* Publicado en Cuadernos de Filología [Valencia]. Anejo L, 2002, pp. 1-23. Volver

1. Las formas Venegas o Vanegas (e incluso otras como Vanega, Banegas, Vanegaz), se suceden desde los más antiguos documentos que de él se ocupan (Griffin, 1973: 797, n. 5).Volver

2. J. F. Alcina ofrece referencia de esta producción y de la posterior, ya jesuita (1995: nº. 454, secc. 1-4 p. 206).Volver

3. Venegas venía de Alcalá, quizás iniciado por Juan Pérez (a) Petreius o Petreyo (†1545) a las representaciones teatrales humanísticas (o humanístico-cortesanas, como la de Ate relegata et Minerva restituta, ante el regente cardenal Silíceo y el príncipe Felipe en 1540). Venegas aterriza en Plasencia, ciudad aficionada al teatro como ninguna (piénsese en la Trag. Josephina de M. de Carvajal y la Comedia Pródiga de L. de Miranda), siempre con alarde de medios y gran aparato. Este teatro, al menos en parte, era herencia de tan influyentes placentinos como Bernardino López de Carvajal, cardenal de Santa Cruz, protector del extremeño Torres Naharro y entusiasta de la comedia renacentista, cuyas espléndidas primicias pudo saborear especialmente en la Roma de León X. Situados los jesuitas, tan sensibles a lo espectacular, en este medio, desarrollaron la tradición teatral de gran aparato (Cañete,1886: 224-238; Griffin,1976: 56-94; Pérez Priego, 1980). M. Venegas convivió con alguno de sus primeros dramaturgos, como el P. Dionisio Vázquez, autor de la tragedia Saul furens (Plasencia, 2, febr., 1557).Volver

4. «...exhibuerunt nostri conuictores eglogas 4 de Christi Natiuitate a nostro Vanega conscriptas, quæ siue carminis elegantiam siue actionis venustatem spectes, tantum placuerunt ut magis placere nos possint» (Litt. Gall., 81, f. 14v, del 9 enero, 1566, referida a hechos del diciembre anterior en el Colegio de París — Griffin, 1985: 37-39).Volver

5. Aunque autoridades como Frèches atribuyen a M. Venegas otra tragedia, Tobias, la compuso el P. Francisco Gomes, portugués (Griffin, 1985: 82-84).Volver

 6. El mismo Griffin, que ha estudiado de cerca cada uno de sus pasos, estima que los epigramas que Venegas compuso para los ilustres huéspedes del colegio de Dilinga (emperador Maximiliano II, Nuncio papal, archiduque Alberto de Baviera, cardenales, obispo de Augsburgo...), que asistieron a la representación, en el día de Pentecostés de 1566, de la tragedia Euripus de L. Brecht son «possibly his last compositions», aunque deja el portillo abierto a un reencuentro con el gran poeta cuando añade «at least as a member of the order» (1985, 64-71).Volver

 7. Debió regentar una de las 17 cátedras de Gramática y Retórica que desde 1561 había en esa Universidad.

 8. J. García Soriano (1945: 224s) reúne datos de los libros del Claustro de Diputados y de Cuentas de la Universidad de Salamanca (extracto de su Archivo) desde el año 1966 sobre varios Maestros; y entre ellos el «Maestro Vanegas», que no pudo ser Alejo Venegas, profesor invitado en una ocasión a la Universidad de Alcalá, que ejerció su docencia en Colegios o Estudios de Toledo y Madrid, pero nunca en Salamanca. Además, el Mº. Alejo Venegas había muerto en 1562 (I. Adeva Martín, El Maestro Alejo Venegas del Busto. Su vida y su obra, Toledo, Diputación Provincial, 1987).Volver

 9. Quizá porque, como F. Sánchez de las Brozas, llamado «licenciado» en documentos de 1566-1570 (García Soriano, 1945: 11. 225), todavía no eran «Maestros».Volver

 10. Referencia al párrafo anterior sobre la representación de la De Illiberitanorum Maurorum seditione de B. Barrientos en 1568 o 1569. Pero los entonces bachilleres Francisco de las Brozas y Sacramenia o Sacrameña ya habían representado dos tragedias en 1556; la del primero, con música (García Soriano, 1945: 224).Volver

