NOTAS AL DISCURSO PRIMERO
1.- La acción transcurre en los alrededores de Pinto, a "tres leguas de la famosa villa", es decir, de Madrid. Volver
2.-seguir los campos: Expresión corriente para indicar el quehacer pastoril. Volver
3.- tirar la barra: Diccicionario de Autoridades, s.v. barra: "Género de diversión que para ejercitar la robustez y agilidad suelen tener los mozos: y es desde un punto señalado, despedirla de diferentes modos y maneras, y gana el que más adelanta su tiro, suponiendo que para que lo sea ha de prender en la tierra por la punta o parte inferior." Volver
4.- pastor libre: Sebastián de Covarrubias, Tesoro de la lengua castellana (Barcelona: Alta fulla, 1993), s.v. libre: "Llamamos libre al soltero que no está casado." Aquí "libre" tiene un matiz añadido, libre de amor o que no está enamorado. Véase Jorge de Montemayor, Los siete libros de la Diana [1585], ed. F. López Estrada y M. Teresa López García-Berdoy, (Madrid: Espasa-Calpe, 1993), col Austral, p. 334: Después de haber bebido el agua mágica de Felicia, "Sireno, muy libre del amor..."; también p. 343: "Y tú, Silvano, toma tu flauta y templemos mi rabel con ella y cantaremos algunos versos, aunque coraçón tan libre como el mío ¿qué podrá cantar que dé contento a quien no le tiene?" El mismo Suárez de Figueroa parece identificarse con el pastor Damó Volver
5.- riberas de Pisuerga: Como hemos visto al principio del libro, cuando el autor alude a Madrid con la expresión "famosa villa", evita la denominación directa de la ciudad cortesana, como en este caso Valladolid, para así acentuar el carácter pastoril de la narración. Volver
6.- sirenas apazibles de los vientos: Metáfora de estilo gongorino. En Pusilipo. Ratos de conversación en los que dura el paseo, (Madrid: Lázaro Scoriggio, 1629), p. 195, Suárez de Figueroa alude a las audaces metáforas de Góngora: "quien llamó al silguero canoro ramillete o al ruiseñor sirena del aire." Volver
7.- ...d'amor professe la milicia: El motivo de la militia amoris o del amor como una forma de milicia, tomado de Ovidio, lleva a igualar la actividad del soldado con la del enamorado. Véase Ovidio, Amores I 9, 1-2; Arte de amar II, 233 y ss. y 674; Horacio, Odas III 26, 1-4. Volver
8.- F. Randelli Romano señaló la semejanza del segundo terceto de este soneto con los versos 5-7 del soneto de Luis Carrillo que empieza "Enmudeció el Amor la pluma y mano", que dicen: "Tal Guadarrama, por su escarcha cano, / agravios del sol llora cuando mengua / sus nevados tesoros...", en Luis Carrillo de Sotomayor. Poesie. I. Soneti, (Firenze: Universitá degli Studi, 1971), p. 183 Volver
9.- Como es habitual en los libros de pastores, entre sus personajes se establece una jerarquía social que resume Luis Gálvez de Montalvo en El pastor de Fílida [1582], (NBAE, 7, t. 2º, 2ª parte, Madrid, 1931), p. 559: "Los rabadanes tenían mayorales, los mayorales pastores y los pastores zagales". Volver
10.- El mayoral Menandro oculta en la narración pastoril la identidad de don Juan Andrés Hurtado de Mendoza, quinto Marqués de Cañete. Volver
11.- vaso tan limitado y débil: Denominación frecuente de pecho. Volver
12.- a muerte...ayuda: Nótese la semejanza de este verso con el verso 7 del soneto 327 de Petrarca: "i'cheggio a Morte in contr'a Morte aita." Adviértase, asimismo, la silepsis en muerte: muerte física y muerte de amor. Volver
13.- el esquadrón de estrellas: Rosa Navarro Durán, en su edición las Obras de Luis Carrillo y Sotomayor (Madrid: Castalia, 1990), p. 173, nota 1, indica el parentesco entre esta expresión y el primer verso de un soneto del mencionado poeta, que empieza "Escuadrones de estrellas temerosas / desamparan el cielo...". Volver
14.- sueño, tregua dulce de querellas: Fernando de Herrera, en Obras de Garcilaso de la Vega, con anotaciones de, ed. facsímil, (Madrid: Cátedra, 2001), pp. 806-807, dice acerca del sueño: "Temistio dize que es el más suave de nuestros afetos, porque estingue i acaba el sentido del dolor", aunque en Felicio obra el efecto contrario. En este sentido añade Herrera: "Solía dezir Apolonio Tianeo [...] que muchas vezes acaecía a los que amavan despertallos el sueño. Está el ogeto amado siempre visible ante los ojos, i abita en el coraçón, de suerte que durmiendo i velando i en todas nuestras operaciones, comueve todos los espíritus" (p. 809). Volver
15.- Un tópico muy extendido en los Siglos de Oro es el de la armonía y amor entre "los árboles" (olmos o álamos) y "las verdes ropas" (vides o yedras) que los abrazan y visten. Véase nota 134 en este mismo discurso. Volver
16.- Cierço airado: Cierzo, Aquilón o Bóreas, viento del Norte, terrible cuando en invierno levanta tempestades. Volver
17.- verano: Primavera. Véase Joan Corominas y José Antonio Pascual, Diccionario crítico etimológico castellano e hispánico, (Madrid: Gredos, 1989), s.v. verano: "Normalmente en la Edad Media y aun en el Siglo de Oro, verano significa primavera." Volver
18.- este puesto: Es lugar común en la literatura pastoril la existencia de un espacio natural ameno, en el que se reúnen los pastores para conversar, generalmente, de sus cuitas amorosas, como se dirá después. Volver
19.- Sobre los ojos mensajeros de amor, véase nota 48 en este mismo discurso. Volver
20.- generoso mayoral: Expresión referente a Menandro-don Juan Andrés Hurtado de Mendoza, que denota su carácter noble. Covarrubias, Tesoro, s.v. generoso: "El hombre ilustre, nacido de padres muy nobles y de clara estirpe, conocida por el árbol de su descendencia." En la jerarquía pastoril, el mayoral ocupa el lugar anterior al del pastor. Véase nota 9 en este mismo discurso. Volver
21.- al son de una lira: Los pastores de este libro se deleitan en la música, pues es su diversión preferida, pero es ésta es la única vez que se especifica el instrumento que se tañe. Volver
22.- Parece clara la referencia a la fortuna de la familia Hurtado de Mendoza, a sus posesiones en Cuenca y a la condición de Marqueses de Cañete. Volver
23.- la nación más atrevida: Puede que Damón se refiera a cualquier nación que ose enfrentarse a España. Pero en el discurso segundo, Manilio canta las futuras hazañas de Menandro-Juan Andrés Hurtado de Mendoza en Arauco. Volver
