El cantar de Arriaga
Barcelona, Martínez Roca, 2001
Alvaro Moreno Ancillo nació en 1966 en Talavera de la Reina. Se licenció en Medicina en la Universidad Complutense se Madrid en 1991 y fue médico interno residente de la especialidad de Alergología e Inmunología Clínica en el Hospital Universitario La Paz. Ha sido Director Médico del hospital Virgen del Puerto de Plasencia, donde ejerce actualmente de alergólogo. Se inició en la literatura escribiendo poesía y relatos cortos para revistas universitarias. Es socio fundador del Ateneo Ciudad de Plasencia donde participa como ponente en diversos eventos tanto culturales como científicos. Así mismo, pertenece a la Asociación Española de Médicos Escritores y Artistas.
El cantar de Arriaga (2001) Finalista Premio Alfonso X La casa de los lobos (2002) Recetando palabras (2005) El reino de la espada (2006)
Un mensajero del rey Alfonso VIII llega al monasterio donde se halla fray Roderico con la orden de llevarlo a la presencia del rey, quien le pide que le cante un viejo romance. Fray Roderico inicia así la narración de unos tiempos convulsos: el condado de Castilla pretende afianzar sus poderes y libertades frente a Navarra, que anhela la soberanía de todo el territorio, y el reino de León, receloso del poder adquirido por Castilla. En medio de estas intrigas, Aznar Íñiguez, segundón de familia noble que acaba de abandonar el monasterio, da muerte a un emisario navarro que portaba las órdenes de una conspiración para acabar con la vida de Fernán González. El grupo comandado por Aznar, perseguido por los navarros, decidirá ayudar al castellano, informándole de la conspiración y salvándole la vida. Pero además, en el camino hallará una misteriosa espada, en cuya hoja se halla escrito Jauncoicoa eta Gaztela. La misma espada que luce el propio rey Alfonso VIII.
Novela histórica
Intrigas cortesanas Idea de Reconquista (espíritu de guerra) Medicina medieval Romances incluidos en el texto Elemento fetiche (espada)
Dramatis personae
http://www.noticiascadadia.com/noticias/articulo/almudena-de-arteaga-y-sanchez-adaliz-jurados-del-premio-de-novela-historica-alfonso-x-el-sabio-d.html http://www.hoy.es/prensa/20061118/plasencia/moreno-ancillo-bucea-historia_20061118.html
Anteriormente fue juglar e historiador. Medio ciego y sordo, no puede contemplar que la espada que posee Alfonso es la misma de la que habla su romance. La paz de su retiro espiritual es quebrada por la llegada del emisario real, y en el trayecto pide a Dios que le permita volver a la tranquilidad del monasterio.
El monarca castellano aparece deseoso de conocer la historia de sus antepasados, la historia del condado que luego fue su reino y la espada de la que ahora es portador.
Hijo segundón de los señores de Roncal. El futuro preparado para Aznar reside en la iglesia, pero su vigor y sus ansias de conocer mundo le llevan a marchar a Castilla para buscar fortuna. La relación con Aussana, donde se moverá entre el honor y el amor, y sus hazañas en batalla, entre la suerte, el miedo y el arrojo, le llevan al crecimiento y formación como héroe.
Fraile compañero de Aznar en San Benito, destacado por su agudeza e ironía. Vituperado y censurado por su sexualidad, decide acompañar al roncalés en sus peripecias, siempre atraído por él y celoso de Aussana. Muerto en la defensa de Fernán González, sus escritos serán la base para los posteriores cantares y relatos sobre Aznar.
Antiguo galeno del rey franco y fraile compañero de Aznar. A su lado, el roncalés aprenderá rudimentos de la ciencia médica, y el sabio galeno mostrará comprensión por las ansias de aventura y el vigor del espíritu joven de Aznar, por lo que le facilitará la marcha.
Joven procedente del valle de Baztán. Ante la decisión de su padre de casarla por motivos políticos, marchó de sus tierras buscando un lugar donde ser libre, pero acabará ultrajada y ejerciendo de moza de compañía. Su honor mancillado a veces deja lugar a una altivez y a un orgullo aguerrido, y su amor por Aznar se verá recompensado con la correspondencia del joven.
El conde castellano destaca por su espíritu aguerrido y noble, así como por el servicio prestado a sus vasallos, cada vez más numerosos. Siempre se mostró atraído por Sancha, pero las respuestas y carácter de ella provocaban sus vacilaciones, pero acabará maridando con ella por voluntad de Alvar de Herramelliz. Será, además, víctima de los ultrajes y las conspiraciones navarras, que lo apresarán, temerosos de su fama y prestigio creciente.
Viuda ya del viejo Ordoño II, con quien su madre la obligó a casarse, Sancha anhela recuperar las posesiones que le pertenecen. Este motivo y un cariño casi paternal la moverán a casarse con Alvar de Herramelliz
Castellano de origen vascón. Viejo y hábil guerrero fiel a la cauda de Fernán González, cuya defensa le costará la vida. A su muerte, le pedirá a Fernán que se case con su viuda, pues nunca ignoró la atracción entre ambos, pero fue consciente a la vez de que Sancha lo quería sinceramente.
El rey leonés aparece como un rey de paja, viejo, aterrado, sometido totalmente a la voluntad de Ramiro y sus nobles. Su reinado, totalmente ficticio, será olvidado rápidamente, y su muerte, a manos de uno de sus sobrinos, ni siquiera suscitará las lágrimas.
El tercer hijo de Ordoño, que después pasará a ser Ramiro II de León, se muestra como un personaje soberbio, violento, diestro en los enredos y conspiraciones de la corte. Su pretensión es enfrentar a sus hermanos para luego alzarse con el poder. Eso sí: siempre mediante la guerra y la batalla, en la que está bien adiestrado.
Mercenario navarro, hijo del alférez de Fernán González. Aunque su padre lo envió a un monasterio, pronto sus habilidades en la persuasión y la conspiración serán notadas por los enemigos de Fernán González, que lo utilizarán para intentar dar muerte al conde castellano. Para ello, no dudará incluso en traicionar la confianza de su padre, y será quien asesine a Velasco, haciendo uso de la pólvora.
La reina navarra es descrita como una mujer altiva, casi varonil, deseosa de formar un único reino cristiano bajo dominio de Navarra, para lo que no duda en derramar la sangre que sea necesaria. Mujer altiva, pretende que el gobernador de tal reino sea su propio hijo, a pesar de las incapacidades de éste, y tenga que darse cuenta posteriormente que quizá sea su hija Sancha la elegida.