 11. Era inevitable que Venegas, retomando alguna producción de su período como dramaturgo de Colegio se ocupara de este tema bíblico, tan acorde con otros por él tratados en aquella etapa y que tan bien se prestaba a un tratamiento dramático senequista. Es una pena que no se haya dado con este texto, aunque a veces pienso que la Iudithis Tragœdia Tertia, representada en 1578 en el Colegio de San Hermenegildo de Sevilla (se conserva en la Colección de Cortes de la Biblioteca de la Academia de la Historia, ms. sign. 9-2564, fol. 318r.-355r.), de un «Patris Joseph», bien podría ser obra de Venegas y que la atribución oficial a ese misterioso personaje no sería sino la tapadera del auténtico autor, Miguel Venegas, nombre ya nefando en la Compañía. Sólo el estudio comparativo por obra de un especialista de las piezas auténticas conocidas de Venegas podría confirmar o refutar esta ocurrencia mía. Lanzo esta sugerencia al Dr. M. Molina Sánchez, que conoce esa Iudithis tragœdia (1999) y también (tan bien) la versificación de M. Venegas.Volver

 12. Recibió efectivamente 25 ducados, muy por encima de lo estipulado (6 ducados, según Esparabé de Arteaga, en García Soriano, 1945: 225), o de lo habitual: alrededor de 12 ducados.Volver

 13. Compárese el texto en cursiva de los documentos recién citados con lo que conocemos como rasgos muy propios de las representaciones jesuíticas (García Soriano, 1945: 22s) y, especialmente, de las representaciones de piezas de Venegas. Por ejemplo, en el estreno de su tragedia Achabus, «Para la fiesta anual de fin de curso [Coimbra, 1562 — vs. J. Menéndez Peláez, Los jesuitas y el teatro del Siglo de Oro, Oviedo, Universidad de Oviedo, 1995, p. 508] hízose asymismo vna tragedia que compuso el padre Venegas, muy elegante y artificiosa, de la persecución de Elías y muerte de Acab, la qual se representó con grandíssimo fausto y apparato, no solamente de muchos e diuersos instrumentos de música, que causauan grande gusto a los oyentes y ornauan mucho la misma tragaedia, mas aún con vestidos muy ricos y de gran pretio; y sobre todo las figuras eran tan propias y naturales, cada una en lo que representaua, que causauan grande admiración en todos, specialmente el Rector y dotores de la Universidad» (Griffin, 1985: 80s. y 20-34).Volver

 14. Fray Tomás Pinelo en su códice autógrafo (1574), además de la producción poética señalada, propia y de Venegas, recoge poesías de Fray Luis de León y traducciones que tanto este ilustre agustino como Vicente Espinel hicieron de Horacio, varios epigramas de Juan Almeyda, poemas de Pero Mexía, Juan Verzosa, Juan Scribonio y, por supuesto, de F. Sánchez de las Brozas, del que también Pinelo se enorgullece de ser discípulo.Volver

 15. Curiosamente, Venegas se había despedido a la francesa (hospite insalutato) del P. Diego Carrillo, Provincial de Castilla, aduciendo «desseos de ser predicador y no gramático» (Carta del P. Provincial al General, F. de Borja en Roma, desde Medina del Campo, 16 de abril de 1567 (Griffin, 1985: 42s)Volver

 16. Compuso un poema laudatorio para la obra de Alfonso García Matamoros, Pro adserenda Hispaniorum eruditione, Alcalá, 1553 (Alcina, 1995: n. 454. 2, p. 206).Volver

 17. En la biblioteca del Seminario Conciliar de San Julián de Cuenca se encuentra una obra atribuida a Miguel Venegas, titulada El apóstol mariano representado en la vida del V. P. Juan María de Salvatierra, de la Compañía de Jesús (México, 1754); pero este santo misionero de las Californias, cuya biografía se narra, había nacido en 1648. Y el biógrafo, M. Venegas, sólo es homónimo del exjesuita Mº. Miguel Venegas del siglo XVI.Volver