24.- la fiera / qu'es de serpientes órridas herida: La envidia. Ovidio la pinta así en Metamorfosis II, 768-772, traduc. de A. Ruiz de Elvira, (Madrid: CSIC, 1990): "La Envidia comiendo carne de víbora, adecuado alimento de su veneno [...]. Pero la Envidia se levanta pesadamente de la tierra, abandona los cuerpos a medio comer de las serpientes y avanza con paso lánguido." Volver
25.- Suárez de Figueroa repite estos versos en la España defendida, (Nápoles: Egidio Longo, 1644), p. 386, estr. 93, también referidos a la envidia: "Sólo podrá batir rabiosos dientes / por verle celebrado de las gentes." Volver
26.- Es muy posible que Amarilis se identifique con doña María de Cárdenas y Nájera, hija de don Bernardino de Cárdenas, duque de Maqueda, y de doña Luisa Manrique de Lara, duquesa de Nájera. Véase Luis de Salazar y Castro, Historia genealógica de la Casa de Lara, justificada con instrumentos y escritores de inviolable fe (Madrid: Imprenta Real, MDCXCVII), p. 213. El motivo del encerramiento de Amarilis, personaje ausente de la escena pastoril hasta el final del libro, se cuenta unas páginas más adelante. Volver
27.- No se aclarará en ningún momento del libro el conflicto que ocasionó el aparente olvido de Danteo y la pasión de Rosela. Volver
28.- Ismenio, portavoz de los sentimientos de Menandro, dirige toda la composición a la ausente Amarilis.Volver
29.- con cantos no aprendidos: Suárez de Figueroa copia casi literalmente el verso 68 de la Égloga II de Garcilaso, "con canto no aprendido". Volver
30.- Las lágrimas y los suspiros son síntomas del que está enamorado. Véase J. de Montemayor, Los siete libros de Diana, ed. cit., p. 231: "Assí desseava yo entonces velle sospirar por me confirmar en mi sospecha"; Gaspar Gil Polo, Diana enamorada [1564], ed. F. López Estrada, (Madrid: Castalia, 1988), p. 110: "...de atónito y pasmado, no tuvo palabras con que responderle, sino que con un ardiente suspiro, dio señal de la nueva herida que Cupido había hecho en sus entrañas"; Juan Arce Solórceno, Tragedias de amor, (Madrid: Juan de la Cuesta, 1607), fols. 99v-100r: Acrisio va a cantar "después de vn profundo sospiro, nuncio de su sentimiento." Volver
31.- El narrador se apresura a justificar la desatinada intervención de Damón, disculpándolo por el hecho de no conocer a Amarilis. Semejante situación encontramos en Diego de San Pedro, Cárcel de amor, (Madrid: Castalia, 1972), p. 155: Tefeo, viendo que el mal de su amigo Leriano "era de enamorada pasión, puesto que quién la causava él ni nadie lo sabía, díxole infinitos males de las mugeres." Volver
32.- hablar de amor con novedad: Estas palabras, tomadas de la traducción que Juan de Jáuregui hace del Aminta de Torcuato Tasso, ed. Joaquín Arce, (Madrid: Castalia, 1970), vv. 83-84, reflejan un tópico usual: el autor, por medio de Damón alude a su propia obra y a su novedad, consistente en la equiparación del género pastoril con la poesía culta, pues, como el mismo personaje dice más abajo, hace "semejantes a las liras más doctas las çampoñas rústicas." La fórmula del omnia nova placet se convierte en lugar común en toda Europa al final de la Edad Media. Véase José A. Maravall, Antiguos y Modernos, (Madrid: Alianza, 1986), pp. 27-32. Volver
33.- [Amor] pone en sus lenguas...çampoñas rústicas: La idealización de estos pastores llega al punto de que es el amor quien los eleva a la discreción y delicadeza propia de los cortesanos. Véase G. Gil Polo, Diana enamorada, ed. cit., pp. 147-148: "es bastante el amor para hacer hablar a los más simples pastores avisos más encumbrados." Volver
34.- Nótese la larga enumeración de metáforas con que Damón identifica al amor. Como se verá, Suárez de Figueroa gusta de esta figura retórica por acumulación. Volver
35.- Véase aquí la estructura paralelística acentuada por la anáfora que, con variantes, se extiende a lo largo del parlamento de Damón y, después, al de Menandro. Volver
36.- Siervo de amor fui...igual borrasca: Pudiera ser que Damón-C. Suárez de Figueroa se refiera a su propia experiencia amorosa fallida relatada en El pasajero, ed. María Isabel López Bascuñana, (Barcelona: PPU, 1988), pp. 324-327, con una viuda. Volver
37.- yervas y flores son que encubren ponçoñosos áspides, frase que recuerda el "...latet anguis in herba" de la Bucólica III, 93, de Virgilio, de amplia repercusión en la poesía española. Volver
38.- varias, mudables: Tópico frecuente en todas las épocas que equipara a la mujer con la mudanza. Véase Petrarca, soneto 183, v. 12: "Femina è cosa mobil per natura"; Suárez de Figueroa lo menciona de nuevo en El pasajero, ed. cit., p. 360: "...siendo la mujer como ligera hoja, que con cualquier viento es movida." Volver
39.- Fue un tópico muy usual en la literatura de los Siglos de Oro el de la mujer que desprecia a quien la ama. Véase Lope de Vega, Arcadia, (comedia), (BAE, 41, Madrid, 1857), p. 158b: "Nunca de veras queremos / sino cuando nos desprecian"; del mismo, La despreciada querida, (BAE, 34, Madrid, 1855), p. 342c: "El huir de quien nos sigue / tenemos por condición." Véase nota 54 en el discurso tercero. Volver
40.- casto lecho...generación tan desseada: De acuerdo con la ideología contrarreformista, a lo largo de la obra se insiste en señalar que el fin del matrimonio es la descendencia. Volver
41.- tu divina hermosura: Véase F. de Herrera, Anotaciones..., ob. cit., p. 506: "Escrive Máximo Tirio en el Sermón 38 que los griegos, a todas las cosas que les parecían hermosas, llamavan divinas, de la mesma naturaleza de Dios, por el desseo que tienen los ombres de entender la naturaleza divina. Volver
42.- Menandro comienza aquí la narración de su amor por Amarilis, probable versión pastoril de los sucesos ocurridos entre don Juan Andrés Hurtado de Mendoza y doña María de Cárdenas, Para este asunto, véase mi tesis doctoral Estudio y edición de "La constante Amarilis" de Cristóbal Suárez de Figueroa, (Universidad Complutense, Madrid, 1995), pp. 213-224 del volumen I. Volver
43.- No hemos conseguido averiguar la identidad de estos nombres. En cuanto al "teatro, tenido por octaua marauilla", seguramente es el monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Volver
