Palmyreni ‘Fabella Aenaria’. – La ‘Farsa Enaria’ de Palmireno (1574).
Al curioso y
benévolo lector ofrecemos el texto de
Esta
edición digital respeta las grafías del texto original, con los mínimos cambios
que también se dan en la presentación de otros textos dramáticos de Palmireno
en este sitio o sede. En el texto latino, –ij
se representa por –ii (y, como parece
lógico, la s alta por s común y el conglomerado sz por
ss). En el texto español se
modernizan puntuación, mayúsculas y acentuación y el uso de u y v
se regulariza, de acuerdo con su valor vocálico o consonántico (también en
los nombres propios de los interlocutores en mayúsculas). Por lo demás, se
resuelven sin anotación las usuales abreviaturas encontradas en el texto latino
o español. Y, para llamar la atención sobre el imponente acarreo de materiales
tradicionales (refranes, dichos...), se encierran los advertidos entre comillas
angulares.
Respetuoso del
original, el texto está articulado en las siguientes secciones: Diálogo entre
el Autor y el Eco; Prólogo pronunciado por el autor, acompañado por una
traducción cotejada con la de J. Mª Maestre en la adaptación teatral de
No sería difícil reducir las escenas a los
Actos en que articularon los humanistas los textos de la comedia clásica y los
producidos en su estela. Palmireno los señala en otros casos, cuando el tipo de
espectáculo, a su juicio, lo merecía (Com.
Octavia, Com. Sigonia), como él mismo declara en palabras del bachiller
Pantálabo: «las comedias del que lee primera Classe...». Pero privó de esa
indicación a esta pieza suya, que apenas si se atreve a calificar de
«entretenimiento» (‘pasatiempo’),
aunque bien merecía el nombre de farsa,
que a regañadientes se le otorga con la denominación de «fabella», con su remisión en el Prólogo a las «fabellas Attellanas, aut Milesias» y con la sincera confesión final de haberse inspirado para su
composición en las «Farsas Hispanicas».
Y es que con
dificultad sufría la denominación de farsa
el uso contemporáneo castellano, pues Palmireno, como su bachiller Pantálabo,
podía utilizar el término farsa como
sinónimo de comedia, antes que este
último término latino y toscano se impusiese (se cuela ya en el Prólogo: «que
si es fría mi Comedia...») con la
imitación del teatro clásico o italiano, que privó a farsa de uno de sus significados: ‘comedia’. Palmireno evita
precisamente esa imitación en esta pieza («non
Terentii grauitatem ... imitatus sum»: en el Colofón), en razón de las
circunstancias (carnaval, escolares, mujeres y público en buena parte no culto
(«sabia Congregación», «Gymnasiarche...»
frente a «in gratiam vulgi») y por los objetivos del
espectáculo: entretener y «divertir» («rían»), con los ensayos en un sentido;
en otro, con la representación: «si hoy viniessen Menandro y Terencio,
cansarían».
Como aquéllas fabellas attellanas, que nosotros
traducimos por farsas (como se había
hecho en Italia, de P. A. Caracciolo a los Rozzi), ofrece Palmireno en su F. Aenaria personajes típicos del teatro
popular: un borracho, dos bachilleres... y, si posible, «el bobo» (cf.
Prólogo), en grotesca caracterización. Palmireno es también preciso cuando
compara su composición con las fábulas o fabellas
milesias: historias o cuentos no teatrales, que son ficciones
sin verosimilitud y, por ende, disparates, como decía el Pinciano[1] (donde remite como ejemplo
clamoroso a los libros de caballerías) o, según sentencia del canónigo
cervantino, «cuentos disparatados, que atienden solamente a deleitar, y no a
enseñar» (Quijote I, 47). Esta
referencia de un libro que parodia la producción caballeresca, muestrario
dizque simpar de «escritura desatada» (es
decir, que se salta normas... de clásicos o clasicistas), viene aquí de perlas,
pues la mayor parte de la acción y la estructura de
Julio
Alonso Asenjo
Universitat
de València
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FABELLA AENARIA[2]
Laurentii Palmyreni, acta in Academia
Valentina,
6. Idus Februarii. 1574.
AUTOR
Di,
Echo, ¿qué tal parecerá a esta illustre compañía lo que yo compongo?
ECHO
Hongo.[3]
AUTOR
¿Luego floxos y de poco valor te parecen mis
trabajos?
ECHO
Ajos.
AUTOR
Para
esso más me vale callar y yrme a otra parte.
ECHO
Arte.
AUTOR
¿Qué arte quieres que
siga, pues si hoy viniessen Menandro y Terencio cansarían?
ECHO
Rían.
AUTOR
¿Cómo quieres que rían, si la buena comedia no
obliga a dezir gracias? ¿Cómo me echas tan crudamente en la boca del lobo?
ECHO
Bovo.
AUTOR
El bovo siempre es más escuchado. Pero, ¿cómo
lo harán o representarán niños, pues ni la edad, ni el cuerpo les ayuda en
alguna cosa?
ECHO
Osa.
AUTOR
Osar, donde no se espera successo, paresce dislate
de modorro; por tanto, dame alguna cosa con que a tan sabia congregación
contente.
ECHO
Tente.
AUTOR
No está en mi mano; porque me lo han mandado y
detenerme no puedo; desviarme no me es concedido. Creo será más fácil camino
ayuntar el lenguage latino con el castellano.
ECHO
Llano.
<AUTOR>
Pues esto te paresce llano, seguiré tu
consejo, consolándome que, si es fría[4] mi comedia, no
es ésse mi officio, y que, por divertir[5] a mis
discípulos del naype en estas vacaciones, les he exercitado la actión y boz en
esto, que ni es comedia, ni farsa, sino entretenimiento. Y, porque me quitaron
la joya[6] de terciopelo
carmesí avrá seys meses, diziendo que toda mi obra yva latina, pongo en esta
mucho romance. No sé si avré acertado.
AUTORIS PRÆFATIO IN SEQUENTEM FABELLAM.
Diligentia Platonis, qua utebatur in
componendis uerbis, laudatam esse a Dionysio Halicarnasseo nullus ignorat.[7] Et cum ad octogesimum ætatis annum
peruenisset, expolire tamen sermones illos suos calamistris inurere,[8] splendore uerborum ornare consueuisse,
clarissimi scriptores ostendunt. Sequutus ipse laudabile hoc diuini Philosophi
exemplum, prælectiones meas, ætate hac ingrauescente[9],
præfationibus quotidianis exorno, nihil veritus criticorum iudicia, qui me
exultanti et iuuenili oratione usum reprehendent. At fabellas Attellanas, aut
Milesias, qui potero proferre in uulgus, cum studiosos senes id nunquam fecisse
constet, et rhetoris munus, quod ipse gerimus penitus obscurare huiusmodi
histrionica exercitatio ne uideamur? Potuistis tamen, Patres Iurati
uigilantissimi, mihi timido calcar addere, dissidentem ac prorsus omni spe
deiectum erigere, et illa uestra, qua ante omnes mortales plurimum apud me
potestis, auctoritate confirmare. Omnibus enim testatum uolo quanti uos faciam,
cum aduersus iudicium meum uobis in hac re paruerim. Tu uerò, Gymnasiarche
clarissime, testis eris locupletissimus quàm obtorto collo[10] senex ipse, munus hoc iuuenile aggrediar, qui
toties me admonuisti, ut in hac re Valentini Senatus obtemperarem imperio.
Si quos
igitur noster
hic offendet labor ac conatus, ii non si aliquid à me non bene dictum sit
culpent, sed se melius dicere posse ex eo cognoscant, quod me malè dixisse
prius deprehenderint. Declaraui iam olim cum essem adolescens, quantum ad
orationem eleganti pronuntiatione ornandam conduceret, hæc puerilis
exercitatio; hodie uerò nequaquam ab illis diuersa sentio, sed id munus seni
commendari dico esse boui clitellas imponere[11]. Iam qua soletis
attentione et benignitate huius breuissimæ fabellæ argumentum audite.
[Traducción: Prólogo del autor a la farsa que sigue.
Nadie
ignora que Dionisio de Halicarnaso elogió el esmero de Platón en la elección de
sus palabras. E ilustres escritores manifiestan que, aún a sus ochenta años
seguía embelleciendo sus textos, los modelaba con primor y los adornaba con
palabras brillantes. Deseando yo seguir el loable ejemplo del divino filósofo,
avanzada ya mi edad, a diario realzo mis explicaciones en clase a diario con
introducciones, sin temor al juicio de los críticos que me censuran por
utilizar un lenguaje impetuoso y propio de los jóvenes. Pero ¿cómo me atrevo a
representar farsas atelanas o milesias, cuando no nos consta que los antiguos
maestros y, además, con ejercicios histriónicos de este tipo que parecen
incompatibles con la función de profesor de Retórica que ejerzo? Sin embargo,
vosotros Padres Jurados supisteis darme estímulos en mi temor, animarme cuando
me fallaba la esperanza y fortalecerme con esa autoridad vuestra, gracias a la
cual tenéis influencia en mí muy por encima de todos. Quiero, pues, testimoniar ante en público,
cuánto os estimo, pues os obedecí en este punto en contra de mi criterio
personal. Por vuestra parte, ilustrísimo Rector, sois el mejor testigo de cómo,
viejo y encorvado, como tantas veces me aconsejasteis, me someto a la voluntad
del Senado Valentino, y asumo una tarea propia de jóvenes.
Así
pues, si a algunos ofende este trabajo y desvelo mío, que no me culpen de
no haber actuado bien, sino que sepan que podrán hacer esto mucho mejor,
gracias precisamente a que yo lo he hecho mal.
Manifesté
ya en otro tiempo, cuando era joven, cuán útiles eran estos ejercicios de
escolares para embellecer el discurso con una pronunciación elegante. Hoy sigo
pensando exactamente igual. Pero encargar esta tarea a un anciano es poner
albardas a un buey. Y ahora, escuchad con vuestra acostumbrada atención y amabilidad
el argumento de esta brevísima farsa.]
ARGUMENTO.[12]
En
aquella noble ciudad que los mellizos criados de la loba fundaron reynava el
gran emperador Vespasiano. Y, como por ciertos alcaldes fuesse maltratada
Tenía
entonces el Príncipe Alberto, hijo déstos, quatro años y recabó del Emperador
el mismo título del padre. Pero, yendo a ratos hurtados la madre a la cueva,
quedó preñada; y, como era obligada a dissimular, parió sin madrina[15] en las
cavernas (que podemos dezir en el otro mundo) un niño y una niña, los quales
fueron muy señalados en el arte militar, llamados Petronio y Lauredana.
Fue
esta moça de tan hermoso rostro, que no se sabe si por él o por su valentía en
armas fue más nombrada.[16] Pero sus
trabajos y adversidades, con el venturoso fin,[17] dirán los que
vienen. Yo me voy.
<1>
FUMANUS <criado de Alberto>. ECELINUS <criado de Petronio>.[18]
<FUMANUS>
Quàm uereor ne Albertus meus, tot uexatus
malis, ad furorem et amentiam redactus, miserè contabescat! Sed Ecelinum uideo.
Fortasse, remedium exspectatum diu, consequemur.
— Salue, Eceline.
ECELINUS
Saluus sis, mi Fumane.
FUMANUS
Hui, mœstus es?
ECELINUS
Quî possum hilaritatem præ me ferre, cùm herum
amiserim?
FUMANUS
Hem, quid narras?[19]¿Petronio, hermano de mi señor es muerto? ¡Él, que
nos venía a sacar del affán en que estamos!
No es muerto, mas preso.
Tanto monta.
¡Ay, ay, ay! «A dó vas duelo? – A do suelo».
Quitáoslo de la cabeça; porque, como fueron
estos dos hermanos engendrados en la caverna y criados en ellas, parece que el
sol no quiere verlos. Recibimos la carta en que nos contavas quán áspera vida
padecía Alberto en la prisión del rey de Dinamarca. A la hora[20] partimos de
las Canarias y, al cabo de Bojador, saliendo a buscar agua en la ribera, como
él venía mareado y maltratado de la tormenta, a la hora fue vencido y preso de
unos hombrazos negros, quemados del sol, los gestos horribles, y ahumados de
vivir en el campo, los ojos garços, los cabellos erizados, las barbas hasta la
cinta, arrebuxadas, unos corpazos gigantes, los miembros llenos de vello, el
cuero duro y cozido al sol y al agua, las manos llenas de callos; en fin, eran
tales que parecían ministros del demonio.[21]
FUMANUS
Sed audi; perierunt quoque opes illæ a
patre relictæ et abaci ornati argento, auroque cælato, tapetes magnificis
operibus picti?
ECELINUS
Antequam ipse caperetur perierat omnia
infelici naufragio; quod tibi melius, aut commodius depingere non possum, quàm
fecit his uersibus Varro:[22]
«Repente, noctis circiter meridiem,
cùm pictus aër feruidis latè ignibus
cœli choreas astricas ostenderet,
nubes æquales frigido uelo leues
cœli cauernas aureas subduxerant,
<aquam uomentes inferam mortalibus>
ventique frigido se ab axe eruperant,
phrenetici Septentrionum filii
secum ferentes tegulas, ramos, strus.
At nos caduci naufragii ciconiæ,
quarum bipennis fulminis plumas
uapos
percussit altè, meste in
terram cecidimus».