 18. El códice se custodia en la Biblioteca de la Real Academia de la Historia de Madrid, sign. 9-5814 (ant. D-206), 18 x 10 cm, encuadernado en cuero, con adornos dorados en tapa y tejuelos. El texto original transcrito por Pinelo (P), posiblemente debido a la humedad, se encontraba ya muy deteriorado a fines del siglo XVI o principios del siglo XVII, pues una mano de aquella época se siente obligada a restaurar varias lecciones al margen. Lo llamamos Cor ( = Corrector), pues en algún caso ofrece variantes a P u observaciones sobre el texto (ver, por ej., vv. 52 y 270). Pero el deterioro llegó a ser tan grave que exigió la copia o transcripción íntegra del códice, que lleva la sign. 9-5580 (ant. E-65): texto de la Comedia en fol.112v.-121r. El texto de P no debía estar en tal mal estado entonces como lo vemos en el códice restaurado en 1995, pues las lecciones o conjeturas del copista son casi siempre acertadas. Para la edición del texto aquí seguimos esta meritoria copia (= Cop), sometida a minucioso cotejo con P, pues inevitablemente el copista erró algunas lecciones y omitió algún pasaje. Tras la restauración del original, se añadió en él a lápiz en los ángulos superior e inferior derecho no una sino dos numeraciones no coincidentes, aun siendo de la misma mano. La numeración de la parte superior empieza con fol. 98r; la inferior, con f. 99r. Seguimos la superior.Volver

 19. Por el libro de Claustros sabemos que el Licenciado Sánchez [el Brocense] recibe el 5 de noviembre de 1568 doce ducados por dos representaciones de los años 1566 y 1568, que «habían sido muy buenas» (García Soriano, 11). Como Venegas, había presentado también en 1570 una comedia. Pero ya vimos que se estimó que la del Brocense «no avía nj fue tal que mereciese ser premiada» (García Soriano, 1945: 225).Volver

 20. F. Sánchez de las Brozas reclama su paga por una «comedia en romance para el día del Corpus Christi», que no se representó; tanta fue «el agua que llovió aquel día» (Claustro de Diputados, 24. oct. 1573; en García Soriano, 225s).Volver

 21. Quizá se llamara también comedia, si es que se trataba de la que no pudo ser representada debido a las torrenciales lluvias en 1572, que muy bien pudo hacerse al año siguiente. Véase el texto en el libro de los Claustros de Diputados (García Soriano, 1945: 225s, nota 1).Volver

 22. Genaro Alenda (1919: 768) recoge de la Biografía del Brocense inserta en el Catalogus Librorum del Marqués de Morante (t. V. Madrid, 1859, p. 779) que entre los papeles de Francisco Sánchez de las Brozas se hallaron dos autos sacramentales: «el del Corpus Christi y el del Niño perdido... Del auto del Niño perdido decían los calificadores del Santo Oficio que usaba de un lenguaje impropio, porque daba a entender que la Virgen ignoraba que no tenía pecado; lo cual deducían de estos versos: "Triste, abatida y desdichada, / yo debo de ser culpada, o mis errores / fueron merecedores de tal pena./..."». (Adviértase el buscado efectismo poético del auto en la rima interior de los versos.)Volver

 23. Consta documentalmente que para la representación de la Comedia de Margarita en el Colegio de la Compañía de Monforte de Lemos, el 4 de agosto de 1619, se buscó a «los mejores oficiales que ay en esta tierra» (Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Papeles Varios de Jesuitas, 9-3649 / 33 o t. 75 /33, fol. 1r). También podían solicitarse textos a un dramaturgo famoso.Volver

 24. Otras muestras en El convite de la sabiduría, ms. 9-2568 (387) de la Colección de Cortes de la Real Academia de la Historia, fol. 104s y en la Com. Gadirus Herculanus, del Ms. 15404 de la BNM, fol. 182v.Volver

 25. Ver Alonso Asenjo, 1995: I, 29, y en varias obras, como las del Ms. 15404 de la BNM, Com. Demophilæa, fol 83v / 29r - 84v / 30v y C. Gadirus Herculanus, fol. 184rv., del P. Andrés Rodríguez.Volver