44.- mi prima: Efectivamente, don Juan Andrés Hurtado de Mendoza (Menandro) y doña María de Cárdenas ("la nobilíssima Amarilis") eran primos Volver
45.- éxtasis amoroso: Este recurso de la literatura mística se encuentra también en el soneto de Quevedo que empieza "Amor me ocupa el seso y los sentidos; / absorto estoy en éxtasi amoroso..." Volver
46.- Sentí, Damón,...por grande rato: Influencia petrarquista en las palabras de Menandro cuando habla de la emoción del encuentro con su amada, el deleite de contemplar su belleza, el placer de la comunicación. Volver
47.- Menandro, impulsado su pensamiento hacia el cielo por amor a lo bello, reconoce su correspondencia en Amarilis, influido por el Neoplatonismo. Volver
48.- Allí los ojos...turbación: Tópico de los ojos mensajeros de amor. Véase Gregorio Silvestre, Poesías, (Granada: Publicaciones de la Facultad de Letras, 1938), Canción 23, p. 57: "Ojos, decídselo vos / con mirar, / pues tan bien sabéis hablar"; Lope de Vega, El caballero de Olmedo, I, vv. 11-14: "De los espíritus vivos / de unos ojos procedió / este amor que me encendió / con fuegos tan excesivos." El mismo Suárez de Figueroa lo utiliza en El pasajero, ed. cit.: "Amé seis meses una doncella, sin darle algún aviso de mi inquietud, aunque los ojos podían ser mensajeros bien elocuentes" (p. 156), y "Comunicábanse las almas por los ojos" (p. 158); Pusilipo, ob. cit., p. 114: "Sinifiquele mi honesta afición vn día, no con acentos, que essa fuera descubierta temeridad, sino con las señales y demonstraciones del rostro, que suele hablar mucho quando, por respeto, calla la lengua." Volver
49.- nos prometimos...la fe de esposos: La promesa de esponsales entre don Juan Andrés Hurtado de Mendoza y doña María de Cárdenas, tuvo lugar el 10 de septiembre de 1607. Asimismo, las consecuencias que se derivaron de ello pueden verse en mi tesis doctoral, Estudio y edición de "La constante Amarilis" de Cristóbal Suárez de Figueroa, ed. cit., pp. 216 y ss. Volver
50.- supremos mayorales: De acuerdo con los sucesos acontecidos narrados en clave pastoril, los "supremos mayorales" son los reyes Felipe III y Margarita de Austria, a quienes doña Luisa Manrique de Lara, madre de doña María de Cárdenas, pidió el apoyo real para estorbar el matrimonio de su hija. Volver
51.- Parece que doña María de Cárdenas fue recluida en el Convento de los Ángeles, de Madrid, y don Juan Andrés Hurtado de Mendoza en la torre o castillo de Pinto. Volver
52.- la luna a mostrado deziséys vezes su rostro: Desde el 10 de septiembre de 1607, fecha en que don Juan Andrés Hurtado de Mendoza y doña María de Cárdenas se prometen, hasta el 29 de marzo de 1609, fecha de la boda, median dieciocho meses y medio. Así pues, la narración pastoril se sitúa en enero de 1609, dos meses antes de la boda. Por otra parte, para indicar el paso del tiempo, Suárez de Figueroa pudiera haber tomado esta expresión de Ovidio, quien en Metamorfosis II, 344, indica el transcurso del tiempo aludiendo a las veces en que la luna muestra su fase llena: "Luna quater iunctis inplerat cornibus orbem". Volver
53.- La Fama Volver
54.- los ojos del desseo: La separación no es obstáculo para que Menandro vea a su amada. Véase la definición del "deseo" de León Hebreo, Diálogos de Amor, (Barcelona: PPU, 1986), p. 142: "De modo que, verdaderamente, podemos definir el amor como deseo de gozar con unión la cosa conocida por buena, aparte de que el deseo [...] presuponga ausencia de la cosa deseada. [...] Tal deseo se llama amor, y se refiere a las cosas no poseídas que se deseaban tener, o bien a las ya poseídas que deseamos gozar con unión. El uno y el otro propiamente lo llaman deseo, aunque el segundo se denomina con mayor propiedad amor. Así que definimos el amor como deseo de gozar con unión, o deseo de convertirse con unión en la cosa amada." Volver
55.- Contigo tal bien acaben equivale a "contigo tal bien consigan" Diccionario de Autoridades, s.v. acabar: "Significa también conseguir, obtener y alcanzar." Volver
56.- vínculo divino: Ya habían hecho promesa de esponsales: "nos prometimos el uno al otro solenemente la fe de esposos", dice Menandro unas páginas antes. Volver
57.- Astrea: Representada con una balanza, signo de la equidad, es la personificación de la Justicia. Pero Menandro no confía en la justicia humana, sino en el amor, que se rige por leyes distintas. Volver
58.- Se inicia aquí uno de los parlamentos más interesantes ajenos a la trama pastoril, que versa sobre las excelencias de la poesía. Volver
59.- don celestial y divino furor: El origen divino de la poesía es lugar común en muchos preceptistas de los Siglos de Oro, pero también discuten el tópico nuestros poetas, como Jerónimo de Lomas Cantoral, Las obras de..., [1578] (Valladolid: Serv. Public. Diputación Prov. Valladolid, 1980), p. 63: "...pienso que los primeros poetas fueron estimados y tenidos por hijos de los dioses [...], porque llenos del furor divino tienen luz y conocimiento de las cosas altas y divinas"; Lope de Vega, La Arcadia [1598], (Madrid: Castalia, 1975), p. 426: Anfriso, que ha bebido "del agua versífera de la cabalina corriente, [...] como en vaticinio, y arrebatado de un furor poético (como Platón dijo, que no por arte, sino movidos de un divino aliento, cantaban los poetas estos preclaros versos, llenos de deidad y ajenos de sí mismos, que Aristóteles y Cicerón llamaban furia), escuchándole Frondoso, cantó así"; Bernardo González de Bobadilla, Primera parte de las nimphas y pastores de Henares, (Alcalá de Henares: Juan Gracián, 1587), ff. 168v-169r: "No tenéys razón, discretas nimphas, de preguntarme por qué arte he venido a alçançar (sic) el más precioso don de que el entendimiento goza en esta vida, pues es cosa notoria que tan diuino espíritu e inflamado entendimiento no se puede adquirir con el exercicio, como las demás sciencias y liberales artes, sino que, según la sentencia de Platón y otros muchos philósophos, es vn don que milagrosamente el soberano Señor infunde en un hombre. Volver
