzarote y Ginebra tienen ocasión de verse e, incluso, de pasar una noche juntos. Tras el combate de Lanzarote y Meleagant, en el que este resulta derrotado, la reina puede volver a la corte de Arturo. [...] En Lancelot en prosa, el amor de Lanzarote y ginebra nace con la ayuda de Galahot de las Islas Lejanas, que les facilita el primer encuentro, en el que los amantes se dan el primer beso. [...] En la Queste queda claro que la razón del fracaso estrepitoso de Lanzarote en la búsqueda del Grial se debe a su relación adúltera con Ginebra [...]. Asimismo, en Mort Artu se hace a la reina responsable indirecta de la ruina del mundo artúrico. El rey, que a estas alturas ya tiene fundadas sospechas acerca de los amores de su esposa y Lanzarote, contempla en el castillo de Morgana unas pinturas hechas por el caballero, en las que está representada toda la historia de la ilícita relación. Tiempo más tarde, en una trampa que tienden los sobrinos del rey a los dos amantes, estos son sorprendidos y aunque Lanzarote logra escapar, la reina es apresada y condenada a morir en la hoguera: Lanzarote la rescatará, pero en el combate que se origina mueren Agravaín, principal impulsor de la desgracia de la pareja, Gueheriet y Guerrehet; este será el origen de la guerra en la que morirán los mejores caballeros de la Mesa Redonda, incluido el propio Arturo. Ginebra, tras el desastre, acaba sus días, ya desde la Historia Regum, en un convento. [...].

[pp. 190-192]

Iseo de las Blancas Manos

Hija de Hoel, duque de Bretaña, y hermana de Kaherdín. En las versiones de la leyenda tristaniana, Tristán, que ha llegado a Bretaña donde ayuda al duque en la guerra contra sus enemigos, conoce a Iseo de las Blancas Manos y se casa con ella porque lleva el mismo nombre que su amada, la reina Iseo (la Rubia), pero el matrimonio no llega a consumarse; sin embargo, en algunas versiones como la de Eilhart von Oberge, Tristán hace de Iseo de las Blancas Manos su esposa después de la disputa con a reina Iseo. El descubrimiento de que Iseo de las Blancas Manos es virgen provoca un enfrentamiento entre Tristán y Kaherdín y el viaje de ambos a Inglaterra. Finalmente, cuando Tristán es herido por un arma envenenada, Iseo de las Blancas Manos, dominada por los celos y el odio, se venga del amor de su esposo por Iseo la Rubia haciéndole creer que esta no ha acudida a su llamada de ayuda, lo que provoca la muerte de Tristán.

En algunas redacciones del Tristán en prosa, el episodio del matrimonio de Tristán con Iseo de las Blancas Manos no tiene las consecuencias dramáticas que tiene en los textos en verso, ya que, un año después de su matrimonio, Tristán abandona Bretaña y a su esposa, a la que no volverá a ver. En estos textos, la muerte de Tristán e Iseo la Rubia acontece en otras circunstancias en las que Iseo de las Blancas Manos no tiene ninguna intervención. Iseo de las Blancas Manos aparece en estos textos en prosa retratada como una doncella muy joven e inocente, profundamente enamorada de Tristán y que cree ingenuamente haber encontrado la máxima felicidad en su matrimonio.

El personaje de Iseo de las Blancas Manos aparece caracterizado como una doble de la reina Iseo: ambas llevan el mismo nombre, ambas poseen una belleza incomparable y, en el Tristán en prosa, ambas comparten el don de poseer poderes curativos. Por otro lado, el motivo del matrimonio con una doble de la amada aparece con frecuencia en el folclore de varias culturas, y tiene un tratamiento propio en el episodio de la Falsa Ginebra.

[pp. 232-233]

Iseo la Rubia

La leyenda tristaniana narra la historia de Tristán e Iseo, hija de Anguín, rey de Irlanda, que es concedida en matrimonio al rey Marco de Cornualles. Durante la travesía de Irlanda a Cornualles, Iseo y Tristán, el sobrino del rey Marco que acompaña a la princesa, beben por error un filtro mágico, destinado al rey Marco y a Iseo, que había de proporcionar un amor eterno a quien lo bebiera. Iseo, convertida por efecto del brebaje en la amante de Tristán, llega a la corte de Marco y contrae matrimonio. Los amantes consiguen ocultar su relación en secreto durante un tiempo gracias en parte a la sangre fría y capacidad de improvisación de la reina, pero finalmente son descubiertos y deben huir de la corte y refugiarse en un bosque. La vida de los amantes en el bosque constituye el episodio central de la leyenda, pero finalmente Iseo vuelve a la corte de su esposo y Tristán vuelve a Bretaña, donde se casa con Iseo de las Blancas Manos porque lleva el mismo nombre que su amada, aunque no consuma el matrimonio y sigue intentando ver a la reina. Iseo la Rubia, cuyos conocimientos de artes médicas ya habían salvado la vida de Tristán en una ocasión antes de que ambos compartieran el filtro, acude en ayuda de su amigo cuando este resulta herido por un arma envenenada. A su llegada, Tristán ya ha muerto, a causa del engaño de Iseo de las Blancas Manos, que le había hecho creer que la reina no acudía a su llamada. El dolor por la muerte de Tristán provoca la muerte de la reina Iseo. En algunas versiones del Tristán en prosa, el episodio de la muerte de los amantes difiere en el sentido que Tristán es asesinado a traición por el rey Marco mientras estaba cantando para la reina; Iseo muere asimismo en brazos de su amigo agonizante.

[...]

[pp. 233-234]

Keu

Hijo de Antor. Senescal del rey Arturo y portaestandarte del reino de Logres. [...] En la Historia Regum Britanniae, de Godofredo de Montmouth, Keu, aun sin poseer facultades sobrenaturales, es un valiente guerrero, que conduce a su cuerpo de ejército a la victoria durante la batalla contra los romanos y que muere combatiendo y es llorado por todos sus hombres [...]. Esta imagen se verá muy modificada a partir de las obras de Chétien de Troyes. Keu, establecido como uno de los elementos constantes de la corte del rey Arturo, se convierte progresivamente en un hombre desagradable, temido por sus comentarios sarcásticos y despectivos (que a veces parecen fruto de la envidia) y su carácter fanfarrón, orgulloso y pendenciero, defectos que se suelen atribuir al hecho que que fuera amamantado por un ama de cría de baja condición, pues su madre tuvo que ocuparse de Arturo. [...]. En las obras de Chrétien, Keu es un caballero mediocre, que fracasa en la mayoría de acciones caballerescas que emprende y prácticamente en todos sus combates resulta desarzonado y a veces herido. Su carácter pendenciero y descortés sirve en muchas ocasiones de contrapunto a la cortesía y elocuencia de otros caballeros como Galván [...].

[pp. 249-250]

Lanzarote del Lago

Descendiente de Nascién y de Flegentine. Su abuelo se llamaba también Lanzarote, y estaba casado con la hija de la reina de Irlanda. Es hijo del rey Ban de Benoic y de Elena, la reina del Gran Sufrimiento. Tiene un hermanastro, Héctor de Mares, hijo de Ban y de la hija (o sobrina) del Señor de los Pantanos. [...] Lanzarote tendrá un hijo con la hija del rey Pelés, debido al engaño del que es objeto; el niño se llamará Galaz, y será el Caballero Escogido para llevar a buen término las aventuras del Santo Grial. El nombre de pila de Lanzarote era Galaz, en recuerdo del hermano de Josefés, pero en honor de su abuelo, todos lo llamaban Lanzarote. Las aventuras de Lanzarote en la literatura son muy abundantes, en algunos casos, se limitan a ser simples episodios inconexos, reelaboraciones libres de textos no siempre conocidos; en otros casos, los autores han desarrollado el material que les suministraba la Vulgata artúrica, la versión más extensa de la historia de Lanzarote, del Grial y de la muerte del rey Arturo:

