Juan de Cigorondo, Tragedia Ocio: Secciones latinas.
Edición y comentario.*
Julio Alonso
Asenjo, Universitat de València
Manuel Molina
Sánchez, Universidad de Granada
Resumen:
Edición y comentario de las Secciones latinas de
Abstract:
Annotated
critical edition of the Latin sections of the Tragedia Ocio, by the Jesuit Juan de Cigorondo.
Como es bien sabido, gran parte del teatro jesuita del siglo XVI es hispano-latino, esto es, combina partes en castellano con partes en latín. La práctica común de quienes investigamos este tipo de teatro no es, sin embargo, colaborar con el vecino del área complementaria, sino que cada investigador aborda por su cuenta el texto en su integridad, sea éste castellano, latino o hispano-latino. Los resultados, en consecuencia, son muy dispares. Sin entrar en detalle, hay estudios y ediciones muy meritorios, y otros que adolecen de la preparación correspondiente, porque, como es comprensible, cada cual desarrolla con mayor eficacia el área de conocimiento en la que está especializado.
Con el trabajo que aquí ofrecemos, sus autores, pertenecientes uno al ámbito de la filología hispánica y otro al de la latina, iniciamos un tipo de investigación compartida, que esperamos dé sus frutos en publicaciones posteriores.
El texto que presentamos
corresponde, como indica el título del trabajo, a las Secciones latinas de
Una pregunta surge de
inmediato: ¿por qué entonces editarlo también aquí? Pues, por varias razones.
La primera es que la edición en
El lector hallará también otras diferencias entre las dos ediciones. Allí se ofrece la traducción española. Los criterios de edición, aunque prácticamente coincidentes, reflejan algunas pequeñas divergencias: las referencias al manuscrito original, que allí se hacen a O, aquí se harán a cod.; el signo para delendum es [ ], mientras que allí se excluye del texto y se recoge en anotación; esto último sucede en ambas publicaciones con todas las emendationes. Los addenda en ambos casos se señalan con < >. Por último, para evitar numeraciones dispares, hemos mantenido los números de línea de la edición mexicana. De este modo las referencias a los versos no varían.
En cuanto al autor y su obra, parece
conveniente ofrecer algunos datos.
A fines de 1585 Cigorondo enseña Gramática (y Retórica) en Puebla. Éste es
precisamente el curso en que se compone y representa
De la existencia del texto se dio noticia en 1995,[14] como si tuviera algo que ver con las «obras
del teatro de colegio (siglo XVI) – Compuestas, representadas, o con incidencia en el teatro español de
colegio del siglo XVI». Pero la presencia de la referencia
a
(I) Ocio, el diablo o el mal disfrazado, atrapa en sus redes a un joven que duda hacia dónde orientar su vida: elegirá la vida ociosa. Preocupado, el padre del muchacho lo lleva al médico, Estudio, quien le receta el remedio.
(II) A un criado que debe sacar el remedio de la farmacia adormece Ocio para cambiarle la receta y dirigirlo a una farmacia no autorizada, con lo que la falsa medicina agravará el estado del joven. Estudio cae en la cuenta de que Ocio ha engañado al joven y, ayudado por estudiantes, apresa a Ocio. Ante el Estudiante ocioso, lo despojan de su engañoso disfraz. El Estudiante rechaza al monstruo, arrepintiéndose de su descarrío. Antes de someter al Ocio criminal a juicio ante el tribunal de Honor unos muchachos le dan matraca.
(III) Se arrastra a Ocio ante el tribunal de Honor. Estudio hace de fiscal. Acusarán a Ocio otros personajes representativos de los grupos sociales presentes en la comedia. Una laguna en el texto no nos permite saber si Ocio tuvo oportunidad de defenderse. Honor dicta contra Ocio sentencia de destierro. Antes lo entrega a pública vergüenza. Finalmente el Joven enfermo, despegado del Ocio, elige el partido del Honor, bajo la guía y tutela de Estudio. Éste y Honor, siempre amigos y consocios, muestran al dispuesto joven a S. Jerónimo como dechado de conducta. La presentación del dechado será oral (hagiografía) y plástica (pintura o retablo).
La tragedia está escrita en versos castellanos y latinos, con escenas
cómico-burlescas y numerosos coros. Según se puede deducir del texto, se
compuso para su representación en
La copia presenta letra menuda pero regular, tan cercana cronológicamente al estreno que parece demasiado impreciso decir que se hizo en el siglo XVII, aunque lo es menos si se piensa que el siglo XVII empezó a sólo 15 años de la composición. No hay que excluir que la copia se hiciera aún no acabado el siglo XVI. El texto está escrito en papel sin pautar, por una única mano, con escritura a trechos menos cuidada. Presenta grafías y trazos dudosos y normalmente un texto muy abigarrado, debido a su extensión generalmente a dos columnas en un folio en 8º, a menudo sin clara separación entre palabras o errores en la misma. Sin embargo, la mayor parte de los errores de transcripción más que al copista parecen deberse a su fuente. Lo peor de todo es que el texto nos ha llegado en un estado de conservación bastante deficiente, no tanto por los defectos señalados o por los errores normales entre amanuenses, sino sobre todo por pérdida del soporte (papel), como se puede ver en su edición. Se ha podido colmar conjeturalmente buena parte de las pérdidas sufridas, poco relevantes en las secciones latinas, pues son apenas tres los versos que no pueden completarse (vv. 704-706). El total de versos conservados es de 2563, que acercan la extensión de la obra a la corriente en obras representadas en la época en los teatros públicos, que, con la ejecución cantada de los coros, constituye un espectáculo de tres horas de duración, como nos dice el último verso de la despedida.
Los versos latinos son 347, o sea, el 13,5 % del total. Sobre su significación y funciones dramáticas, en razón de su distribución, podemos señalar lo siguiente. En principio, como en la mayoría de obras jesuitas, no hay una correspondencia específica entre tipo de verso y función dramática, de forma que cualquier verso, sea yámbico o dactílico, puede usarse para expresar distintas situaciones o estados anímicos. No obstante, cabe apuntar dos características importantes en los versos de Cigorondo: variedad y decoro; y, junto a ellas, la finalidad didáctica, siempre reconocida a este teatro, de servir como vehículo para el acarreo de frases de clásicos estudiados en clase. Los versos empleados por Cigorondo son de dos tipos: yámbicos (senarios y octonarios) y dactílicos (hexámetros por un lado y dísticos elegíacos por otro). El senario yámbico, en su ritmo lo más cercano al habla, aparece de forma continuada en dos secciones: la primera (vv. 321-397) y la última (vv. 1679-1767), y constituye, aproximadamente, el 75% del total de versos. En la primera asume una función frecuente en la comedia clásica: la reflexión de un personaje sobre el camino a seguir, la vacilación en la toma de decisiones importantes. En la última es el medio de expresión adecuado a un diálogo vivo y movido, con insultos e improperios que reflejan el lenguaje coloquial cotidiano. Combinado con hexámetros, en una serie de 24 estrofas articuladas en el orden hexámetro + cuatro senarios (excepto la última, que registra un senario menos), se encuentra en los vv. 596-714. En ellos el poeta, en tono grave y sereno, se reviste de solemnidad para presentar los planteamientos más firmes. En cuanto a los octonarios, presentes en la primera sección de II, 3, vv. 1617-1662, representan una variante en la modalidad dialógica y le confieren peso y dignidad a la expresión. Por último, la propuesta alternativa e inaceptable[15] del estudiante (vv. 1663-1678) se manifiesta en el molde del dístico elegíaco, metro empleado por la poesía clásica para expresar sentimientos personales, como aquí. Es además un tipo de versificación muy querida por los dramaturgos jesuitas, pese a que, como es sabido, el dístico elegíaco no es una estrofa de carácter dramático en la antigüedad.
En definitiva, Cigorondo busca, ante todo, la variedad y, dentro de ésta, que la elocución se acomode a la situación. De este modo, el autor luce su dominio del latín ante el público entendido, proponiendo sus versos en modalidades utilizadas tanto en el teatro latino (el ritmo yámbico), como en los poemas clásicos (el dístico elegíaco), y ofrece una muestra de composiciones métricas a los estudiantes. La función didáctica está clara desde el mismo momento en que tenemos en la composición el gran instrumento de la cultura, la lengua latina, en su máxima expresión estética (versos), con amplia muestra de variedad y dominio de la técnica.