60.- La teoría de la interrelación entre naturaleza y arte fue muy discutida desde la Antigüedad. Entre los poetas modernos, defiende esta postura Lope de Vega, La Andrómeda, en Colección de las obras sueltas así en prosa como en verso, (Madrid: Antonio de Sancha, 1776), 2, p. 507: "Despídase de ser jamás poeta / quien no bebiere aquí, por más que el arte / le esfuerze, le envanezca y le prometa, / que el natural es la primera parte. / Bien es verdad que le ha de estar sujeta, / y no pensar que ha de vivir aparte, / que si arte y natural juntos no escriben, / sin ojos andan y sin alma viven"; del mismo, La corona de Hungría, en Obras de Lope de Vega, publicadas por la Real Academia Española, 1916, 2, p. 36b: "Si os halláis con natural, / bien es que sepáis poesía, / que con arte sólo es fría / sin el favor celestial. / El poeta ha de nacer, / después de ayudarle el arte." Volver
61.- el filósofo: Título reservado a Aristóteles en la filosofía medieval. En cuanto al abogado romano Domicio Áfer, fue considerado por Quintiliano como uno de los mejores oradores de su tiempo. Volver
62.- Deleitando, aprovecha: Tópico horaciano del delectare et prodesse. Véase Bartolomé López de Enciso, Desengaño de celos, (Madrid: Francisco Sánchez, 1586), en "Epístola" al lector: "Tomando a mi cargo una dificultad más ardua que las fuerças de (sic) mi flaco ingenio requerían, que es hazer vna confeción de lo dulce y de lo prouechoso, para engañar lo vno con lo otro, según lo que dize Oracio en su Arte poética, que el officio y fin del poeta es enseñar y deleytar, y que de vno y otro consta la perfeta poesía, quise disfraçar aqueste desengaño, escriuiéndole con marañas amorosas y en estilo pastoril." Volver
63.- El laurel consagrado a Apolo simboliza la inmortalidad lograda por la victoria. De ahí que sus hojas sirvan para coronar a los grandes hombres, ya sean poetas, ya sean héroes. Véase León Hebreo, Diálogos de amor, ob. cit., p. 283: al sol "le adjudican el laurel porque es cálido, aromático y siempre verde, así como también porque con él son coronados los poetas sabios y los emperadores triunfantes, sometidos todos ellos al Sol, que es dios de la sabiduría y causa de las exaltaciones de los imperios y de las victorias." Volver
64.- los moradores de ciudades...torpes lisonjas: Son frecuentes a lo largo del libro frases como ésta, en las que se menosprecia la corte y se alaba el campo, tópico éste de raigambre clásica muy empleado en la época. Volver
65.- Polícrates: Tirano de Samos, nacido en el siglo VI a. C. Heródoto, Los nueve libros de la historia III, 39 y ss. y 120-125, cuenta una leyenda sobre el poder y las riquezas de Polícrates: su aliado Amasis, preocupado porque los constantes triunfos de Polícrates no propiciaran la envidia de los dioses, y, por lo tanto, les sobreviniera algún desastre irreparable, le sugirió que les sacrificara el objeto más precioso que poseía. El tirano aceptó y tiró al mar un rico anillo, obra maestra de Teodoro de Samos. Sin embargo, pocos días más tarde, un pescador regaló a Polícrates un gran pez, en cuyo estómago se encontró la joya. Amasis rompió su alianza con Polícrates, y más tarde éste murió crucificado por el magnesio Oretes. Volver
66.- Paris: Ignoramos si se trata del mismo Paris, príncipe troyano, hijo de Príamo y Hécuba, que raptó a Elena y causó la ruina de su patria. Volver
67.- Minos: Fabuloso rey de Creta, hijo de Zeus y de Europa. Volver
68.- Creso: Último rey de Lidia, nacido en el siglo VI a. C., fue famoso por sus enormes riquezas y sus grandes desdichas. Véase Heródoto, Los nueve libros de la historia I, 6-94. Volver
69.- Atalo: Probablemente se refiere a Atalo I Sóter, rey de Pérgamo (269-197 a. C.), instaurador de una famosa dinastía. Fundó la biblioteca de Pérgamo. Volver
70.- Lúculo: Debe de tratarse de Lucio Licinio Lúculo, general romano del siglo I a. C., que intervino en la primera guerra contra Mitrídates. En el año 63, después de varios años de espera, se le concedieron los honores del triunfo. A partir de esa fecha, Lúculo llevó una vida privada enormemente fastuosa y se hicieron famosas sus fiestas y banquetes. Plutarco describe su magnífica villa de Nápoles en Vidas paralelas. Lúculo XXXIX. Volver
71.- Xerxes: Hubo tres reyes de Persia llamados así. El más importante fue Jerjes I, hijo de Darío I, nacido hacia el 519 y muerto en 465 a. C. Heródoto refiere su vida en Los nueve libros de la historia VII, VIII y IX. Volver
72.- Aristeo: Hijo de Apolo y de la ninfa Cirene, Aristeo se distinguió por dirigir la cría de ganados y enseñó el cultivo del olivo y la vid. Véase Virgilio, Geórgicas IV, 317 y ss; Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, (Madrid: Editora Nacional, 1983), pp. 324-325. Volver
73.- Solón: Hombre de estado, moralista y poeta griego (639-559 a. C.). Volver
74.- Plutarco, Vidas paralelas. Alejandro XXVI, traduc. A. Sanz Romanillos, (Madrid: Calpe, 1921), cuenta la siguiente anécdota: "Habiéndosele presentado una cajita que pareció la cosa más preciosa y rara de todas a los que recibían las joyas y demás equipajes de Darío, [Alejandro] preguntó a sus amigos qué sería lo más preciado y curioso que podría guardarse en ella. Respondieron unos una cosa y otros otra, y él dijo que en aquella caja iba a colocar y tener defendida la Ilíada, de lo que dan testimonio muchos escritores fidedignos." Véase también M. de Cervantes, Don Quijote, I 6: "...y esa palma de Inglaterra [Palmerín] se guarde y se conserve como a cosa única, y se haga para ello otra caja como la que halló Alejandro en los despojos de Darío, que la diputó para guardar en ella las obras del poeta Homero"; C. Suárez de Figueroa, Plaza universal de todas ciencias y artes (Madrid: Luis Sánchez, 1615), fol. 357r: "Alexandro estimó en más la Ilíada de Homero que los despojos del rey Darío." Volver
75.- El tópico la inmortalidad de la poesía y del poeta por medio de su obra es de raigambre clásica. Parece que, más que a Horacio (quien trató este tema en Odas II 20 y III 30), Suárez de Figueroa haya parafraseado los versos 61-62 de Amores I 10 de Ovidio: "Scindentur uestes, gemmae frangentur et aurum; / carmina quam tribuent, fama perennis erit." Volver