El día de la destrucción de Benoic y de la muerte de su padre, Lanzarote, niño de pañales aún, fue raptado por la Dama del Lago, que lo mantuvo a su lado y lo crio hasta que alcanzó la edad de dieciocho años, en que lo llevó a la corte del rey Arturo para que este lo armara caballero. La investidura se completará algún tiempo más tarde con la espada que le envía la reina Ginebra y el escudo que le hace llegar la Dama del Lago. A pesar de su juventud, realiza abundantes proezas: a un caballero herido le quita los trozos de lanza que tiene en el cuerpo y la espada de la cabeza; derrota al guardián del Vado de la Reina; conquista el castillo de la Dolorosa Guardia, donde vence a Brandís de las Islas y pone fin a los encantamientos del lugar; en el cementerio del castillo levanta una lápida y se entera de su propio nombre, que figura escrito allí con todas las letras; es gravemente herido al defender a un caballero, y recae debido a los golpes de Malguín: será la dama de Nohaut quien se ocupe de su restablecimiento. Más tarde, caerá prisionero de Daguenet el Loco y, después, de la Dama de Malohaut, que se enamora de él. Logra treguas entre Galahot y el rey Arturo, consiguiendo que hagan las paces; es este  un momento de especial importancia en la vida de Lanzarote, pues marca una estrecha amistad con el impulsivo y victorioso Galahot, a la vez que Arturo le agradecerá con un profundo y duradero afecto que le haya salvado el reino. En ese momento, Lanzarote ya estaba enamorado de la reina Ginebra, aunque no se había atrevido a manifestar sus sentimientos: gracias a Galahot le dará el primer beso a la reina, iniciando una relación larga, tormentosa y de ricos frutos literarios. Los dos amigos se retirarán luego a la Isla Perdida, de donde saldrán a ayudar al rey Arturo contra los Sajones, que han invadido Escocia, sin embargo, tanto el rey como los caballeros caerán presos de la bruja Camila, señora de la Roca de los Sajones, que solo dejará libre a Lanzarote, pues se ha vuelto loco. La libertad de este caballero tiene como resultado la derrota de los Sajones, la liberación de los prisioneros y la conquista de la Roca. Tras las hazañas realizadas, Lanzarote, Galahot y Héctor de Mares se convierten en caballeros de la Mesa Redonda. La amistad de Galahot y Lanzarote va en aumento, pero los negros presagios de una temprana muerte hacen que la relación de los dos amigos adquiera un cariz pesimista, mientras tanto, la corte se estremece con las noticias de que Ginebra suplantó a la verdadera reina la noche de bodas: Arturo marcha con la Falsa Ginebra, y Lanzarote rescata a su dama, llevándola con Galahot a Sorelois, donde viven un breve pero intenso amor. Las hazañas y los éxitos de Lanzarote se suceden con rapidez vertiginosa: libera a Drián el Alegre de la caja de madera en la que estaba metido, concluye con las aventuras de Escalón el Tenebroso, triunfa en el Valle sin Retorno, es secuestrado por Morgana, derrota a Caradoc de la Dolorosa Torre... La sepración de su amigo y un malentendido, que hace creer que Lanzarote se ha suicidado, lleva a Galahot a morir de pena. Lanzarote, mientras tanto, desconoce lo ocurrido, y tardará mucho tiempo en saber la muerte de su amigo. La noticia de que la reina ha sido raptada por Meleagant abre una nueva serie de aventuras: al ir en su búsqueda, Lanzarote tiene que subir en una carreta, símbolo de la ignominia; luego, conseguirá el peine de la reina, en el que un cabello rubio le recuerda vivamente a la amada. En su búsqueda, levanta la lápida de su antepasado Galaad, pero no consigue apagar el fuego que consume a Symeu, padre de Moisés, en su propia tumba. Por fin, Lanzarote llega al reino de Baudemagus, atraviesa el Puente de la Espada y se enfrenta con Meleagant: en varias ocasiones se interrumpe el combate entre ambos; siempre, mediante una traición, Meleagant acaba apresando a Lanzarote y, siempre, alguna dama o doncella se apiada del infortunado prisionero y lo deja en libertad. Tal situación solo se resuelve con un combate en el que Lanzarote le corta la cabeza al pérfido Meleagant; a pesar de todo, luego llegarán acusaciones de que acabó con él a traición, y tendrá que combatir en defensa de su justa actuación. En su cabalgar errante, Lanzarote se encontrará la tumba de Galahot y de este modo conocerá la muerte de su amigo, cuyo cuerpo hace llevar a la Dolorosa Guardia para que reciba los honores propios y para que sea enterrado ricamente. Un nuevo malentendido hace que la reina crea que Lanzarote ha muerto, e inlcuso piensa que era la cabeza de este la que llevaba un caballero colgando del arzón de su silla en la Fuente de las Hadas; esta noticia altera a todos los caballeros de la corte, que se ponen en marcha de inmediato, con el propósito de conseguir más datos sobre el modo en que murió, pero el tiempo pasa sin que nadie consiga averiguar nada, por lo que cada vez se considera más cierta la muerte de Lanzarote, pero este envía una mensajera a la reina, tranquilizándola. Mientras tanto, Lanzarote bebe agua envenenada y está a punto de morir, pero la sabia intervención de una doncella enamorada de él, lo salva. Tras otras aventuras, llega a Corbenic, donde contempla el cortejo del Santo Grial, y la misma noche, en el Castillo de la Caja, engendra a Galaz en la hija del rey Pelés: debido a un bebedizo que le había suministrado Brisane creía estar con la reina Ginebra, y solo se dará cuenta de su equivocación el día siguiente por la mañana, cuando haya pasado el efecto de la pócima. Luego, continúa su marcha; se entera de que Héctor es su hermanastro; llega al Bosque Perdido y queda atrapado en un baila mágico, fruto de las habilidades nigrománticas de un clérigo del séquito del rey Ban de Benoic; en el mismo lugar, consigue vencer a un ajedrez de piezas autómatas, que juega sin que nadie lo tenga que tocar. Apenas ha salido del Bosque, cuando cae prisionero del sobrino del duque Kalés, que lo arroja a un pozo lleno de culebras del que solo podrá salir gracias a la ayuda de una doncella, aunque el veneno que tiene en las piernas le impide cualquier movimiento, incluso a caballo; curado por la hermana de su salvadora, Lanzarote logra, por fin, encontrarse con la reina en Camelot, con motivo de un torneo en el que resulta vencedor. El afecto que el rey siente por él sigue creciendo, con el consiguiente odio de la mayoría de los caballeros de la corte, que se consideran menospreciados o humillados. A pesar de todo, los éxitos de Lanzarote continúan: da muerte a Tericán y libera a los numerosos caballeros que tenía prisioneros, mata a dos gigantes..., pero también continúan sus infortunios, pues cae en manos de Morgana, que lo encierra en una habitación: el único entretenimiento que tiene el caballero es pintar las paredes con la historia de su amor. Logra huir de la prisión, defiende a su primo Lionel frente a Marabrón, se enfrenta al caballero de la Colina Prohibida, que no es otro que Boores el Desterrado, y esa misma noche sueña con su abuelo, que le sugiere que vaya al Bosque Peligroso; al llegar a este lugar, encuentra cerca de una fuente una tumba protegida por dos leones: el agua de la fuente hierve sin cesar, y dentro hay una cabeza de hombre separada de su cuerpo, que está enterrado en la tumba; es la cabeza de su abuelo Lanzarote, decapitado mientras bebía agua, por celos de un primo suyo que lo creía amante de su mujer. Lanzarote levanta la lápida de la tumba, de la que no cesa de gotear sangre fresca, y con la ayuda de un ermitaño entierra a su abuelo. Sin embargo, el agua de la fuente sigue hirviendo: este fracaso se debe a que Lanzarote está encendido de lujuria y será Galaz el que dé fin a esta aventura. De nuevo en marcha, Lanzarote se encuentra con un ciervo blanco escoltado por seis leones, y poco después Sarraz de Logres le comunica el nacimiento de su hijo Galaz, derrotan a Belyás el Negro en la Fuente de los Dos Sicomoros, y prosiguen su camino acompañados por Mordret. Lanzarote le arranca a un caballero la flecha que le atravesaba el muslo desde hacía mucho tiempo, cosa que solo el mejor de todos los caballeros podría hacer; y continúan sus hazañas, participa en torneos, mata a caballeros bravos y crueles... Por equivocación se viste las armas de Keu, el senescal, dando lugar a varios errores, y luego se entera del nacimiento de Elyam, hijo de Boores y de la hija del rey Brangoire. Comienza una nueva guerra contra Claudás, que en esta ocasión recibe el apoyo de los romanos: Lanzarote, que en un principio se había mantenido en la reserva, al lado del rey Arturo, pasa a Gaula para prestar su ayuda, y sus hombres triunfan. De regreso a la corte, en Camelot, se presenta la hija del rey Pelés con Galaz; Lanzarote es víctima de un nuevo engaño de Brisane, y vuelve a acostarse con la hija de Pelés; la reina que esperaba a Lanzarote, se da cuenta de que este está con otra mujer, y lo expulsa de su presencia para siempre. Lanzarote se marcha, va errante por bosques y campos, y enloquece al fin por el dolor y la distancia; en su vagar, llega a Corbenic, donde la hija del rey Pelés lo reconoce y lo llevan a curar al Palacio de las Aventuras, y allí el Grial surte una vez más efectos taumatúrgicos; pero Lanzarote no quiere saber nada del mundo de la corte, pues la reina Ginebra lo ha alejado para siempre; busca un refugio seguro, al margen de los caballeros, y se retira a él —es la Isla de la Alegría— con la hija del rey Pelés y un séquito de veinte doncellas. A pesar de sus esfuerzos, es descubierto por Perceval y Héctor, que durante mucho tiempo han estado buscándolo para decirle que la reina se había arrepentido en su cólera y que deseaba verlo de nuevo... Mientras tanto, Galaz ya ha cumplido quince años y está en edad de ser armado caballero.