Nam,
inusitata et planè fatali uentorum coniuratione, adeò mare commotum intumuit,
ut toto littore iactatæ naues, deinde feruente æstu in altum abreptæ,
mergerentur. Mox elapsi magna difficultate et labore ex isto naufragio, in eos
quos dixi Vulcani ministros incidimus. Videns autem herum meum armis superatum,
erepta spe fugæ, in syluis delitui, ne inexorabili rabie barbarus ille me
flammis absumeret. Errabam in nemore uestigia hominum deuitans, agrestibusque
pomis uescebar, cum magno casu à prædonibus Massiliensium, qui biremes aquandi causa
ad illud littus appulerant, captus sum; et, post durissimos maritimi cursus
errores in Galliam deuectus, fuga mihi salutem comparaui.
FUMANUS
Mane. Auscultemus taciti. Hæc est aula Regis,
qui herum meum in uincula coniecit. Iussit eius filia ut iuxta pomarium eam
expectarem, quoniam desiderabat nonnulla percontari, quæ credebat mihi esse
cognita.
<2>
TICINIA.[23] ÆNARIA.
FIRMINA. EXOLETUS.[24] VENATOR.
TICINIA
Deum
immortalem, ut obscurat magnitudinem periculi lubrum! Quàm grauè et laboriosum,
prolixumque iter suscepi, dum mihi persuadeo apud reginam Daniæ ita parata esse
Zopyri talenta,[25] ut ad ambas usque aures diuitiis possem
impleri! Delusa sum haud dubiè, nam hîc incredibiles pecuniæ sunt angustiæ,
penuria nummorum tanta, ut ipsorum usus prope nullus sit. Cur ab Italia discessi, misera? Quæ sunt diuites,
locupletes, et opulenti Florentini mercatores! Quanta laborant egestate hîc et ipsi et aulici! Sed Reginæ filia egreditur.
— Salue,
hera.
ÆNARIA
Videbis tandem nostra aucupia, et uenationes,
quæ nunquam non tuam Italiam magnis titulis exornas.
TICINIA
Hera,
credis me affectu ductam id efficere? Vtinam princeps aliquis Italus aut Gallus te ducat uxorem, ut intelligas quàm uera
protulerim. Sunt enim in nostra regione uiridaria, et sæpta ferarum, quæ a
parcendo Parcos uulgus appellat, ea
lateritiis mænibus cincta uiginti miliarium spatium complectuntur; paratis
semper ad Principum uoluptates omnis generis uenationibus, et aucupiis.[26]
ÆNARIA
Erunt fortasse uera isthæc omnia, quòd uiri
nobiles liberalitate summa aucupia comparent; sed de amœnitate loci non est
quod aliquid addas; longo enim interuallo Italia à nostra regione superatur.
TICINIA
Dicat Firmina quæ sentit.
ÆNARIA
Quid tu dicis?
FIRMINA
Recitabo uersus, quos heri dulci patriæ recordatione
componebam. Veniebat in mentem ciuitas illa cæli clementia, ubertate agri,
duorumque fluminum,[27] omnis generis
fructus admirabilem copiam inuehentium, opportunitate clarissima. Videbar mihi
uidere lapideum pontem perpetua protectum contignatione, munitumque
propugnaculis ad utrumque caput, et ornatum peristyliis. Sed audi carmen:[28]
«Nobilis æstiuas
Platanus diffuderat umbras;
et baccis redimita Daphne,
tremulæque cupressus;
et circum tonsæ trepidante uertice
pinus;
has inter ludebat aquis ludentibus
amnis
spumeus, et querulo uersabat rore
lapillos.
Dignus amore locus; testis
syluestris Aedon,
atque urbana Progne, quæ circum
gramina fusæ,
ac molles uiolas, cantu sua rura
colebant».
ÆNARIA
Egregie laudasti patriam, sed carmina fide
carent.[29] Ego miram haurio iucunditatem mei
pomarii aspectu. Oblectant me ac tenent hæc umbrosa cacumina. Age, uenatorem
meum accerse.
EXOLETUS
Habes ne satis purgatum cerebrum, uenator?
Hera paratum habet falconem? Tibi dictum fuit, ut parares famulos omnes; tu
uerò, stertis. Nonne tibi heri iniunctum fuit, ut curares purgare uiam,
impedimenta omnia amoliri[30] et aream puram exhibere? Propera.
VENATOR
Todas «las cosas de palacio van de priessa», y aun el comer nos dan de corrida, frío y mal
guisado; la librea y paga van a passo de tartuga.[31]
ÆNARIA
Quid modo tacito murmure agebas?
Venía pensando quán fatigados estarán los
neblís, alcotanes, girifaltes y tagarotes de aguardar a Vuestra Alteza; porque
ciertamente esso enflaquesce los milanos, ver los pollos y dessearlos. Dos
horas ha que están al cabo de este vergel, que no los podemos sossegar; pero
caça de mugeres nunca fue buena sino para cernícalos.[32] Si Vuestra
Alteza truxesse algún cavallero diestro, gustaría deste exercicio.
Si
mis cavalleros no son afficionados a esto, ¿qué te haré yo?
El
rey, mi señor, tiene preso uno que en caça y armas excedía a los de Francia y
Italia.
¿Cómo se llama?
El príncipe Alberto.
¿Y cómo lo conosces tú?
Comí muchos años su pan, y por ciertos palos que
di a un mayordomo me recogí a esta tierra. O,
superi, quàm sunt mutata tempora! Herus meus Albertus splendidissimo rerum
omnium apparatu, annos decem integros principem egit; nam ut arma et
exercitationes militares prætermittam totius uenationis, et aucupii, Rege
dignus apparatus in ipsius aula spectabatur. Nam præter insignium canum
multitudinem, supra centena falconum
paria, in remotissimis ad Oceanum Borealem conquisita, tanto studio ac sumptu
alebat, ut in magnis porticibus illæ uolucres canteriis, et perticis
insidentes, mira cum uoluptate spectarentur, quum ex his sedibus ad ornatum
tela serica picta acu, squamosoque opere, inaurati argenti refulgens
dependeret, et uolucres argenteis sonantibus pedicis uincirentur, et pileolos
gestarent, quorum apices et gemmæ et uniones adornabant.
¿Pues por qué le tiene
preso mi padre?
No lo
sé. Aquí a la puerta falsa del vergel está un su criado, el que él más amava.
Llámale y vete a caçar; que yo no quiero más
tratar en esso hasta que saquemos esse prisionero y conozcamos sus habilidades.
Veamos si, entendido el negocio, recabaré algo de mi padre.
<3>
FUMANUS.
ÆNARIA.
<FUMANUS>
Salue, domina potentissima. Venator tuus me
admonuit ut continuò tibi adessem. Quid iubes?
ÆNARIA
Heri
iusseram ut huc accederes. Desiderabam enim canem uenatorium, quem tu habes,
multis præconiis commendatum. At modò aliud exquiro; uolo enim commemores qua
caussa concitatus herus tuus ad nostra menia peruenerit, et cur in carcerem
coniectus fuerit.
FUMANUS
Infandum, Regina, iubes renouare dolorem.[33] Equidem nec memorare possum ob luctuosum
infortunium, nec tacere fas est ubi tuum accedit imperium. Hunc unum fortuna principum omnium quos unquam sol uidit
optimum et ornatissimum terris ostendit. Sed, proh dolor, ostendit tantùm ac
protinus subduxit, quàm erat Senensibus puellis grata heroica proceritas
corporis, formæ dignitas et gratia! Quis oculorum uigor! Quàm felix
indoles! Quæ firmitas membrorum! Quod robur! Quis status! Quæ habitudo! Y todo esto ¡para
que se consumiesse en la cárcel de Dinamarca!
Déxate
de llorar y dime: ¿cómo vino a ella?
FUMANUS
Oyó
un día en Italia alabar el rostro y excelencias de Vuestra Alteza; luego quedó herido
de amor y, procurando divertirse, adoleció de una grave enfermedad, de que
nunca se viera libre, si no acertara en un mercader que le dio orden cómo
vendría a esta corte. Y avrá tres meses que está encarcelado.[34]
¿Qué
fue el delicto que le truxo al calaboço?
FUMANUS
Simultas orta inter huius regni Principes,
quos pater tuus magnifacit. Nam cum Gibellina puella, amplissimo genere nata,
Taruisio, nobilissimo adolescenti, desponderetur, Sorecinus, auaritia potius
quàm amore captus, quòd uirgo dotali iure secum opulentam hæreditatem traheret,
sibi illam uel inuitam parauit uxorem. Taruisius, inhumaniter perfidioseque
deceptus, à iusto dolore ad uindictam præceps ita contumeliam uindicauit, ut
patrato fœdo facinore, Gibellinam, post celebratas cum Sorecino nuptias, fortè
ad uillam et rusticanam uoluptatem euntem interceperit, mediaque in uia
intentato ad iugulum pugione si reluctaretur, ui illata constuprarit, non ad
libidinem, sed superbo ultoreque animo ad perennem Sorecinorum ignominiam.
Lacrymantem fœminam et passis capillis luctuosam cum herus meus uidisset, ita
exarsit, ut admoto equo præceps in Taruisium ferretur, et ipsum, ut eius
scelera exposcebant, obtruncaret. Eo tempore pater tuus ex uenatione
reuertebatur, et ægreferens suos clientes ab externo trucidari, herum meum in
carcerem coniecit. Te oro et obsecro, ut
miseris opem feras.
ÆNARIA
Al cabo soy; yo procuraré el remedio. Y no
desmayes, pues el buen cavallero Turno, confiado que los que hoy caen, mañana
suben, dezía:
«Multos alterna reuisens
lusit, et in solido
rursus fortuna locauit».[35]
Ito bonis auibus[36], et perendie accedes ad me.
FUMANUS
In omnibus tibi
morem geram, ut debeo. Vale.
<4>[37]
ORESTILLA.[38] PANTALABUS.[39] <SOLETA.>[40]
Mucho me vale cada un año el pronosticar a los
presos. Allí veo la hija del carcelero. Recaudo trae: «llorarán y cantaremos».
ORESTILLA
Saluus sis, mi Pantalabe. Adfero tibi lucrum
singulare, modò præsagium exhibeas firmum et stabile.
Mire
mi señora cómo he glossado el Sic uos non
uobis de Virgilio:[41]
«Vos buena, vos generosa;
vos
honesta, vos humana;
vos
discreta, vos graciosa;
vos
gentil y vos hermosa;
vos
polida y vos galana».
ORESTILLA
Eia, mitte ista; nunc non uacat poëticos lusus
auscultare! El cavallero está con
temor si le cortará el Rey la cabeça y detenéisme en frialdades.[42]
Oydme, y declararos he la materia de donación
remuneratoria. «Don» quiere dezir 'dádiva sin obligación de darla';
«galardón» es 'don por gallardía, aviéndolo merecido el que sirve'; «antidora»[43] es 'la paga
del don recebido'.
ORESTILLA
Falces
postulabam![44]
Mire, señora, que el catamiento es según la
natura del terradgo;[45] porque la
tierra piçarrosa es fría, y la arenosa es caliente, es caliente, es
caliente..., y el ayre de los estanques encharcados, muladares, y alfonsarios,[46] y muertos de
guerra es corrupto, es corrupto. Señora, es corrupto.
Si yo fuesse alcalde, nunca haría dar açotes a
ningún delinquente; daríale un importuno como éste por compañero y quedaría
bien castigado.
PANTALABUS
O, uidete, uidete, domina mea: molendina molunt,
casæ cadunt, hypothecæ finiuntur, terra tenet. Y por esso es más seguro comprar una alquería o
cortijo, que no cargar censales;[47] créame, y
hágalo assí, mi señora.
ORESTILLA
Taurum iam
enecasses, nedum hominemb!
Pues oyga una primor y puntillo[48] delicado
acerca de las cosas de Génova. Ligures
dicuntur habere mare sine piscibus, montes sine lignis, exercere mercaturam
sine pecuniis, latinè scribere, cùm nunquam ad ludum litterarium profecti
fuerint... ¡Mi señora! ¡Mi señora!
¿Qué es lo que veo? ¡Dos bachilleres en una
casa es cosa nueva![49]
No digáis esso, hija; porque en el mundo no
hay cosa nueva. Yo soy el bachiller Soleta, y este señor es el bachiller
Pantálabo; y él mismo sabe que le provaré que en el mundo no hay cosa nueva.
¿Y
estos borzeguís no son cosa nueva?[50]
No, porque los más bachilleres los compramos
en el encante,[51] y sirvieron al
animal de pellejo; pero arguitur sic: «Cosa
nueva se dize la que nunca fue tal como ella. Mas no hay en el mundo cosa que
no haya sido tal como ella. Ergo sequitur
que no hay cosa nueva en el mundo». ¡En baroco,
en baroca, mi señora![52]
Item: «si alguno pudiesse hazer alguna cosa nueva buena, seguirse hýa que el
que la hiziesse sería más sabio que los antiguos. Y esto es imposible. Ergo sequitur, domine doctor, a b c d.
Niego
la menor, señor bachiller.
Ergo
contra negantes principia non est disputandum. ¡Mirá qué lógico sincopado! Los
antiguos vivían más que no agora; ergo
eran más sabios que los de agora: razón de cal y canto.[53]
Y,
si os doy cosa nueva, ¿qué diréys?