76.- Aviola, Celio, Tuberón, Corfidio y Gabieno: Cinco hombres que superaron los obstáculos que les proporcionó la vida. Acilio Aviola, legado romano que en el año 21 de nuestra era sofocó tras alguna resistencia la insurrección de los turones y andecavos en la Galia. Marco Celio Rufo (82-48 a.C.), político romano, fue acusado por Catulo de pretender a Clodia. Por instigación de ésta al ser abandonada, Celio fue acusado de actos violentos, pero Cicerón lo defendió y fue absuelto. Lucio Elio Tuberón, nombrado gobernador de África, no consiguió el mando de la provincia. Luchó contra César, pero consiguió su perdón tras la derrota de Farsalia. Corfidio: No hemos logrado identificar a este personaje. Gabieno, probablemente Aulo Gabinio, político romano. Llegó al consulado en el año 58 a. C. Apoyó la ley de proscripción contra Cicerón, de cuyos enemigos recibió el gobierno de la provincia de Siria, en donde se hizo muy rico. De nuevo en Roma, fue procesado y condenado por cohecho, confiscados sus bienes y desterrado. La amnistía promulgada por César le permitió el regreso. Volver
77.- Perseo, Cefeo, Casiopea y Calixto: Los antiguos pensaban que el personaje convertido en estrellas conservaba su propia identidad y peculiar manera de ser. Véase A. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, (Madrid: Gredos, 1988), pp. 470 y ss. Perseo, hijo de Dánae y de Júpiter, mató a la gorgona Medusa y salvó a Andrómeda, encadenada a una roca y condenada a morir devorada por un monstruo. Cefeo y Casiopea, padres de Andrómeda, faltaron a su palabra de matrimonio dada a Perseo. Neptuno o Atenea convirtieron sus imágenes en estrellas (Ovidio, Metamorfosis IV, 663-803). Calisto, ninfa de Diana, fue seducida por Júpiter. Juno, encolerizada tras el parto de la ninfa, la maltrató de tal modo que desfiguró su rostro y la convirtió en osa. Su hijo Arcas, que ya tenía quince años, se encontró con su madre y cuando iba a disparar, Júpiter los convirtió en constelaciones, la Osa Mayor y la Osa Menor, para evitar el parricidio (Ovidio, Metamorfosis II, 409-530). Volver
78.- yedra...laurel: Plantas trepadoras, arbustos y árboles que tienen en común su hoja perenne, símbolo de la inmortalidad. Volver
79.- Eróstrato: Ciudadano griego que en el año 356 a. C. incendió el templo de Diana en Éfeso con el único afán de alcanzar celebridad. Volver
80.- Juegos Olímpicos: Parece que fueron instituidos por Pélope en honor a Júpiter, y se celebraban antiguamente en la ciudad de Olimpia cada cuatro años. Consistían en carreras, luchas, pugilatos, lanzamientos del disco, etc. Los vencedores recibían como premio palmas y coronas de olivo. Volver
81.- Juegos Pitios o Píticos, instituidos por Apolo después de matar a la serpiente Pitón. Se celebraban también cada cuatro años y en ellos también había luchas, carreras a pie y a caballo, de carros, etc. Los premios eran coronas de laurel, en honor a Apolo, su fundador. Tenían lugar en la llanura de Crisa. Volver
82.- Juegos Nemeos: Anfiarao y sus compañeros, héroes argivos, con motivo de la expedición de los Siete contra Tebas, llegaron al valle de Nemea, en donde encontraron a Hipsípila mientras buscaban una fuente para poder saciar su sed. Hipsípila dejó a Ofeltes, hijo del rey de Nemea, a quien cuidaba, en el suelo para guiar a los soldados hasta la fuente, y, en su ausencia, el niño fue devorado por una serpiente. Para calmar el dolor del rey, los argivos fundaron los Juegos Nemeos. Pensando que esta desgraciada muerte podría traer mala suerte a la expedición, Anfiarao llamó al niño Arquémoro, que significa "el que conduce a la muerte" o "el primer caído". Los jueces en los Juegos vestían de negro, dado su carácter funerario. Los vencedores recibían una corona de apio, símbolo del duelo. Véase A. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, ob. cit., p. 146. Volver
83.- Juegos Ystmos o Ístmicos: Se celebraban en el istmo de Corinto cada dos o tres años en honor de Neptuno. Había en ellos, además de los ejercicios acostumbrados, concursos de música y poesía. Los ganadores recibían una corona de ramas de pino y una cantidad de dinero. Véase Plutarco, Vidas paralelas. Teseo XXV. Volver
84.- Perseo, Pegaso: A. Ruiz de Elvira, Mitología clásica, ob. cit., p. 159, señala el error extendido en el siglo XVI, que confundía a Perseo con Belerofontes, único héroe que montó a Pegaso. Volver
85.- Platón recoge en sus diálogos Protágoras, Alcibíades I y Alcibíades II (los dos últimos, de dudosa atribución) las relaciones entre el general ateniense y su maestro Sócrates. También Plutarco, Vidas paralelas. Alcibíades IV-VII. Volver
86.- Tito Pomponio Ático: (109-32 a.C.). Caballero romano, epicúreo y protector de las letras, es recordado sobre todo por su relación con Cicerón, con quien se educó. Volver
87.- Esquines, Demóstenes: Oradores y estadistas atenienses, no se distinguieron por sus buenas relaciones. Al contrario, entre ellos medió una fuerte rivalidad, sobre todo a partir de la ruptura del compromiso con Filipo de Macedonia, logrado por Esquines, lo que ocasionó la guerra de las Termópilas. Volver
88.- Píndaro: Nacido en el siglo VI a. C., celebró en una oda al rey Alejandro Aminta de Macedonia, antepasado de Alejandro Magno. Este último respetó la casa de Píndaro en el saqueo de Tebas, como homenaje al poeta. Volver
89.- Corina: Según una idea extendida en la época, la Corina de Ovidio respondía a Julia, hija de Augusto. Sin embargo, éste es un dato dudoso. Volver
90.- Demócrito, Diágoras: No conocemos este dato. Ambos personajes, del siglo V a. C., fueron filósofos, y los historiadores opinan que Diágoras fue discípulo de Demócrito. Volver
91.- J. Díaz Rengifo, Arte poética española, ed. facsímil, (Madrid: Ministerio de Educación y Ciencia, 1977), pp. 7-8, alude al "debate y contienda que sobre la patria y nacimiento de Homero huuo entre los Argiuos, Rodios, Atenienses y Colofones, Chíos, Smyrneos y Salaminos, pretendiendo cada ciudad déstas tenerle por su natural, al qual hizieron templos en sus ciudades y le juzgaron por más que hombre." Volver
92.- Marco Antonio Sabélico: Literato italiano (Vicovaro, 1436-Venecia, 1506), a quien Venecia concedió en agradecimiento una pensión y el puesto de bibliotecario de San Marcos. Suárez de Figueroa debe de haber equivocado Vicencia por Venecia. Volver