A
este respecto, desde una perspectiva estrictamente métrica, Cigorondo sigue la
tendencia ya observada en otros dramaturgos de
Esto
no quiere decir que Cigorondo sea mal poeta latino. Al contrario, tiene grandes
dotes versificatorias y conoce bastante bien a los clásicos, a los que cita con
fluidez. Es una cuestión de hábito: los jesuitas hispanos estaban acostumbrados
a usar con cierta relajación las formas métricas latinas. Un hábito, por otra
parte, sustentado en las doctrinas métricas de la época. Como ya dijimos en
otro lugar[17],
existen tratados contemporáneos en los que se contempla un tipo de
versificación yámbica absolutamente irregular. Así en los De prosodia libri IIII, que abren los Epitheta Ioannis Ravisii Textoris, se
recoge una licentiosissima iambici
carminis formula, según la cual en los cinco primeros pies del trímetro
pueden aparecer indistintamente un yambo, un tríbraco, un espondeo, un
anapesto, un dáctilo, un proceleusmático, un anfíbraco, un peón o un baquio,
en tanto que en el sexto y último se da cabida al yambo, al tríbraco, al pirriquio,
al anapesto, al dáctilo, al proceleusmático, al crético, al anfíbraco y al
peón.[18]
Pero concluyamos ya esta pequeña aproximación inicial y pasemos al texto en cuestión.
Scaena
1
Senario carmine[19]
(fol. 3v 'a') <V>ariis
et altis distrahor sententiis
<d>iuque
mens deliberando fluctuat[20].
Persæpe
Eoo Phœbus effulsit mari[21];
persæpe cornu mobilis
Phœbe novo[22]
orbem refecit, et refectum
perdidit, 325
dum miserum animum caligo densa[23] comprimit.
Me hinc Pallas ad studium,
illinc Iupiter vocat,
<u>t iuvenis[24] aulam modo
colam regiam.
Scientiam[25] proponit hæc, potentiam hic,
at hæc
honores, ille divitias parat: 330
Pallada sequar, sed, heu, quam torva lumina
prætendit hæc
iuvenibus immitis dea![26]
Horrore[27] quatior nulla quoties disticha
si forte præcipit magister
affero;
si non memoriter lectionem
dixeris, 335
aut
si moreris aut minus verba proferas,
minatur
ecce rigidus rigida verbera.
Genus
non respicit sed ætatem minus;
dum
libeat illi, ferre patienter potes.
(fol. 3v 'b') Et, quamvis ista sint acerba
ingenuo 340
adolescenti,
minimum hæc puto ex multis malum,
nam
plura restant sustinenda incommoda:
Aurora
vix diem croceis[28] portat equis,
novaque
luce vix repellit sidera,
ego iam quiete membra cogor solvere, 345
sumptaque veste
litteris incumbere,
somno sed alios quos beat sors
iustior,
curis solutis, tempus illud
optimum
tenet sopitos serum ad usque
prandium.[29]
Quid iam
beatæ deesse fortunæ rear? 350
Quid
huic adesse boni? Nihil mihi Pallas placet.
Inutilibus ergo et caro emendis
litteris
hinc
abrenuntio; natura sufficit
mediocriter
instituta, non philosopha.
Semper homines decet rebus sibi
in[30] omnibus 355
consulere.
Nunc Iovem quo me vocat sequar:[31]
proficisci
Mexicum animo hinc insedit meo,
urbem
magnificam et alteram vicariam[32],
quæ,
si non rege, foro est illustris regio,
vicemque regis nobilis princeps
gerit[33]. 360
Huic
servire libet, huic scilicet operam da<bo>[34]:
honestius
iuveni est præsertim libero.
Illic
nitescit fulva regum purpura,
iuvenis
illic cultus decorat aureus,
illic licebit libere discurrere 365
quacunque
solutis me iuvet ire vinculis.
Sed,
heu, quo præceps feror aut quo mens de<viat>[35]?
Quocunque
perregeris, num deficiet labor?
Depinge
varios principum mensæ cibos,
insterne mollibus lectum
tapetibus: 370
summo
colore cuncta miscet servitus.
Placere
non vis heris, quid manes domi?
Placere visus, conservorum
odium paras.[36]
Si
servias humilis, eris despectui;
sin liberior esse velis, odium
paras. 375
Obsequium frequens totum
dispendit diem
et vix quietum
tempus erit ad prandium.
Quam pleniorem dederis vitam
redundet igitur principum domus
bonis.
(fol. 4r 'a') Delectat
una me meæ[37] domus quies, 380
nullis
opibus satis libertas venditur[38],
dissipat
iniquas ipsa divitias dies,
hæc una divos sola libertas beat.
Quid sit
ignoro, mentem inverti sentio:
quæ
modo placebant nimium nimium displicent 385
et omnium
rerum voluntas decidit.
Abite hinc
cogitationes anxiæ,
et otio et voluptati locum
date.
Hæc silva tota tota perflat otium
et tota summo
mentem inundat iubilo; 390
est hic Elysius ubi feruntur
spiritus
vita hac defuncti in otio quiescere.
Alium rei belli
iam dominum quærite;
iuvat me
otiose in otio vivere[39].
Beatus quisquis liber
est negotiis[40], 395
vitamque degit
facilem in otio bono.
Mihi iam ex omnibus solum otium
placet!
<Stu>dium. Theodorus.
Possidonius.[41]
<STUDIUM>.— <Qua>m doleo toties
urbi male cognitus isti,[42]
<q>uando haud tenet post
tantum temporis[43]
<me>um indicare nomen,
qui Studium vocor.
Ambire cum volui orbem post
diluvium;
<m>agnis ubique colebar ipse honoribus; 600
<mu>lta
patiar[44], sed multa Deum pia turba vocabat
<et>
ianitor divum ferebar atrii[45].
<Eg>o
Prometheo portas aperui poli,
<da>turo
in terris[46] accensa vitam
face.
<Non>ne
ipse variis quærebar regionibus? 605
<Nu>nc
ego pulso fores supplex, tamen inde re<pe>llor.[47]
THEODORUS.— <Dep>one
quæstus, non enim Studium decent;
<h>abes profecto nos
scilicet et cæteros
<h>oc in dolore socios
atque Angelopolis[48]
<ia>m
cernis ipse partem te magnam sequi.[49] 610
<Hi>c tibi parva licet
collegia fecimus ista,[50]
<qu>æ,
te fovente, magis sunt augenda ac magis
<in> singulos dies, modo
ne desis, pater.
<STUDIUM>[51].— Huic urbi
bene cupio; nollem recedere,
sed quia persisto adolescentia parvi facit, 615
<i>nscia
quod, quicquid terris optabile cœlum
amittat, at quantumcumque id
sit, totum est meum.
<Qu>is Græciam[52] primis nobilitavit litteris?
<Q>uis
dignitatis[53] ad summum evexit gradum
Athenas, quondam
sedem felicem meam[54]? 620
Quis toto Hesperiam mirandam
reddidit orbe,
Studii præter longos labores
improbi?
Si tangit alto Roma cœlum
vertice,
uni mihi tribuenda ex illo est
gloria.
(fol. 5v 'b')
POSSIDONIUS.— Studium
pater, quascumque terras incolis, 625
mos
est in summos extollere semper honores
multisque
nobiles viris illustribus
efficere,
qui cernant superum postea domus,
horrore[55] quamvis armorum orbem misceat
crudelis arbiter belli, nam ita[56] facit. 630
STUDIUM.— Quin Mars indomitus sine me
nihil efficit unquam;[57]
ego tamen absque alicuius ope homines beo[58].
His demit armis Mars
quod illis præbeo,
et
igne multa, multa disperdit mari,
nec absque detrimento magno militum 635
dat male parta[59] duci, quæ post cum fœnore reddat.
Est
mihi quod est boni et est equidem plurimum,
et[60] sine dispendio ullo impertior[61] meos
et
lucis instar omnibus communico.
THEODORUS.— Tamen iuventus[62] Martem proponit tibi 640
et
sine lege ruit quo convocat impetus audax.
STUDIUM.— Quam fallit Marti iuventus dedita![63]
Sequitur deum qui nescit absque
sanguine
contentus
esse suorumque nece pascitur.[64]
POSSIDONIUS.— De maxima deorum multitudine 645
quos
polus immensi cœli veneratur uterque
vix unum et alterum
video amicos tibi.
