REFLEXIONES
ELENA
Una historia de mujeres que se encuentran a si mismas.
Una historia de soledad elegida. tranquila.
Una historia de amor sin rencores.
En el agujero negro del escenario levitan tres espacios. A los lados
dos vidas hijas de una misma historia. En épocas y lugares
diferentes. En el centro el nacimiento de algo nuevo, una consciencia
latiendo en el anonimato hasta el final. La obra se desarrolla entre
la vigilia de la despedida y muchos años después. En
Ítaca y en todas las ciudades del mundo que se llaman Ítaca.
ellas se mueven brillan, brillan, hablan, reposan y casi huelen según
sus circunstancias.
Pequeña y cálida se desenvuelve Penélope al principio
en el imperio de su marido, cuya ausencia la hace avanzar lineal y
pausadamente hacia su nueva vida. Es sangre y mujer de sí misma,
le acompañan la fuerza del tiempo y el vigor de la nostalgia.
Ingenua e intermitente estalla Penélope en su tránsito
por la ausencia de Ulises viajero haciendo y deshaciendo continuamente
su vida en la habitación. Reinventándose incansable.
buscando a tientas e intentando comprender con ella la pasión
de las ganas y la lucha por ser correspondida. Su camino zigzaguea
en busca de la calma.
Poesía en movimiento es lo que es este texto de ITZIAR PASCUAL.
Es imposible rellenar sus palabras sólo con la voz. Aún
hoy me pregunto si lo hemos conseguido a pesar de emplear todos los
recursos que conocemos. Pero el cuerpo viaja sólo por el espacio
cuando deseas trasmitir la intensidad. Es tan grande todo lo que encierra
que golpea. Impacto de pluma. Sútil pero profundo. Así
queremos creer que permanece esta obra en el espectador. Bienvenidos
a la ceremonia.