93.- Demetrio Falereo o Falero: Filósofo y hombre de estado griego, nacido alrededor del año 345 a. C. Atenas gozó de su hábil administración durante diez años, al cabo de los cuales tuvo que buscar refugio en Alejandría bajo el amparo de Tolomeo I Sóter. No obstante, la ciudad, agradecida, le erigió a su muerte un gran número de estatuas. Volver
94 .-Marco Fabio Quintiliano: Escritor hispano nacido en el año 120 d. C. En Roma pronto se distinguió entre los mejores oradores. Vespasiano le concedió una cátedra pública por la que recibió cien mil sextercios. Volver
95.- Cornelio Galo: Poeta romano (69-26 a. C.) Su amigo Octavio Augusto lo nombró Prefecto de Egipto. Sin embargo, se suicidó por haber desagradado al César y, así, evitar el castigo. Volver
96.- Zenón de Citio: Filósofo griego (336-264 a. C.). Realizó su labor en Atenas, en donde fundó la escuela estoica. Se le ofreció la ciudadanía, pero nunca la aceptó. Conmovido tras su suicidio, el pueblo pidió que se le concediera una corona de oro y una sepultura pública en el Cerámico. Volver
97.- Dante Alighieri: Nació en Florencia en 1265 y en 1321 murió en Rávena, en donde fue enterrado. León X quiso trasladar los restos del poeta a su ciudad natal en 1519, pero encontró el ataúd vacío. Florencia ha intentado varias veces conseguir los restos de Dante sin éxito. Volver
98.- Petrarca: La República veneciana, agradecida por la donación que el poeta hizo de su biblioteca a la ciudad, le concedió un palacio, que se convertiría en la famosa Biblioteca de San Marcos, para albergar a Petrarca y a sus libros. Volver
99.- Çaragoça: Denominación corriente de Siracusa. Véase F. de Herrera, Anotaciones, ob. cit., p. 363: "...fue domicilio de ombres ociosos, que muchos por huir de negocios se ivan de Roma a ella, i otros a Çaragoça de Sicilia." Ignoramos la relación que hubo entre esta ciudad y Eurípides. Volver
100.- Galo Quinto Roscio: Famoso actor latino muy celebrado por Cicerón. Volver
101.- Ovidio: Fue desterrado a Tomis (hoy, la rumana Constanza), en el país de los getas, pueblo escita. Murió en aquella ciudad en el año 17 d. C. y allí fue sepultado. Volver
102.- Leneo: El gramático Lenaeus, liberto de Pompeyo (aquí con la variante "Pompeo") fue conocido sobre todo por escribir un duro panfleto contra Cicerón. Véase Ludwig Bieler, Historia de la literatura romana, (Madrid: Gredos, 1965), p. 157 Volver
103.- Anic eto: Llamado, quizás, Aniceto de Cirene, sólo se sabe de él que cuando Dionisio el Viejo, tirano de Siracusa, puso a Platón a la venta, aquél lo compró y lo dejó en libertad. Diógenes Laercio recoge este hecho en Vidas de filósofos ilustres, (Barcelona: Iberia, 1962) III, 11-12. Volver
104.- Posidonio: Fundó la escuela ecléctica en Rodas, en la que tuvo como oyentes a Pompeyo y Cicerón. Éste refiere en Tusculanas II, XXV, 61, la enorme admiración que Pompeyo sintió por el filósofo. Volver
105.- Opiano u Oppianos: Poeta griego del siglo II d. C. Obtuvo de Marco Aurelio (hijo adoptivo de Antonino Pío, no de Antonio Severo) valiosos regalos como recompensa a su genio. Sólo se conserva de su producción un poema didáctico Sobre la pesca o las Haliénticas. Volver
106.- Anasenor: Ravisio Textor, Officinae, II, Lugduni, MDCVIII, p. 90, cuenta en el capítulo "Cantores et Musici" que Marco Antonio concedió a "Anaxenor" los tributos de cuatro ciudades a causa de sus dotes artísticas. Volver
107.- Quinto Ennio: Poeta calabrés (239-169 a. C.). Su profunda formación helénica lo impulsó a introducir en Roma el culto de las musas helénicas. Autor de comedias, tragedias y sátiras y de una epopeya nacional llamada Annales, en la que cuenta la historia de Roma. El general y político romano Cornelio Escipión, llamado el Africano (234-184 a.C.), lo admiró tanto que quiso que los restos del poeta descansaran en el sepulcro de su propia familia. Volver
108.- Nicandro: Probable confusión con Menandro, comediógrafo griego (342-293 a.C.), que fue invitado a visitar Egipto por Tolomeo I Sóter, según la política cultural de los primeros Tolomeos de intentar hacer de Alejandría un centro cultural de primer orden. Parece que Menandro declinó la invitación. Plinio el Viejo, Historia natural VII, 111, menciona este hecho. Suárez de Figueroa lo recoge también en Plaza universal, ob. cit., fol. 237v: "Sábese de los reyes de Egipto auer solicitado con presentes por medio de sus embaxadores a Menandro, poeta, para que viniesse a su corte." Volver
109.- Arquelao: Rey de Macedonia desde el 413 al 399 a. C. A la muerte del rey Perdicas II, de quien era hijo natural, mató al hermano y al hijo legítimo de aquél y se hizo con el trono. Protector de las artes y las letras, se rodeó de músicos, pintores y poetas, entre ellos, Eurípides. Murió asesinado por su favorito Crateres en una cacería. El dramaturgo (480-406 ó 405 a. C.), seducido por la generosidad de Arquelao, vivió el fin de su vida en la corte de aquel monarca. Volver
110.- Plutarco narra la relación entre Alejandro y Aristóteles en Vidas paralelas. Alejandro VII-VIII Volver
111.- Tolomeo: Tolomeo I Sóter, rey de Egipto (360-283 a. C.), de quien se dice que pudiera ser hijo de Filipo de Macedonia. Atrajo hacia Alejandría figuras literarias de primera fila. Lo que sabemos de Cleombroto, filósofo griego del siglo IV a. C., discípulo de Sócrates y Platón, nos viene de la mano de Cicerón, Tusculanas I, XXXVI, 34, según el mismo autor confiesa, a través de un epigrama de Calímaco: estando sobre una muralla cerca del mar, se sintió tan seducido por la lectura de un libro de Platón que se arrojó al mar para experimentar inmediatamente las delicias de la otra vida. Volver
112.- Anximenes o Anaximenes: Historiador y orador griego del siglo IV a. C. Se dice que fue maestro de Alejandro Magno. Pausanias dice que Alejandro lo apreció tanto que perdonó a su ciudad natal, Lampsaco (con metátesis en Lampasco, la actual ciudad turca Lapseki) de ser destruida en la campaña sobre Persia contra Darío Volver
113.- Sabido es que en el lecho de muerte Virgilio pidió a su amigo Lucio Vario (o a éste y a Plotio Tuca) que destruyera el manuscrito de la Eneida. Sin embargo, Octavio Augusto les prohibió cumplir la voluntad del poeta y les encargó la publicación de la obra tal como su autor la había dejado. Volver