Daros
he mis guantes del bachillerado.
Pues dad acá: dígoos que los estudiantes de
todas facultades dexan las liciones por oyr las farsas, y no se acuerdan que
están fuera de sus patrias, gastando dinero de balde.
Ad aliud,[54] que
eso ya es cosa vieja.[55]
¿Las comedias del que lee primera classe son
muy frías?[56]
Veynte y siete años ha que él y sus embaraços
son más fríos que los montes Alpes, y su presencia más triste que nuves pardas.
¿Luego me dais cosa nueva? — No, no, no.
Cosas
nuevas son aquéllas, que nuncac passó sobre ellas otro tiempo
ninguno. En ninguna de las cosas que son por venir passó sobre ellas tiempo
alguno. Ergo sequitur, señor
Mocalipsis,[57] que todas
quantas cosas son por venir son cosas nuevas, nuevas, nuevas, a pesar de
vellacos.
ORESTILLA
Vt delirant strenuè! Adferebam nummos, et eos
contemnunt, stolidi. Discedo aliud remedium exquirens, nam hîc aquam e pumice
postulo.[58]
PANTALABUS
Vbi
est illa bona mulier, quæ mihi adferebat unum bonum salarium pro meis
pronosticationibus? O, tu per diem fecisti amittere unam rem lucratiuam! Tu
solues! Tu avray de le bastone e bastonate![59]
SOLETA
Hei! Hei! Ego
uolo uidere si est aliquis cap de guayta,[60] qui te ad carcerem
possit importare.
<5>
FIRMINA. DELPHANIA.
<FIRMINA>
Sperabam sanè colloquium nostrum lætius
futurum, ac quale maximè conueniret statui illi rerum, quem tibi, mea
Delphania, semper optaui. Sed, heu! heu!, grauis nuncius uenit, atque omnium
quidem ille tristissimus, res nostras e bonis malas factas esse, atque ex
omnium secundissimis, si non omnino miseras. Neque enim hoc casus ullus
efficiet, nec tantum roboris, ac uirium temeritas habebit, quæ tamen splendoris
multum ac floris amiserint.
DELPHANIA
Hei, quam uereor quorsum euadas![61]
FIRMINA
Nonne intellexisti heram nostram amare?
DELPHANIA
Hoc tandem erat quod te tam sollicitam
habebat? Quænam puella nobilis est, quæ amatorem non habeat? Videris peregrina,
autd externa,
quæ rem antiquam et obsoletam ignores?
FIRMINA
At turpe est amare captiuum.
DELPHANIA
Sed non est turpe amare principem uirum, et
illustrem, et locupletem, quem solus amor formosissimæ puellæ, non culpa
delicti, non inuidia, uitæque turpitudo, non denique ueteres, iustæ, grauesque
inimicitiæ ciuium in discrimen capitis uocauerunt.
Parece
que estáys vos tan enamorada del preso como nuestra ama.
No lo estoy; pero tal marido, sin amores le
tomaría, si me le diessen; y ¡creo que vos no haríades mala cara!
¡Si no lo he visto!
DELPHANIA
At ego uidi; nam heram comitata sum in
carcerem, ut oportet fideles ancillas. Nunc, quoniam uideo rem tibi cognitam,
non celabo.
FIRMINA
Mihi cognitam? Melius
dixisses omnibus notam. Secretum diuitis ullum esse putas? Serui ut taceant? Iumenta loquentur![62]
Oyga,
entramos antenoche en la cárcel. Yvan quatro pagezicos con sus hachas y, tras
ellos, Zárate, el contador,[63] que a cada
preso dava seys escudos para sus necessidades. Quando llegó a Alberto,
bolvióse, diziendo: «Mi señora, este preso dize que tiene dineros para dar y
que no está para recebirlos». Llegóse ella y díxole: «¿Quién te prendió?». Dixo él: ««Vn alguazil que tiene una venda por los
ojos y trae una granada agridulce en escudo negro».[64] Dixo mi
señora: «No hay tal alguazil en esta corte». Respondió él: «Señora, está tan
ocupado en traer presos de tierras agenas, que aquí nunca le veen». Dixo ella: «¿Y qué poder tiene mi padre fuera deste
Reyno?». Acudió él: «Tiénenlo cosas suyas, que con sólo su nombre van prendiendo
gente de alto estado». Vieras, hermana, a mi señora temblar. El moço se paró
como una grana.[65] Yo, como le
llevava la halda, fingiendo estropeçar, tiréle fuertemente. Bolvió en sí y, sin
poderle más hablar, nos fuymos. Pero, callemos, que entra a tomar lición de
dançar.
<6>
(Aquí dança
<7>
ANTILOGIUS .[67]
ATHENAGORAS.[68]
<ANTILOGIUS>
Explica,
amabo, pugnam Phileniam.
ATHENAGORAS
Credis esse
pugna?
ANTILOGIUS
Sic audiui.
ATHENAGORAS
Nihil
minus. Cum Philenium discedentem usque ad diuerticulum prosecutus essem,
ulteriusque progredi uellem, Philenius autem recusaret, ortum est inter nos
quasi certamen humanitatis, ægreque discessus factus, nonnulli sibi falso
persuaserunt nos eo tempore pugnam aut certamen iniisse. Sed alia tibi proponam
planè noua. Attentus ausculta.
Cum in agro essem, nuntiatum est mihi
uenisse Philenium ex Italia pridie uesperi; et, nisi de uia fessus esset,
continuò ad me uenturum fuisse. Quod cum audissem, nullam moram interponendam
putaui, quin uiderem hominem mecum et studiis iisdem et uetustate amicitiæ
coniunctum. Itaque confestim ad eum ire perrexi, paulumque cum eius uilla
abessem, ipsum ad me uenientem uidi; atque illum complexus, ut mos amicorum
est, satis longo interuallo eum ad suam uillam reduxi. Cum autem ibi de Alberto
sermo ortus esset, intellexi regis nostri filiam eius amore captam; quod uereor
ne nobis aliquid apportet mali. Ænaria agrum meum frequentabat, uenationem
habebat in delitiis, nunquam otiosa. Nunc uerò quænam fuit causa cur illa minus
libenter rusticaretur?
<ANTILOGIUS>e
Nimirum
hæc, quod sine Alberto esse non possit.
ATHENAGORAS
Vera narras, nam et ipse hisce auribus hausi
uocem illam cum ex agro tuo discederet: «Nihil mihi hac solitudine iucundius,
mi Antilogi. Cetera noli putare amabiliora fieri posse cùm uilla, littore,
prospectu maris, tum his rebus omnibus». Sed quid
miramur? Quandoquidem dixit ille: «uarium et mutabile semper fœmina».[69]
No está en esso el
negocio, sino que «el amor todo lo bien concertado desbarata».[70]
Siempre he oydo dezir que «los cortos de vista
luego se enamoran, porque no pueden con sus flacos ojos conoscer las faltas del
rostro que aman».
Éssa es burla burlada,[71] porque dime,
¿qué amante hay que no sea corto de vista? ¿Que entre mi señora
«El desseo haze hermoso lo feo»;[72] y no me
negarás que, si ella no fuera corta de vista, no cayera en esso. Pero conoscerá
su mal quando no avrá remedio.
ANTILOGIUS
Reuocasti
in mentem filiæ meæ infortunium. Amabat eam Vbaldinus, et mea negligentia
factum est ut ipsi nuberet, quem ego probare generum non debui, nisi prius
omnia perscrutatus non solùm quod mores, sed etiam quod ad facultates
attineret. Quod si fecisse eius ære alieno perspecto, nunquam passus essem ut
homini in tanta rei domesticæ difficultate constituto filia mea collocaretur. Sed
commisi ut me absente res per amicos ageretur, quibus in Hungariam proficiscens
ita mandaui, ut quoniam ego tam longè abfuturus eram de filia mea matrimonio
agerent ipsi quod probassent. In quo meam
negligentiam agnosco; tantam enim rem iis committere non debui; sed in reditum
meum integram reseruare. Y, assí, la
que tanto moría por Ubaldino agora no lo puede ver; pero el mayordomo y el
caçador vienen. Oygamos qué cuentan.
<8>
FAMULUS
ATRIENSIS.[73] VENATOR.
ANTILOGIUS. ATHENAGORAS.
<FAMULUS ATRIENSIS>
Tu
ne id ueritus es, ne ego iracundia aliqua adductus te uidere noluerim? Ego tibi
irascerer? Tibi ego possem irasci? Te
suauitate fratrem, ætate propè æqualem, obsequio filium, consilio parentem
semper iudicaui, nunc ac leui occasione desererem? Si amat regis nostri filia
sibi ut turdus[74] malum parit; neque tu, neque ego fuimus tanti
mali autores.
VENATOR
Audieram te exarsisse iracundia uehementi,
quod tibi nuntiatum esset amandi occasionem heram nostram a meo colloquio
sumpsisse. Agebat illa de uenatoribus,
laudaui ipse quendam in uincula coniectum: inde orta est fabula, qua inuidi me
autorem tanti mali constituunt. Sed quæ tu dicis faciunt, ut nihil mihi iam
magnopere timendum putem, cum uideam solere ea, quæ magnopere timeantur,
quandoque ad nihilum redire. Sed uides ne Athenagoram,f et Antilogium?
FAMULUS ATRIENSIS
Saluete.
ANTILOGIUS
Sit uester
adventus felix. Num torquent uos eædem curæ, quæ nos infestant?
Todos en vna casa; todos comemos un pan; todos
sentimos una misma congoxa, en ver tan mudada una tan honesta donzella.
Con licencia de vs. ms. me
voy a curar de mis halcones.
Vays[75] con Dios.
— Díganme, señores, ¿han visto cosa tan rara,
enamorarse una Infanta de vn prisionero suyo.
ANTILOGIUS
Yo
no lo tengo en mucho, pues la edad y occasión los movió a ambos. «El hombre es
fuego; la muger estopa. Viene el diablo y sopla».[76]
Mas veo que las damas que
tenía tan recogidas ya andan muy sueltas.
Pues, «si el guardián juega a los naypes, ¿qué
harán los frayles?».[77] Pero buelvan
los ojos y verán el secretario della, que tan honesto era, agora que ella le ha
dado vacaciones, miren qué dissoluto se ha parado; miren que no acierta el
camino. ¡O, malas compañías quánto pueden! «Quien te vio y te vee agora, ¿quál
es el coraçón que no llora?» ¡Quán cargado
de vino viene, que nos mira y no nos vee!
BARCENIUS,[78] ebrius.
In
media rerum molestarum turba lætissimus hodie nobis et iucundissimus effluxit
dies, qui mentes nostras, depulsis tristitiæ nubibus, mirifice serenaret,
memoriamque omnem præsentium et impendentium calamitatum penitus auferret; nam
aulici aliquot non bellicum, sed Bacchicum canentes, omnibusque ad lætitiam
dispositis, in uillam quandam uelut ex diuturnis uinculis emissi, nullum
gaudendi imò, ut uerius dicam, repuerascendig genus omisimus. Villa est amœnissimo in loco
sita, et maximè ad rusticanas uoluptates accommodata, montes a tergo habet
coniunctos, eius dextram sinuosus amnis exhilarat; itaque stue rapaci aue, seu
mordaci cane, plagis, uenabulo, cursu, feris,
auibus, piscibus, dilecteris, uicini montes, subiecta planities,
præterfluens amnis affatim omne genus prædæ
largiuntur. Verum nobis illuc profectis,
«nec uenari apros placuit;
nec figere ceruos;
nec rursus canibus lepores
agitare fugaces;
nec fera bracteolis ungues
armata sonoris
cœpit auis prædam».[79]
Sed traxit
nos et uendicauit sibi incredibilis amœnitas flauii, qui tectus fronde populea,
cristallino alueo, uiridibus ripis a placiditate fluebat; depositis igitur
togis et calceis cum summa uoluptate piscati sumus. In quo ita luximus, ut
pueri ita clamauimus, ut ebrii, ita concertauimus ut dementes insanique
uideremur. Egressis tandem è fluuio, cæna dubia apposita fuit modo, neque pes,
neque manus suum officium faciunt. Somnus me opprimit; recipio me in
cubiculum, ut ibi hoc uillih obdormiam.
Agora,
aunque nunca he estudiado, hablo latín y griego y girigonça.[80] Querría topar
muchos ciegos para examinarme. O la ho ceguedad! Niuo... neubo... Rapa... im...
Pero, todo me duermo... [81]
¿Han notado el mal exemplo? ¡Miren qué ha
causado el estar ocioso, dende que su Señoría, la infanta Enaria, dexó los
negocios! ¡Miren qué hazen las malas compañías! Id est, planè «corrumpunt bonos mores colloquia praua».[82] Sed eamus iam, ne hîc nos herus otiosos
offendat.
<9>
PILANIUS.
MENETES. AMMONIUS. [83]
Dezid,
¿que es verdad que se huyó la Infanta con el preso?
MENETES
¿Que aún dudáys en ello?[84]
PILANIUS
Yo digo que son desdichadas las hermosas y que
dizen bien: «lo de todos desseado, a gran peligro es guardado».[85] Y que «la
muger y la ceresa por su su mal se afeyta; pues ésta es requerida y la cereza,
comida». Pero, Ammonio viene, que nos dirá cumplidamente lo que passa.