A partir de este momento, en que empieza la búsqueda del Santo Grial, la historia de Lanzarote se convierte en un paulatino declive, con algunos triunfos de escasa importancia y con sonados fracasos: las aventuras ya no le están reservadas, sino que es su hijo Galaz, caballero novel, el escogido para llevar a cabo los hechos maravillosos de Bretaña: así ocurre con la Espada del Escalón, o en el Castillo de Corbenic con la contemplación mística del Santo Grial, que Lanzarote solo puede realizar de forma breve, a distancia, y con graves consecuencias, pues queda amortecido durante veinticuatro días.

De regreso a la corte, Lanzarote vuelve a su pasión con la reina Ginebra, de tal forma que los dos son descubiertos por Agravaín, que los acusa de adulterio ante el mismo rey Arturo, que a pesar de todo no cree las palabras de su sobrino, aunque la sospecha empieza a asentarse en su corazón. Mientras, la vida de la corte continúa con sus muestras y torneos; para poder acudir de incógnito a un encuentro en Wincentre (Winchester), Lanzarote se alberga en Escalot en casa de un vasallo cuya hija se enamora del caballero, que como testimonio de afecto acepta llevar una manga suya en el torneo, dando lugar en la corte a confusiones, que se ven sustentadas por la larga ausencia de Lanzarote: la reina Ginebra cree que su amigo se ha enamorado de la doncella de Escalot y que por eso no regresa. La realidad es otra: Lanzarote se encuentra malherido como consecuencia del torneo, y no corresponde a los sentimientos de la doncella, que acaba muriendo de amor. Al regreso de otro torneo que había tenido lugar en Taneborc, Arturo llega al castillo de Morgana en el Bosque Perdido, donde Lanzarote estuvo preso dos inviernos y un verano, y en el que pintó las paredes de la habitación con la historia de sus amores con la reina Ginebra. Morgana aprovecha la visita de su hermano para enseñarle las pinturas, deseosa de causar el mayor daño a la reina, a la que odia desde antiguo. A Arturo ya no le quedan dudas de su deshonra, que jura vengar en cuanto se presente la ocasión. A partir de este momento, los acontecimientos se precipitan: Ginebra, que había alejado de su lado a Lanzarote una vez más por celos de la doncella de Escalot, es acusada de haber causado la muerte a Gaherís de Karaheu, hermano de Mador de la Puerta, con una fruta envenenada; solo Lanzarote se atreve a defender la inocencia de Ginebra, que mientras tanto se ha enterado de la verdad sobre la relación de la doncella de Escalot y Lanzarote, y que siente profundos remordimientos por la dureza con que ha tratado a su amigo. Tras la victoria contra Mador, el amor de la pareja se hace más apasionado, a la vez que descuidan las precauciones para no ser descubiertos: de nuevo Agravaín los acusa y los sorprende en la cama, aunque Lanzarote logra escapar, pero la reina es condenada a morir en la hoguera por su manifiesto adulterio. Lanzarote y una treintena de sus amigos y familiares más cercanos salvarán la vida de la reina cuando ya el fuego está cerca de su cuerpo; en la escaramuza se enfrentan con Agravaín, Guerrehet, Gueheiet y unos cuarenta hombres más del rey Arturo: los tres hermanos de Galván mueren en el combate. Estas muertes son el origen del odio del linaje de Galván a la familia de Lanzarote. Por su parte, los hombres de Lanzarote consiguen rescatar a la reina y se refugian con ella en el Castillo de la Alegre Guardia, donde serán asediados por las tropas del rey. En los combates posteriores, Boores, Galván y otros muchos caballeros resultarán gravemente heridos; solo se restablecerá la paz con la devolución de la reina por parte de Lanzarote, que abandona a continuación el reino de Logres y se marcha a Gaunes. Sin embargo, Arturo, mal aconsejado por el odio de Galván, decide ir contra Lanzarote: deja a Ginebra y a todo su reino bajo la custodia de Mordret, y embarca con sus hombres para ir a Gaunes. Los combates ante la ciudad son encarnizados y de nada sirve el asedio. Galván, cegado por el odio, desafía a Lanzarote en combate singular, y es vencido, a pesar de que sus fuerzas crecían con el sol; el sobrino del rey Arturo queda malherido, a punto de morir, por lo que el rey decide emprender la retirada. Nunca más volverán a ver a Lanzarote: tras derrotar a los romanos, que habían invadido Gaula, Arturo se entera de que su sobrino Mordret le había traicionado usurpando el trono e intentando hacer de Ginebra su mujer. La terrible batalla de Salesbieres acabará con casi todos los caballeros de la corte. Lanzarote, que seguía en Gaunes, recibe la noticia de la muerte del rey y de que los dos hijos de Mordret se habían repartido el reino, y pasa de nuevo a Gran Bretaña, donde tiene un breve encuentro con Ginebra, que se ha refugiado en un monasterio para acabar allí sus días. Lanzarote se enfrenta en Winceestre con los hijos de Mordret, les da muerte y, finalmente, se retira a una ermita a hacer penitencia, junto con su pariente Blioberís y su hermanastro Héctor. Muere como ermitaño, y según un sueño del arzobispo de Canterbury, su alma fue al cielo. El cuerpo de Lanzarote recibió sepultura en el Castillo de la Alegre Guardia, en la misma tumba que yacía su amigo Galahot. El rey Marco destruirá el sepulcro y quemará los restos de los dos amigos.