STUDIUM.— Ita est, nam apud superos
vitam cum degerem,
habebar
illis magni et Iano maxime,
qui
facile mecum cæcum dissolvit Chaos. 650
Sed male Saturno cœli
moderamen, habenas,
sceptrum per iniuriam[65] præripuit filius
pulsusque cœlo tenuit ille
Hispaniam.
Tunc
primum homines docui, Saturni comes,
quidquid
valent ipsi docere cælites. 655
Sed
quoniam retuli divi sua munera tu<ris>,[66]
me
extunc iniquo prosequuntur odio
et
sola Pallas rebus indulget meis.
THEODORUS.— A
pristinis diebus quam longissime
mens
cogitare est compos, Studium[67] diceris, 660
unica cunctorum mortalibus ansa bonorum;
facileque
tibi pareret adolescentia
pater, ni
haberes multos adversos deos.
(fol. 6r 'a') Hinc
turpis aufert maximam partem Venus,
alatus
hinc deus mutandis mercibus, 665
hinc rapit ad
numeros citharam qui inue<n>it
et
arcum,[68]
vocatque partem aliam ad
potandum Bibonius.
POSSIDONIUS.— Quin ipse Olympi rector[69] haud Studio favet,
præclara enim ingenia in ædes
regum trahit.
THEODORUS.— Quid
odia in[70] te Martis
contumacia? 670
Nulli
oratores, nulli tacuere poetæ.
STUDIUM.— Sed
quamvis omnes a me dissident dei,
non
valde lædunt. Unus est ex inferis
qui
turbat omnem nostram et peruertit gregem;
hic
hostis, amici falso sub <v>elamine,[71] 675
qua
furor ire iubet, nam vix obsistitur illi;[72]
hac
absque fræno cuncta cum volvis[73] ruit.
THEODORUS.— Quæ
tam vorax estque tam immanis bestia?
STUDIUM.— Senex
iniquus qui vocatur Otium;
hunc
vos cavete, nam dat ille in poculo 680
dulce,
sed omni<n>o[74] miseris furiale venenum.[75]
Vt Proteus, immutare vultus
dicitur:[76]
illi
dedisse quondam ut falsa imagine
captare
posset homines sub specie boni.
POSSIDONIUS.— Non ergo tutus usquam ab illo erit locus 685
vixque
feræ poterunt homines evadere fauces?
STUDIUM.— Vix
ipse ab illo tueor quos teneo domi
quoties propinquum
fructum ad falcem sustulit.
THEODORUS.— Excogitandum
remedium est aliquod, pater.
Ostende
nobis quibus hanc bestiam modis 690
aut
fugere aut certe vinclis vincire queamus.
STUDIUM.— Honoris ædes incolit felix Labor,
unus mihi comes atque amicus
intimus;
infestus
hic est turpis[77] hostis Otii,
ut lucis almæ sunt profunda tartara.[78] 695
Quærite
vos igitur, iuvenes, et amate laborem
illeque
inhonestum facile pellet Otium.
THEODORUS.— Quin,
si sequentem litteras bonas, pater,
colere
Laboris semper oportet[79] domum,
seu
me per enses seu per ignes insequi 700
præcipe;
non vereor durissima quæque subire.
(fol. 6r 'b')
POSSIDONIUS.— Dum
tres sorores fila ded<ucunt sua>,[80]
dumque
ipse nitidum lumine <lustrat sol diem>,[81]
haut
me impediet obex quin <...>,[82]
seu
per Sicambros[83] exulem fla<...>, 705
sive
per Armenios saltus et <...>.
STUDIUM.— Felix
iuventus, digna quovis m<unere>![84]
Procede
fausto fausta semper om<ine>.[85]
Fecunda
quicquid optimum tellus crea<t>
altusque
pontus, id tui est pars præmii,[86] 710
nam tibi, crede mihi, cælestia dona para<ntur>.[87]
Sed, ne moram
longam a scholis trahar me<is>,
quas Otium solet me absente
invader<e>,
deambulando eamus hinc
invisere.
OTIUM. SCHOLASTICUS. STUDIUM. POSSIDONIUS. THEODORUS.[88]
OTIUM.— Quis me unquam fortunatior
homo et cui plus dii velint?[89]
Qui te, adolescentem virtute atque indole superis[90] ipsis parem,
socium addiderint, quem
quot quibusque afficere voluptatum modis?
In votis habeam, iam tibi
confido, satis esse cognitum. 1620
SCHOLASTICUS.— Inter beatorum ordines deliciis me affluenter
arbitror,
pater,
potiri cum videndi te mihi facultas datur
(fol. 13r 'b') et spatium, atque equidem
dubito a<n> maior sit in superis gloria
quam ista hæc
quæ ex consuetudine tua mihi, pater, provenit.
OTIUM.— Nihil boni præut futurum est atque ipse dare insti<tui>tur[91], 1625
habens nam ego dispensare ut animo
lubitum et bona possum Iovis
mea manu,
deliciæ, gaudium, iocus, risus quoque
potationes,
epulæ, somnus et otium bonum est.
SCHOLASTICUS.— Servasti me cum[92] tot polliceris totque enumeras bona.
OTIUM.— Quid ni servatum te semper
enim vero volui maxime? 1630
SCHOLASTICUS.— Adeo mihi places, pater, ut te præter nihil in
vita expetam,
tantumque
meus abhorret animus abs te abalienarier[93]
ut cæcus a
regimine.
(fol. 13v)
OTIUM.— Non falsus
facies, nam ego providus
voluptatique tuæ obsequens undique tua commoda
comparo;
ideoque
te per amœna loca solitus semper sum inducere, 1635
ubi diversarum
rerum varietas vitet fastidium.
SCHOLASTICUS.— Hæc demum vita vocanda est, non illa vita pristina,
quam meminisse prorsus abhorret
animus expertus semel,
ut ab accipitre saucia columba
semel etiam in nido pavet.
Iam illud iugum durissimum
repuli a cervicibus meis, 1640
iam non sacro compellor
interesse diebus singulis,
iam non severus decurio me ad
præceptorem deferet,
non condiscipulus: vix equidem
apud me sum præ gaudio.
OTIUM.— Vix ego apud me sum, qui tuam
rem hodie ut par erat[94] gesserim
sagaciter, nam cum te
medicamentis nescio quibus 1645
pater curare vellet, ipse actutum quodam callido
consilio
totum inverto medicinæ ordinem.
Itaque
quod medicus ex pharmacopola[95] tibi
receptaverat,
id nequaquam
allatum est. Mea sic unius opera factum fuit
ne quid, quod avertat
Deus, mali tibi contingeret. 1650
SCHOLASTICUS.— Et hoc nempe est quod illa[96] quam perhorrescebam potio
non nocuit; im<m>o[97] sumpta me tibi affectum fecit magis,
utqui a te seiungi formidarem[98] male sumpto poculo.
Senex pater nec precibus
parcebat nec multis lacrimis,
rogat etiam mater proprio me
sæpe appellans nomine. 1655
Hærebam
animo, totque[99] agitabar quot pontus
flu<c>tibus,
et quid potissimum expediret
ignorabam maxime,
cum memini habere servatos mecum versus precarios,
qui ad te sub incerti
authoris circumferuntur nomine,[100]
sed sacri habentur. Tunc illos creb<r>o mecum recogito; 1660
virtute eorum[101] fretus, iussum sumo poculum.
(fol. 14r 'a')
OTIUM.— Quinam sunt versus?
SCHOLASTICUS.— Si iuvat,
repetam.
OTIUM.— Iuvat
me maxime.
SCHOLASTICUS.— “Cur fera consumet tempus iuvenile Minerva?
Cur præceptorum iussa superba[102] feram?
Non
me Pierides, non me delectat Apollo, 1665
non Aganippæi sumere
fontis aquam.[103]
Nil[104] mihi cum
Studio. Procul, o procul este labores!
Non ego Thucydides,
Attalus esse volo.[105]
Munera despicio Studii, quoque præmia temno,
præmia
temporibus perniciosa meis. 1670
Divitias
nolo quas fert operosa Minerva[106];
sint pro divitiis
otia: dives ero[107].
Otia præservant mortalia pectora curis[108],
lætificant
manes otia sacra pios.
Otia
vel pecudes cupiunt vel in æquore[109] pisces; 1675
otia
terra ferax, otia pontus <habet>[110].