 26. Se vienen expresando desde la Edad Media, con alguna variante, en dos versos mnemotécnicos: «Littera gesta docet, quid credas allegoria / Moralis quid agas, quo tendas anagogia».Volver

 27. La acotación se refiere a una acción (danza) que, para atraer la atención del público sobre el escenario, realizan siete niños; los mismos que, entrando ahora, para ceder el lugar a otro muchacho que hace el "Saludo" al público («Venerable cofradía»), volverán a entrar y recitará cada uno una copla o quintilla (las Coplas a que se refiere el título), en cuya composición luce el autor tres esquemas de rima. En conjunto, la danza, la presentación y las coplas de los siete niños forman el preámbulo al espectáculo (o parte telonera) de la Comedia compuesta por el Mº. Venegas.Volver

 28. que: 'porque'.Volver

 29. Santisteban: es la antigua forma para denominar el Convento y Colegio de San Esteban de la Orden de Predicadores.Volver

 30. Entre «levantado» e «inmaculado», a modo de glosa (? ) interlinear se lee .H., cuyo significado ignoro.Volver

 31. Cor.: «forte melius cerrado», es decir, que, en su opinión, haría mejor (más rico) sentido o evita cierta redundancia con «celestial»: "cerrado", es decir, 'reservado a los dignos'. En todo caso, "sagrado" es lectio facilior.Volver

 32. Se refiere en estos versos a Judas Iscariote. Ver Mt 26, 20-25; 27, 3-5 y par.Volver

 33. El orden de los interlocutores debería responder al orden de aparición de los personajes. Pero el texto presenta dos anomalías: Ángel aparece antes de Estudiante, y se omite del elenco a Pecador, que tendría que preceder a Iglesia. Faltan igualmente en esta nómina la Comedia y el Prólogo, personajes que representaban actores distintos, como en el Preámbulo el "Presentador".Volver

 34. Prólogo de tipo terenciano, para el que se sirve de un símil alegórico con su explicación.Volver

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35. Concepto, rima perfectamente con «discreto», según la pronunciación tradicional del castellano antes de que la Academia con su norma gráfica cultista nos empujara a todos a distanciarnos de la sencillez de la fonética española. Lo mismo vemos en las versos 404ss. («senetud, virtud, juventud») y 409-412: «indino, divino, vino».Volver

 36. O: graueVolver

 37. En este verso hay una hipálage: olente concuerda con umbra, aunque se refiere a juniperi.Volver

 38. Aunque la situación responde al texto bíblico de 1 Re, 19,1-5a, hay una alusión al pasaje de Virg., Buc, X, 76: iuniperi gravis umbra. Gravis remite a la creencia en que la sombra de ciertos árboles puede ser dañina. Así habría sido la del enebro, pues en Apolonio de Rodas, Argon. IV, 156 se ve a Medea utilizando una rama de enebro para salpicar su droga sobre los ojos del dragón. De donde se deduce que los antiguos verían algún efecto nocivo en este árbol. Debo y agradezco al Dr. Manuel Molina, de la Universidad de Granada, estas referencias, así como las propuestas de corrección del texto latino y el afinamiento de la traducción. A veces el término hebreo correspondiente a "enebro" se traduce por "retama", pero Venegas prefiere el primero: v. 399.Volver

 39. P: Dnê.Volver

 40. Este final de dístico recuerda a Ovid., Ars II, 18: vasto pervagus orbe puer.Volver

 41. El pentámetro está casi calcado de Ovid., Ars II, 28: vivere non potui, da mihi posse mori.Volver

 42. P: finga.Volver

 43. Cop. aquí Elías. P: Est. en las tres acotaciones de presencia, con manifiesto error. Pero también yerra Cop. Exigen la corrección el sentido, la réplica posterior a Elías y la misma aparición del Estudiante entre los Interlocutores.Volver

 44. Cop: quiere (por desconocimiento del sociolecto estudiantil); además omite "m" de merced y más adelante todo (el latín).Volver

 45. P: p[ ]a; Cop: pecera.Volver

 46. Es de tipo plautino, pues explica el argumento.Volver

 47. Añado le por razones métricas.Volver

 48. P: la; pero la concordancia con «pecador» exige una forma pronominal masculina de objeto directo, que en Castilla, de donde era natural M. Venegas, era (y es) «le».Volver