— ¿Qué es, señor Ammonio?
AMMONIUS
No me digáys nada, que, en ver el palacio real
tan triste, me querría salir del mundo ¡Una doncella que era un ángel en la
tierra, assí en el rostro como en la buena vida, hazer un caso tan feo!
PILANIUS
¿Y cómo pudieron salirse? ¿Quién osaría
acompañar a la hija de su Rey? ¿Quién les daría cavalgadura?
AMMONIUS
Cavalgadura blanda[86] llevava;
porque un viejo dize que vio de su ventana una donzella, que llevava a cuestas
a un mancebo con grillos a los pies, y doliéndose dellos. No sabiendo, ni
creyendo ser la Infanta, calló.
PILANIUS
Ænaria stolida, quæ parentem tuum præcipuo
quodam amore colere, obseruare, atque tueri debebas, in uarias calamitates
inopinantem coniecisti!
AMMONIUS
Quid diceres, si rem omnem intelligeres?
Profectò roboris in me tantum non est, ut acerbitatem tam grauem queam perpeti.
Sed audi iam, cùm pater eius multos annos sine filio esset, grauiterque ea re
angeretur, tandem natus est filius, sed oculis captus, ita ut non facilè
deiudicari posset, maiorémne dolorem percepisset ex orbitate, an perciperet ex
unici filii cæcitate. Omnia remedia, omnes medicorum conatus mali pertinacia
elusit. Iam ad septimum annum peruenerat puer, eique patrio quodam ritu primam
comam tonderi, nomenque imponi Martis et Veneris auspicio oportebat, cùm præter
omnium spem, subitò oculis uti cœpit. Incredibili lætitia perfusus pater,
regionis Principes omnes ad magnificas epulas uocauit. Fortunatissimus sibi Rex
uidebatur. Sed in hoc medio apparatu recordatus est filiæ; eam accersi iussit,
ut paulisper sua saltatione aulam et puellas nobiles exhilararet. Quæsita diu,
nusquam apparuit. Pater, torpore quodam captus, languebat immobilis, aut inopia
consilii, aut casu nouo tarditatem iniiciente. Filiam enim dilectissimam
amisisse miseriùs esse ducebat, quàm in crucem tolli. Ceterùm, ubi intellexit
eam cum Alberto discessisse, ita furere cœpit, ut inflammatus in forum
curreret, omnes arma capere iuberet, eius oculi arderent, totque ex ore
crudelitas emicaret. En fin, ha
hecho açotar todos los carceleros y los que guardavan, y él va desatinado por
essos bosques, jurando que a él y a ella los hará quartos.
PILANIUS
Ecce fulmen, nam Albertus, quem propter
immortalia in omne hominum genus beneficia æquum erat, nostrisque rationibus
conducebat esse immortalem, periit, et ei repentina quædam uis fortunæ, in
optima spe altissimi gradus ciuitatis, uitæ finem attulit, et commoda illa
nostra, studiaque restinxit. Heu, mens hominum! Heu, uenturi nescia fati![87]
«Tras el ñublo viene el sol», y «tras un tiempo viene
otro».[88]
Tarde es. Muy alterados van los negocios. Si
él se estuviera en la cárcel, llegaran por tiempo Príncipes de Italia, que
recabaran perdón del Rey.
Yo no me espanto dél, pues por salir de la
cárcel qualquier se aventura a lo que puede venir. Pero el de la donzella es vni bravo
atrevimiento.
Bien parece que no entendéys «quánto puede el
amor».[89] Nonne Scylla longè formosissima nihil de
amore cogitans, inter æquales suas in lusu pilæ, cùm (ut fit) imprudens studio
prouecta longiùs processisset, ad ipsa usque urbis mœnia perueniret, unde
castra hostium prospiciens, Minoa conspicata est, cuius amore icta scelus illud
immane commisit?[90]
AMMONIUS
Sexcenta occurrunt exempla. Nonne apud Poëtam[91] uirgo quædam blandè appellans, mira animi
simplicitate confitetur matri, se ictam uulnere amoris, desiderioque
adolescentis captam, non posse telam texere?
PILANIUS
Non est quod dubites eam uim esse amoris, ut e
pectore eorum quos occupauit eiiciat reliquas omnes curas, et exturbet ex animo
puellarum muliebria cuncta studia, non tantum instrumenta lanificii. Pero vamos a saber si los han hallado, que, pues
tanta gente va tras ellos, impossible es que se escondan.
¡Qué dolor será verlos
sacar a sentenciar!
<10>
ALBERTUS. ÆNARIA.
VULPINUS.
<ALBERTUS>
Video, hera, excellentissima summæ felicitati
summam coniunctam esse miseriam. Id autem colligo ex uoto Pyrrhi illius Regis
prudentissimi. Is enim ubi immolaturus templa inuiseret, non regni ampliorem
modum, non de hoste uictoriam, neque diuitias, quibus mortalium plerique
attoniti inhiant, sed sanitatem a diis petebat, quoniam, hac parte bene
constituta, multò feliciùs omnia cessura uiderentur. Nam si toto sinu sese
effundant fortunæ afflatus, absit autem bona ualetudo, nullum emolumentum
magnopere iucundum percipies.[92] Mihi tecum minus est. Sed, quoniam sum tui
amantior, quàm temporis, malim te sospite in carceribus detineri, quàm te
ægrotante regnum Daniæ adipisci.
¿Cómo
es ello, señor? Por un poco camino que avemos andado, ya tengo de adolecer?
Vuestra Alteza es delicada y tiene el trabajo
doblado en yr a pie y llevarme a cuestas. Si yo hallasse cómo romper estos
grillos, yo le aliviaría de todo lo que padece.[93]
La buena empresa que lleuo me haze no sentir
trabajo, pues fue mi propósito librar a un tan buen Príncipe, que tan sin culpa
estava preso, y no ser ingrata a quien de tan lexos me vino a buscar.
Escondámosnos en aquellos xarales, porque ya amanece, no nos hallen, pues es
cierto que nos vernán a buscar.
Pues yo me esforçaré poco a poco a yr a pie.
— Mas ¡triste de mí! ¿Qué
es lo que veo? Un caçador asoma.
No se espante. En tierra de mi padre estamos:
cavallero vassallo es. Yo le haré que no nos descubra.
VULPINUS
Quantumuis uenatio nullam adferret
commoditatem,[94] hoc solùm mihi laboris præmium uidetur
insigne, nempe silentium, quo animus feriatus a tumultu urbano, potest libera
cogitatione res suas percurrere. Odor hic, quem rosmarinus, ocymum syluestre,
et thymi flores naribus nostris aspirant, cerebrum magna ex parte reficit. Aër
ignauus in urbe uentriculi imbecillitatem adducit; at syluestris aura eidem uires
ad concoctionem suppeditat. Volo nunc tacitus exquirere
quanti momenti sint illa, quæ ardentissimis uotis in urbe exquirimus: omnia
planè infirma, caduca et laboris plena reperio; nam potentiam metus sequitur,
diuitias sollicitudo, filios contumacia, amicitias uitæ inæqualitas,
solitudinem tristitia, societatem contemptus et labor, uirtutes difficultas,
uitia infamia; tandem in hac uita omnia sunt incerta, anxia, breuia,
turbulenta, suspicionibus plena, solaque mors non dubia ceruicibus imminet. Quare non mirùm,
tot Principes, prouinciis relictis, ad priuatam uitam, ad difficilem ac duram
solitudinem se transtulisse. Hic nulla fœminæ pulchritudo oculos meos torquet,
quod non est in postremis habendum, nam pulchritudo Regibus imperat, mortis,
infamiæ, paupertatis, quæ tria summa dicuntur mala, obliuisci nos cogit. Hæc amoris, cui omnia
subiiciuntur, et claues, et regna tenet.[95]
Con
todo esto, en toda la mañana he podido hallar liebre, ni conejo. Y, como por mi
pobreza y naypes no tengo quien me sirva, quedo puesto del lodo,[96] si no llevo
qué cenar. Pero ¿qué es esto? Caça nueva veo. ¡Por Dios, que es la Infanta! Más
me valdrá de dos mil escudos. Yo recabaré della estrena, porque no la descubra,
y después, de su padre, porque la manifieste. Yo saldré de mal año, y a ella
llévenla los diablos[97].
¿Oyes, Vulpino?
Ya passó el tiempo que a mí dezían «oyes» Bien puede
echar un «vuestra merced», que muger que se huye con los presos obligada es a
honrar a los que no hazemos semejantes vellaquerías.
ÆNARIA
¡O, Dios! ¿Y qué es lo que
oygo?
Peor oyrá, pues el rey ha prometido al que le
cuente lo que yo veo diez mil ducados.
Yo te
daré treynta mil. Vente conmigo a mi tierra y toma este diamante, que vale mil.
Soy contento. Quedaos a Dios.
(¡O, qué pieça! Buena caça he hecho
esta mañana. Si quiero yr a su tierra, gran riqueza terné. Pero más me vale
gozar de la moça, y después acusarla he a su padre.)
¡Ola, ola! No hay nada hecho: yo
tengo de dormir con la Infanta, o yo la acusaré.
ALBERTUS
Heu! Heu! Nunc intelligo felicitatem Agamedis
et Trophonii;[98] nam cùm templum Apollinis Delphici
condidissent, petentes a Deo mercedem pro laboribus susceptis, die septimo
mortui sunt. Et Midas rex in uenatione
Silenum cœpit; a quo didicit optimum esse non nasci, aut quàm ocyssimè aboleri.
Si
ipse in carcere mortem adeptus fuissem, non audirem huius bestiæ bipedis beluinam
uocem.[99]
¿En qué quedamos? Que me voy a accusaros. A fe
de cavallero que lo haré como lo digo; y este quartaguillo corre bien: en tanto
seré en palacio.
Hagamos lo que pide. Sólo no vea yo despedaçar
essas carnes que a mis cuestas he traydo. No las vea yo en manos de los
verdugos de mi padre.
ALBERTUS
«Quis dabit in lachrymas fontem mihi ?Quis satis
altos
accendet gemitus, et acerbo uerba dolori?
Exhaurit pietas oculos, et hiantia
frangit
pectora, nec plenos auidum sinit edere
questus.
Magna
adeò iactura premit».[100]
¡O,
triste y desdichado! Que esto no es haver alcançado a Enaria, sino en sueños, y
haverla perdido estando despierto. ¡Cerraos, ojos míos, no veáys lo que ni aun
los quadrúpedos pueden sufrir! ¡Cerraos, orejas mías, no sintáys vuestra
infamia!
«Muera yo de muerte mala,
antes de ver a mi zagala
en manos de otro zagal».[101]
Mira, haste de quitar essa
casaca tan sudada que traes.
Soy contento, mi
señora.
— ¡Ay! ¡Ay! ¡Ay!
Señor Alberto, ayuda, que no le soltaré: la
cabeça le tengo embuelta en la casaca.[102] Con su misma
espada le puede matar y huyremos en su quartago.
¡Perdón! ¡Perdón! ¡Misericordia, señor cavallero!
La que tú tenías conmigo. ¡Allá yrá con
los diablos essa alma tan maldita!
<Mata Alberto a Vulpino.>
<11>
PETRONIUS.
LAUREDANA. ALBERTUS. ÆNARIA.
<PETRONIUS>
Bozes siento en este bosque, y de muy gran
dolor. Dende que tomé orden de cavallería[103] jamás he
faltado a los que piden socorro. Quiero correr. Hermana, aguijemos. Dad de
espuelas al cavallo y vayan lanças en ristre. Allí veo un tendido, y el que
tiene la espada sangrienta está a pie. Sería cosa fea no apearnos.
—
Di, gentilhombre, ¿eres cavallero?
Sí, soy. ¿Por qué lo
pedýs?
LAUREDANA
Quoniam uidetur alienum ab equestri dignitate,
ut ad hunc modum uiatores interficias, et compedibus istis intelligo, te
nefarium aliquod scelus commisisse.[104]
ALBERTUS
Hui! Quis te arbitrum elegit?
LAUREDANA
Nobilitas et amplitudo generis mei; nam hæc
cogunt et mouent me, ut afflictis opem ferat. Et quamuis nulla spes est iam in
hoc cadauere, tamen, ne aliis deinceps nocere possis, efficiam hodie, ut
aliquis carnifex, posteaquam meo gladio perieris, tibi geminum laqueum
innectat, et in hisce arboribus altiorem ramum deligat, ut honestius ac splendidius pendeas.[105]
ALBERTUS
Si
militari iactantia res heroicæ tractandæ sunt, tu meo pugione confossus
miserabiliter duplici capistro, et fœdo supplicio in arbore strangulatus
pendebis.[106]
LAUREDANA
Ad rem! Tempus enim frustra consumimus. Age,
ne possis aliquando fingere uictoriam tibi fraude præreptam fuisse. Accede:
liberabo te istis compedibus, et ne certamini te imparem inopia armorum fuisse
dictites, galeam, clypeum, loricam, et ocreas fratris mei accipito.[107]
PETRONIUS
Hæc non facerem, nisi
intelligerem te nobilem esse. Cape iam hanc galeam.[108]
¿Qué es lo que veo? ¡Ésse
el rostro de mi hermano Petronio es![109]
¿Cómo? ¿Quién soys vos?
ALBERTUS
El que nascí para
cárceles: Alberto.