Siccine distinctis nodis
non surgit arundo[111]?
Cur teneros iuvenes cura laborque[112] premet?”
(fol. 14r 'b')
STUDIUM.— Utinam haberem obvium[113] quem
venio quærere[114].
SCHOLASTICUS.— Actutum opem! Sensi quid. Opus est <...>[115] 1680
POSSIDONIUS.— Atque eccum illum.
THEODORUS.— [Estne] [116] Ille est.
OTIUM.— Oppido perii, miser.
SCHOLASTICUS.— Qua re? Quid est quod repentinum malum?[117]
OTIUM.—
Omitte me.
STUDIUM.— Manedum,
hostis sævissime[118].
Opportune eggressus sum.
Vos insequimini,
ne
se in[119] interiorem silvam abdat protinus. 1685
(fol. 14r 'c')
POSSIDONIUS.— Gradi gradum[120], captemus istam
bestiam.
SCHOLASTICUS.— Ne me desere[121].
THEODORUS.— Captus es.
POSSIDONIUS.— Ehem,
captus est.
OTIUM.— Attat. Ad quem[122] vos me mittitis? Quo ducitis?
STUDIUM.— Adducite illum huc ad me.
OTIUM.— Proh,
miserum Otium!
SCHOLASTICUS.— Quid est?
OTIUM.— Iam actum[123] est: nostra pernicies adest. 1690
(fol. 14v) Sed animo forti et magno
nunc est opus.
Vos deprecor, vulgus silentum atque inferni
dii[124],
adeste mihi.
STUDIUM.— Sæva atque
immanis bestia,
prolixa pestis et unum
adolescentum malum,
quin tu Stygis undas et Mortis
antra squalidæ[125] 1695
supplicia digna ferens devinctus incolis?
Ne
revoces a studiis adolescentes meos.
OTIUM.— Tuos
vero nec id pudet[126] te dicere,
qui
illos captivos detines in vinculis.
POSSIDONIUS.— Tua
immo libertas vera est captivitas. 1700
OTIUM.— Effaris etiam tun, quem si
dimitteret...?[127]
THEODORUS.— Feralis
larva, tu minis nos territas?
OTIUM.— Quin
vos recedite, ni vultis[128] a me malum.
STUDIUM.— In
tantum crevit inverecundia tua
ut, me præsente, iactes
verba talia, 1705
quasi non sit otium misera
captivitas?
Captivitas est impie[129] et nimis fera,
hamus lubrico[130] tectus
adolescentibus,
viscosa
virga pulcra suspensa ab arbore,[131]
laqueus qui iugulum ob
escam vilem postulat[132]. 1710
Sed
detegam tuas iam ego fallacias
palamque
fiet cunctis tua deformitas.
OTIUM.— Quid?
Tun tuis me deterreri[133] verbis putas,
ut
in pistrino perpetuo scholasticos
miseros
agas dies continuos, noctibus? 1715
(fol. 15r)
STUDIUM.— Nequ<e>o[134] amplius pati
huius impudentiam,
qui se aut satis[135] capit surreptis vestibus.
Eia, agite vos, patescat
cunctis veritas
quidque Otium sit nemo nesciat amplius.
Hanc tollite ab illo vestem surreptitiam. 1720
OTIUM.— Ecquid meis me exspoliare[136] vestibus?
THEODORUS.— Id, scilicet.
POSSIDONIUS.— Parum vacillando facis.
OTIUM.— Quid agitis, inferni Manes?
Quin mittitis
atroces Furias triaque Cerberi[137] capita,
venenum[138] cum flammis evomentia? 1725
Heu me! Quid hoc iam! Nudus
adsto. O facinus![139]
STUDIUM.— Ecce qualis est quem deperitis
Otium,[140]
si ferre possunt oculi vultus
fœdissimos![141]
Notate nunc membrorum
turpitudinem
ab imis unguibus pedum adusque
summum verticem,[142] 1730
qui gestus oris, quæ gibbæ
deformitas!
Et si turpis vultu turpior est
moribus.
Hanc vos fovetis blande nimis
ac molliter
in gremio vestro sine pavore
bestiam;
hanc
propter sacrum studium desertum iacet; 1735
hanc
propter homines negligunt officium.[143]
Miror me
hercules[144], nondum tamen
satis!
SCHOLASTICUS.— Studium pater, me deliquisse pœnitet.
Erravi, stultus: errorem agnosco meum
supplexque
veniam tantæ culpæ postulo. 1740
Me
non mæreri fateor; audeo tamen
hanc
te rogare noxam remittas mihi.
Quod
si assecutus fuero ab isto latere[145],
nunquam recedam
nec me terrebit labor;
(fol. 15v) quim[146] omnia mihi dehinc erunt facillima. 1745
Saltus adibo, pervagabor litora,
perpetiar
imbres, sufferam famem, sitim,
frigus, calores,
aut quod his sit durius.[147]
STUDIUM.— A genibus manus[148] aufer, complexus mihi
redde expetitos. Quidquid
erroris fuit,[149] 1750
transierit. Ex hoc diligentia
et fide[150]
si me coles die, verum invenies
patrem.[151]
OTIUM.— Et me tibi dum vixero hostem
fore puta.
STUDIUM.— Immo, dolose, iam te cogam
recedere
ab Angelopoli[152]. Aliis tuas technas
locis 1755
serva in quibus nomen non
auditur meum.
Sed iam morari videor ut te in
ius vocem.
Eo tuque mecum, ut testis sis,
fili, veni.
Vos hunc servate et
vi<n>ctum[153] post me ducite.
OTIUM.— Vertatur imis mundus a
cardinibus[154] 1760
et cæcum Chaos et tenebrosi
Ditis domus,[155]
et me dehiscens tellus ima
glutiat;[156]
quivis labores me comprehendant[157] Tartari,
aut cymba me Acherontis habeat
remigem,
aut Tantali famem patiar, aut
Sysiphi[158] 1765
gestandus humeris succedat meis
lapis,
prius
quam cunctis fiam exemplum gentibus[159].
* Publicado
impreso en Florentia Iliberritana.
Revista de Estudios de Antigüedad Clásica [Granada]. Nº 14, 2003, 315-348.
[1] Aparece en la forma de Ciguorondo, una de sus
muchas variantes en los documentos de la época o en los textos manuscritos de
sus obras.
[2] En Teatro de evangelización en Nueva España,
Madrid, Gredos, 1979, pp. 178-238.
[3] A. y A. De Backer, Bibliothèque des Écrivains de
[4] Cf.
I. Osorio Romero, Colegios y profesores
jesuitas que enseñaron latín en Nueva España (1572-1767), UNAM,
México, 1979, p. 50ss.; J. Quiñones
Melgoza, Bernardino de Llanos. Égloga por la llegada del Padre Antonio de
Mendoza representada en el Colegio de San Ildefonso (siglo XVI), México,
UNAM, 1975: “Noticia biobibliográfica del Padre Llanos”, pp. VIII-XI; y M.
Molina Sánchez, “Consideraciones en torno al Poeticarum Institutionum liber del padre Bernardino de los Llanos”,
en J. M. Maestre Maestre, J. Pascual Barea y L. Charlo Brea, eds., Humanismo y pervivencia del mundo clásico.
Homenaje al profesor Luis Gil, Cádiz, 1997, vol. II.2, pp. 883-891.
[5] Ed. Margit Frenk, “El Juego entre quatro niños a la venida del P. Provincial y sus compañeros
de Juan Cigorondo”, Literatura Mexicana,
V, núm. 2, 1994, pp. 529-554.
[6] Una segunda copia, con variantes, del texto se
encuentra en el códice 9-2581/2 (400) de la “Colección de Cortes” de
<http://www.us.share.geocities.com/aarteagaa/LGMagdalena.htm>.
[7] Humberto
Maldonado publicó
“El Encomio quinto de Juan de
Cigorondo”, Literatura Mexicana, IV,
1993, pp. 181-194. El mismo H. Maldonado Macías ha publicado también “Un temprano
juguete teatral del padre Juan de Cigorondo escrito en Guadalajara [(1595)]”,
en Hombres y Letras del Virreinato.
Homenaje a Humberto Maldonado, México, Instituto de Investigaciones
Filológicas, UNAM, 1995, pp. 173-189.
[8] Es la publicada por Arróniz, op. cit.
[9] Publicados
ambos coloquios por J.
