El hereje
Barcelona, Ronsel, 1993
José Antonio Silva nació en Santiago de Compostela en el año 1938 y falleció en Bertamirans, en el año 1997. Se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de Santiago. Trabajó como periodista en Radio Galicia y El correo gallego, y trabajó como piloto en compañías como Aviaco y Air Europa. En 1966 ingresó en Televisión española, y fue destinado a los servicios informativos. Fue el primer presentador del programa de información Informe Semanal, que condujo entre los años 1973 y 1976. Más tarde pasaría al programa Siete días, en el que permaneció entre 1974 y 1977. En sus últimos años de actividad profesional, colaboró con El Correo Gallego y con la cadena de televisión autonómica TVG.
Bomba a bordo (1981) Europa será cenizas (1988) El instante decisivo, la otra historia de la aviación (1992) El hereje (1993)
Un manuscrito perteneciente al decimosexto conde de Burres y salvado por su sobrino, el autor, fue enviado a la Freedom University of Cork, donde un especialista en religiosidad medieval, tras el correspondiente estudio del texto, declinó su adquisición. Se trata del diario del monje priscilianista Huberto de Noáh, que en la noche de San Juan del año 1115 inicia el relato de sus vivencias para que quien lo halle pueda continuar la búsqueda que el comenzó: la de la tumba de Prisciliano. Durante uno de los trayectos hacia su monasterio, Huberto de Noáh fue asaltado por tres bandidos, pero el ingenio mostrado para librarse de ellos despertó la curiosidad de Diego Gelmírez. El aún obispo de Compostela, a pesar de conocer las creencias del ermitaño, insistirá en agregarlo a su séquito, y será así como el priscilianista entre en contacto con Compostela, una ciudad pujante que podría convertirse en el mayor santuario de la Cristiandad. Pero también una ciudad que ha despertado la codicia de muchos, y que se tambalea entre los ataques de piratas sarracenos y los intentos de expulsar a Gelmírez del poder. Tras los desmanes acaecidos durante una rebelión organizada por los partidarios de la reina Urraca y los monjes de Cluny, Huberto decidirá abandonar la ciudad y centrarse en el hallazgo de los restos de Prisciliano, pero nunca sin olvidar que tras todos los desastres acaecidos en Compostela estaba la mano de Federico de Montefeltro. Siguiendo los indicios de Bernardino de Iria, Huberto logrará conocer el Gran Secreto, y le tenderá una trampa a Monteferrato para acabar con sus maquinaciones, pero nunca conseguirá encontrar los despojos de Prisciliano. Viejo y cansado, sintiendo la proximidad de la muerte, Huberto dicta a un joven monje las últimas líneas de su diario: el postrer pensamiento será para su querida Compostela.
Novela histórica-Diario
Prisciliano (orígenes, seguidores, creencias, etc.) Camino de Santiago (Vía láctea, tumba del apóstol) Orden de Cluny Compostela a inicios del siglo XII Meigas Premoniciones Leyendas (papisa Juana, brujas gallegas, etc.) Cambios sociales (ascenso de la burguesía, pérdida de poder de la nobleza, poder terrenal de la Iglesia...) Condición de la mujer medieval Intrigas cortesanas Libro medieval (scriptorium, materiales, etc.) Medicina medieval
Manuscrito encontrado (estudios universitarios que lo avalan)
Hermitaño priscilianista nacido en Pau. De ascendencia noble, Huberto se convirtió, tras la muerte de su joven esposa, en un ser sediento de sangre y de muerte, entregado a las luchas y a las gestas militares. Sin embargo, las piadosas enseñanzas del obispo Prisciliano le cambiaron la vida, y se convirtió en un monje priscilianista dedicado a la contemplación y la restauración de su credo
Priscilianista al que se daba por muerto y que integra la comitiva de Gelmírez. Pedro le revelará su identidad a Huberto y le contará que el obispo Gelmírez, a pesar de conocer sus ideas religiosas, siempre le trató con afecto y le brindó su protección. Animará a Huberto a seguir en su búsqueda de la tumba de Prisciliano, pero poco tiempo después aparecerá muerto, presuntamente por haber sido envenenado
Monje cluniacense procedente de una rica familia del Milanesado. Tras la muerte del obispo Dalmacio, fue enviado a Roma, donde liquidó a los otros candidatos para poder alzarse con el obispado de Santiago, pero no lo consiguió. Se trata de un hombre cruel e iracundo que, desde la sombra, intentará provocar la caída de Gelmírez y el control de Santiago por la orden de Cluny. Acabará siendo víctima de un hábil engaño y perdiendo su poder e influencias
Culto bibliotecario de la catedral de Compostela, con el que Huberto compartirá amenas charlas y disquisiciones elevadas. Argimiro conocerá el secreto del priscilianista y lo guardará celosamente. Será él quien ponga a Huberto tras la pista de Bernardino de Iria y la Pseudoepístola de Trévis. Durante los altercados de la ciudad, Argimiro permanecerá en su biblioteca, cuidando de sus amados libros.
Monje historiador encargado de desvelar los secretos de la Pseudoepístola de Trévis, escrita por el propio Prisciliano. Durante un incendio, el texto y Bernardino desaparecieron, de modo que se lo dio por muerto. En realidad, fue él quien provocó el fuego en la biblioteca para marchar junto a una comunidad de priscilianistas y evitar que el escrito cayera en malas manos.
Hija de Nuño de Brandeso. Tras la muerte de su padre, presuntamente envenado, Blanca será capaz de asumir el señorío de sus dominios con mano firme. Educada como un varón, Blanca hará frente a los desmanes de Federico de Montefeltro, que desea sus tierras, y será una tentación para Huberto de Noáh: por ella el ermitaño renunciará a su voto de castidad.
Campesino gallego vasallo de Blanca de Brandeso. Sixto, cansado de la mala influencia que Montefeltro tiene sobre los suyos, se prestará a colaborar con Huberto para acabar con los planes del cluniacense. Los amigos de Sixto llenarán de estiércol a Montefeltro para que, cuando éste vaya a bañarse al río, sea acusado de intentar sodomizar al hijo bobo de Sixto, por lo que el cluniacense será castigado.
El arzobispo de Compostela es descrito como un hombre ambicioso pero inteligente y de corazón noble, que anhela el bienestar de su ciudad y de su feligresía. Gelmírez sabe que Cluny y Roma quieren controlar la pujanza de Compostela, por lo que se mostrará humilde con sus voluntades, pero, a la vez, intentará aprovecharlas para sus propios designios. Es Gelmírez hombre tolerante, pero su brazo no temblará a la hora de impartir justicia y de someter incluso a la reina a su autoridad
La reina es presentada como una mujer libidinosa e insatisfecha, capaz de poner en peligro a la ciudad de Compostela por su ambición de poder. A pesar de la majestuosidad con que disimula su escasa belleza, es llamada «bicha» por Gelmírez, y verá frustradas sus ansias de controlar Santiago: su intento de provocar una rebelión interna acabará con ella desnuda, vejada y humillada por los habitantes de la ciudad.