 49. Quizá haya que mantener esta forma arcaica de futuro como lectio difficilior, ya que no impide la consonancia.Volver

 50. Adición por razones métricas.Volver

 51. P, Cop: m[ ].Volver

 52. tus siervos... objeto directo sin preposición, frecuente aún en la lengua del siglo XVI.Volver

 53. P, Cop: le, con concordancia ad sensum: al rey Acab.Volver

 54. vida que es muerte: clara paradoja para intensificar la fidelidad de Elías.Volver

 55. P: Ia mas. I tiene valor de /x/. Para el fonema /j/ el ms. escribe Y. Por otra parte, se asume aquí la teoría platónica del soma, sema.Volver

 56. P, Cop: casta; pero el sentido pide «causa» o «casa», pues al pueblo se le tacha de injusto en v. 156. Además, tratándose del Reino de Israel, parece arriesgado corregir a «casa», por «Templo», que quedó al sur, en el Reino de Judá.Volver

 57. P: abraza; Cop: abraso.Volver

 58. P: ay; Cop: ahí. Pero debe leerse como diptongo, según, la fonética castellana septentrional, como pide también el metro.Volver

 59. alto: latinismo con valor de 'profundo'.Volver

 60. V. 169: P, Cop: De quien eres? Pero no hace sentido y la rima exige «eras». V. 170, P, Cop: m[ ]; me rodea es conjetura, como lo sería merodea... Volver

 61. A no ser que leamos de o p'ra o pa' (cfr. v. 399: «debajo 'el enebro») por para, este verso resulta hipermétrico.Volver

 62. Cop. omite esta interlocución y su señal, con lo que atribuye à tort también la siguiente octava a Elías.Volver

 63. sciencia: para mantener el metro, o se lee el término como cultismo latino pronunciado more hispano con e protética, o se lee con diéresis en scïen-, o se corrige gran a grande. Me decido por lo primero, atendiendo a las circunstancias de la representación.Volver

 64. Además del humor contenido, que simplemente se sugiere a un público culto, que, por otra parte, tampoco admitiría una bufonada en el gran profeta (habría carmelitas entre los espectadores), al final se oculta el tono sugerido con el recurso a las disputas de auxiliis: Dios no niega la gracia suficiente para cumplir sus mandatos.Volver

 65. pasiones: como aclara el término «sensualidad», del mismo campo, indica los tirones del instinto (cf. vv. 193s. 201s).Volver

 66. El humor que apuntaba en las últimas palabras de Elías es aquí mucho más perceptible, pues Pecador iba vestido de villano o rústico (v. 220: « de saco todo vestido»), que en el teatro clásico siempre, como Sancho Panza (o Sainct Pensart, Zampantzar), suspira con las harturas de carnaval. Lo confiesa: la sensualidad lo lleva por malos caminos (vv. 198-202). Además, el autor seguirá acumulando (con la brevedad que le permite el género y extensión de la representación) sobre pecador las simplezas y rusticismos de villano («silvas, durmiré, aborrido»).Volver

 67. Jezabel incitaba al rey Acab, su marido, a vengar la matanza de sacerdotes de Baal hecha por Elías (1 Re 19, 1ss). M. Venegas, en sus tiempos de jesuita, había compuesto una tragedia (Achabus) sobre este tema, en la que hace decir a la resuelta reina: «unam unius egon uatis ad uocem tremo?» (Lisboa, Bib. Nacional, cód. 3092, fol. 31r, lín. 5). Ver N. Griffin, 1976 / 1977 y 1985.Volver

 68. Cop: la selvas: Pero es preferible el arcaísmo «silvas» (el CORDE de la RAE muestra esta forma en E. de Villena y en A. de Villegas Selvago) en boca del rústico pecador. Las silvas, «espesura de árboles y cuevas del monte», funcionan como símbolo de los peligros y sobresaltos que acechan al homo viator.Volver