Alonso Asenjo, Dos Coloquios
sacramentales escolares y un vejamen del 'Cartapacio curioso' del P. Juan de
Cigorondo (17 / 12 / 2002):
<http://parnaseo.uv.es/Ars/teatresco/textos/>.
[10] Traducidas y publicadas por J. Quiñones
Melgoza como Égloga por la llegada del
Padre Antonio de Mendoza, representada en el Colegio de San Ildefonso (siglo
XVI), México, UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas, CEC, 2, 1975,
y Diálogo en la visita de los
inquisidores, representado en el Colegio de San Ildefonso (siglo XVI) y otros
poemas inéditos, México, UNAM, Instituto de Investigaciones Filológicas,
CEC, 2, 1982. Reimpresas en Teatro mexicano: historia y dramaturgia.
IV. Teatro escolar jesuita del siglo XVI,
México, Consejo Nacional para
[11] El
triunfo de los Santos apenas si tiene en esta lengua una antífona de 3
versos.
[12] J. M. Hernández Andrés, Catálogo de una serie miscelánea procedente del Convento de San Antonio
del Prado y de casas y colegios jesuíticos, Madrid, Academia de
[13] B. de Carrocera,
ed., Fray Francisco de Ajofrín, capuchino, Diario
del viaje que por orden de
[14] Julio Alonso Asenjo, La “Tragedia de San Hermenegildo” y otras obras del teatro español de
colegio, Valencia, 1995, I, p. 48 (Catálogo) y p. 62, y en otras
publicaciones, como Barcelona, 1996. Se amplió después esta noticia en la
comunicación “
[15] El autor quiere disimular su autoría.
[16] Para todo ello véase M. Molina Sánchez, “
[17] Cf.
“
[18] Cf. Epitheta Ioannis Ravisii
Textoris Nivernensis, opus absolutissimum post varias editiones ipsiusque
auctoris recognitionem et doctissimorum virorum emendationes locupletatum et
innumeris mendis repurgatum. Accesserunt De prosodia libri IIII, quod
Epithetorum praeposuimus operi. Item, De carminibus ad veterum imitationem
artificiose componendis praecepta collecta a Georgio Sabino, excudebat
Iacobus Stoer, 1587, p. 102.
[19] Toda la sección está compuesta en senarios yámbicos, con cierta
tendencia a seguir el uso impuesto para la tragedia por Séneca, esto es, el
trímetro yámbico de pies puros (yambo o su equivalente el tríbraco) en las
posiciones pares y espondeo casi siempre en el quinto pie. Es a fin de cuentas
la práctica seguida por los tragediógrafos jesuitas, como testimonian estas
palabras del padre Luis de
[20] Hétenos aquí al habitual joven estudiante (adolescens) en la encrucijada de la
elección (Y pitagórica, Hercules in bivio).
[21] Cf. Séneca, Her. Fur. 25: Tardusque Eoo
Phoebus effulsit mari.
[22] El tenor de este verso recuerda a Ov., Met. I, 11: nec nova crescendo reparabat cornua Phoebe.
[23] Iunctura
frecuente en latín clásico, sobre todo en el orden densa caligo (Livio 33.7, 2,2; Plin. Ep. 6.20, 13, 1; densa in
caligine en Valerio Flaco, Arg.
6.577, y Virgilio, Æn. 12.466); con
separación entre los términos se observa en Séneca, Ag. 472-3.
[24] Este verso no es muy
claro. Además de irregularidades métricas, presenta lecturas poco convincentes.
El cod. ofrece imbenis, que puede entenderse como iuvenis (lo mismo puede decirse de inbenibus en el v. 332). Sin embargo, en la acotación que encabeza
la escena se lee Iuuenis, como iuuenis en el v. 364, y iuueni en el v. 362.
No entendemos, por tanto, la lógica de estas anomalías. Por ello la corrección
debe quedarse en conjetura.
[25] Palas ofrece al joven el saber; Júpiter, es
decir, las armas o, mejor, la política / la corte (aulam regiam): el poder. Es el tema sobre el que se asienta la
trama de la obra. Y respondía a una situación real, pues los grupos sociales
superiores a la hora de plantearse la elección de profesión «no tenían mucho
donde escoger: o el seminario o el ejército» (L. A. Domínguez, en el “Estudio
preliminar” a Bernardo de Balbuena, Grandeza
mexicana, México, Porrúa, 1997, p. XXIV).
[26] Se enumeran aquí los inconvenientes del
estudio desde el punto de vista de los estudiantes, algo frecuente en el teatro
jesuítico, que permite a los muchachos este desahogo. Véanse más abajo los
versos 1663-1678, de auténtico sabor goliárdico, así como la “Égloga III” de la
“Bucólica II” de las Églogas del Engaño, fol.
254v-269v, del mismo Cigorondo y, en España, el Diálogo... a
[27] cod.
Honore: cf. Séneca, Œd. 206. El
sentido también exige claramente la corrección.
[28] Sin duda aquí el poeta ha tenido presente a Ovidio, que en Fast. 4.446 escribe: regnaque caeruleis in sua portat equis.
Pero como el adjetivo caeruleis no le
cuadra en el trímetro, ha recurrido al también ovidiano croceis, que, acompañado de Aurora,
puede leerse en Am. 2.4,43 y Met. 3.150. El parecido más cercano, no
obstante, se halla en este dístico de
[29] Así sucede en la corte, según se lee en las Églogas del Engaño, “Buc. 2ª”, “Égl. 2ª”: «esté en buen hora el sueño más de
espacio, / que levantarse tarde eso es palacio» (fol. 247r).
[30] cod.
im.
[31] Descartado el estudio o las letras (Palas), el
muchacho piensa en dedicarse a la política o a las armas, para lo cual es
imprescindible acercarse a la corte (aquí la corte virreinal), donde se recibe
una educación esmerada. Pero allí deberá empezar por servir como paje, y
tampoco en esta vida le faltarán inconvenientes: cf. vv. 369-79. Se da, pues, cuenta de que “no hay atajo sin
trabajo”: «Quocunque perregeris, num
deficiet labor?» (v. 368). Así que, descartados tanto Júpiter como Palas y
siguiendo el aroma que exhala la floresta,
locus amœnus, es decir, el halago de los sentidos, decidirá darse al ocio y
al placer: cf. vv. 387-97.
[32] cod. viseriam: alteram vicariam significa “segunda
viceprefectura”, que bien podría funcionar como calco de “virreinal”, pues no
en vano “visorrey” y “virrey” son etimológicamente “vicario del rey”: vices gerens regis o alter rex.
[33] En 1586 era virrey de
Nueva España D. Alonso Manrique de Zúñiga, marqués de Villa, que lo fue de
[34] Ilegible el final de línea debido a la
encuadernación. El sentido, el metro y la sintaxis parecen exigir, no obstante,
la corrección.
[35] El término no es muy
corriente, somos conscientes de ello (comienza a utilizarse en época tardía),
pero está bien documentado (cf. Thes. Ling. Lat., 5.1, col. 863ss, s.v. devio), se adapta perfectamente al
texto y respeta la métrica y la sintaxis.
[36] Era sentir general de la época que refleja,
por ejemplo, Lope de Vega en su novela El
desdichado por la honra: «... y yo no hallo en el servir, con ser vida tan
miserable, cosa tan áspera como este infalible aforismo: ‘Si el señor os ama,
los criados os aborrecen’» (BAE, 38, Madrid, 1950, p. 15).
[37] cod.
mæ, con e caudata.
[38] Aunque inspirado originariamente en Nevio, Com. 10, potiorem habui libertatem multo quam pecuniam, el verso es cita del
Romulus, III,14, último verso de la
fábula De cane et lupo, en versión
del poeta medieval Walter Anglicus o Galtero el Inglés: «Non bene pro toto libertas venditur auro», es decir, “la libertad no
se vende por todo el oro” o “no hay oro para comprar la libertad”. (Ver V.-J.
Herrero Llorente, Diccionario de
expresiones y frases latinas, Madrid, Gredos, 1985, nº. 4773, p. 248.) La
sentencia, que se aprendía en las escuelas, está registrada en
[39] cod.
ociose. Vivere otiose es expresión
ciceroniana, Off. 3.97,6.
[40] Es cita clara de Horacio: Beatus ille qui procul
negotiis (Epod. 2.
1).