[pp. 258-265]

Meleagant

Único hijo varón de Baudemagus, rey de Gorre (o del rey Plamor), engendrado en su primera o en su última esposa. Primo de Argodrás el Rubio, de Argondrés y de Elys. Dotado de una figura y de un carácter como los de su enemigo moral, Lanzarote: es fuerte, corpulento, rubio, valiente y tenaz; su deslealtad, villanía y orgullo le impiden, sin embargo, ser el mejor de los caballeros. Meleagant tienta a Arturo para que le entregue a Ginebra y un caballero de la corte la defienda en el bosque cercano, como prenda de los prisioneros de Logres en Gorre. Se ofrece a ello el senescal Keu, que es vencido por Meleagant y capturado junto con la reina, pese a los esfuerzos de Lanzarote, que emprende un arriesgado rescate plagado de extrañas aventuras y difíciles obstáculos. Llegado por fin a Gorre, el valor y la osadía de Lanzarote mueven al cortés Baudemagus a aconsejar a su hijo que no juste con él y que le entregue a Ginebra, sobre la que no tiene ningún derecho, pese a estar enamorado de ella. Pero Meleagant, que ha procurado torturas a la reina en secreto por su rechazo, desoye la advertencia y se lanza al combate, en el que Lanzarote lleva la peor parte, al resentirse de las graves heridas sufridas al cruzar el Puente de la Espada el día anterior. Sin embargo, cuando repara en la reina, que observa el encuentro desde una ventana, recobra su fuerza y se impone sobre Melagant, al que solo salva de la muerte la súplica de merced de su padre a Ginebra. Meleagant no reconoce la victoria de Lanzarote y se fija un nuevo combate en la corte de Arturo al cabo de un año. Los dos caballeros se enfrentan aún otra vez en Gorre al defender Lanzarote al malherido Keu de la acusación de Meleagant de que se ha acostado con Ginebra. Por segunda vez Baudemagus intercede ante la reina para que interrumpa una lucha claramente desfavorable para su hijo. Durante el año siguiente, Meleagant intenta evitar arteramente el tercer y definitivo encuentro con Lanzarote, capturándolo y encerrándolo por dos veces, primero en casa de su senescal y luego en una solitaria torre en una isla, pero los oficios de la esposa del senescal y de la hermana de Meleagant, respectivamente, dan al traste con el plan traidor y Meleagant pierde la cabeza en la lucha final.

Aludiendo a este relato con un explícito «según explica el Cuento de la Carreta», se nos cuenta en otra parte que el odio de Meleagant a Lanzarote se debe a que este lo derribó en un torneo en Camelot tiempo atrás. Es precisamente el ánimo de venganza de ese episodio lo que le hace regresar a la corte. Ausente Lanzarote, reta a los caballeros presentes a defender a Ginebra y a liberar a sus compañeros presos. Varios detalles completan la historia ya conocida: Lanzarote derriba por dos veces a Meleagant en su persecución; este aparece como defensor del Puente de la Espada, sucediendo a Acadoés; la torre en que retiene a Lanzarote está en un pantano en la Marca de Galees; finalmente un caballero de Gorre lleva el cadáver de Meleagant al Castillo de las Cuatro Piedras, adonde acude su padre para enterrarlo con honores reales. [...].

[pp. 291-292]

Merlín

El Merlín artúrico, mago y profeta, es una invención literaria estrenada por Geoffrey de Monmouth en su Historia Regum Britanniae (c. 1135) y sobre la que volvió hacia 1150 en la Vita Merlini. Los trazos básicos de la biografía del personaje, que tan alto papel está llamado a tener en la epopeya bretona, se encuentran ya, con escasas variaciones, en ese primer texto historiográfico: Merlín nace en Camarthen, engendrado nocturnamente por un íncubo (un ekupede, un ángel caído por su lujuria, llamado Aquibez) en la hija célibe, del rey de Demecia, al sur del País de Gales (la hija de un caballero pobre de la marca de Escocia y de Irlanda). Aún niño, es llevado a la corte, ya que unos magos (o unos clérigos) han advertido a Vortiger, que ha usurpado el trono con la ayuda de los Sajones, que solo conseguirá terminar la torre defensiva cuya construcción de desmorona periódicamente si se mezcla la argamasa con la sangre de un niño sin padre. Merlín humilla a los magos señalando que los derrumbes de la torre se deben a que bajo ella existe un lago subterráneo donde combaten dos dragones. El joven Merlín profetiza luego la caída de Vortiger (el dragón blanco), el retorno de Uterpandragón (el dragón rojo), el reino de Arturo (simbolizado por un jabalí) y la historia futura de los bretones. Más adelante, Merlín convertido en consejero del rey legitimo, interviene en la concepción de Arturo al ayudar a Uterpandragón a satisfacer su deseo de yacer con Ygerne, esposa del Duque de Cornualles, haciéndole tomar por encantamiento la figura del duque, unión de la que nace Arturo.

Geoffrey de Monmouth compuso muy probablemente el personaje de Merlín (Merlinus Ambrosius) a partir de dos tradiciones originadas en el siglo VI. La primera, transmitida por la historiografía bretona en latín, remite a un personaje llamado Ambrosius, a veces caudillo militar, otras simplemente dotado de videncia (episodio de la torre de Guortigirn (Vortiger) y los dos dragones de las Historia Britonum). Por otro lado, Geoffrey debió aprovechar la figura de Myrddin, bardo o druida al que el folclore galés atribuía una existencia extravagante y enajenada en le bosque y al que se imputaba la autoría de varios poemas apócrifos de contenidos mánticos o proféticos. El nombre de Merlín parece provenir de la adaptación del topónimo de su localidad natal (Camarthen, en galés Caermyrddin 'ciudad de Myddin'), de donde el latín obtendría Merlinus sustituyendo con una l de d original para evitar la cacofónica voz Merdinus.

Es Robert de Boron, sin embargo, quien inserta el personaje en el gran ciclo narrativo artúrico del Grial concediéndole un papel de primer orden y una nueva y densa significación. El fragmento inicial conservado de su Merlin en verso y las prosificaciones supuestamente más fieles de esa obra y del Perceval perdido muestran cómo la historia de Merlín participa del proceso de profunda cristianización que se opera en la materia artúrica a fines del siglo XII. La Trinidad y la Redención, los dos grandes temas de la trilogía de Boron, se vinculan señaladamente al personaje, que se hace crucial. Así, su singular nacimiento aparece ahora como el resultado de una maligna confabulación diabólica para engendrar al Anticristo en una familia pía, pero la intervención de Blaise, el confesor de la joven encinta, da al trate don la pretensión del demonio. Merlín, pues, recibe el don de conocer el pasado (por su condición diabólica) pero también la gracia divina de la visión del futuro (con lo que no contaban las fuerzas satánicas). Bautizado con el nombre de su abuelo materno, Merlín, con dieciocho meses, defiende en público a su madre, perseguida como prostituta por su insólita maternidad, y humilla al juez que pretende condenarla acusándolo de ser hijo de un sacerdote y profetizando la muerte de este ahogado, todo lo cual resulta cierto. Refugiado periódicamente en el bosque de Brocelianda, donde vive sus amores con Viviana (a la que instruye en las artes mágicas), Merlín empieza a intervenir decisivamente en la corte: instituye la Mesa Redonda para formar una nueva caballería cristiana, profetiza los misterios del Grial (con sus tres mesas y sus tres elegidos), su propio destino (la discípula aventajada utilizará sus artes mágicas contra él encerrándolo para siempre en una cárcel de aire) y los hechos del reinado de Arturo, revelaciones que anota su fiel Blaise (o Helie). Para Robert de Boron, Merlín es, sobre todo, el profeta de la suprema aventura, el responsable histórico de la nueva caballería, cuyos hilos maneja desde la profecía. Su condición de mago se subordina a la de profeta, emana de esta, de la que es solo un medio para su ejercicio benéfico.

La versión de la Historia de Merlín de la Vulgata, la de la Post-Vulgata y el opus magnum tristaniano no difieren en demasía de esa caracterización del personaje, aunque la sólida concepción de conjunto de la trilogía boroniana se diluye un tanto en unas novelas más atentas al color episódico (con nuevas aventuras y sucesos). De ahí que Merlín, pese a seguir profetizando a menudo, no lo haga sobre cuestiones tan de fondo y trascendentes como antes: su figura es ahora la de un profeta de la guerra: la revuelta de los reyes rebeldes y la invasión de los sajones constituyen el núcleo central de la historia de Merlín tanto en la Vulgata como en la Post-Vulgata, un verdadero consejero político que interviene en el diseño de las estrategias militares de Arturo. A esta trivialización o mecanización de la actividad profética corre pareja una acentuación de la vertiente mágica del personaje (de la que se hacen especial eco las obras más tardías del género artúrico, bien en prosa, bien en verso).