¡O, gran Iúpiter! ¿Qué es lo que oygo? ¿No
veys, hermana, quán desfigurado está?
¡Tal
avrá padecido! Pero ¿qué señora es aquélla que está allí tendida? ¿De qué
murió?
¡Ay,
infanta Enaria! Si muerta eres, yo no bivo: edificadnos un monumento y,
sepultándonos en este bosque, haréys que los que la vida no permitió estar
juntos, la muerte nos tenga acompañados. ¡Ay! ¡Ay![110]
Echémosles agua deste
arroyo.
Primero a la Infanta,
porque della vendrá más presto el remedio.
¿Quién me echó agua en el rostro?
«O,
villanos!
No me toquen <v>uestras
manos;
si no fenescerán vuestros días.
Dexad comer de gusanos
estas tristes carnes mías»[111].
Matastes a mi señor ¿y venýs a aumentar
mis dolores? Matadme presto, si queréys que en alguna cosa os conozca por
misericordiosos. ¡O, Alberto! Por mí padeciste tantos años cárceles y, sin
jamás haver tenido lugar para lo que desseavas, moriste a manos de ladrones.
Esfuerça, esfuerça, mi señora, que Alberto
bive y yo soy su hermano, que, viniéndole a librar de la cárcel, le topé como
viste.
ÆNARIA
¿Dónde está? Que yo no os creo.
Venga, señora. Tómele de la mano, para que
recuerde;[112] que le vino un
desmayo en ver a Vuestra Alteza muerta.
ÆNARIA.
¡Alberto!
¡A, mi Alberto! Agora que la ventura esperada te viene, ¿le huyes?
¿Qué boz es la que siento? ¡O, linda como el
arrebol! ¡Hermosa más que Diana! No temo yo a toda la cavallería de tu padre,
pues te veo sana, y puedo pelear al lado de mis hermanos.
Pues, señor, vamos de aquí, no nos halle mi
padre.
Mas antes lo yremos nosotros a buscar. Veamos qué
gente viene, hermana. Salgámosles <los>j dos al camino,
que estamos más a punto de guerra.
<12>
APPARITORES
DUO.[113] PETRONIUS.
LAUREDANA.
APPARITOR <PRIMUS>
Equidem non possum satis mirari insignem
prudentiam Alberti, qui latere tam diu potuerit! Nobiles, plebeii, senes,
pueri, uiri, et fœminæ uix, ac ne uix quidem, uestigium aliquod urgente, et
minacibus uerbis instante Rege, toto diebus ac noctibus inuenerunt.
La gran codicia de quererlos hallar nos ciega.
Pero teneos, que veo estrangeros. ¡A ellos! Desviado se han. Aguardemos, que,
por mucho que rodeen, aquí vendrán.
APPARITOR <PRIMUS>
Audiuisti ne insigne facinus Rumbonii?[114]
APPARITOR
<SECUNDUS>
Tantum audieram a te iussu regis in carcerem coniectum; causam prorsus ignoro. Tu rem gestam
expone, dum illi huc accedunt.
APPARITOR <PRIMUS>
Amabat extrema linea
filiam Regis Rumbonius...
PETRONIUS
Bene est: illam seruabit Albertus.
APPARITOR <PRIMUS>
Ceterum, cum intellexisset Regem decreuisse ut
Albicio principi nuberet, immane scelus excogitauit; simulata enim amicitia,
Albicius porta arcis egressum inermis et composito uultu salutauit, accedensque
propius simulatione secretioris colloquii, procedentem comitatus est, pedes
equitem habenas molliter tractans, tam diu de annonæ supplemento uerba producit
quo ad peruentum est, ad hortos quosdam ubi sicarios paratos reliquerat. Ibi frænum
arripuit, signum dedit continuò, erumpunt sicarii, perturbatumque inopinato
malo Albicium circunsistunt. Ille nihil se deserit, calcaribus equum, sed
frustra incitat, atque incuruum gladium quo militari more cinctus erat,
ferociter educit. Sed obluctantem sicarus falcato hastilis unco per ceruicem
corripit alter se ingrate proditum profundo suspiria conquerentem obtruncat
iussit rex ut Rumbonium in uincula coniicerem. Conieci. Sed externi equites
accedunt.
—
Señores, tened al Rey.
Digo que en todo lo que mandare con toda
lealtad le obedeceremos. Pero quede aquí el uno para nuestra guarda. Y, pues
tan cerca está la ciudad, vaya el otro a pedir al Rey salvo conducto, porque el
que nos dieron en el puerto aquí se acaba; y dadle estas cartas de los
Príncipes y Reyes de Italia y Francia.
APPARITOR <PRIMUS> Yo
iré; dénmelas.
Señor hermano, en tanto
que aquel alguazil va y viene, contadnos vuestro camino.
Havemos venido tan de priessa que no tenemos
qué contar de cosas señaladas; porque de qualquier negocio que se nos
offreciesse nos desviávamos, por no perder la sazón de sacaros de la cárcel.
Los otros caminos antes de éste, las aventuras y lo demás quieren mucho
espacio.
A lo menos cuénteme lo que Ecelino me dixo de la
prisión de África.
PETRONIUS
Rem haud dubiè prodigiosam exquiris, nam tyrannus quidam ita non solùm
me, sed clientes suos affligebat ut uix credibile uideatur; nam, ut erat
ingenio audaci, auaro, impio et nunquam cædibus saturato, odio lætali ita
euastarat florentisssimas urbes, ut cum aduersarum partium sibi suspectos
substulisset, in amicos et familiares grassaretur, hi conspirantes in tyrannum
liberarunt me hac lege, ut cum ipsis arma caperem id libenter feri, et alios
cohortatus primus arcem conscendi, et barba apprehensum tyrannum pugione
confeci.
¿Tenía vuestra merced algún regalo en aquella
cárcel?
PETRONIUS
Audi: ædificarat in singulis in urbibus atque
oppidis carceres tenebris horribiles, in quos inuisorum agmina contruderet, ut
inedia miserabilique illuvie, tetro odore, et lurido squalore enecti, in
compedibus et robore crudeliter interirent; putrescentiumque cadauerum immenso
fœtore ceteris pallentibus exoptata mors contagione et metu accerseretur. Erant adeò truculenti custodes, ut rarò carceres
stercore, et cadauerum sanie redundantes expurgarent, et cumulata inter
semianimes enectorum corpora, uncis extraherent. Vix carceres spatiosissimi
captiuos accumulatos etiam in strues capiebant. Vix tortorum atque carnificum
numerose manus edendis cruciatibus expediendisque laqueis atque securibus
sufficiebant; uiui homines in frustra laniorum cultris secabantur, aut deligati
ad palos et circumuenti flamma torrebantur. Capitale erat tortori, aut
carnifici maturasse supplicia, ut uita per articulos, momentaque temporis ad longos
cruciatus extenderetur. Si quando fictam clementiam uellet ostendere, eos quos
leue crimine notatos uidebat monoculos, unipedes, aut unimanos dimittere
consueuit, postremò lugentibus suorum funera oculos eruebit.
ALBERTUS
Señor, no cuente más, que se me erizan los
cabellos; y tal monstro como éste no sé que elementos le sustentavan.
Apartémonos un poco, que reposa la Infanta, que ha dos noches que no duerme.
Señores, ya buelve mi compañero. Veamos qué
provisión trae.
Señores, su Magestad ha leýdo muy atento la
suplicación y las cartas de los Príncipes de Italia y Francia y quiere seguir
orden de justicia. Dize que da quinze días de tiempo para el combate, y en este
medio ha de estar Alberto y mi señora la Infanta en cárcel. Y, si vencieren los
estrangeros, casará muy honrradamente a Alberto con mi señora; y si fueren
vencidos, hará quartos a hija tan desobediente y a prisionero que le causó
tanta affrenta, como más largamente en esta cédula de seguro firmada con el
sello real se contiene.
Si yo pudiesse entrar en la batalla, no
sentiría congoxa alguna; porque, pues con mi lança y espada avía de ser librada
mi señora, aunque viniesse Hércules, no me espantaría.
¿Cómo, señor hermano, tan poco fiáys de mí?
Tened por cierto que, aunque soy donzella, no se ha hallado cavallero hasta hoy
que me hiziesse bolver el rostro, y tengo mucho más exercitadas las armas que
la rueca, ni las randas de palillos.[115] Yo he passado
los siete peligros del mundo, que a un valeroso cavallero illustran, pues me he
visto en combate en estacada con otro a todo trance. 2. Y correr puntas
amoladas. 3. Y ser la primera a subir a escala vista en una muralla. 4. Entrar
y salir primera de una mina. 5. Ser primera en saltar en una galera. 6. Ganar
en batalla campal estandarte. 7. Matar o prender en batalla campal príncipe
señalado. No esperava yo essa affrenta de vuestra merced en esta jornada.
PETRONIUS
No os engañéys, hermana, que el amor y cuydado
de no perder lo que possee haze a nuestro hermano dudoso en esta jornada. Pero
dexaldo, que, pues en la cédula del Rey está proveýdo que estos quinze días
esté en el castillo de Xátiva,[116] y dizen «los
duelos con pan son buenos».[117] La cárcel, con
tal compañera, será passadera; pues en nuestras lanças y espadas están las
llaves con que serán libertados. A Dios, señores, que nos vamos a presentar al
Rey.
Venga vuestra Alteza y, aunque vee estos palos,
no imagine que va presa. El castillo está cerca; no creo estará en él cinco
días.
Dios lo quiera.
<13>
SALENTINUS.
BOLANUS.[118]
<SALENTINUS>
Qvid hoc, mi Bolane? Vides ne quàm sint omnia
mutata in melius? Periera<m>usk haud dubiè,
nisi periissemus. Iam nulla est cura de patria; hic sedes quietas inuenimus.
Alberto duce, Alberto uiuente, omnia fausta et læta succedent. In hac urbe erit
ueræ uirtutis domicilium, perpetuique splendoris hospitale diuersorium cunctis
gentibus patebit. Inuehentur huc omnes
artes Italiæ, et cultus ille ex humanitate aulica promanans. Huius gentis mores
ad arma et latrocinia natæ, ita mutabit Albertus, ut regnum ex plumbeo aureum,
detersaque rubigine splendidum redditum esse fateamur.[119]
¡A!
Passo, hermano, que Alberto, en vernos,[120] de la ventana
ha abaxado. No le sufre el coraçón guardar con nosotros la gravedad que solía.
No le demos luego la buena nueva, que podría causarle alguna enfermedad, o
morir de súbito con el gran contento. Finge que estás muy enojado conmigo, de
modo que nos oyga.
—
Escúchame. ¿Parésceos bien lo que hezistes anoche, jugando al basto y malilla
tan empuñado y feroz?[121]
Vos que soys «tú», soys muy ruyn hombre; y os
lo provaré, que ya sabe todo el mundo que no me dexo sopear[122] de nadie. Y,
por no oyr un «vos» de tú,[123] me yría a
Monicongo.[124]
Vos soys un nescio, porque agora que estoy en
espectativa de un gran cargo, me havíades de halagar. Más ha de ocho días que
estoy decorando[125] a quien diré
«vos», a quien «vuestra merced», si haré continencia o reverencia, un passo adelante
y otro atrás, para recebir un cavallero que me viene a visitar; si le daré
silla de espaldas de cuero o de terciopelo; silla rasa o banquillos; si les
mostraré el gesto dulce o grave; si me han de hablar cubiertos o
descaperuçados.[126]
Echa mano, que la espada
lo averiguará.
¡Teneos! ¡Teneos, vellacos! ¿No bastan mis
desdichas?
No diga Vuestra Señoría desdichas, sino
prosperidad y buenaandança, pues queda yerno del rey de Dinamarca con gran
contento.[127] Y, para que
vea quán liberal ha sido el Rey, pondere cómo todo este reyno es más de lo que
allá en Italia se creýan.[128] Pues les
parescía que por el gran frío era inhabitable y que los Romanos havían hecho un
gran milagro en llegar al cabo de Scagen, que es en la parte occidental, que
llamamos Iutlandt[129] y los
estrangeros llaman Cimbrica Chersonesus,
porque se pone entre dos mares, como una lengua de tierra. Ésta se queda el Rey
y la parte oriental, que tiene las grandes islas ricas y fértiles de la
Scandinavia, Fion, Falster, Lalandt, Zelandt y las demás da en dote a vuestra Excellencia. Allí baxo, en aquel
cortijo, están las damas para vestir a la Infanta. Vístase vuestra Excelencia
estas ropas que le traemos.
Cuéntame cómo passó la
batalla.
Es cosa larga. En el
camino la diré.
— Y estos señores yrán a
cenar.[130]
FINIS.
<COLOFÓN>[131]
Ne mihi vitio vertat benignus lector
non servatas esse Comediæ leges, quando quidem Farsas hispanicas, non Terentii
grauitatem, in gratiam vulgi imitatus sum.[132]
[Traducción: No me acuse
el benévolo lector no haber guardado las normas de la comedia, cuando en gracia del pueblo he seguido las farsas españolas y no el rigor de
Terencio.]