[41] Flanqueado y ayudado por dos estudiantes, el
Estudio (conocimiento o ciencia) hace su prosopopeya, que viene a ser un repaso
de la historia de la educación y de sus beneficios para la sociedad («in summos extollere semper honores /
multisque nobiles viris illustribus / efficere...» — v. 625ss), frente a
Marte, que encarna la vida militar, cuya consecuencia es la guerra destructora
(vv. 631-44), y frente a otros dioses, Venus, Mercurio y hasta Baco, no menos
dañinos (v. 656ss); aunque el máximo enemigo, emisario infernal (v. 673), es un
«senex iniquus qui vocatur Otium» (v.
679ss).
[42] Esta sección está
compuesta por una serie de 24 estrofas de cinco versos, cuyo orden fijo es un
hexámetro seguido de cuatro senarios yámbicos. La última estrofa, para variar,
es de cuatro versos (vv. 711-714), formada por un hexámetro y tres senarios. male cognitus es iunctura ovidiana (Tr.
3.13.7).
[43] Verso braquicataléctico
(cinco pies).
[44] cod. patiam.
Nótese la consonantización de –i ante
vocal en patiar. En Tibulo, Carm.Tib. 3.10.25, se lee la cláusula pia turba deorum.
[45] Por su contenido el verso se asemeja al
ovidiano sic ego perspicio caelestis
ianitor aulae (Fast. 1.139).
[46] cod.
interres.
[47] cod.
re<..>llor, debido a que la
última parte del verso se escribió al comienzo del siguiente renglón, cuyo
encabezamiento se ha perdido.
[48] “Ciudad de los Ángeles”: tal parece ser el
nombre que sus fundadores quisieron dar a la ciudad de Puebla. El helenismo, no
obstante, responde más a un deseo de ennoblecer el nombre de la población que a
un conocimiento preciso de su significado. El copista, al menos, no parece muy
seguro de su proceder, como demuestra el hecho de que en ocasiones separa el
compuesto (cf. nota a v. 1755).
[49] Tiene razón Teodoro frente a su maestro, pues
la sociedad poblana, como la novohispana en general, demandaba entonces
maestros para la educación de la juventud. Cf.
Osorio Romero, Colegios y profesores
jesuitas..., op. cit.,
pp. 17ss., 223.
[50] collegia
fecimus ista: el uso del plural no es retórico, sino objetivo, pues en 1586
funcionaban ya en Puebla el Colegio de San Jerónimo, como convictorio, y el del
Espíritu Santo, como colegio propiamente dicho, es decir, donde se daban las
clases, aunque se habla de su fundación en 1587, por haberlo dotado
económicamente Melchor de Covarrubias a partir de ese año.
[51] Falta esta acotación en el cod. por
deterioro, pero la exige el sentido.
[52] Consonantización de –i ante vocal.
[53] cod. didnitatis.
[54] cod.
meum.
[55] Como en el v. 333, también aquí la grafía honore del cod. (grafía manuscrita tan parecida a horrore) responde a un error del
copista. Exige la corrección el contexto y explica el error la cercanía de honores en el v. 626.
[56] Hiato.
[57] En esta escena se recoge la tópica
controversia de las armas y las letras (sapientia
et fortitudo).
[58] cod. bes. La grafía s, en fin de papel, dudosa. Lo mismo
ocurre con el final del verso siguiente.
[59] male
parta: “lo adquirido por procedimientos condenables”. Es la primera parte
de la expresión male parta, male dilabuntur
(Cicerón, Phil. 2, 27, 65, de Nevio, trag. 51) o male partum male disperit (Plauto, Poen. 844): “lo mal adquirido (se) derrocha malamente”. El autor
está haciendo una crítica tanto de las malas artes de los jefes militares
–quizá no tanto de los métodos empleados en la guerra para enriquecerse a costa
de los soldados–, como de su despreocupación por el valor de éstos (tras la
preparación que les ha otorgado el Estudio, uniendo armas y letras) y de su
vida.
[60] et parece
corrección de un id anterior.
[61] cod.
importior.
[62] cod. inuentus; id. en
v. 642.
[63] Al verso le falta una
sílaba. Puede entenderse que hay prolongación silábica de –ti en Marti.
[64] En esta
andanada contra Marte podría haber también una alusión a los sacrificios
humanos del Imperio Mexicano, que contentaba a sus dioses con la sangre de
combatientes apresados en las guerras floridas.
[65] Consonantización de –i (-riam)
ante vocal.
[66] El final es ilegible. No
obstante, creemos que turis reúne
todas las condiciones métricas (final de hexámetro), sintácticas y semánticas
para ocupar este lugar. El incienso es de hecho uno de los honores o munera que
Ovidio con frecuencia atribuye a los dioses.
[67] cod. Estudium.
[68] cod. juue<>it.
Andanada
contra los dioses que apartan del estudio: la seductora Venus, que lleva la voz
cantante, y el alado Mercurio, que encandila con el brillo del oro. Ellos se
llevan a la mayor parte de los muchachos. Menos nocivos, pero juntos en el
dañino afán –como señalan el anafórico hinc
y el paralelismo de partem aliam (v.
667) con maximam partem (v. 664)–,
son los que promocionan la diversión: Apolo, inventor de la lira y del arco, el
baile y la caza; el borrachín Baco, la bebida. La perífrasis relativa a Apolo
deriva de Ovidio, Pont. 4.8.75: Vtque nec ad citharam nec ad arcum segnis
Apollo est.
[69] Olympi rector es iunctura senequiana: Her. fur. 205.
[70] Hiato.
[71] cod. subelamine.
[72] El verso tiene claros tintes ovidianos. Por un
lado qua furor es iunctura presente en Her. 13.34; por otro, el final reproduce
casi literalmente el v. 1.58 de Met.:
aera permisit; vix nunc obsistitur illis.
[73] El término está borroso en el original.
[74] cod.
omnio.
[75] furiale
venenum es cláusula ovidiana (Met. 4.506).
Cf. también Séneca, Thy. 453, y el propio Cigorondo: «Y aun
haré que se desate / tanto el humor de mi seno / que, embebido en mi veneno, /
haré que en tocando mate» (Com. a la
gloriosa Magdalena, II, Elog. 2ª, fol. 59v).
[76] Vt Proteus: En el amplio marco del maridaje de la doctrina
cristiana con las letras clásicas, característica de la educación jesuítica,
Ocio, que luego cargará con rasgos o pobladores de los infiernos paganos
(Plutón, Caronte, las Furias, Cancerbero), recibe aquí los del mítico Proteo,
capaz de asumir formas diversas, pero que puede ser desenmascarado (v. 1715ss).
Una composición titulada Proteus Egloga,
como la de Sannazaro, cuyo autor fue Luis Peña, se escribió unos años más tarde
ante el virrey de Nueva España para, con ella, vaticinar el progreso en las
buenas letras de la juventud de Nueva España (custodiada en
[77] cod.
turpijs.
[78] En este verso son calcos senequianos: lucis almæ (Her. Fur. 592) y profunda
Tartara (Phæd. 951).
[79] Nótese la diástole
–alargamiento– de la o- inicial de oportet.
[80] La pérdida del papel en el ángulo superior
derecho del folio impide leer el final de los versos. Creemos, sin embargo, que
la conjetura que proponemos se ajusta a las necesidades métricas y cuenta con
el aval de Lucano IX, 838: in sua fila
sorores.
[81] Al verso le
falta pie y medio. Se nos antojan dos soluciones métricamente viables: la
primera dumque ipse nitidum lumine
<lustrat sol diem>; la segunda dumque
ipse nitidum lumine <promit sol diem>. Ambas comparten, desde una
perspectiva estilística, el paralelismo sintáctico ipse nitidum / sol diem (adjs. sujeto-objeto / susts.
sujeto-objeto). Además, la unión de nitidum
y diem es frecuente en Ovidio.
Ventajas de la primera: la aliteración lumine
lustrat y el uso por Virgilio de lustrat
referido al sol (Aen. 4.607). La
segunda solución es más erudita. Parte de Horacio, que comienza la tercera
estrofa sáfica del Carmen Saeculare
con dos versos (vv. 9-10) muy parecidos: alme
Sol, curru nitido diem qui / promis et celas aliusque et idem. Inconvenientes:
Cigorondo usa poco a Horacio. Es esta limitación, junto con la aliteración
señalada, lo que nos ha hecho inclinarnos por la primera de las dos soluciones
propuestas.