 69. durmiré: posible rusticismo.Volver

 70. P permite leer luz, que conviene más que la repetición de cruz que se lee también en este verso en Cop. Además, la luz (solar), que en tiempos antiguos regía la actividad humana, está necesariamente vinculada al despertar, incluso como acto físico.Volver

 71. por despertar él durmió: con modorro razonamiento, pecador, como rústico, parece querer decir, que Cristo tenía que morir para poder resucitar («despertar») como Mesías glorioso. Ver Luc 24, 25-26.Volver

 72. aborrido es arcaísmo por "aburrido", que antiguamente significaba descontento de sí mismo, apesadumbrado o desasosegado, de suerte que no sólo esté uno entristecido «sino que casi llegue a aborrecerse» (D. Aut.). En una palabra, el pecador está arrepentido:«de saco todo vestido» (v. 220), «que quiere hacer penitencia /...» (v. 226s y 229-231).Volver

 73. Rasgo de fino ingenio: la fe no necesita evidencias ni pruebas para atinar en su objeto.Volver

 74. Verso hipermétrico.Volver

 75. P: del, pero resulta un verso hipermétrico. Con esta corrección es innecesaria la nota a pie de página señalada por Cor en P: «se veía claramente que. I parece que decía quede; i assí lo pide el sentido, pero no el verso».Volver

 76. Consideraciones clásicas de la teología sobre la fe, con un juego de anáfora inspirado probablemente en Virg., Georg, 109, que también sigue el personaje de Apolo (el saber) como «me sine» en el Diálogo hecho en Sevilla a la venida... de F. Ximénez. Ver Alonso Asenjo: 1995, I, 406-408, vv. 291. 294. 295. 299.Volver

 77. Luc 1, 52.Volver

 78. El metro exige sinéresis, lo mismo que en los vv. 271 (veo) y 337 (sea), sería (439).Volver

 79. Cop: y mui ufana, pero el verso resulta hipermétrico. En P falta el papel soporte de ufana, que es conjetura de Cop. Y es aceptable, si se elimina mui, tomándolo como conjetura de algún transcriptor del texto.Volver

 80. El texto de P está perdido. La rima exige ...ano, pero no se me ocurre una conjetura plausible.Volver

 81. fantasía: fantesia en P podría ser un portuguesismo de Pinel, que era portugués de origen, pues no aparece en diccionarios y la única certificación en el CORDE es un texto portugués del Cancionero de romances (Anvers / Amberes, 1550).Volver

 82. P: conocimto; Cop: conocimiento. «reconocimiento» es conjetura para regularizar el metro.Volver

 83. Cop: y en tanto.Volver

 84. Sant 2, 14-26 y las controversias sobre fe y obras en tiempos de la Reforma.Volver

 85. molifica: 'suaviza'.Volver

 86. Mss. Pues te. Con hiato en pie no haría falta corregir el verso. Pero añadiendo que resulta, al menos hoy, más natural.Volver

 87. P: servirlaVolver

 88. Rom 6, 2. 11 y Ef 1, 20.Volver

 89. desvarío difícilmente rima en consonante con «veo»: o es licencia poética o, como Garcilaso alguna vez, reivindicación de la naturalidad, especialmente cuando es un rústico el que habla. Juan Cigorondo, contemporáneo de M. Venegas, presenta en su Tragedia de Ocio precisamente a un negro, único personaje incapaz de expresarse con rima.Volver

 90. figura y verdad: aprovecha en su argumentación la doctrina teológica sobre los sentidos de la Escritura. Si algo (como el pan que comió Elías), que apenas es figura, es decir, anuncio de lo verdadero, a lo que prefigura, restauró de tal manera (1 Re 19, 6-8), ¿qué no habrá que esperar de la correspondencia real?Volver

 91. Alude al término bíblico «subcinericio» usado en la Vulgata para la torta o pan que tomó Elías, que significa 'cocido bajo ceniza': panis cinere coctus et reversatus —según Isidoro de Sevilla—, o entre brasas. La Biblia de Jerusalén traduce: «torta cocida sobre piedras calientes»; la Nueva Biblia Española: «pan cocido sobre piedras» ( 1 Re 19, 6). Subcinericium, en referencia a este texto y contextos, aparece, por ej., en obras como la Actio ferijs solen. Corporis Christi (1564), f. 137v y 138v del P. Acevedo.Volver