La magia de Merlín, ocasional en Robert de Boron y en el Lancelot, más frecuente luego, suele mostrarse en unos lugares especiales: así el Mojón de Merlín; la cama de Merlín, donde quien se acuesta enloquece; la torre de Merlín, dentro de la cual se dan las mayores maravillas del mundo excepto las del Grial; el Monte Doloroso y su pilar mágico; la Isla Giratoria; o la enigmática Muda de Merlín. Uno de los grandes prodigios de Merlín es haber erigido un monumento circular [Stonehenge] junto a la llanura de Salesbieres trayendo por encanto sus enormes piedras desde Irlanda. En otras ocasiones, Merlín  aparece no solo como personaje capaz de cambiar de aspecto físico, sino también de descubrir con sus artes adivinantes cuantos engaños hay encerrados en el mundo que le rodea: así, el verdadero padre de un niño que va a ser enterrado, el adulterio de la reina o sexo auténtico de un caballero disfrazado. Por otra parte, Merlín escapa a la tipología del mago siniestro y maligno, su figura incurre en la del sabio. Es generalmente bondadoso y simpático, y son varios los personajes que han aprendido las artes mágicas de él: Viviana, Morgana, Guinebaut, Mabón, y, probablemente, la Dama del Lago. Se observa que la mayoría de sus discípulos son mujeres, lo que nos remite a otra imagen característica: la de Merlín enamorado. Como en el caso del Virgilio popular de la Edad Media, la figura del sabio nigromante engañado por una mujer que solicita sus conocimientos ocultos ofreciendo su amor casa a la perfección con el Merlín que se enamora de Viviana. Tras sacarle arteramente todo su saber y dominarlo como un pelele, la espabilada bruja novata termina encerrando al maestro burlado en una jaula, cueva o habitación mágica.

Aunque el final de Merlín suele ser ese encierro sin resolución (desde allí habla a Baudemagus y a Galván), solo se menciona su dudosa escapatoria en un par de textos, también aparece en alguna ocasión retirándose, después del desastre de Salesbieres, a profetizar hasta el fin de los tiempos en su «Muda». Sintiendo cerca su fin, Merlín lanza un grito espantoso, que resuena por doquier y atestigua la desaparición del mago. Se alude al sepulcro de Merlín junto a la capilla de Tintagel del que su cadáver habría desaparecido por obra de Dios o del demonio. Merlín es el padre de la Doncella del Gran Alto del Monte Doloroso. Habita durante muchos años en Noquetran.

[pp. 296-299]

Mordret

Sobrino de Arturo (desde la Historia Regum Britanniae, de Geoffrey de Monmouth, que inventó a Mordret a partir de un caudillo supuestamente histórico del siglo VI y con tradición galesa, Medraut), Mordret recibe de su tío el gobierno del reino y el cuidado de su esposa durante la guerra con los romanos en el continente; pero Mordret traiciona al rey usurpando el poder de Logres con la ayuda de los enemigos vecinos del reino y casándose con la reina. En la batalla decisiva el tío mata al sobrino, a la vez que el rey queda mortalmente herido y se retira a la isla de Avalón. Otras obras en verso y parte de la tradición prosística precisan esa genealogía del personaje: hijo del rey Lot y, en buena lógica, de Morcadés, hermano de Galván, Agravaín, Gueheriet y Guerrehet, y, seguramente, de las doncellas Clarissant, Soredamors y Elena. Pero a partir del ciclo de la Vulgata se considera Mordret hijo putativo de Lot y fruto, en realidad, de la relación incestuosa (ignorada) de Arturo con su hermana o hermanastra, y padre de dos muchachos, el mayor de los cuales se llama Melehán, que morirán en combate contra Lanzarote del lago tras la batalla de Salesbieres. La historia de la traición de Mordret contra su tío–padre, el rey Arturo, se repite aquí, pero con una intensidad dramática mucho mayor, rayando en lo trágico. Mordret es ahora un caballero novel, veinteañero y, siendo en apariencia el hermano menor de Galván, al que ama con devoción, se distingue por ser el más corpulento de los cinco. Su valentía no desmerece la de los mejores caballeros de la Mesa Redonda (aunque tiene una extraña mirada torva): combate destacadamente en los torneos de los castillos de la Carreta y de Penigue, o sigue aventuras junto a Galván y a Lanzarote, de quien se gana un encendido elogio. En realidad, sus primeros dos años como caballero se guían por la bondad y la virtud. Pero un anciano ermitaño le revela en el maravilloso Bosque Extraño que no es hijo del rey Lot, sino de un rey superior que, la noche que lo engendró, lo soñó en  forma de serpiente que conducía a la perdición a su reino. Por su culpa perecerá la Mesa Redonda, en adelante hará mal por doquier y morirá a manos de su padre al tiempo que le dará muerte. La predicción se cumple paso a paso: Mordret corta, airado, la cabeza del anciano; provoca, con Keu, que Perceval se aleje de la corte, harto de maledicencias; él y Agravaín cuentan a Arturo el adulterio de Ginebra, causando el conflicto entre el linaje de Lanzarote y el de Arturo; regente en ausencia del rey por razón de esa guerra y las campañas contra el conde Frole y contra los romanos, falsifica cartas en que se anuncia la muerte de Arturo y por las que se atribuye el trono y a Ginebra; se gana a los nobles de la corte con dádivas, se alía con escoceses, irlandeses y sajones, enemigos tradicionales de Logres; asedia a Ginebra en la Torre de Londres, donde la reina se ha refugiado rechazando un matrimonio abominable, y abandona el sitio solo para librar la mortífera batalla final contra Arturo en la llanura de Salesbiere (o en Irlanda), en la que sucede la celebérrima escena en que Arturo mata a Mordret ensartándolo con una gruesa lanza que, tras ser retirada, deja paso a un rayo de sol que atraviesa la herida del hijo, en señal de la pena de Dios por la tragedia, antes de que Mordret, con su último aliento de vida, hiera mortalmente en la cabeza a su padre. Tras el desastre de Mordret y sus aliados, sus dos hijos prosiguen la revuelta, pero son vencidos y perecen a manos de Lanzarote y Boores. En una obra posterior, Arturo intenta esquivar este trágico destino, profetizado por Merlín, abandonando en un barco a la deriva a todos los niños nacidos el día fatídico señalado por su consejero, pero Mordret es rescatado del naufragio de la nave por el padre de Saigremos, Nabur, a cuyo cuidado crece y se educa.

Aunque el marcado carácter negativo de Mordret parece configurarse súbitamente en la Vulgata a partir del encuentro con el ermitaño y con la introducción subrepticia del motivo del incesto, rompiendo con la evolución en apariencia típica de Mordret como un caballero más de la Mesa Redonda, es oportuno señalar, sin embargo, que la mayoría de las intervenciones del personaje antes de ese episodio apuntan ya con insistencia a esa caracterización, siendo subrayadas por una cierta voluntad de denigración y ridiculización: se acuesta a escondidas con la dama de un caballero que le presta alojamiento en su pabellón en el bosque y al que derrota defendiendo ese acto anticortés; al declararse caballero de la Mesa Redonda en el Castillo de la Blanca Espina, los sicarios de Mataín el Felón montan a Mordret, desnudo y atado por los pies, en un rocín famélico y lo cubren de estiércol, lodo y basura al tiempo que lo insultan; y en el torneo de Penigue es derribado sucesivamente, de incógnito, por Galván, Gueheriet y Guerrehet, quienes luego, tras haberlo reconocido, atienden sus heridas. Una novela en verso posterior se hace eco de ese mismo tono: Mordret se burla de Yder por haber perdido en un castillo encantado su armadura, pero él mismo emprende la aventura y se queda sin caballo ni armadura. Mordret es aquí un caballero desabrido, aficionado a raptar doncellas y cuya actitud le reporta frecuentes reproches de Galván.