114.- Dion: Nacido en Bitinia en el año 40 de nuestra era, fue un hábil orador que difundió las doctrinas tradicionales de los cínicos. Sus contemporáneos le otorgaron el título de Crisóstomo. Trajano lo protegió, igual que antes había hecho Nerva, llamándole a Roma. El emperador gustaba de oír sus discursos sobre los deberes de los príncipes. Volver
115.- Publio Papinio Estacio: Poeta napolitano (h. 45-h. 96), autor de la Tebaida. Desde muy joven gozó de fortuna y fama gracias a la protección del emperador Domiciano, que le regaló una villa en Nápoles. Domiciano fue hijo de Vespasiano y emperador de Roma (51-96). Fue protector de las letras.Suetonio relata su vida en Vida de los doce césares VIII c. Volver
116.- Iunio Rústico: No hemos logrado averiguar su identidad. Volver
117.- Libanio: Sofista y retórico griego (314-393), fue nombrado cuestor en Antioquía por Juliano el "Apóstata" (h. 331-363), no por Constantino. Con el tiempo, Libanio se enfrentó a Juliano y después a Teodosio para defender los derechos de Antioquía, su ciudad natal. Volver
118.- Cuando Dionisio el Joven sucedió a su padre en el trono de Siracusa (367 a. C.), su tío Dión llamó a Platón para llevar a cabo con sus consejos la reforma política del estado. Sin embargo, Dionisio se entregó a los vicios, y Platón regresó desilusionado a Atenas. En el 361, el mismo Dionisio llamó de nuevo a Platón, pero el resultado volvió a ser desastroso. Volver
119.- Falaris: Tirano de Agrigento (571-555 a. C.), ciudad a la que llegó para trabajar como arquitecto de un templo. Se hizo con el poder y embelleció la ciudad. A los dieciséis años de gobierno fue destituido por el emménida Telémaco. Eliesícoro o Estesícoro es el nombre de varios poetas griegos. Uno de ellos, nacido en Sicilia entre el 640 y el 555 a. C., llamado realmente Tisias, cambió su nombre por el de Estesícoro, que significa maestro o director de coro, a causa de la introducción del coro en los recitados heroicos y líricos de los rapsodas. Es fama que Estesícoro se opuso a la alianza de sus conciudadanos con Falaris, aunque sus intentos fracasaron. Tras su muerte, se le levantó un monumento funerario sostenido por ocho columnas en Catania o en Himera. Volver
120.- Arquíloco: Poeta lírico griego de la primera mitad del siglo VII a. C., famoso por su aguda mordacidad. Tras una vida agitada, murió en la guerra contra los naxios. Los antiguos estimaron tanto su talento que colocaron su nombre tras el de Homero. Baco: Considerado como el fundador y el dios del Teatro. Entre sus atributos están las máscaras trágicas, cómicas y satíricas. Volver
121.- Sobre los problemas léxicos de la palabra bracamanes, véase Francisco Marcos Marín, "Notas de literatura medieval (Alejandro, Mainete, Marco Polo...) desde la investigación léxica de 'brahmán' y sus variantes", VR, 36 (1977), pp. 121-161. Volver
122.- Ginosofistas o gimnosofistas: Así llamaban los griegos y romanos a los brahmanes o a sus sectas. Nótese la semejanza entre este párrafo y el siguiente del Quijote I, 47: "Caballero andante soy, y no de aquéllos de cuyos nombres jamás la Fama se acordó para eternizarlos en su memoria, sino de aquéllos que, a despecho y pesar de la mesma envidia, y de cuantos magos crió Persia, bracmanes la India, ginosofistas la Etiopía, ha de poner su nombre en el templo de la inmortalidad." (El subrayado es nuestro). Volver
123.- Esta composición en tercetos encadenados guarda estrecha relación con otra atribuida a Diego Hurtado de Mendoza, titulada Epístola a una despedida, traducción, a su vez, de un poema de Luigi Tansillo, que empieza "Se quel dolor che va innanzi al morire". Para este asunto, véase pp. 407-414 del volumen I de mi tesis doctoral antes citada. Volver
124.- sueño, amador de sombra fría: Es un tópico tradicional el considerar el sueño como retrato o hermano de la muerte. La aposición "amador de sombra fría", debida a Tansillo ("ammator delle fredde ombre"), resulta más original. Volver
125.- Resulta paradójico el rechazo de "la sutileza de la Lógica y artificio de la Retórica", teniendo en cuenta el cuidado estilo de que Suárez de Figueroa hace gala en esta obra. No obstante, el tema estaba muy extendido en la época. Véase lo que dice don Quijote en su discurso sobre la Edad de Oro: "Entonces se decoraban los conceptos amorosos del alma simple y sencillamente del mesmo modo y manera que ella los concebía, sin buscar artificioso rodeo de palabras para encarecerlos" (I 11). Volver
126.- bellotas: Alimento usual en la mítica Edad de Oro. Véase Ovidio, Arte de Amar II, 623; Virgilio, Geórgicas I, 148-9; Pedro Sánchez de Viana, Anotaciones sobre los quinze libros de las transformaciones de Ovidio (Valladolid: Diego Fernández de Córdoba, 1539), f. 19r (11 por error): "Consagraron a Júpiter la enzina por árbol suyo, porque después de auer prohibido a los hombres comer carne humana, vna de las más heroycas obras que él hizo fue que les enseñó a vsar de las bellotas por manjar..." Volver
127.- El lamento de Clórida por el tiempo perdido lo encontramos también en M. de Cervantes, La Galatea, (Madrid: Cátedra, 1995), p. 220: "...por ser condición de los amantes parecerles mal gastado el tiempo que en otra cosa que ensalzar y alabar la causa de sus tristezas o contentos se gasta." Volver
128.- el hambriento lobo...secas montañas: Dinarda cita estas argumentaciones imposibles para hacer más visible la dificultad de su amor. Véase Miguel Sánchez de Lima, Comiença la historia de los amores que vuo entre Calidonio y la hermosa Laurina, en El arte poética en Romance castellano [1580] (Madrid: CSIC, 1944), pp. 115-116: "Laurina, bien te acuerdas que dezías / En verme andar penado en tu seruicio / Que al lobo con la oueja en paz verías, / Y al frío y al calor trocar su officio, / Las tenebrosas noches ser los días, / La tierra darnos pan sin beneficio, / Las liebres yr tras los galgos corredores, / Primero que mudasses mis amores." Volver
129.- Cintia: Diana, así llamada por haber nacido en el monte Cinto, en la isla de Delos. En la vida áspera y agreste al servicio de la diosa no hay lugar para el amor. Se rechazan incluso las delicias del amor conyugal, pues se impone la castidad con una rigurosidad extrema. Volver