 92. Es conocido el esplendor que revistió la celebración del Corpus, con grandes festejos, procesiones y representaciones teatrales (autos), especialmente en la España de la Contrarreforma.Volver

 93. La de Elías en 1 Re 19, 6.Volver

 94. Referencia a las bodas de Caná, Jn 2, 1ss. Real seguramente está tomado en su ambigüedad: 'verdadera' y 'de rey', según la parábola del que celebraba las bodas de su hijo (Mt 22, 1ss).Volver

 95. Mt 5, 17; Rom 3, 31.Volver

 96. Is 9, 5.Volver

 97. P: espacio en blanco seguido de mina.Volver

 98. Mejor que el culto exterior, simbolizado aquí por los sacrificios rituales de la Antigüedad hebrea, según el Salmo 50 (49), 8-13. Dios quiere un corazón arrepentido, es decir el culto interior en espíritu y verdad (Jn 4, 23s): el del corazón. Por eso decía, con bella y plástica expresión, la alumbrada María de Cazalla: «Dios no come sino corazones».Volver

 99. P: suplicote que quieras, pero resulta hipermétrico. Soluciones son: supresión de la forma pronominal enclítica -te, posible desarrollo de la abreviatura original q., u omisión de un que, que se le escapó al amanuense desde el registro coloquial o como repetición de la primera sílaba de la palabra siguiente.Volver

 100. Sólo trazos ilegibles en P, pero Cop dice en nota marginal: «diría "en ti viva"». Y es conjetura acertada, pues hay referencias implícitas a textos paulinos como Gal 6, 14; Rom 6, 18; Filp 1, 21.Volver

 101. En estos versos se resumen himnos litúrgicos eucarísticos conocidos del público, como el O sacrum convivium / in quo Christus sumitur / recolitur memoria / passionis eius; / mens impletur gratia / et futuræ gloriæ / nobis pignus datur.Volver

 102. Gen 22, 1ss.Volver

 103. El Arca de la Alianza contenía las tablas de la Ley, texto del Testamento o Alianza entre Dios e Israel (Ex 25, 16. 21s).Volver

 104. P: Iacob de Saúl vestido: pero es manifiesta confusión por la lección propuesta, que remite al pasaje de Gen 27, 1ss, cuando Jacob birla a su hermano Esaú la bendición de primogénito del padre común Isaac, ya enceguecido y sólo con el tacto algo menos deteriorado. Jacob, para hacerse pasar por su hermano, que era muy velludo, se cubrió los brazos con una piel de cabrito. También los sentidos (que en teoría aristotélico-escolástica sólo perciben los accidentes) se equivocan en la percepción de la realidad (sustancia) del pan y del vino eucarísticos. Todos se engañan excepto el oído, cuando sigue el dictamen de la Iglesia tridentina, portavoz de la ortodoxia. Véase en himnos litúrgicos: «panem verum / verbo carnem efficit: / fitque sanguis Christi merum / et, si sensus deficit, / ad firmandum cor sincerum / sola fides sufficit (...) præstet fides supplementum / sensuum defectui» (del Pange, lingua). «Visus, tactus, gustus in te fallitur, / sed auditu solo tuto creditur» (del Adoro te devote, latens Deitas). También Mira de Amescua, mejor que Lope de Vega, en su Auto de la Santa Inquisición, cuando, jugando al escondite, sólo el Oído, avisado por la Fe, descubre a Amor Divino oculto en las especies de pan (BAE, 158, Madrid, Atlas, 1963, pp. 464-467; de modo semejante, Calderón en Los encantos de la culpa, vv. 1246-1257.Volver

 105. Se entiende la fiesta por antonomasia de la Eucaristía, el Corpus.Volver

 106. Colos. 3, 9-10.Volver

 107. El pecador se refiere a las palabras del centurión de los evangelios cristianos de Mt 8, 8 y Mc 7,6-8, que la liturgia tridentina enseña a repetir antes de recibir la comunión: «Señor, yo no soy digno / de que entres en mi morada /; pero una sola palabra / bastará para salvarme».Volver