[pp. 306-308]

Morgana

Uno de los personajes más célebres de la materia artúrica, Morgana se revela bastante más compleja y ambigua que lo que su fama principal como encantadora suele predicar. Ya su genealogía resulta divergente: hija de Ygerne, lo es en algunas obras de su primer matrimonio con el duque de Tintagel, siendo por tanto solo hermanastra de Arturo, mientras que según otras obras nace de la unión posterior de aquella con Uterpandragón, por lo que es hermana de Arturo, aunque otro texto discrepa al citarla como sobrina del rey. Se menciona también como hermana suya a la Dama sin Orgullo. Casada con el rey Urién, es la madre de Yvaín. Varias son las residencia de Morgana, situadas siempre en espacios como bosques e islas, propios de su condición de hada y, por tanto, extraña a la corte: Montgibel, que la tradición identifica con el Etna, en Sicilia, cerca de Palermo, el Valle Peligroso, el Valle sin Retorno, o, en fin, la isla de Avalón, de cuyo señor, Guigamor, es amiga y donde conversan las damas que saben todos los encantamientos del mundo. Las cualidades feéricas de Morgana se consideran dignas de las de la Dama del Lago.

Morgana, como otros personajes principales del mundo artúrico, sufre una evolución desde las primeras novelas en verso hasta los magnos ciclos en prosa. En efecto, de hada bondadosa y protectora, mujer hermosa entre las hermosas y creadora de ungüentos benéficos, se convierte luego en raptora, fea (se dice que Merlín  arruinó su extraordinaria belleza), exageradamente lúbrica y autora de pócimas malignas, movida casi siempre por el odio o la lujuria. Pero semejante itinerario resultaría simplificador en exceso si no se advierte que, tras esa doble faz del personaje, existe un aspecto recurrente que lo explica globalmente y matiza en más de una ocasión su señalada ambigüedad. Es su condición de mujer enamorada la que guía una buena parte de sus actos, incluso lo que se revelan malvados. Varios son sus amantes: Guingamor, Guiomar, Guiamor de Tarmelida (tal vez todos son un mismo personaje), Accalón, Brehú, Hunesón, o el mismo Merlín, quien la instruye en las artes mágicas. De este episodio arranca el odio mortal de Morgana hacia Ginebra, y la venganza de aquella se cebará, pues, en su amante Lanzarote, al que rapta varias veces y cuyo amor secreto, Morgana acabará revelando a Arturo. Pero Morgana no odia a Lanzarote, pues se da cuenta de su fidelidad amorosa a Ginebra y hasta confiesa a Tristán que está enamorada del héroe. Morgana persigue también el daño de otro gran héroe artúrico, Tristán, por haber matado a su amante Hunesón, y la lanza con la que Marco hiere mortalmente a Tristán (la misma con la que este mató a Hunesón) lleva un veneno preparado por Morgana. Ningún episodio resume mejor esta actitud fundamental de Morgana que el del Valle sin Retorno: enamorada de un apuesto caballero, del que cree que le corresponde con la misma devoción, Morgana lo sorprende en un apacible valle con una hermosa joven, a la que él ama en verdad. Enfurecida, Morgana cubre el lugar con un encantamiento tal que ningún caballero que entre en el valle logrará salir de él si ha faltado alguna vez al amor. Durante diecisiete años el Valle sin Retorno o Valle de los Falsos Enamorados se llena de hasta doscientos cincuenta y tres caballeros prisioneros; algunos de ellos han traído a sus amigas, y Morgana se siente orgullosa, pues, gracias  a su encantamiento, ellas no corren el riesgo de ser engañadas. Solo la aparición del fiel Lanzarote pondrá fin a este curioso cautiverio amoroso. En cuanto a la relación con su hermano, Morgana desempeña también un papel ambivalente: si, como se ha dicho, desata su ruina al revelarle el adulterio de Ginebra, no es menos cierto que es precisamente ella quien se lleva al final al moribundo Arturo a la isla de Avalón o quien cuida secretamente de él en Montgibel esperando que las virtudes corteses vuelvan a triunfar en el mundo. Una tradición posterior, sin embargo, la muestra completamente enfrentada a Arturo. En efecto, una lasciva Morgana ve cómo su hermano ejecuta a uno de sus amantes y envía al siguiente, Accalón, a la corte para asesinar a Arturo, al tiempo que intenta deshacerse en vano de su marido Urién. Morgana se remonta verosímilmente  a la sirena Liban de cierto relato irlandés apodada Muirgein, 'nacida del mar'.

[pp. 308-310]

Morholt

Hermano de la reina de Irlanda o marido de la hermana del rey y, en cualquier caso, tío de Iseo la Rubia y cuñado de su padre, Anguín. Padre de Golistant el Fuerte y abuelo de Morholt, rey de Irlanda. Su escudo  es blanco sin otra señal. Morholt es el caballero gigantesco que el rey de Irlanda envía como emisario a Cornualles para que el rey Marco le pague el ominoso tributo estipulado en un antiguo acuerdo y que durante quince años le ha escatimado: trescientos jóvenes y trescientas doncellas de quince años del reino de Cornualles [...]. Por tres veces, Morholt reclama ante la corte de Marco que algún caballero de Cornualles se atreva a disputarle el derecho del rey de Irlanda a semejante mercancía, pero solo Tristán, el sobrino de Marco, acepta en fin el reto. El combate singular se produce en la isla de San Sansón, mar adentro, frente a Tintagel, y Tristán da muerte al gigante decapitándolo; la espada de Tristán se mella y deja incrustado un pedazo en el cráneo del gigante. Por su parte, antes de morir, Morholt hiere gravemente a Tristán con una jabalina emponzoñada. El combate entre Morholt y Tristán es mencionado con frecuencia en la narrativa artúrica como uno de los más terribles y célebres, tanto por su intensa dureza como por su alta significación social: la liberación de todo un reino de una opresión atroz. hay que suponer que en un momento cronológicamente anterior a la reclamación del tributo, Morholt ya era conocido por los caballeros del rey, y era considerado de gran valor, pero escasamente cortés con damas y doncellas. Derriba a Ivaín y a Galván, que le reprochan haber matado a dos caballeros para recuperar su escudo, que le habían robado, entregándoselo a unas doncellas que escupen sobre él y lo escarnecen. Acoge luego a los dos primos y los acompaña en su errancia hasta la fuente del bosque de Aroie, donde Morholt se separa de ellos para seguir la aventura que le propone una dama de treinta años.

[pp. 309-311]

Perceval (Perceval el Galés)

[...] Será en Perceval donde Chrétien de Troyes le otorgará una personalidad y una entidad psicológica y moral de enorme éxito y pervivencia en las literaturas medievales posteriores. Joven galés de noble familia, Perceval vive apartado en la Yerma Floresta Solitaria con su madre, la Dama Viuda, pues esta pretende que ignore el mundo caballeresco que había provocado la muerte de su esposo y de sus hijos mayores. Sin embargo, cuando una mañana de primavera Perceval contempla a cinco caballeros armados, que en su ingenuidad supone ángeles, y conozca sus cualidades, sentirá determinada la vocación de su existencia e iniciará una andadura ejemplar modelo de caballeros. Perceval contempla el cortejo del Grial (formado por un paje que empuña una lanza cuya punta sangra, una doncella que lleva un brillante grial y otra con una bandeja de plata) en un hermoso castillo cuyo señor enfermo le había ofrecido hospitalidad. A pesar de su curiosidad, no pregunta su significado, ya que recuerda los consejos que Gornemans de Goort le había dado y entre los que se encuentran el de ser prudente en las conversaciones. Al despertar observa que el castillo está desierto, y se marcha. En un bosque cercano se encuentra a una doncella —que resulta ser su prima— que le explica que por su timidez ha impedido el restablecimiento físico del Rey Pescador y la prosperidad de su tierra. A partir de este momento asistimos a una progresiva construcción del personaje, que de ser un rústico muchacho dedicado a la caza pasará a encarnar una serie de valores corteses en torno a la búsqueda del Santo Grial, misión que le propiciará un sinfín de aventuras que recogerán tanto las novelas en verso como en prosa, bien en solitario, bien relacionado con otros caballeros de la mesnada de Arturo, entre los que cabe subrayar, por su importancia, a Galaz. Perceval se retira a un ermita a vivir en religión a la muerte de Galaz. [...].