SELECCIÓN BIBLIOGRÁFICA
Alonso
Asenjo, J., “Dos mujeres de armas tomar en
De la Granja, A.,
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Gallego Barnés, A., "La risa en el
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Gallego Barnés, A., Juan Lorenzo Palmireno (1524-1579). Un humanista aragonés en el Studi
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Leal, J. y Sirera, J. L., Juan Lorenzo Palmireno ensaya la Fabella Ænaria
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Maestre, con un prólogo de Josep Lluís Sirera y Juli Leal, Valencia,
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Maestre, J. Mª, "El papel del teatro escolar en la enseñanza de la
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Maestre, J. Mª, "En torno a las fuentes del Dialogus de Juan Lorenzo Palmireno", en F. Sojo Rodríguez,
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Maestre, J. Mª, “Valencia y su Studi
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Maestre, J. Mª, "Formación humanística y literatura latino-renacentista: a
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Mérimée,
H. [1913]: El arte dramático en Valencia
(Valencia, Institució Alfons el Magnànim-IVEI, 1985), t. I, pp. 248-270.
© Julio Alonso Asenjo, 22 de setiembre, 2003
[1] «... porque las ficiones
que no tienen imitación y verisimilitud, no son fábulas, sino disparates, como
algunas de las que antiguamente llamaron Milesias, agora libros de cauallerías,
los quales tienen acaescimientos fuera de toda buena imitación y semejança a
verdad» (Filosofía
antigua poética, Epistola V).
[2] Fuente: J.
L. Palmireno, Phrases Ciceronis, Hypotyposes clariss. virorum, Oratio Palmyreni
post reditum, ejusdem Fabella Ænaria. Ex officina Pet. à Huete. 1574. 8º.
64 folios. Ejemplar de la Biblioteca Histórica de la Universitat de valènica,
sig. R 1/66. Texto de la Fabella Aenaria en fol. 46v-64r. Ænaria
es el nombre latino de la isla próxima a Nápoles que hoy llamamos Ischia.
[3] hongo:
algo que no vale nada.
[4] fría: 'sin gracia, sosa'.
[5] divertir:
del latín divertere, 'separar,
apartar'.
[6] la joya: premio que el Consell o
Ayuntamiento de Valencia otorgaba a la mejor representación.
[7] Dionysio Halicanasseo es Dioniso de Halicarnaso, famoso historiador y
crítico literario griego del tiempo de Augusto.
[8] in componendis verbis: Cic. Brut. 68; calamistris inuere: Cic. Brut. 262.
[9] ætate hac ingrauescente:
Cic. Cato 2, 6.
[10] obtorto collo: Cic. Cluent. 59.
[11] boui
clitellas imponere: Cic. Att.
5,15, 3.
[12] Tácito habla de Julio Sabino en su Hist. 4, 67, prometiendo desarrollar su
historia en otro lugar, pero no lo conservamos. A este personaje histórico se
refieren Dion Casio, LXVI, 3 y 6 y sobre todo Plutarco, Amatorius, 25. Sin embargo, la fuente directa de este argumento,
aunque derive en última instancia de Plutarco, parece ser la obra de P.
Victorio, que la toma de Cornelio Tácito, en sus Variarum lectionum libri XXV, Lyon, Apud Ioannem Temporalem, 1554, lib. XVIII, c. XV, pp. 327s (según
Maestre Maestre, 1998-a, 104-107). Palmireno cita a P. Victorio junto a Tácito
en sus Hypotyposes (Valencia, Huete,
1574), a las que seguirá en ese volumen misceláneo la Fabella Ænaria. La historia
de Julio Sabino y de Eponina y sus dos hijos (no los tres que se inventa
Palmireno, uno de ellos mujer) se ofrece como hypotyposis en esa obra, fol. 37r-38r.
[13] Este nombre, de étimo céltico, significa
'yegua' (como animal muy preciado); P. Victorio menciona la procedencia gálica,
pero lo traduce mal, haciéndolo equivalente al español 'dama', opinión que
recoge Palmireno, o. c., fol. 38r, aceptada por Maestre Maestre, 1998-a, 107.
a O: Commundades. Comunidades había pasado a significar ‘rebeldía’ y ‘sublevación
contra la autoridad divinalmente constituyente’.
[14] tóxigo:
'veneno': 'se había envenenado'.
[15] madrina:
'comadrona'.
[16] Como se demostrará en escenas posteriores,
Lauredana representa en esta obra de Palmireno una variante del tipo de
«doncella guerrera» o de la «virgo
bellatrix», que estudia M. C.
Marín Pina, en su art. "Aproximación al tema de la virgo bellatrix en los libros de caballería españoles": Criticón, 45 (1989), 81-94. Tiene varios
rasgos en común con la Florinda de Platir
(Valladolid, 1533), pues su acción lleva al rescate de la prisión del Príncipe
Alberto, y otros con las mujeres belicosas, guerreras por naturaleza (tema
derivado del de las amazonas), representadas en los libros de caballerías (a
los que remite para explicar su actuación) por la Minerva de Cristalián de España (Valladolid, 1545),
obra de Beatriz Bernal (Marín Pina, 91s).
[17] trabajos y adversidades: comedia erudita
italiana, comedia bizantina...
[18] Desconozco si el nombre Fumanus remite a algún
personaje histórico o de ficción. Ecelinus
se llamó el lugarteniente de Federico II en Italia, famoso por sus crueldades. Cf. Albertino Mussato, Ecerinis.
[19] Probablemente por error del componedor, el
texto castellano de esta escena aparece en cursiva en la príncipe.
[20] a la
hora: 'al momento', ‘en seguida’.
[21] Pasaje inspirado en A. Alessandri, Genialium dierum lib. II, p. 178
(Maestre Maestre, 1998-a, 108).
[22] Varrón, Satiræ
menippeæ, v. 269-280 (Palmireno -o su impresor- omite el v. 274). La ed.
crítica de Astbury, 1984, presenta las siguientes variantes: v. 271: chorean astricen; v. 272: nubes aquai; v. 273: obduxerant; v. 277: ramos, syrus; v. 278: naufragi
ut ciconeæ; v. 278: bipinnis; v.
279: uapor; v. 280: perussit altè mæste. Acudiendo a un
clásico para describir una tempestad, Palmireno se adelanta a otros autores del
Siglo de Oro (Cervantes, J. Alcalá Yáñez, Lope de Vega...), que se acercan para
ello de modo particular a obras de novelistas griegos (Caritón de Afrodisia,
Heliodoro y Aquiles Tacio); véase J. L. Flecniakoska, "Le thème de la
tempête maritime et son rôle dans la littérature romanesque du Siècle
d'Or", en Estudios dedicados al
Profesor Emilio Orozco Díaz, I (Universidad de Granada, 1979), 485-492.
[23] Ticinia:
Su nombre podría derivar del nombre del río Ticino, Tesino o Tesín, afluente
del Po. Junto al Tesino ganó Aníbal una famosa batalla.
[24] Exoletus,
part. pasado de exolesco viene a
significar lo mismo que adolescens.
Hoy decimos ‘joven’; entonces, ‘mancebo’.
[25] Zopyri
talenta: los talentos de Zópiro. Quizá se refiera aquí Palmireno al personaje
de este nombre que se da en un episodio
folclórico de Heródoto, Historias, III,
153-60, Ζωπυρος. Zópiro fue un astuto persa
que caviló el modo de rendir a
Babilonia, sometida a cerco por Darío:
pasarse a las filas de los babilonios por despecho contra su rey, que lo
ha mutilado vergonzosamente; habiendo quedado antes con Darío en los asaltos a
acometer en fechas determinadas, previene a sus anfitriones, hasta que en la
última oportunidad y ganada ya totalmente la confianza de éstos, abre las puertas
a sus compatriotas. Darío conquista Babilonia, ciudad que arrrasa, y premia
generosamente a Zópiro. Juan Espinosa de Medrano (El Lunarejo), escribió un
auto sacramental en quechua sobre ese episodio en el Perú (cf. J. Fradejas,
"La parábola del hijo pródigo en el teatro y la literatura", en F.
Ramos Ortega, coord., Actas del Coloquio
"Teoría y realidad en el teatro español del siglo XVII. La influencia
italiana" (Roma, 16 a 19 de noviembre de 1978), Anexos a Pliegos de Cordel, II, Roma,
Publicaciones del Instituto Español de Cultura y Literatura de Roma, 1981,
446s. Un personaje de este nombre aparece, como dechado de «fidelidad» en el Quijote I, 47 (p. 504).
[26] parcos:
se trata de cotos para favorecer el ejercicio de la caza de los príncipes.
[27] No me consta en Italia una ciudad de dos
ríos. Pero dadas las «anacronías y anatopías» del relato bien podría el autor referirse a Estrasburgo,
situada entre el Ill y el Rhin; o, mucho mejor, a Lyon, fundada en la
confluencia del Ródano y el Saona. Un documento prácticamente contemporáneo de
la F. Ænaria resalta precisamente
esta circunstancia al hablar de León de Francia, «que en grandeza y probisión y mercadería ya veis el nombre
que acá tiene, que mucho más es el hecho; tiene
dos muy caudalosos ríos, por los quales se puede ir a la mar, con muchas barcas
que van y vienen; casas muy
buenas...» (ed. de F. García
Salinero, Madrid, Cátedra, 1980, p. 377s). El subrayado es mío. Por otra parte,
los países contrapuestos a Dinamarca normalmente en la Fabella son Francia e Italia.
[28] Son versos del canto CXXXI del Satyricon de Petronio con alguna
variante respecto a otras ediciones: bacis
redimita; trepidanti vertice; vexabat rore; Procne.
[29] Cf. «Nam
miranda canunt, sed non credenda poëtæ»
(Catón). Es doctrina
antigua que de diversos modos recogen los autores. Así Luisino, comentando Ad Pisones de Horacio: «Poetæ sibi nomen asciscunt, non propter carmen, sed propter
fabulam et fictionem»;
«Poeta est enim non propter metrum, sed
propter fabulam». Y, más claro, Isidoro de Pelusio [2ª mitad del s. V]: «Poeticæ materia est mendacium».
[30] impedimenta
omnia amoliri: Sisen. 74 (Maestre Mestre, 1998-a, 112).
[31] tartuga: sic O. Sátira social
que juega con el dicho «las cosas de palacio van despacio». Es frecuente la crítica de la vida palaciega o cortesana
en esta farsa; quizá porque la salida profesional de muchos alumnos de
Palmireno era ese tipo de vida.
[32] neblís,
alcotanes...cernícalos: Son todas aves rapaces utilizadas en cetrería. El
tagarote es una especie de halcón menos estimada que las otras; sirve como
ayuda o complemento en la caza. El cernícalo es un halcón pequeño, rapaz de
segunda categoría; se usaba en comparaciones con matiz peyorativo, como aquí,
en un alarde de misoginia muy propio de la época.
[33] Virg, Æn
II, 3.
[34] Esta historia es muy semejante a la del
trovador Jaufré Rudel, según se nos cuenta en su Vida; véase su canción Amors de luenh, en Martí de Riquer, Los trovadores, I (Barcelona, Ariel,
1975), p . 149 y 163 respectivamente. El hecho de que una dama principal se
enamore de un extranjero y preso e intente liberarlo reaparecerá en la Madalena
de El vergonzoso en palacio de Tirso (II,1).
[35] Virg. Æn. 11, 426s.
[36] Ov. Met
15. 640.
[37] Escena
episódica entremesística o paso.
[38] Orestilla,
nombre formado a partir de Orestes, héroe mítico griego y protagonista de la Orestíada de Ésquilo, única trilogía
trágica griega que se conserva. Pudo imponérselo también Palmireno por Aurelia
Orestilla, por la que Catilina había matado a su hijo al ser obstáculo a su
unión con ella, o una de las hermanas de Calígula, con la que, para imitar las
costumbres egipcias, se casó el día en que ella iba a unirse en matrimonio con
Gayo Pisón.
[39] Pantalabus:
Probablemente, más que por su sentido etimológico, Palmireno dio este nombre al
personaje, por lo mismo que Erasmo apodó así a Fr. Luis de Carvajal, defensor
del monaquismo (ver Bataillon, Erasmo y
España, c. VII, 316ss; la referencia en p. 327), en referencia a Horacio, Sat I, 8, 10s: «Hoc miseræ plebi stabat commune sepulchrum! Pantalabo scurræ
[‘bufón’] Nomentanoque nepoti».
[40] Soleta:
probablemente nombre jocoso, como Pantálabo, que puede significar 'remiendo',
ya que es una pieza de tela que se utiliza para remendar el pie de
las medias o calcetines.
[41] Sic vos
non vobis es el comienzo de los versos completados por Virgilio (Sic vos non vobis nidificatis aves; / Sic
vos non vobis vellera
fertis oves; / Sic vos non
vobis mellificatis apes; / Sic vos non vobis
fertis aratra boves) para
reivindicar, frente a Batilo («Hos ego versiculos
feci, tulit alter honores»), su autoría de los de un epigrama que
anónimamente había compuesto para halagar a Augusto: «Nocte pluit tota, redeunt spectacula mane : divisum
imperium cum Iove Caesar habet». La
glosa del bachiller no es tal, sino una composición ramplona que, para su
irrisión, en su boca pone el autor.
[42] frialdades:
'soserías, bobadas'.
[43] antidora:
Es grecismo que significa literalmente “contra-don”. Aparece en un único
fragmento del Digesto (5, 3, 25, 11), exhumado por los glosadores de
finales del siglo XII, y se entendió como la obligación natural de gratitud del
beneficiado para con su benefactor.