[82] No hemos sido capaces de
completar los tres versos que siguen. En cualquier caso, conviene saber que al
704 le faltan dos pies y medio, al 705 dos y al 706 (hexámetro) un dáctilo y un
espondeo o troqueo.
[83] Sicambros,
también llamados Sugambros, eran una
tribu germánica de tiempos de César, que habitaba el territorio situado al este
del Bajo Rin (o Rhin) y al norte del Ubii, por la actual Westfalia: «Sugambri qui sunt proximi Rheno» (Gal. 6.35.5).
[84] Conjetura
basada en Cicerón, Ver. 2.4.65.11 dignam rem esse regno
Syriae, dignam regio munere. Cf.
También Ver. 2.5.184.3 y Sen. 2.4 .
[85] En este caso la
corrección se ilustra en Ovidio, donde el sintagma fausto... omine suele concurrir:
cf. Met.
6.448 y 9.785, Fast. 1.616 y Tr. 2.1.6.
[86] La clave para la interpretación de los versos
709s. nos la proporciona Séneca (Her.
Fur. 30s): Quæ bella? quidquid
horridum tellus creat / inimica, quidquid pontus aut aer tulit.
[87] cælestia dona es iunctura virgiliana (Georg.
4.1) y ovidiana (Met. 13.289).
[88] En esta escena se utilizan
tres tipos de versos: octonarios yámbicos (1617-1662), dísticos elegíacos
(1663-1678) y senarios yámbicos (1679-1767). Las series yámbicas, no obstante,
no son uniformes. Mezclados entre los octonarios se encuentran versos de nueve
pies (1621 y 1649), de siete (1628 y 1661) y de seis (1647). A su vez, entre
los senarios los vv. 1692, 1695 y 1730 no tienen seis, sino siete pies.
[89] Quis me
est fortunatior es fórmula primero plautina (Rud. 1191) y después terenciana (Hec. 848 y Eun. 1031).
[90] cod. superiis, con anotación de i larga como –ii; lo mismo en el v. 1623.
[91] cod. institur.
Este verso plantea algunos problemas de difícil solución. Métrica y sintaxis no
se ponen de acuerdo. Desde una perspectiva sintáctica, lo correcto sería una
cláusula institu<i> o institu<o>r, pero dejaríamos al
verso sin una sílaba. Atendiendo a la métrica, es idónea y fácil la enmienda insti<tui>tur del erróneo institur del cod., pero la sintaxis se resiente: hay discordancia con ipse (= ego), pues este pronombre tendría que ir en acusativo en construcción
no concertada como ésta (en concertada sería instituor e ipse sería
correcto); es decir, obligaría a cambiar ipse
por ipsum, lo cual trastrocaría de
nuevo la métrica. Así que, puestos a elegir, hemos optado por la solución más cercana
al texto: mantenemos ipse y
corregimos insti<tui>tur, a
sabiendas de la objeción sintáctica. Tal vez el autor, para salvaguardar la
métrica, haya preferido construir en nominativo en ligera desviación
sintáctica, o, simplemente, no se haya percatado de la incorrección.
[92] cod.
eum.
[93] abalienarier es término plautino (Mer. 457, Mil. 1321, Trin. 557).
[94] Nótese el
alargamiento de la sílaba inicial de erat
(diástole).
[95] cod. phormacopolio por pharmacopolio. La forma pharmacopolio es amétrica e inusual,
aunque no debe descartarse la posibilidad de una variante colonial con
consonantización de –i ante vocal.
[96] cod.
illam. La primera parte de este verso
se inspira en Plauto, Men. 535: immo
equidem memini. nempe hoc est, quod illi / dedi.
[97] cod. imo,
lo mismo que en los vv. 1700 y 1754.
[98] cod. vt
quiate se Iungui (con u tachada
entre g e i), formi, darem, male
...
[99] cod. tot
quam. El verso presenta algunos
problemas. En principio quam no tiene
sentido, de ahí nuestra corrección. En cuanto a la métrica, medido tal cual
tiene siete pies. Cabe la posibilidad, no obstante, de no tener en cuenta las
dos sinalefas (Haerebam animo y totque agitabar), lo cual no es raro en
Cigorondo, y es octonario. La otra posibilidad es mucho más atrevida: leer tot quamvis en lugar de totque. Va mejor al significado del
texto, pero es algo brusca. En consecuencia, hemos optado por la enmienda más
conservadora.
[100] incerti
authoris: esos versos de autor desconocido (vv. 1663-1678), que se
distinguen por su metro de los precedentes (octonarios) y de los que siguen
(senarios), tienen sabor goliárdico o de picaresca estudiantil. Es muy posible
que fueran compuestos por el mismo Cigorondo, aunque la situación le obligaba a
tomar distancia crítica de la propuesta iconoclasta que ofrecen, haciendo gala
de su fina ironía. Por lo demás, el jesuita ha sabido mezclar con maestría
tradición e innovación, pues, como tendremos ocasión de comprobar, para
ilustrar la temática jocosa estudiantil ha recurrido a numerosas citas del
mundo clásico.
[101] cod.
corum.
[102] iussa
superba es iunctura virgiliana (Aen. 10.445 y 12. 877).
[106] operosa,
aplicado a Minerva, se encuentra en
Horacio (Carm. 3.12.4).
[107] dives
ero es cláusula ovidiana (Her. 17.224).
[108] Cf. Silio Itálico (Pun. 15.612): nox somni
genetrix mortalia pectora curis.
[109] cod.
ecore.
[110] Ovidio nos permite completar el verso. Es
copia exacta de Fast. 1.68: otia terra ferax, otia pontus habet.
[111] Cláusula ovidiana (Met. 13.891).
[112] cura
laborque es iunctura presente en
Lucano (BC. 9.621) y Marcial (Ep. 5.21.4 y 5.24.10).
[113] cod.
oluium. El lector debe suplir la
acotación de la entrada sigilosa, pero audible para el público, de Estudio y de
sus adeptos por uno de los lados en los vv. 1679-1681.
[114] Cambia el metro de los versos latinos (a
partir de aquí oímos senarios yámbicos) y cambia la escena. Estudio, cuyos
planes ha frustrado el astuto Ocio, acompañado por sus incondicionales
Posidonio y Teodoro, ha decidido atajar el mal de raíz y dar caza a Ocio, para
poner en manos de la justicia (tribunal del Honor) a ese corruptor de menores.
Los estudiantes pillan a Ocio desprevenido, mientras encanta con sus
“batallitas” al Joven protagonista, y lo atan. Tendrá que oír los reproches de
Estudio y sus adláteres y será expuesto a vergüenza pública, como criminal que
es, frente a la cual palidecen los máximos suplicios posibles (vv. 1763-67).
[115] El cod. presenta
un añadido poco claro después de opus est,
de la misma mano, pero inserto en otro momento, (quizá por resistirse a dejar
el verso inconcluso): algo así como nobis.
Pero esta palabra no puede ser final de senario yámbico. Hemos optado, pues,
por dejar el verso inconcluso. Para completarlo haría falta una secuencia
crética o dactílica.
[116] Puesto que métricamente sobra algún elemento
en el verso, creemos que Estne, como
adventicio, es pleonástico (el ms. ofrece un signo como de abreviación
prolongada encima del término). Oppido
perii miser es final yámbica plautina (Merc.
709).
[117] El verso está incompleto: falta una sílaba
larga después de quod.
[118] Omitte me es expresión terenciana (Ph. 486) y manedum es
usual en Plauto; en Terencio sólo se halla en Hec. 844.
[119] Ejemplo de hiato
prosódico con abreviación de se.
[120] Atrevida expresión en la
forma y en el contenido. En la forma por el uso de un infinitivo imperativo (gradi) con acusativo interno etimológico
(gradum), con un verbo con muy pocos
ejemplos de objeto interno en la antigüedad (se cita normalmente el pasaje de
Columela, R.R. 6.37.11.5, uiam recte graditur; lo mismo en Aug., Civ., 10.17. Cf. Thes. Ling. Lat.,
06.2, col.
[121] Nótese la diástole de –se– en desere.
[122] cod.
atat at quim. La
métrica de este verso invita a seguir la lectura del cod. atat, entendida como
at, at, reiteración de la conjunción
adversativa, con una escansión de dos breves necesaria para el ritmo yámbico
del primer pie. Sin embargo, dada la presencia de exclamaciones e interjecciones
en estos versos, creemos que la interjección attat, escandida con dos breves, en vez de dos largas, es más
lógica en el pasaje. La irregularidad métrica puede justificarse por el origen
griego de la interjección, de acuerdo con la máxima ya mencionada graeca verba sine lege vagantur.