[pp. 331-332]

Tristán de Leonís

Llamado en alguna profecía la Flor de Leonís y ocasionalmente Tristán el enamorado. Es hijo del rey Meliadús de Leonís y de Elyabel ha pasado con pleno derecho a la historia de la literatura (y aún de la música, inmortalizado por Wagner) como el valiente caballero enamorado de Iseo la Rubia, la esposa de su tío Marco, rey de Cornualles. No se conoce a ciencia cierta el origen de la leyenda tristaniana y, no solo se ha perdido la novela que le consagró Chrétien de Troyes, sino que las versiones más antiguas conservadas (de Thomas y Béroul), en la segunda mitad del siglo XII) son fragmentarias. Con todo, la conjunción de episodios sueltos y refundiciones o traducciones posteriores permite contemplar la historia y la evolución del personaje. Descendiente del bíblico rey David, es sobrino de Pernehán, primo de Archemán, Andret y Alejandro, el hijo de Angledís. Aunque en general se afirma que nació en Leonís, María de Francia lo considera natural del sur de Gales. Su madre, que muere tras darle a luz, lo bautiza Tristán por la triste ocasión de su nacimiento. Su educación se confía al escudero Governal, quien lo instruye en el arte de la caballería y también de la música. Tristán resulta sin duda un discípulo aventajado en uno y otro caso: será uno de los seis caballeros a los que Galván, llamado a menudo el mejer caballero del mundo, no logrará vencer jamás; por otro lado, se convierte en un renombrado arpista y consumado compositor de lais. A los quince años pasa a la corte de su tío, el rey Marco de Cornualles, y allí empiezan sus aventuras principales. Recién armado caballero vence al gigante Morholt, que viene a cobrar un ominoso tribuno humano cada año en nombre del rey de Irlanda. Tristán gravemente herido por una lanza emponzoñada, pide que lo abandonen en una balsa a la deriva con su arpa. Conducido a Irlanda por las corrientes, se hace pasar por juglar llamado Trantrís y es curado por Iseo la Rubia, la hija del rey enemigo, a la que enseña su saber musical. Cuando Marco decide que se casará con la joven cuyo rubio cabello ha llevado una golondrina hasta su palacio, Tristán, que lo ha reconocido como de Iseo, se ofrece a traérsela. De nuevo en Irlanda, mata al dragón que asola el reino y, puesto que la recompensa por su muerte era la mano de Iseo, la pide en matrimonio para el rey Marco. De regreso a Cornualles, sin embargo, Tristán e Iseo beben accidentalmente la pócima con que la reina de Irlanda ha obsequiado al futuro marido de su hija y que tiene la virtud de unir eternamente a quienes la tomen. Ese acto fatal da principio a los amores de los dos jóvenes y a una sucesión de peripecias con los cortesanos maldicientes que acusan a Tristán ante el rey, los encuentros furtivos de los amantes, la actitud indecisa e incrédula del rey y la trampa que el enano Frocín tiende a Tristán, cubriendo de harina el suelo entre los lechos de Tristán e Iseo, lo que se convertirá en prueba del adulterio al sangrar una herida de Tristán, que con un salto había evitado pisar el suelo. Tristán es condenado a la hoguera, pero escapa y rescata a Iseo, que ha sido entregada a unos leprosos, y ambos se refugian en el bosque de Morrois. Más adelante Marco, casualmente un día mientras está cazando, los sorprende dormidos pero la espada de Tristán, que separa sus cuerpos, le hace dudar una vez más y acabará perdonándolos gracias a la intercesión del ermitaño Ogrín. Iseo vuelve a la corte y Tristán parte al destierro, aunque regresa disfrazado de peregrino para, tomando en brazos a Iseo, ayudarla a pasar un vado poco antes de que se someta al juicio de Dios y jure que no ha estado en brazos de otros hombres más que de su marido y del peregrino. Ocupado en adelante de buscar aventuras como caballero, Tristán pasa a la Bretaña insular y sirve al rey Hoel, con cuya hija Iseo de las Blancas Manos se casa, aunque el matrimonio no llega a consumarse, ya que Tristán promete no tocarla durante un año. Poco después, ayudando a su cuñado Kaherdín en una aventura, resulta herido por una lanza envenenada y nadie logra curarlo. Se manda un mensajero a Iseo la Rubia, experta en curaciones mágicas, para que acuda a sanar a su antiguo amante. La nave del mensajero regresa con velas blancas, lo que significa que Iseo viaja en ella, pero la celosa Iseo de las Blancas Manos engaña a Tristán agonizante, y le dice que ve velas negras, lo que, según lo acordado, quiere decir que la mujer de Marco ha rechazado auxiliarlo. Tristán muere de dolor, desesperado, e Iseo la Rubia llega a tiempo para morir sobre el cadáver de su amado.

[...]

El género novelesco en prosa del siglo XIII supuso la absorción de la leyenda tristaniana dentro de las grandes series cíclicas de la materia artúrica. Tristán se cuenta ahora entre los caballeros de la Mesa Redonda, es buen amigo de Lanzarote y Galván y participa activamente en la Demanda del Grial, mientras que el drama pasional queda en un segundo plano. Con todo, Tristán odia a Palamedes porque está enamorado también de Iseo. Su caballo se llama ahora Passebreuil. En cuanto a su muerte, se produce en idénticas circunstancias, pero existe también una variante en la cual Tristán es atravesado por una lanza emponzoñada por Morgana mientras está cantanto un lai a Iseo, en cuyos brazos muere. Un par de obras de la Vulgata y la Post-Vulgata sitúan la muerte de Tristán en la cronología artúrica: entre cinco y siete años antes de la terrible batalla de Salesbieres.

[...]

[pp. 383-385]