[44] Falces
postulabam! = ¡Pedía hoces! Se trata
de un adagio escogido y explicado por Erasmo que corresponde al dicho español:
“Si no quieres caldo, dos tazas”.
[45] catamiento:
de «catar», en el sentido de ‘registrar o valorar’; terradgo, por «terrazgo», es 'terruño, tierra de sembradura'.
[46] alfonsarios
es voz antigua por «osarios» o «cementerios».
[47] censales
es una especie de hipoteca. María Moliner, s. v. censo, lo describe así: «Obligación o carga que existe sobre
alguna propiedad, por la cual el que la disfruta tiene que pagar cierta
cantidad a otra persona, bien como intereses de un capital recibido de ella,
bien como reconocimiento de su dominio sobre la finca».
b O: ne dumhominem.
[48] vna (sic
O)
primor y puntillo: Primor es cuidado y delicadeza
con que se hace algo y puntillo,el
amor propio exagerado o puesto en cosas nimias. Es frase ponderativa. Se trata
de un chiste sobre genoveses, «de quienes se dice que tienen mar sin peces,
montes sin árboles, son mercaderes sin tener dinero, saben latín [= ‘son
listos’] sin haber pasado por la escuela...»
[49] Dos
bachilleres en una casa. Posiblemente la observación remita a un dicho o
anécdota.
[50] Cosa
nueva: Es muy posible que haya un apoyo implícito del razonamiento en el
proverbio latino «nihil novi sub sole»
(más que al Eclesiastés / Qohélet 1, 10), recogido por los
escritores clásicos: «los antiguos».
[51] encante: Palmireno toma la voz con el
valor que se le daba en Aragón y sobre todo en Valencia, según explica
Covarrubias, Tesoro, s. v. almoneda: «...Y porque el pregonero en
voz alta le [el precio del artículo en venta] va cantando, se llama encante en Valencia el almoneda, tomado
del toscano, que la llama incanto»(101
a). Aquí, amén de valer por los pregones dados en «subasta» o «almoneda», o éstas mismas
actividades, hasta el siglo XVIII indicaba un espacio urbano, cerca de la Plaza
del Mercado, en el que se subastaban géneros legalmente permitidos,
especialmente ropa y objetos usados. Ver Diccionario
Histórico de la Comunidad Valenciana,
Valencia, Prensa Valenciana, 1993, s. v.,
p. 334.
[52] baroco,
baroca: El bachiller se admira de su
proeza: ha argumentado en "baroco",
término mnemotécnico que indica un tipo de silogismo utilizado en la lógica
escolástica para lograr razonamientos mínimamente convincentes en casos fortuitos.
Derivó a modo de argumentar «por los pelos» y pudo ser la base
para la designación del movimiento y período cultural llamado «barroco». Ver G. Highet, La
tradición clásica, II, México, FCE, 1986, c. XV, pp. 7-13. El cambio de
baroco a baroca puede deberse a la
necesaria concordancia con la elipsis del término “figura (de silogismo)”, o a
que realmente había dos figuras para este silogismo: baroco y baroca.
[53] los
antiguos vivían más que ahora...: Es obviamente falso. Los avances
modernos, especialmente en medicina, han alargado la vida en el mundo
desarrollado actual por encima de cualquier otra época conocida, pese a lo que
diga el Génesis de los patriarcas
antediluvianos (que es una afirmación acientífica, si acaso con valor teológico). Tampoco la vida larga
es garantía de sabiduría, y menos en época de acelerados cambios y de grandes
innovaciones técnicas que producen bruscas y profundas transformaciones
sociales.
[54] Ad aliud:
‘A otra cosa, mariposa’, pero en términos de la escolástica.
[55] Efectivamente,
a la altura de 1574 la atracción que ejercían las representaciones teatrales
sobre los jóvenes ya no constituía un fenómeno social nuevo, pero su continuo
progreso y acrecentamiento así se lo hacía ver a algunos observadores. A este
respecto es muy ilustrativo el testimonio de otro aragonés, L. Leonardo de
Argensola, que en un "Memorial" dirigido a Felipe II en 1597-1598
sobre la conveniencia de la reapertura de los teatros, declara que «este abuso
de las comedias es muy nuevo en España, pues agora treinta años apenas las
había, así en la materia, como en el hábito y personas, y raras veces en casas
privadas» (vid. J. M.
Blecua, ed., L. Leonardo de Argensola, Rimas,
Madrid, Espasa-Calpe, 1972, p. XIII).
[56] O, al margen: Iocus autoris in seipsum, pues Palmireno era entonces maestro de primera clase. «Frío»: 'que no tiene brío ni gracia' (Cov), es decir, 'soso'. Cf. C. de Villalón, El Crótalon: «... la cançión era muy fría y cantada sin arte,
gracia y donaire de la música» (c. I; ed. A. Rallo,
Cátedra, p. 97) y Quij II, 72,
«frión» (referido al Sancho del Quijote
de Avellaneda. Por otra parte, Palmireno nos dice que lleva 27 años de práctica
teatral escolar. Esto quiere decir, si el autor es preciso, que había comenzado
esta práctica en 1547-1548,
cuando pasó a ejercer de gramático-dómine en una villa del Sur del Reino de
Valencia, probablemente Cocentaina.
c O: nnnca.
[57] Mocalipsis:
No puedo aclarar con autoridad el valor del término. De todos modos, es posible
que se trate de un mote picajoso formado a partir de «moco»: ‘señor Moqueras’ o
‘Moquillo’, es decir, ignorante como un chiquillo...
[58] aquam e
pumice postulo (Plaut. Pers. 41),
adagio recogido por Erasmus: ‘querer algo
imposible’, como que la sequedad de la piedra pómez destile agua.
[59] Como pequeño entremés que es, esta escena
termina a palos.
[60] cap de
guayta: jefe policial de cada una de las parroquias de Valencia, que
capitaneaba un grupo de guardias, garantía del orden público y con facultad
para quitar las armas y encarcelar (vid.
M. Llop, en Diccionario Histórico de la
Comunidad Valenciana, Valencia, "Levante. El Mercantil
Valenciano", 1993, p. 188, ad v. capdeguaytes.
[61] Ter. Andr. 127.
d O:
au.
[62] Juvenal, Satyr 9: "Secretum
divitis ullum Esse putas? servi ut taceant, jumenta loquentur, Et canis, et
postes, et marmora."
[63] Zárate
el contador: Eran muy apreciados por su discreción y lealtad en la corte
española los funcionarios vizcaínos (o sea, vascos), como recogerá Cervantes en
su Quijote, II, 47; el patronímico
eusquérico muestra que Palmireno traslada esta situación a Dinamarca.
[64] Se refiere sin duda a Cupido. Compárense sus
armas con las de Leriano y otros caballeros de la ficción sentimental. La
Infanta parece no entender el enigma de Alberto hasta que éste menciona las
«cosas» del padre de Enaria que con sólo palabras oídas prenden, como un alguacil, apresan
en su amor y encienden a personas de linaje ilustre.
[65] se paró
como una grana: 'se puso rojo como un tomate', decimos hoy.
[66] dança:
danza y sociedad del s. XVI; danza y teatro; educación para la danza.
[67] Antilogius,
nombrado así quizá a partir de la figura retórica llamada «antilogía», que es lo mismo que 'oposición de contrarios'.
[68] Athenagoras:
nombre griego bastante común, aunque pudiera remitir al filósofo griego
convertido al cristianismo (s. II), que escribió una Apologia a favor de su nueva fe (año 177), que envió a los
emperadores Marco Aurelio y Cómmodo. También escribió otro tratado.
e El sentido del texto y la interlocución
siguiente exigen que intervenga aquí en algún momento Antilogius, que sin duda
por error no figura en el Original. Parece éste el lugar adecuado para ello.
[69] Varium,
etc: lo había dicho Virgilio, Aen. IV,
569.
[70] el amor
todo lo bien concertado desbarata: seguirán tópicos sobre el amor.
[71] burla burlada: ‘engaño total’. Era expresión común en español
antiguo. Véase A. de Guevara, Relox de
príncipes, 1529, libr. 3, cap. XLV: «¿Para qué
buscan los honbres cosas de burla, pues
todo lo deste mundo es una burla
burlada?».
[72] El
desseo haze hermoso lo feo: refrán.
[73] Famulus
Atriensis es el mayordomo, como había señalado Antilogius al final de la
escena anterior.
[74] amare ut
turdus: ‘amar como un tordo’.
f O: Athenagorm.
[75] Vays, por “vayáis”.
[76] El
hombre es fuego; la muger, estopa...: dicho.
[77] Refrán que quizá tuvo origen en un cantar. Ver
Quijote, II, 11: «—Así lo digo yo
—respondió Sancho—: quien la vido y la vee ahora, ¿cuál es el corazón que no
llora?».
[78] Barcenius:
forma latina del apellido Bárcena o Bárcenas.
g Sic O.
[79] He podido identificar la fuente de figere
ceruos, en Virg. Egl. II, 29.
h Sic O.
[80] girigonça,
por jerigonza, es ‘jerga o argot de
los maleantes’, más que galimatías o discurso enrevesado e incomprensible.
[81] Incongruencias o ensoñaciones de borracho. J.
Mª Maestre aclara así el pasaje en su edición: «Niuo y neubo, de no ser
errores de imprenta, pueden ser una deformación intencionada de niueo y nubo: recuérdese que el actor [mejor, el personaje] está borracho y
de ahí la deformación de las palabras. Niue
y nubo significan ‘estoy en blanco’ y
‘me caso’ (hablando de una mujer), en tanto que rapa e impero han de
traducirse por nabo y tengo el mando: con los dos primeros
términos, Barcenio parece pensar en Enaria, vestida de blanco para desposarse,
mientras que con los segundos, en una broma sexual, con los atributos
masculinos de Alberto» (en Leal y Sirera, p. 59).
[82] Frase de Pablo de Tarso en 1 Cor 15, 33, devenida sentencia
comúnmente aceptada y muy comentada. Corresponde a «dime con quien andas y te
diré quién eres» y varios refranes más.
[83] Pilanius,
Menetes, Ammonius. Sin datos sobre
Pilanius, bajo el nombre de Menetes
sólo veo registrado a un personaje de la mitología, pastor de las vacas de
Hades, que se enfrenta a Hércules para impedir que sacrifique alguna de
aquellas reses que tenía bajo su guarda. Ammonius
está quizá por Ammonio, apelativo de Andrea della Rena (Lucca, 1477-Londres,
1517), poeta y humanista italiano, amigo de Erasmo. Se trasladó a Inglaterra,
donde obtuvo la protección de Tomás Moro y fue secretario de Enrique VIII. Su
obra más importante es Poemata diversa
Bucolicæ vel Eglogæ.
[84] ¿Que aún
dudáys...? Puesto que el autor compone en Valencia y para un público de la
tierra o aquí avecindado, es normal que se expresara según indica la puntuación
y no, a la manera más común en Castilla: “¿Qué? ¿Aún dudáis de ello?”. Ver más
arriba: Dezid, ¿que es verdad...?».
[85] “Lo de todos desseado...” y “la muger y la
ceresa...”: dichos. Adviértase una posible indicación del seseo quizá del
componedor valenciano en la grafía “ceresa”.
[86] cabalgadura,
cabalga-blanda, como más cercano a nosotros es un juego de palabras muy apreciado del bachiller Palmireno,
así como sin duda de los chicos, que suelen gustar de estos juegos de ingenio
verbal. Posiblemente haya una evocación de la Comedia de Amphitrión de Timoneda, en la que se juega con empreñadura y "empreñablanda". Con esta obra comparte Palmireno igualmente el
aprovechamiento de sus lecturas de libros de caballerías (Timoneda pone en boca
de Sosias Tardío el título deturpado de Reinaldos
de Montalbán y de Amadís de Gaula).(Ya
Alonso Asenjo en 1997.)
[87] venturi nescia fati: Ovid., Fast VII,
331.
[88] “Tras el ñublo...” y “tras un tiempo...”:
refranes.
i Or: vn vn.
[89] Virg., Buc 10, 69. Lo
que se intenta confirmar con otros «casos», como Scylla y
Minoa. Pero por demasiado conocidos y en aras de la viveza y brevedad del
espectáculo corta Ammonio.
[90] Scylla
... Minoa: Scylla era hija de Niso,
rey de Mégara, que traicionó a su padre por amor. El castigo fue su
metamorfosis en pájaro (ciris).
[91] ad
Poëtam, cuya identidad desconozco.
[92] Período típicamente ciceroniano (Maestre Maestre,
1998-a, 113), cuyo estilo desentona en la situación que se representa. En casos
como éste, puede verse con toda claridad la función principal de este teatro
escolar: la enseñanza y ejercitación de la Retórica. Trad.: «Veo, excelentísima
señora, que las mayores desgracias caminan a la par de las mayores felicidades.
Esto es, por otro lado, lo que deduzco del deseo de aquel prudentísimo rey
Pirro: éste, cuando iba a los templos para hacer sus sacrificios, no pedía a
los dioses ni un reino mayor, ni la victoria sobre el enemigo, ni las riquezas,
que dejan boquiabiertos y atónitos a la mayoría de los mortales, sino la salud,
pues pensaba que, si él estaba bien en ese sentido, sería más dichoso en todo
lo demás, pues realmente, aunque los soplos de la Fortuna nos lleven como nave
a toda vela, si falta la salud, ninguno de los éxitos concedidos nos hará
plenamente felices» (trad. -retocada- de Maestre Maestre, ibid.).