[123] Hiato en iam actum.
[124] Es sorprendente cómo Cigorondo ha adaptado
aquí el tetrámetro trocaico cataléctico de Séneca comprecor vulgus silentum uosque ferales deos (Med. 740) al ritmo
yámbico, con el inconveniente, eso sí, de tener que añadir un pie. Este verso,
de hecho, consta de siete pies.
[125] Verso problemático también desde una
perspectiva métrica. En primer lugar consta de siete pies, como el 1692. El
problema real está, no obstante, en el segundo pie: está integrado por dos
breves, en lugar de breve y larga. El carácter griego de la palabra podría, sin
embargo, permitir una escansión breve + larga. Si miramos a las fuentes, en Séneca
se encuentra dirae Stygis / deformis unda
(Thy. 666 s.). Otra solución
sería corregir Stygis por Stygias. En este caso tendríamos un
anapesto viable, dentro de la peculiaridad de siete pies. A su favor cuenta con
una gran tradición clásica, pues Stygias...
undas es sintagma muy frecuente entre los poetas clásicos (Marcial, Ovidio,
Virgilio, Lucano, Propercio, Séneca). En su contra está, sin embargo, aparte de
la modificación del ms., cuya lectura es muy clara, la ruptura del paralelismo
sintáctico Stygis undas / Mortis antra.
Este último argumento, no obstante, puede ser un arma de doble filo, pues en él
precisamente se ha podido basar el copista para entender Stygis en lugar del correcto Stygias.
De forma que, sólo por escrupuloso respeto a la tradición manuscrita, hemos
optado por mantener la lectura original. Squalidae
Mortis, por otra parte, es caracterización senequiana (Med. 742).
[126] cod.
putet.
[127] Se refiere a Teodoro, que es quien atrapó a
Ocio (v. 1687).
[128] Nótese la diástole de –tis.
[129] Lectura dudosa. El cod. parece mostrar impio,
que podría entenderse como errata del copista por impia. Pero como también es posible leer impie, creemos que esta lectura facilita la comprensión del texto y
tiene además la ventaja de unir en un
mismo plano a los dos adverbios: impie
et nimis.
[130] Diástole de –bri–.
[131] Así el cod., lo que implica un quinto pie
crético, que hasta ahora ha evitado Cigorondo, aunque, como veremos, algún
ejemplo posee (cf. nota a vv.
1727-28). Cabe también la posibilidad de corregir el texto y asumir suspensa arbore (es muy frecuente en
poesía el adjetivo suspensus con
ablativo sin preposición). En cuanto a la preposición ab, se explicaría fácilmente como transcripción mecánica del
copista por influencia de la sílaba inicial de arbore. No obstante, como en ocasiones anteriores, nuestra opción,
dado que hay otros ejemplos de empleo del crético en la obra, ha sido mantener
la lectura original.
[132] Se mencionan en estos versos varias añagazas
usadas por Ocio para los muchachos, expresadas en referencia a actividades de
la cultura antigua o tradicional: un gancho de hierro disimulado en una capa de
tierra deslizante para que el enemigo quedara enganchado y dos técnicas para
cazar aves: mediante vara impregnada de liga y mediante lazo o trampa.
[133] cod. deterrere, inviable métricamente. Al mismo tiempo hay que
escandir tuis como una sola sílaba
(consonantización de u- ante vocal).
[134] cod.
Nequo.
[135] Aut
está utilizado aquí con el valor adverbial de etiam; la disyuntiva más frecuente con este valor es vel. En cuanto a satis, tiene un valor intensivo equivalente al castellano “bien” en
expresiones del tipo “bien se ve que...”. Aquí significa “se oculta bien”, es
decir, “sabe muy bien ocultarse”.
[136] Hiato prosódico entre me y
exspoliare.
[137] La sílaba larga final de Cerberi está abreviada, tal vez debido al carácter griego del
término.
[138] El primer pie está incompleto: es monosilábico
y breve (ve-).
[139] Otro verso problemático.
Hay hiato en adsto. O, y, lo que sí
es más extraño, el sexto pie sería un tríbraco. Otra posibilidad menos violenta
sería no contemplar hiato y alargar la sílaba inicial de facinus para formar un quinto pie espondaico.
[140] Este verso y el
siguiente comparten un mismo tipo de problema: una sílaba de más; el primero al
principio, el segundo al final. El resultado es que ambos ofrecen un crético
(en el primer pie el primero, en el último el segundo), lo cual es bastante
raro, aunque posible en la métrica jesuítica (cf. M. Molina Sánchez, “
[141] El texto insiste en la deformidad física de
Ocio, símbolo de su fea catadura moral: «Et
si turpis vultu turpior est moribus» (v. 1732). Al viejo le han quitado su
galana ropa de encendido carmesí sobredorada y llameante. A la vista queda su
aspecto enclenque y su gran joroba... No podrá escapar, pues a su conjuro no
responden las Furias infernales (vv. 1760-77). Es posible que en este expolio
de Ocio haya ecos del de Pluto en el diálogo Timón o el misántropo de Luciano de Samósata, donde se dice que,
despojado Pluto de su rica máscara y de sus vestidos multicolores, él mismo se
verá muy poco grato y deforme.
[142] De nuevo verso de siete pies. En cuanto a las
fuentes, parece claro que este verso retoma un pasaje de Cicerón (Q. Rosc., 20.7): non ab imis unguibus usque ad verticem summum; pasaje que adoptará
después Apuleyo (Met. 3.21.15) con
ligeras variantes: ab imis unguibus sese
totam adusque summos capillos.
[143] A destacar la fuerza expresiva de los versos
1735-6, conseguida gracias a la conjunción de dos figuras estilísticas: anáfora
y anástrofe; subrayar también la diástole de –fi– en officium.
[144] Hiato.
[145] La sílaba inicial de latere está alargada.
[146] Aunque con mucha frecuencia el cod. ofrece quim por quin sin ninguna
razón aparente, y por tanto lo hemos corregido sin más, en este caso la lectura
quim permite una escansión normal del
verso (sinalefa con omnia), mientras
que con quin el segundo pie consta de
cuatro sílabas breves (proceleusmático), algo poco frecuente en esta posición
del verso. Transcribimos, pues, el texto según el original.
[147] En los vv. 1738-1748 resuenan en voz del
Estudiante las palabras de arrepentimiento de un “hijo pródigo”, inspiradas en
la parábola de Luc. 15, 11-32, argumento de tantas obras dramáticas del siglo
XVI, especialmente en el teatro de colegio. Es normal que aparezca este tema en
[148] Diástole de la sílaba inicial de manus.
[149] Los versos 1749-50 parecen sin duda inspirados
en Séneca, Thy. 521 s.: hos innocentes, frater. {At.} A genibus
manum / aufer meosque potius amplexus pete.
[150]
[151] Hay un fuerte
hipérbaton en estos dos versos que puede oscurecer el sentido. Por un lado, la
conjunción si, que debería ir después
de transierit, se ha pasado al verso
siguiente; por otro, los elementos del sintagma ex hoc die están totalmente separados. Su traducción: “Si con
diligencia y lealtad me honras a partir de este día, hallarás en mí a un
verdadero padre”.
[152] cod.
angelo poli (cf. nota a v. 609).
[153] cod.
victum.
[154] Diástole de –di- en cardinibus. La
idea de la convulsión mundial se halla en diversos autores clásicos, aunque tal
vez sea en Thy. 876 s. de Séneca
donde los términos más se asemejen a los del verso que nos ocupa.
[155] Cf. Séneca, Med.
741: et Chaos caecum atque opacam Ditis
umbrosi domum.
[156] El verso está
inspirado en Virgilio (Aen. 4.25): sed mihi uel tellus optem prius ima
dehiscat. Dehisce tellus, a su vez, se halla también en Séneca (Oed. 868, Troad. 519, Phaedr.
1238).
[157] Mídase con contracción,
es decir, comprendant.
[158] Llama la atención que
todas estas divinidades (Caos, Plutón, Tártaro, Tántalo y Sísifo) aparecen como
aquí acumuladas, y en el mismo orden, en los vv. 741-747 de
[159] Como