DESARROLLO TÉCNICO

El proceso de creación y desarrollo de una tipografía cualquiera es, en líneas generales, muy similar. Aquí no se describirá en detalle, ya que estas páginas no pretenden suplantar a los excelentes manuales sobre la materia (cf. sólo: McLean 1993 y, ante todo, Perfect 1994). En estos momentos contamos además con muy válidas aproximaciones al diseño y gestión informatizados de conjuntos tipográficos (cf. Julve 1994).

Por otro lado, y al margen de las aplicaciones destinadas específicamente a ese objeto (cf. García Terradillos 1994), diversos programas de diseño no tipográfico -tales como Illustrator o Photoshop- constituyen un instrumento auxiliar de primer orden a la hora de abordar el tratamiento de imágenes: permiten superponerlas para destacar diferencias o similitudes entre dos realizaciones gráficas de un mismo signo, analizar y trazar contornos, etc. A partir de ahí puede procederse a la generación del tipo mediante Fontographer u otras aplicaciones semejantes.

Ahora bien, DICE presenta algunas particularidades de interés derivadas de su carácter especializado. Ante todo deberá tenerse siempre presente que, en este caso, la generación del tipo es un medio para ofrecer a determinados profesionales una herramienta de trabajo de la que hasta ahora carecían, y en modo alguno un fin en sí mismo, a diferencia de lo que sucede con el diseño de una fuente tipográfica de nuevo cuño.

En este orden de cosas, la creación de DICE es resultado de tres líneas convergentes de actividad. Como es obvio, en primer lugar resultó preciso proceder al escrutinio y análisis de impresos antiguos, a fin de determinar las carencias que presentaban los juegos tipográficos usuales. Una vez recopilados y clasificados los caracteres que se decidió incluir en el nuevo juego, comenzó la fase de diseño gráfico. Cuando las muestras obtenidas de un mismo tipo presentaban características notablemente distintas, se optó por seleccionar las variantes que ocurrían con mayor frecuencia. En otras ocasiones fueron los tipos propios de un impresor concreto los que sirvieron de plantilla básica. De esa manera pudo acometerse la sistematización del conjunto de tipos especiales localizados, con el objeto de perfilar unas representaciones que permitiesen identificar los caracteres de manera unívoca (figuras 3 y 4), al margen de preciosismos irrelevantes: pese a la tentación que supone tropezar a cada paso con variantes gráficas a veces sumamente atractivas, no hay que olvidar que la tipografía "debe ser clara y bella en aras de la comunicación, pero nada más". Tan sabia premisa de Beatrice Warde (en McLean 1993: 10) ha guiado por igual este trabajo durante la siguiente fase, aquella que concierne propiamente a la edición informatizada. Concluida esta labor, se han generado tipos TrueType, PostScript y bitmap para obtener una correcta resolución a cualquier tamaño, tanto en pantalla como por impresora. En suma, el proceso se inscribe en parámetros metodológicos y técnicos semejantes a los que presidieron la concepción y desarrollo de DICA (Julve et al. 1995).

Figura 3. Contorno del tipo 'ue'.


Figura 4. Retoque de la visualización en pantalla de un tipo .

Todo el proceso ha dado lugar a la distribución de los caracteres en dos "cajas" distintas, recurriendo a la terminología clásica. Incluyen respectivamente: (1) tipos estándar junto con los caracteres antiguos imprescindibles (abreviaturas, signos demarcativos principales); (2) politipos, signos demarcativos secundarios (calderones) y motivos ornamentales (adornos, orlas, viñetas).

La elaboración de una nueva letrería requiere una gran cantidad de trabajo. En el caso del tipo DICE, al tiempo destinado a diseñar mediante el ordenador cada uno de los caracteres hay que añadir un también cuantioso número de horas invertidas en el análisis de impresos, con el fin de localizar símbolos, abreviaturas, etc., hoy desaparecidos.

Aunque ya es operativo en Apple Macintosh y Windows, DICE no puede constituir nunca un producto totalmente acabado, según se desprendía de las líneas iniciales de esta comunicación. Siempre será posible ampliar el juego de caracteres especiales, sobre todo por cuanto se refiere a tipos ornamentales y ligaduras. Esta continua ampliación de DICE ha de depender en buena medida de las aportaciones que provengan directamente de sus usuarios.


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