[93] La escena recuerda la de la primera serrana,
la Chata, del Libro de Buen Amor, c.
958 y 967; en ésta última aparece la forma «Hadeduro», que podría asociarse con las de «cabalga-dura» y «cabalga-blanda». Pero está aún más
próxima a la del Poema de Fernán
González, XXV y XXVI, especialmente si se tiene en cuenta la aparición
posterior de Vulpino, el cazador, con las criminales intenciones que va
exponiendo: dinero, delación, violación de la Infanta. Las semejanzas entre
ambos pasajes son muy grandes: en ambos casos se trata de Infantas (allí Dª
Sancha, aquí Enaria), de nobles (conde Fernán González o príncipe Alberto)
impedidos por grillos que son llevados a cuestas por las damas («el conde don
Fernando non podía andar, / óuol’ ella vn poco a cuestas llevar»), por rutas apartadas («por vn grrand ençinar»). A las pretensiones del cazador villano corresponden las
«d’un arçipreste malo que yva a caçar», que se promete una gran ganancia con el hallazgo, si los
entrega al rey don García: «el arçipreste malo quando vyo la barata, / plógol’
más que si ganase a Acre e Damiata», para pasar posteriormente a exigir del conde: «déxame con
la duenna cumplir mi voluntat». Ante esta situación, el conde, como Alberto, siente un
gran dolor («Quando vyo don Fernando cosa tan desguisada, / non serýa quexado
syl’ dies una lançada») impedido como está de intervenir: «El conde a la duenna
non podía ayudar, / ca tenía grandes fierros e non podía andar». Como más tarde Enaria,
Dª Sancha acude a un ardid: deben antes hacer penitencia y despojarse de los
vestidos. La infanta («nunca omne non vyo duenna tan esforçada») aprovecha la coyuntura para reducir al arcipreste:
«[trauól’ a la boruca], diol’ una gran tirada» y, con el cuchillo
que llevaba el conde «ovyeron le entrramos al traydor de matar». El final es también semejante: con la muerte del agresor a
manos del guerrero (o también del guerrero, en el caso del Conde) y el rescate
de la dama intacta. Es posible que el episodio llegase a oídos de Palmireno, no
por el texto del Poema de Fernán González,
sino a través de romances o de obras pseudohistóricas muy apreciadas por los
lectores de libros de caballerías, que se editaron en el siglo XVI, como podría
ser la Estoria del noble cavallero Fernán
González, Toledo, 1511 (tomo la referencia de D. Eisenberg, Romances of Chivalry in the Spanish Golden
Age, Newark, Del., Juan de la Cuesta, 1982, p. 39) o la Crónica del noble caballero el conde Fernán
González con la muerte de los siete infantes de Lara, Toledo, Eguía, 1526
(hubo otra ed. burgalesa de 1528), tan apreciados por los años de redacción de
la Fabella
Ænaria.
[94] Aparece aquí, en labios de un personaje que
luego resultará absolutamente "indecoroso" (¡estamos en una farsa!),
el tópico renacentista del menosprecio de corte y alabanza de aldea o del
campo, que triunfará especialmente en la novela pastoril.
[95] Trad.: «Aunque la caza resulte una ocupación incómoda, aporta, sin embargo, como premio de sus molestias, el silencio, pues el apartamiento del tumulto urbano permite a la mente reflexionar con total libertad sobre sus preocupaciones. Aquí el aroma del romero, del silvestre espliego y de las flores del tomillo que aspiramos reconstituye a fondo el cerebro. Mientras el aire pesado de la ciudad ahoga el pulmón, el viento campestre aporta fuerzas y energía. Ahora quiero meditar en silencio sobre el valor de todo aquello que con tan ardoroso deseo buscamos en la ciudad: encuentro que todo es incierto, inseguro y Cargado de padecimientos, pues el miedo acompaña al poder, la inquietud a las riquezas, la tozudez a los hijos, la desigualdad de la vida a las amistades, la tristeza a la soledad, el desprecio y el sufrimiento a la convivencia, la dificultad a las virtudes, la infamia a los vicios; en fin, todo en esta vida es incierto, lleno de preocupaciones, pasajero, agitado, nido de sospechas, y que sólo es cierta la muerte que acecha nuestras cabezas. No esde extrañar, por tantgo, que tantos príncipes, abandonando el gobierno de sus dominios, se hayan refugiado en la vida privada, en la difícil y dura soledad. Aquí para nada atormentará mis ojos la belleza de las mujeres, peligro realmente temible, pues la belleza domina a los reyes, y a todos nos obliga a olvidarnos de la muerte, de la infamia y de la pobreza, esa “tríada funesta”. En efecto, la belleza es la llave y la fuerza del amor, al que todo está sometido».
[96] poner del lodo: 'dejar' o 'poner en
ridículo'.
[97] Compárense estos sentimientos («¡auténticas
bellaquerías!») del cazador con los que poco antes expresaba como Venator.
[98] Agamedis et Trophonii: «simili præcatione Tr. et Agam. usi dicuntur... cum Apollini Delphis
templum exædificavissent» (Cic., Tusc, 1, 114). La anécdota de Agamedes
y Trifonio y la de Midas le sirven a Alberto para expresar su dolor y tormento
ante las salvajadas que se propone cometer el cazador.
[99] En «bestiæ bipedis beluinam uocem» puede
observarse el juego de aliteración con el sonido oclusivo bilabial sonoro en
los cuatro términos, pronunciado el último a la castellana.
[100] Son versos de la Lamentación de la Virgen María compuesta por Bernardo de Claraval
(San Bernardo).
[101]Son los tres últimos
versos de una composición anónima (recogida como “letra pastoril” en Julián
Medrano,
[102] casaca:
'ropilla abierta por los lados' (Cov.); era vestidura de sayones.
[103] Con la composición de esta escena, en la que intervienen
dos caballeros andantes, Palmireno demuestra una vez más su aprecio o el
aprecio de su público por los libros de caballerías (Alonso Asenjo, 1997), con
sus fantásticas e inopinadas aventuras en que por imperativo de la orden deben
entremeterse (Quis te arbitrum
elegit?[«¿Quién te nombró juez?»]). Para el estudio del personaje de
Lauredana como “doncella guerrera” o variante de la «virgo bellatrix», véase supra, Argumento, y el referido artículo
de M. C. Marín Pina, "Aproximación al tema de la virgo bellatrix en los libros de caballería españoles": Criticón, 45 (1989), 81-94.
[104] Trad.: «Porque es ajeno a la dignidad de un caballero matar así a los caminantes y porque de esos grilletes deduzco que han cometido un un crimen horrendo».
[105] Trad.: «Mi nobleza y la grandeza de mi linaje, que me obligan y fuerzan a prestar ayuda a los menesterosos. Nada puede hacerse ya por este muerto; pero, para no puedas seguir dañando a otros, haré que hoy, después de haberte matado con mi espada, un verdugo te dé dos vueltas con una soga y te ate a la rama más alta de estos árboles y, así, a mayor escarmiento cuelgues de la manera más ostentosa.
[106] Trad.: «Si hay que abordar toda hazaña heroica con jactancia militar, serás a ti a quien atraviese miserablemente mi puñal y quien en horrible suplicio con doble vuelta de cordel penda de un árbol».
[107] Trad.: Manos
a la obra, que estamos perdiendo inútilmente el tiempo. Vamos, para que que no
puedas decir nunca que se te arrebató la victoria con engaños, acércate: te
soltaré de los grilletes y, para que no vayas diciendo que te obligué a
combatir con armas desiguales, tendrás
yelmo, escudo, loriga y grebas de mi hermano».
[108] Trad.: «Que sepas que en modo alguno lo haría a no
entender que eres noble. Toma ya este yelmo».
[109] Típica anagnórisis de comedia renacentista.
[110] Se desmaya. Atiéndase a «Echémosles agua deste
arroyo» y a que Enaria que dice después: «¿Quién me echó agua al rostro?».
[111] Esta quintilla está tomada de la Comedia Aquilana de B. Torres Naharro,
III, vv. 1717-1721. El contexto sugiere que hay un error de transmisión o
errata de imprenta en el verso segundo. Corregimos, de acuerdo con el original,
«nuestras manos» a «vuestras manos». El verso tercero, que es hipermétrico,
también se aleja del original, que es «que biveréys pocos días»: son lamentos
del príncipe Aquilano.
[112] recuerde:
'despierte": «Recuerde el alma
dormida, / avive el seso y despierte».
j O: Salgamos les dos. Sintaxis más correcta
sería: “Salgámosles al camino los dos que estamos...” Hacia ella tiende la
conjetura crítica.
[113] Apparitores
es el término latino equivalente a 'alguaciles'.
[114] facinus
Rumbonij: ¿A qué crimen se refiere el autor? Posiblemente resultaba
conocido del público o al menos de los alumnos de Palmireno.
[115] randas de palillos: 'encajes de bolillos',
trabajo propio de doncellas. Véase «¿Cómo que es posible que una rapaza que apenas sabe menear
doce palillos de randas se atreva a poner lengua y a censurar las historias de
los caballeros andantes?» (Quijote
II, 6). De nuevo en Quijote II, 70.
[116] Castillo
de Xátiva: gran salto en el espacio, desde Dinamarca.
[117] los duelos... buenos: corrupción, como hace ver A. Liñán y Verdugo en su Guía y avisos de forasteros que vienen a la
Corte (Madrid, Editora Nacional, 1980), del dicho «Lo duelos con pan son menos» ("Aviso
segundo", p. 96). Deturpación aprovechada muy a propósito, por cierto.
[118] Salentinus:
Probable latinización del patronímico y topónimo Sallent; Bolanus, de Bolaño o Bolaños. La acción sucede 15 días después de
la representada en la escena 12.
k O: perieranus.
[119] Trad.: «¿Qué te parece, Fumano mío? ¿Te das cuenta de cómo ha cambiado todo a mejor? Nada importa ya la patria: aquí tenemos un lugar apacible para vivir. Mientras mande Alberto, mientras viva, todo será para bien. Esta ciudad será la morada de la virtud y se convertirá en un acogedor refugio de eternos resplandores para todos. Se importarán todas las artes de Italia y la cultura que dimana de la cortesanía. Alberto cambiará de tal modo las costumbres de esta genete nacida para guerrear y pillar que el reino, de plomo pasará a ser de oro y, limpia la herrumbre, esplendoroso».
[120] en
vernos: ‘al vernos’, catalanismo o aragonesismo.
[121] La presencia de
los juegos de naipes en la literatura española de la Edad Dorada, como en la
sociedad misma, es muy destacada. Véase, ocupándose de ello, entre los
humanistas, a Juan de Maldonado: Tridunus
y Ludus chartarum y una de las partes
del diálogo Eremitae. Y entre los innumerables moralistas a Fray
Pedro de Covarrubias, Remedio de
jugadores, 1ª. ed. en 1543; Fray F. de Alcocer, Tratado del juego, 1ª ed. Salamanca, 1559. Empuñado es voz que, con el sentido que pide el contexto
(‘enconado, encarnizado’), no he encontrado en diccionarios solventes. podría
ser un cultismo (de pugnax) o, más
bien, aragonesismo.
[122] dejarse
sopear por 'dejarse engañar".
[123] de tú: es un aragonesismo por
«de ti», y funciona mejor en el contexto.
[124] Monicongo:
por Manicongo, “reino cristiano junto al río Congo”, ypero modificado por
insulto racista, en ‘país de los monos’, que se situaba ‘allá por el Congo’, es
decir, del Senegal hacia el Sur.
[125] decorando;
de "saber de coro", es decir, “de corazón”, concebido este órgano
como sede de la memoria: 'tratar de retener en la memoria', ‘aprender de
memoria’.
[126] Reflexión de Palmireno sobre la «actio», concretamente la
ejercitación en los tratamientos y saludos, como parte de la formación de los
jóvenes en la "urbanidad" (Maestre Maestre, 1998-a, 99s).
[127] Al final, pese a lo prometido, Palmireno se ha
olvidado de amortiguar el golpe... de la buena fortuna a Alberto.
[128] Y ahora, corrigiendo a algún autor, ¡una
leccioncita de geografía para los chicos! Cimbrica
Chersonesus es el nombre latino de la Península de Jutlandia, la parte
continental y más extensa de Dinamarca, en cuyo extremo septentrional se
encuentra el cabo Scagen o Skagen. Hoy designamos esas islas danesas, de Oeste
a Este y Norte, con su nombre original: Fyn, Falster, Lolland, Sjælland.
[129] O: Iurlant:
probable errata.
[130] Ultílogo o despedida del público. La
representación había tenido lugar por la tarde.
[131] Varios hechos demuestran
que se trata de un colofón y no de un epílogo: aparece después de la
despedida del actor que encarna a Bolanus; sigue a la palabra Finis, que cierra el texto pronunciado;
el apostrofado es aquí el lector, a
quien se dirige el autor mismo.
[132] Efectivamente, como hemos
podido constatar, el respeto de los cánones aristotélicos ha sido mínimo en esta fabella o entretenimiento,
como, evitando el nombre de comedia, la llama el autor.