FICHA DE LA OBRA
QUERIDO RAMÓN
Las escenas de este espectáculo han sido seleccionadas entre las siguientes obras de Ramón Gómez de la Serna:"El incongruente", "Se presentó el hígado", "El hombre perdido", "Rebeca", "Nueve páginas de mi vida", "El museo de reproducciones", "Cuentos de Navidad", "Cartas a mí mismo", "El doctor inverosímil" y "Los muertos y las muertas".
(Este espectáculo ha sido realizado sin ayuda institucional)
Dramaturgia y dirección: Roberto Cerdá
Intérpretes: Susana Hernández y Alberto Jiménez. La voz de Francisco Heras.
Música: Salvador Bacarisse
Espacio escénico y vestuario: Teatro Rosaura.
Diseño de luces: Andrés Lima
Diseño gráfico: Teatra.
Director técnico: Valentín Hidalgo.
Distribución: Marcelino Samaniego.
Secretaria de producción: Encarna Piedrabuena.
Gestión y producción: Aida G. Omella.
Ayudante de dirección: Marisol Rolandi
Producción: Teatro Rosaura
Estreno: Sala Triángulo, Madrid, abril, 1992.
TEXTO DEL PROGRAMA DE MANO
QUERIDO RAMON:Este espectáculo está dedicado a ti porque eres uno de los grandes autores de nuestro siglo y, a la vez, uno de los más olvidados. La sincera correspondencia que a ti mismo te dirigiste nos ha servido para hilvanar las diferentes escenas de este espectáculo de tal modo que todo él no viene a ser otra cosa que una apasionada carta devanada, en vez de con tinta, con los movedizos caracteres con que se escribe sobre la tridimensional cuartilla de un escenario (perdón por la greguería),
Cartas, pues, escritas por tu propia mano, y escenas seleccionadas de tu vasta producción narrativa, que no teatral ¿Por qué?
Sencillamente porque que en algunas páginas de tus novelas palpita, de manera más certera que en tus primerizas obras dramáticas, un inequívoco sentido de la teatralidad que pocos se han molesrado en rescatar. A este respecto recuerdo las palabras de otro maestro de nuestras letras y sobre todo, de nuestro teatro, Enrique Jardiel Poncela, que en su día declaró que sin Ramón él no hubiese sido nada. ¡Pues qué decir de todos los demás!
Pero tú, reconócelo, siempre desconfiaste de la forma dramática, tal vez defraudado de un medio que aún hoy, se resiste a abrir los puertas de sus apolillados y sombríos armarios de mediocridad. Sin embargo, tú llegaste a culpar al propio teatro del fracaso de tu experiencia al decir que no escribías para él porque sus problemas no eran del Arte ni del alma, sino mezquindades de la mezquina humanidad.
Ramón, como podría darte lo espalda quien formó parte de tu propia actitud ante la vida y ante la literatura los cuales procuraste diestramente confundir la una con la otra para convertirte con tus palabras -como acertadamente te definió Francisco Umbral (otro de tus ilustres admiradores)- en 'incesante donador de vida ".
Finalmente sólo quisiera decirte que hemos tratado de desplegar poéticamente todo una serie de objetos cotidianos estableciendo entre ellos un sorprendente juego de correspondencias propio del personal surrealismo que sólo tú supiste crear. Ello, junto a la infatigable búsqueda del ideal femenino - constante igualmente en toda tu obra - constituyen los dos principales soportes sobre los que descansa este espectáculo que te adjuntamos.
Abrazos de
Rosaura
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