María de Molina. Tres coronas medievales
Madrid, Martínez Roca, 2004
Almudena de Arteaga nació en Madrid en el año 1967. Se licenció en Derecho por la universidad complutense de Madrid y se diplomó en Genealogía, heráldica y nobiliaria por el instituto Salazar y Castro. Ejerció la abogacía durante seis años, especializándose en Derecho civil y Laboral. Actualmente continúa escribiendo, conferenciando en foros literarios e históricos y colaborando como articulista en periódicos y revistas de ámbito nacional.
La princesa de Éboli (1998) La vida privada del emperador Carlos V (1999) Eugenia de Montijo (2000) La Beltraneja, el pecado oculto de Isabel la Católica (2001) Estúpida como la luna (2001) Catalina de Aragón. Reina de Inglaterra (2002) María de Molina. Tres coronas medievales (2004) La esclava de marfil (2005) El desafío de las Damas, La verdad sobre la muerte del Conde Duque de Olivares (2006) Finalista del Premio Internacional de Novela Histórica Ciudad de Zaragoza y Mención honorífica en el premio Espartaco
En 1282 y en la ciudad de Toledo tiene lugar la boda de María Alfonso de Meneses con Sancho IV, un enlace movido por el amor que el pueblo aclama, pero que no cuenta con el beneplácito del viejo Alfonso X, del rey de Aragón ni de Papa. La propia voz de la que será conocida como María de Molina nos narra su matrimonio al lado de Sancho, las dificultades del gobierno en un momento en que el reino amenaza con escindirse, las continuas revueltas de los infantes de la Cerda, los movimientos, casi en la sombra, que la realizó para intentar la paz en el los territorios, y sobre todo el acuciante deseo de que el papado conceda plena validez a su matrimonio, para que sus hijos puedan algún día alzarse con la corona de Castilla y León. A la muerte de su marido, María de Molina deberá continuar en la práctica de todo lo que aprendió durante su reinado consorte: deberá enfrentarse a la regencia de su hijo Fernando y, más tarde, a la de su nieto Alfonso. En tiempos convulsos, los principales personajes políticos no dudaban en alternar de bando buscando el máximo beneficio, y María de Molina fue consciente de que sobre la corona se cernían buitres que esperaban el fracaso para alzarse con algún pedazo del reino. Treinta años después, su nieto Alfonso XI, el Justiciero, se dirigirá a su memoria en una misiva donde da cuenta de las enseñanzas aplicadas y de las dudas que asaltan su gobierno.
Biografía novelada
Intrigas palaciegas Vida de María de Molina Orden del Temple
Trabajó como documentalista en los libros de La insigne orden del Toisón de Oro y La orden Real de España, ensayo histórico. Además, ha publicado ensayos como Herencias y legados adquiridos por Don Iñigo López de Mendoza. Marqués de Santillana (1398-1458). Tomo «El Hombre», Leonor: ha nacido una reina (junto a Nieves Herrero) y Beatriz Galindo «La Latina» Maestra de Reinas. Sobre María de Molina publicó «Historia azul: María de Molina: La mujer que reinó tres veces», Clío: Revista de historia, 33 (2004), pp. 64-67. Dramatis personae Cuadro cronológico y de enlaces Capítulos iniciados por textos de Berceo, Juan Ruiz, Alfonso X, don Juan Manuel, romances, El libro de Alexandre, etc.
http://www.elperiodicodearagon.com/noticias/noticia.asp?pkid=124226 http://www.cliorevista.orange.es/clio/reportajes/837_2.html http://lavozdeasturias.es/noticias/noticia.asp?pkid=170101 http://www.elmundo.es/papel/2004/03/24/cultura/1610951.html http://www.elcultural.es/Historico_articulo.asp?c=9671
La que fue reina de Castilla y León durante tres ocasiones es descrita como una mujer de temperamento fuerte y valerosa, hábil en los asuntos de gobierno, de los que es incapaz de verse apartada, y en los que no dudará en ceder las mercedes necesarias para consolidar la paz que anhela. Su relación con Sancho, en la que tuvo el privilegio del amor, estará marcada por el deseo de conseguir una bula papal que dé validez al matrimonio. Se narran también sus sueños proféticos y su afición a la cetrería.
El rey es presentado en la faceta aguerrida que dio lugar a su sobrenombre. Aquejado de tisis desde poco después de su matrimonio, será incapaz de dejar de cabalgar y de velar por la corona aunque ponga en peligro su propia vida. Es tanto el deseo de su esposa por lograr una bula papal que dé el beneplácito de su boda, a pesar de sus lazos de consanguinidad, que el mismo Sancho llegará a falsificarla.
El rey, abandonado pu su propia esposa, es visitado en Sevilla, la ciudad que tanto amó, por su nuera. Rodeado de aparejos que le permiten observar el firmamento, Alfonso escucha las quejas de María de Molina, pero sin rectificar un ápice su decisión de prestar su apoyo a los de la Cerda. El monarca, a ojos de María y sus descendientes, no es más que un viejo demente a quien el saber nubló el entendimiento.
El joven rey es presentado, desde la niñez, como un muchacho despierto y con coraje, pero rodeado de cortesanos y nobles que intentan sacar provecho de su condición juvenil. A pesar de los desvelos de la madre, la llevará a rendir cuentas sobre una acusación de apropiación del dinero de las arcas reales, y a la burla por el emplazamiento que se le dio llegará su precipitada muerte.
El hijo de Sancho IV y María es descrito como el vástago más semejante a su padre, con el que comparte un carácter indómito y belicoso. Convertido en un joven impulsivo y un viajero incansable, sus deseos de ganar Granada para la Cristiandad le llevarán a una muerte temprana, pues sus temerosas huestes retrocedieron en combate y lo dejaron solo en medio de la turba musulmana.
El infante, que andaba desaparecido, se presentará en la coronación de Sancho IV para rendirle vasallaje, y lo hará con grandes palabras y loables promesas, amparado en las terribles vivencias experimentadas. El hilo de perfidia que María contempla en sus ojos se hará manifiesto tiempo después. Viejo lascivo e impotente, casará con una jovencita para conseguir el rescate de uno de sus hermanos. En su funeral, impropio de un infante, no se derramará ni una sola lágrima.
Cuando Sancho IV acuda al monarca francés para lograr su intercesión ante el papa, Felipe le propondrá que repudie a María y se case con su hermana. A pesar de ello, los lazos con Francia eran necesarios, y el monarca aparece junto a Sancho, en medio de una grotesca borrachera, jurándole amistad y manifestando sus dudas sobre qué hacer con la Orden del Temple.
La reina aparece en Valladolid para verse con María de Molina, pero encuentra las puertas de la ciudad cerradas. Roja de ira y encendida de rencor, se queda fuera recordándole a la reina todos los problemas que le esperan a su reinado, hasta el punto de que al joven la mano le temblará muy poco el pulso a la hora de dispararle una flecha.
A pesar de que María de Molina y otros nobles avisen al rey de la doblez del vizcaíno, el rey lo convertirá en alférez real y delegará un exceso de poder en sus manos. El de Haro es presentado como un hombre indigno de su cargo, ambicioso sin medida, rodeado de enemigos y cruel con sus vasallos. Desposeído de sus tierras y privilegios, intentará asesinar a Sancho, pero en el lance perderá la vida.