Signum
Madrid, La factoría de ideas, 2004.
José Guadalajara nació en Madrid y se licenció en Filología Hispánica por la UNED y la Universidad Autónoma de Madrid. En 1995 se doctoró con una tesis dedicada al análisis del Anticristo y de su huella histórica, religiosa y literaria en la Edad Media, tema sobre el que tratan sus libros, ensayos y estudios científicos. Ha realizado también diversas ediciones de obras medievales y actualmente es profesor de Lengua y Literatura en un instituto de la Comunidad de Madrid.
Signum (2004) Testamentum (2005)
En 1454, fray Ambrosio de Aguilar envía una carta al rey enrique IV informándole de la falta de noticias sobre el hermano Juan Unay, desaparecido meses antes. Le adjunta, además, una trascripción de las memorias de este, encontradas en su celda junto a otros papeles y libros. De este modo, el monarca conocerá la vida de Juan Unay y la extraña relación que lo unió con el misterio acaecido tras la muerte de Enrique III: el rey Doliente dejó junto a su testamento un documento sellado bajo llave que sólo podría ser abierto por el monarca que en 1454 estuviese vigente. No obstante, Alonso de Alcocer, su confesor, lo profanó dibujando sobre una extraña esfera y unos símbolos de difícil interpretación y todos aquellos que intentaron dar un significado a aquella misteriosa ilustración fueron asesinados brutalmente. Fue en Toledo, durante uno de los sermones de Vicente Ferrer, cuando Juan Unay conoció a Alonso de Alcocer, camuflado con los ropajes de un peregrino. Alonso será quien encamine a Unay hacia una misión que dará sentido a todas las casualidades y agüeros que habían señalado su vida. No obstante, la revelación quedará incompleta: alguien acabará con la vida del antiguo confesor real y con la del tío de Juan, antiguo notario y guardián del sello real. Así, la vida de Juan Unay, en la corte y al servicio de Álvaro de Luna, se centrará en la dilucidación del significado de la esfera y la averiguación de quién estaba tras todos aquellos asesinatos y cuál era el destino que se le reveló tras el encuentro con Alonso de Alcócer. Todo ello, además, en medio de las intrigas políticas del reinado de Juan II. Sólo tras muchas pesquisas y peligros podrá llegar a conocer que fue Ruy López Dávalos, apoyado por el adelantado Manrique quien, por la seguridad del estado, intentó borrar del mapa a quienes tuvieron relación con el enigma de la esfera. Y más aún: que él es un elegido de Dios para predicar la inminencia del fin de los tiempos y la venida del Anticristo.
Novela histórica-Novela policíaca
Profecías apocalípticas-Anticristo ntrigas cortesanas
Gráficos-enigmas Memorias-Manuscrito del transcriptor-Epístola Dramatis personae (contraposición histórico-literario) Relación narración-crónica págs. 150, 171) Libros medievales Poesía Macías
http://www.leyendasdetoledo.com/index.php?option=com_content&task=view&id=71&Itemid=85 http://www.medievalum.com/?p=80 http://www.joseguadalajara.com/modules.php?name=Content&pa=showpage&pid=4
El confesor de Enrique III aparece como una persona de gran inteligencia e influyente cuyas profecías disgustaban a los allegados del rey. Tras haber mancillado el documento real, atemorizado por sus perseguidores, recurre a un disfraz de peregrino para hallar a quien debe ser el continuador y difusor de sus enseñanzas, según un plan bien previsto. Será asesinado por los sicarios de Dávalos
El famoso predicador es presentado encabezando a un grupo de penitentes, con su verbo inflamado, difundiendo a las multitudes la próxima llegada del fin del mundo y de un anticristo que ya ha cumplido los ocho años. No obstante, sus profecías serán negadas por el sabio Alcocer.
El secretario de López Dávalos es descrito como un ser nefando, intrigante, la mano ejecutora de muchos de los crímenes de su señor. Será el encargado de torturar al propio Juan Unay, pero finalmente el intento de pactar con el rey granadino falsificando la firma de su señor le costará la vida.
Amigo de la infancia de Juan Unay. Se trata de un hombre sensato, licenciado en leyes por Salamanca, que llegará a ser canónigo de Toledo y que intentará sacar de la cabeza de Unay esas ideas apocalípticas, aunque nunca dejará de ayudarle. Tras haber peregrinado a Santiago, morirá, y provocará así que Unay salga del convento para visitar su tumba, con su consiguiente desaparición.
El condestable aparece es su faceta de hombre valiente pero intrigante, capaz de asesinar a todos aquellos que conocieran el símbolo trazado por Alonso de Alcócer para proteger la seguridad del estado. Su afición a la astrología también será juzgada y puesta en entredicho.
El adelantado es descrito como un hombre agresivo, compinche de los asesinatos de Dávalos, y que tras una charla con Unay intentará apartarlo de sus pesquisas. Se narran, asimismo, sus intrigas cortesanas durante el secuestro de Juan II.
Esposa de un mercader de telas de avanzada edad. Llamada Poliscene por Unay, será el gran amor de su vida. Tras varios encuentros y palabras en lugares públicos, ambos compartirán pasionales noches de amor, pero las sospechas y las habladurías moverán al celoso marido a marchar hacia otras tierras. Sólo años después Unay sabrá que el marido la ha asesinado, dejando su cuerpo en la casa donde dieron rienda suelta a su pasión.
Sobrino del canciller y notario real, se criará en casa de sus tíos. Tras estudiar leyes, su inteligencia y tesón le aseguran un puesto en la corte, donde entra de la mano de su tío y donde llegará a ser escribano de Catalina de Lancaster y de Álvaro de Luna. Desde joven, su vida estará llena de señales y visiones, que tras el encuentro con Alcocer lo encaminarán hacia la difusión de la llegada del Anticristo.
Aunque en un principio se mostró como un hombre arrogante, el condestable entablará una relación de amistad, confianza y protección hacia Unay, a quien le encargará importantes misiones de estado. La obra describe su excepcional influjo en la persona del rey, su asombroso ascenso en la Corte, su afición al género femenino, las enemistades granjeadas por su influencia y su caída en desgracia.
El canciller y notario real aparece caracterizado por su mesura, su extrema fidelidad y su discreción. Aunque muy unido a su sobrino, siempre le aconsejará que deje al margen sus ideas apocalípticas y que se centre en su trabajo en la corte. No obstante, tras su muerte, Unay descubrirá que su tío también procuró desvelar el misterio de la esfera.
Anciano fraile del convento de Sancti Spiritus, del que llegará a ser guardián. Amante de los halcones y enfrascado en la cura de su neblí, será un gran amigo, confidente e interlocutor de Juan Unay, y quien envíe a Enrique IV la misiva con la trascripción de sus memorias y la solución a la relación entre la profecía de Unay y el extraño manuscrito de Enrique III.
La dama de Catalina de Lancaster es presentada como una mujer procaz, interesada en Álvaro de Luna, pero que aprovecha los galanteos y la seducción para obtener todo tipo de información y participar en los entresijos de la corte. Su insinuante relación con Unay le reportará a éste importantes conocimientos. Se narra también su salida de la Corte y su unión con Álvarez de Osorio.