Tamaris


Capítulo liiij: De Thamaris, mujer griega y noble por la industria de sus manos y de su ingenio. Ca siendo fija de un pintor, ella tanbién lo fue y muy excellente.


Thamaris fue en su tiempo excellente pintora, el nombre de cuya virtud -ahunque la antigüidad ha mucho quitado- empero no ha podido quitar del todo el renombre y egregio artificio. E assí dizen que ésta en la olimpiada noventa haver sido fija de Micón, pintor; empero no dizen de quál, como leamos en Athenas haver florecido en sus tiempos dos Micones, y ambos pintores. Solamente dizen con estas pocas palabras ella haver sido fija de Micón, al qual añadieron por sobrenombre el Menor. Empero de qualquier dellos haya sido, dexados los officios mujeriles, siguió la arte del padre, que reynando en Macedonia Archilao alcançó grandíssima gloria en su patria, tanto que en Épheso, en donde Diana era havida en gran acatamiento, guardaron mucho tiempo como cosa de gran maravilla la ymagen de Diana en una tabla pintada por ella. La qual, guardada por luenga edad, dio tan gran testigo de su artificio que fasta hoy paresce ser cosa digna de mucha memoria. Y por cierto, mucho de loar si miramos a los canastillos y fusos de las otras.

Que lleguen las flacas donzellas a la sabiduría de los varones, cosa de maravilla es, quánto pues más que los vençan. Y por ende, la tan ventajada vivez de ingenio de aquesta donzella deve ser no sólo alabada, mas puesta muy adelante. Meresce que por todos los discretos sea tan pregonada que pervenga su nombre; mas que passe allende la reputación en que la Grecia la tovo por la final obra de sus manos, ca lo que la fama con tanta lucha y pena -y a pesar del olvido estragador del renombre- fasta nuestros tiempos hovo llegado, con mucha razón deve por nos más arriba ser puesto que no estava de antes, assí por la victoria que hovo del tiempo como de la absencia tan larga que siempre amortigua la memoria de lo de alexos, o a lo menos lo marcheçe.


Johan Boccaccio, De las mujeres illustres en romance, Zaragoza, Paulo Hurus, Alemán de Constancia, 1494, fo. 61 v. y ss.