Uterpandragón

Este personaje aparece citado por primera vez, y sin que se le relaciona con Arturo en ningún sentido, en un poema galés, el XXXI del Libro negro de Camerthen, anterior a Geoffrey de Monmouth: es este escritor, en su Historia Regum Britanniae, quien identifica a Uter como padre de Arturo. La crítica no sabe a ciencia cierta en qué pudo basarse Geoffrey para establecer este parentesco. [...]. En cualquier caso, la historia narrada por Geoffrey de Monmouth sirvió de base a todas la versiones posteriores. Según este autor, Uter era hijo del rey Constante (o Constantino) y hermano de Aurelio Ambrosio. Cuando Vortiger usurpa el poder en la Isla de Bretaña, ambos hermanos son todavía niños. Merlín vaticina, sin embargo,  que serán ellos los que acaben con el dominio de los Sajones invasores. En efecto, con el paso de los años se convierten en valerosos guerreros y vencen a Vortiger y a sus hombres en la batalla de la llanura de Salisbury. Después, Aurelio Ambrosio es coronado rey. Su hermano Uter marcha a Irlanda (Hibernia) encabezando una expedición cuya misión es hacerse con las piedras mágicas que forman el Círculo de los Gigantes del monte Kilarao y llevarlas a la Isla de Bretaña. En este viaje le acompaña Merlín, quien, haciendo uso de sus artes, consigue derribar las piedras y volverlas a erigir en la llanura de Salisbury, como monumento funerario en honor de los nobles bretones caídos en la batalla contra los Sajones (se trata del círculo de Stonehenge). Al morir Aurelio Ambrosio, Uter se convierte en rey, ya que Merlín lo anuncia como sucesor de su hermano al ver en el cielo una fantástica estrella en forma de cabeza de dragón. En esta ocasión, el mago profetiza también que Uter tendrá un hijo que será rey de Bretaña y cuya fama se extenderá por el mundo entero. A partir de este momento, Uter será conocido como Uter Pandragón, es decir, 'Uter cabeza de dragón'. Con motivo de su coronación, se celebra una gran fiesta. entre los nobles que acuden a ella está Gorlois, duque de Cornualles, al que acompaña su mujer, Ygerne. Nada más verla, Uter la desea. Las atenciones que le prodiga hacen que se despierten los celos de su marido, que abandona furioso la corte sin pedir licencia, y Uter, enfurecido a su vez por la descortesía, le declara la guerra. el cruento conflicto entre Gorlois y Uter se prolonga durante largo tiempo. El rey arrasa las tierras del duque de Cornualles y este hace guardar a su mujer en Tintagel, fortaleza inexpugnable, mientras que él se hace fuerte en Dimiloc, resistiendo el sitio de Uter hasta que le lleguen refuerzos. Consumiéndose de amor y de deseo por Ygerne, Uter decide seguir el consejo de su amigo Ulfino y solicita la ayuda de Merlín. El mago le suministra una droga que lo convierte en el doble perfecto de Gorlois. Igualmente hace que Ulfino adquiera la apariencia de Jordán de Tintagel y llegar hasta Ygerne. El rey Uter permanece esa noche con la mujer del duque y satisface con ella su deseo. Ygerne, por su parte, se le entrega sin recelo, creyendo que se trata de su marido. Esa noche, Arturo es concebido. Mientras, los hombres de Uter, ante la ausencia del rey, han atacado Dimiloc, y Gorlois al hacerles frente, ha sido de los primeros en caer. Los hombres de Uter arrasan con todo en busca de botín, y las tropas de Gorlois huyen hacia Tintagel para llevar la mala noticia; descubren al que parece su señor junto a Ygerne: no comprenden cómo Gorlois, al que dejaron muerto en Dimiloc, puede estar vivo en Tintagel con su esposa. Al saber que su enemigo ha sido vencido, Uter abandona Tintagel y regresa al lugar en el que dejó a su hombres, habiendo recuperado ya su verdadera apariencia. Con todo su ejército vuelve a Tintagel, toma el castillo y captura a Ygerne. Después, el rey la viuda del duque de Cornualles viven juntos hasta la muerte de aquel. Tienen dos hijos, Arturo y Enna. Con el paso de los años, Uter se ve aquejado por una enfermedad que lo debilita enormemente. Mientras se encuentra en esta penosa situación, los Sajones vuelven a invadir la isla y, valiéndose de la traición, consiguen acabar con él, del mismo modo que habían acabado con su hermano, Aurelio Ambrosio: unos cuantos hombres disfrazados envenenan el agua de la fuente de la que el rey bebe habitualmente, y que es la única bebida que puede probar, dada su enfermedad. Después de su muerte, se le entierra junto a Aurelio Ambrosio en el Círculo de los Gigantes, en la llanura de Salisbury.

Hay una versión ligeramente diferente de la historia de Uter: en principio dos personajes diferentes, Uter y Pandragón, son hermanos, Pandragón muere a manos de los Sajones en la batalla de Salisbury, y su hermano Uter le sucede en el trono, adoptando el nombre de Uterpandragón. Entre los actos que se le atribuyen a Uterpandragón durante los años de su reinado destaca, sobre todo, la creación de la Mesa Redonda, por consejo de Merlín. Tras el nacimiento de Arturo (cuya concepción se relata siguiendo la versión de Geoffrey de Monmouth), Uter muere en una batalla contra los Sajones. Más tarde, su hijo demostrará que es el legítimo heredero al trono de Bretaña arrancando la espada de Uter del yunque en el que estaba clavada. En esta versión, los dos hermanos, Uter y Pandragón (Uter y Aurelio Ambrosio, en la Historia Regum), mueren gloriosamente en combate y no envenenados [...].

[pp. 391-393]

Vortiger

Jefe de los Gewiseos, según Geoffrey de Monmouth. Relata este autor cómo, a la muerte de Constantino, se plantea el problema de la sucesión, ya que de los tres hijos del rey muerto, Aurelio Ambrosio y Uterpandragón son todavía niños y Constante está recluido en un monasterio. Vortiger convence a este último para que cuelgue los hábitos y acepte ser rey, con el secreto propósito de gobernar a la sombra de un monarca débil. Constante da plenos poderes a Vortiger y este, poco a poco, va urdiendo un plan para hacerse definitivamente con el poder. Compra la lealtad de algunos soldados pictos y estos matan a Constante. Una vez consumado el hecho, Vortiger manda decapitar a los asesinos para alejar las sospechas de sí mismo y se autocorona rey. En seguida empieza a tener problemas con el pueblo picto, que busca venganza. Para defenderse, Vortiger hace un pacto con los sajones, que llegan a Britania al mando de Horsa y Hengist. Hengist se enriquece al lado de Vortiger y, pasado algún tiempo, hace venir a su hija Ronwen a Britania. Vortiger se enamora de ella y la hace su esposa. Este matrimonio le trae la enemistad de sus barones, ya que, siendo cristiano, desposa a una mujer pagana. A partir de este momento, Vortiger empieza a entregar a los sajones todas las tierras de Britania. Los britanos deciden deponer a Vortiger y nombrar rey a su hijo Vortimer, nacido con anterioridad a su matrimonio con la hija de Hengist. [...] Acosado por todos lados, Vortiger acaba refugiándose en una torre donde se hace fuerte frente a su múltiples enemigos. Finalmente, serán los hijos de Constantino, Aurelio Ambrosio y Uterpandragón, los que derroquen y causen la muerte a Vortiger, incendiando su castillo, y expulsen a los sajones de Britania, tal como Merlín vaticina.

[pp. 400-401]

Ygerne

Madre de Morgana, de Blasine, de Arturo y de Enna (o Morcadés) y de otros hijos; abuela materna de Galván y de sus hermanos; esposa del duque de Cornualles y, más tarde, de Uterpandragón. Ygerne pertence a la generación más vieja de los tiempos artúricos —salvedad hecha de la milagrosa supervivencia del Rey Tullido— y por eso suele aparecer citada como la reina más vieja, tanto en el Castillo de Champguín, como en el Castillo de las Maravillas. La vida de Ygerne presenta pocos aspectos de indudable claridad, pues los narradores se suelen mantener fieles solo al episodio de la concepción de Arturo, mientras que difieren en otras cuestiones: así, unos afirman que estuvo casada dos veces antes de su matrimonio con el duque de Cornualles (con otro duque de Cornualles y con el rey de Gascuña); como resultado de sus uniones anteriores, tuvo cinco hijos. Sin embargo, otros textos solo conocen la existencia de dos matrimonios en la vida de Ygerne, y, por tanto, toda la prole debe repartirse entre el duque de Tintagel o de Cornualles y el rey Uterpandragón. Tampoco está  muy claro el orden de los hijos: según unos, solo Arturo es hijo de Uterpandragón, mientras que todos los demás serían descendientes del duque. Otros textos consideran que Enna (o Morcadés, esposa de Lot de Orcania) y Morgana también son hijas del segundo matrimonio de Ygerne y serían por tanto, hermanas de Arturo. Uterpandragón se enamora de Ygerne y como consecuencia surge un grave conflicto entre el rey y el duque, que desemboca finlmente en la guerra, provocada por el rey para poder acabar con el marido de Ygerne, ya que esta en ningún momento cede a los deseos de su pretendiente, ni comete infidelidad hacia el duque, al que además advierte de las intenciones de Uterpandragón. Durante los enfrentamientos, el duque de Cornualles hace custoridiar a su mujer en la fortaleza de Tintagel. Consumiéndose de amor y de deseo por Ygerne, Uter decide seguir el consejo de su amigo Ulfino y solicita la ayuda de Merlín; el mago le suministra una droga que lo convierte en el doble perfecto de Gorlois, duque de Cornualles y marido de Ygerne; del mismo modo, hace que Ulfino adquiera la apariencia de Jordán de Tintagel, camarada de Gorlois, y Merlín se transforma y adopta el aspecto de Bretel, el servidor del duque. protegidos por el encantamiento consiguen penetrar en el castillo de Tintagel y llegar hasta Ygerne. El rey Uter permanece esa noche con la mujer del duque y satisface con ella su deseo. Ygerne, por su parte, se le entrega sin recelo, creyendo que se trata de su marido. Esa noche, Arturo es concebido, Mientras tanto, el verdadero duque resulta muerto en batalla contra las fuerzas de Uter. Más tarde, Uter se casará con Ygerne.

[pp. 406-407]