La bailarina en la caja de
música
es una breve pieza monologada que
forma parte de una serie de cinco monólogos
titulados Desnudos, todavía
inéditos. De todos ellos es la única que ha
sido publicada hasta el momento en el número 11 de
la revista Art Teatral.
Russell Dinapoli fue el encargado de
comentar algunos aspectos de este texto en la citada
publicación. Para este autor, el texto de
Sánchez, recuerda a algunas obras cortas de
Beckett. Existe una dualidad: un objeto, la caja de
música, es personificado pero de nuevo recupera su
condición inanimada al carecer de interlocutor.
Mediante un lenguaje cotidiano, el personaje habita en
"un mundo cargado de soledad", lo cual hace intuir a
Dinapoli una "expresión de la condición de
lo femenino en este mundo de silencio". La bailarina es
un objeto deseable al tiempo que desechable, como las
grandes musas cinematográficas, como Marilyn
Monroe.
El texto juega con los límites
de lo teatralizable, en un "punto impreciso entre el
teatro, la poesía y la narrativa: "La bailarina en
la caja de música es una obra poética:
tanto en el tiempo como en el espacio y los personajes
han sido conceptualizados poéticamente en el
sentido de que la imaginación del autor más
que la acción teatral es lo que da impulso a esta
obra. La presencia-ausencia de los otros personajes,
siempre sujetos a la visión narrativa de la
bailarina, resta dramatismo a la obra y la deja ubicada
en esa frontera propia del género narrativo o de
la poesía."