130.- Compárese la actitud esquiva de Dinarda con la de Clarina en Desengaño de celos, de B. López de Enciso, ob. cit., f. 45r: "Si no quieres, pastor, que aquí te dexe y por otra parte me vaya, cese tu canto y continuas querellas y vanas amonestaciones, que estoy determinada a jamás querer." Volver
131.- tortolilla: Tradicionalmente se considera a la tórtola como símbolo de fidelidad conyugal. Véase L. Carrillo y Sotomayor, Fábula de Acis y Galatea, 61-62: "también dos tortolillas nos mostraban, / en besos dulces, cuánto se querían." Volver
132.- palomo: Es un tópico del XVI el que los amantes se apasionen con el ejemplo de dos palomas o tortolillas amarteladas. Véase Dámaso Alonso, "Una supuesta imitación por Góngora de la Fábula de Acis y Galatea", RFE, 19 (1932), pp. 359-360. Clórida, mediante el ejemplo del palomo y su compañera pretende incitar a Dianarda a amar. Volver
133.- la culebra...el león: Antonio de Villegas escribe algo parecido: "Las criaturas le reciben [al amor]; / vnas a otras se quieren; / sin el amor, luego mueren, / y mediante el amor viuen. / Mira esta triste que muere; / quiéreme, pues que te adoro, / que vn león, vn tigre, vn toro, / quiere bien a quien le quiere." Tomado de Francisco López Estrada, "Estudio y texto de la narración pastoril Ausencia y soledad de amor", BRAE, 29 (1949), p. 130. Volver
134.- Es un tópico la comparación entre el abrazo de las vides o las yedras con los olmos o los álamos y el de los enamorados. Véase L. Gálvez de Montalvo, El pastor de Fílida, ob cit., p. 537: "Mira esta parra fértil tan lozana, / cómo por este olmo infrutuoso / se abraza, y lo que él gana y ella gana. / Él con ella se muestra más hermoso, / y ella sin él cayera por el suelo, / do no fuera su fruto provechoso"; Julián de Medrano, La silva curiosa, (París: Cesar Oudin, 1608), p. 122: "Ansí dize ella, y nunca en tantos ñudos / Fue de yedra o de vid olmo enlazado, / Quanto fuy de sus braços apretado / Hasta el codo desnudos..."; Lope, La Arcadia, ob. cit., pp. 64-65: "Entre otras apacibles partes que alegraban y enoblecían el ameno sitio, era un espeso bosque de blancos álamos, floridos espinos e intricadas zarzas, a quien mil amorosas vides enamoraban y con estrechas lazadas entretejían." Volver
135.- Nuestra vida...en la de todos: Formulación del tópico Collige, virgo, rosas, tan utilizado en el Renacimiento. Luis Carrillo y Sotomayor termina con este tópico su soneto "Las honras, la osadía del verano,", cuyo último verso dice "coge la flor, que es flor y ha de perderse." Volver
136.- hornos de Aqueronte: Traducción literal de los "fornaci d'Acheronte" del Aminta de T. Tasso, v. 287 (obra que Suárez de Figueroa imita en esta discusión y en otros momentos de La constante Amarilis, a partir de la traducción de Juan de Jáuregui), a través del verso 309 de la traducción de Jáuregui: "allá donde los hornos de Aqueronte". El término italiano "fornace" tiene, entre otros significados, el de lugar de suplicio eterno, infierno. De este modo se alude al fuego del infierno, acentuado con la mención del Aqueronte, uno de los ríos infernales paganos, cuyo significado es "sin alegría". Volver
137.- la luz más hermosa de las estrellas: La luna. Dada la estrecha relación que une a Diana con su hermano Apolo, el sol, ella es también diosa de la luz, pero de la luz lunar. Volver
138.- Erimanto: Monte de la Arcadia, agreste y salvaje, elegido por la diosa Diana para su habitual placer, la caza, acompañada de sus ninfas. Eurota o Eurotas: Río de Esparta, en cuyas orillas cazaba Diana. Véase Virgilio, Eneida I, 498-502. Napeas: Ninfas que frecuentaban los bosques y valles. Véase del mismo autor, Geórgicas IV, 536. Volver
139.- retrato de la muerte: El tópico del Somnus mortis imago, de tradición clásica, ya está, entre otros, en Cicerón, Tusculanas I, XXXVIII, 92; Ovidio, Amores II 9b, 17, y también en Garcilaso, soneto XVII. Volver
140.- al umbral de la puerta: Motivo clásico del paraclausithyron o del lamento nocturno del amante ante la puerta cerrada de su amada, que se acentuará en versos posteriores. Se encuentra, entre otros autores clásicos, en Propercio, I 16, 17-44; Tibulo, I 2, 7-14; Horacio, Odas III 10; Catulo, Carmen LXVII y Ovidio, Amores I 6. Volver
141.- Fénix de hermosura: Fénix, referido a la pastora, adquiere otro significado recogido en Diccionario de Autoridades, s.v.: "Se llama a todo aquello que es singular, exquisito o único en su especie." Volver
142.- hermano de la muerte: Otra metáfora del sueño, que aparece ya en Virgilio, Eneida VI, 278: "consanguineus Leti". Fernando de Herrera, Anotaciones..., ob. cit., p. 402, comenta que "Omero llamó al sueño "ermano de la muerte por la semejança que se tienen." Volver
143.- usurpas de mis ansias la memoria: F. de Herrera, Anotaciones..., ob. cit., p. 403, añade que los poetas al sueño "también le dieron por ermano al olvido, que llaman Lete los griegos, porque por el sueño nos olvidamos de todos los trabajos i males." Volver
144.- Vulcano, esposo de Venus Volver
145.- v. 93: Corregimos este verso según la Fe de Erratas del impreso de 1609: "donde dize: Y sombra muerta es la que va conmigo, lee Y es sombra muerta la que va conmigo." Volver
146.- al sueño...descanso de todas cosas: Véase Garcilaso, Égloga II, 83-94; F. de Herrera, Anotaciones..., ob. cit., p. 806: El sueño es "desatador del trabajo [...] del apartamiento que haze, porque en él se aparta i retira el sentido, es, [...] un recesso i apartamiento del ánimo en medio de sí mesmo; o es buelta de los espíritus a las partes interiores, los cuales tornan a salir por la vigilia; o, como quieren otros un vigor i confortamiento del sentido espirital, que es el interior i vínculo del sentido corporal; o cessación de los sentidos, o desfallecimiento i desmayo del espíritu sensible. I assí como el sueño es vínculo i ligadura de la mente con impedimento de ambos sentidos, assí es la vigilia libertad de la mente...". Suárez de Figueroa habla en este sentido del sueño en Pusilipo, ob. cit., p. 52: "...por otra parte, le aplican más fauorables epítetos, como calma de sentidos, ocio del alma, tregua de cuidados, sin otros." Volver