El jardín de las mandrágoras

La dirección corrió a cargo de la propia autora, con los siguientes intérpretes: Carmen Quintana, Carlos Arturo Bolivar, Antonio Varona, Blanca Nicolás y Angélica González.
La obra se estrenó el 27 de mayo de 1993, en la sala Ensayo 100 de Madrid y pudo verse en la Casa del Teatro de Medellín, Colombia.

De la obra disponemos de dos breves reseñas

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Una aparecida en la revista Época, firmada por C.C y titulada "Simbolismo independientes": "Parece esa obra que nunca fue escrita por los simbolistas franceses del siglo pasado". Fue el comentario más generalizado de las pocas personas que el pasado año pudieron ver El jardín de las mandrágoras en un aula de la Real Escuela Superior de Arte Dramático de Madrid.


Ahora ellos mismos acaban de fundar la compañía Atra Bilios impulsada por la autora A. Liddell Zoo, Angélica González como directora, con la intención de presentar comercialmente esta pieza al público madrileño.
La Sala Ensayo 100 de Madrid acoge hasta el día 20 de junio esta obra, subtitulada Pequeña tragedia sexo-metafísica dividida en nueve escenas y cinco lirios. En El jardín de las mandrágoras se entremezclan sexo, muerte, pasión y fantasía. Para Angélica González "se trata de una creación dirigida a los sentidos tomando como referentes más directos la pintura y la música. Es una búsqueda dolorosa de la belleza, es decir, de lo insoportable". Completan el reparto Carmen Quintana, Carlos Arturo Bolívar, Antonio Varona y Blanca Nicolás.
Esta otra reseña apareció en la Guía del Ocio, y se valoraba con dos estrellas. "La joven autora Angélica González (Liddell Zoo) dirige y participa como actriz en su primer estreno, con una compañía de las últimas promociones de la Escuela de Arte Dramático. Proponen un drama poético, breve e intenso, que plasma en elaboradas imágenes y situaciones dramáticas el final de una extraña y mórbida relación erótica. La fábula recrea los oscuros lazos del éxtasis sensual, el dolor y la muerte, quizás inspirada en pinturas y ambientes "manieristas" y góticos.
La pieza presenta con limpieza interesantes pasajes poéticos y con sobriedad y contención algunos cuadros de impresionante sensualidad. Destaca el trabajo del actor Carlos Arturo Bolívar, quien hace una ajusyada creación de un amante hermafrodita.

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