THEBAS MOTEL de Luis Miguel González Cruz, por el Teatro del Astillero

Itziar Pascual. Primer Acto (38-39)

 

El culto se reserva a los Santos de las iglesias. A los hombres tan sólo les corresponde el recuerdo,... y también el olvido". Marino habla así a Selene, esa mujer que se le descubre desde el corazón de una cama de motel. Al fondo, luces de neón y el acecho de una policía que merodea. Con ellos, la atmósfera de un Día de Santos Inocentes, un 28 de diciembre de insoportable calor y desatinos.

Luis Miguel González Cruz concibió a Marino y a Selene. Son los personajes de Thebas Motel, la obra con la que obtuvo el Premio de Teatro Rojas Zorrilla en 1995. Y con la que acaba "de vivir su primer estreno absoluto, (en breve verá también su primer estreno como director de cortometrajes, con Café de puchero), con la dirección escéniea de Guillermo Heras y la interpretación de Marina Andina y Alberto Roca.

"Como casi todo lo que escribimos los miembros de Teatro del Astillero, Thebas Motel nació en un taller, en este caso con Paloma Pedrero. Lo que nació como ejercicio se desarrolló como obra. El ejercicio consistía en escribir sobre la imagen de un hombre y una mujer en una cama" señala Luis Miguel González Cruz.

Thebas Motel sitúa la relación entre Edipo y Yocasta en nuestros días. La ciudad mítica de la peste es hoy un motel de carretera, en el que recalan dos atracadores tras realizar un gran golpe. Poco a poco aparece entre ellos el deseo, la pasión, el recuerdo de Pastor, el primer marido de Selene. Y muchas imágenes con sed de mal.

"Yo procedo del cine y la televisión y me interesaban mucho las imágenes mestizas. Hay episodios que pueden proceder del mundo cinematográfico y la cultura sajona, pero la obra es muy española. Lo español en lo containinado de otras culturas. Hoy no podemos entender nuestra cultura desligada del resto, fuera del tiempo. Es la contemporáneidad."

Y esa herencia del cine también se nota en otros aspectos. "Un texto es algo abstracto. Me gusta cómo se aborda el texto en el cine; el guión es una herramienta de trabajo, un instrumento que marca líneas, pero no las asegura. En cine no existe la autoría como figura con poder de veto. Es un trabajador más en un espectáculo que es una creación colectiva. Las variaciones son definiciones de lectura, la que se representa."

Y todo ello configura una escritura de Luna presente, con una tormenta que nunca acaba de estallar pero que presiente. Es decir, con una naturaleza en contlicto. "Prevee la tragedia. Las fuerzas de la Naturaleza se rebelan contra lo que va a ocurrir. En Thebas Motel, como en la sociedad contemporánea, el tiempo está loco. Es la imagen de una cultura que parece destinada al suicidio inmediato", añade González Cruz.

El espacio trágico es asociado por este creador con el mundo del encierro. Y Marino y Selene comparte una guarida que se convierte en celda. "La tragedia se produce en espacios cerrados e inviolables, preservados. En Thebas Motel colocamos la cámara dentro y observamos lo que ocurre".

Parece que este siglo no es proclive a la tragedia como expresión de arte, como manifestación de un estilo. "Tal vez se deba a las historias que se quieren contar. Cuando la narración deja paso a otro tipo de experiencias, perdemos la esencia de la tragedia".

Thebas Motel tiene, ademas, el brillo de ser la primera historia que despuntó de la escritura de González Cruz, uno de los cuatro integrantes del Teatro de Astillero."Quizá ha sido la que ha abierto o cerrado un camino en mi escritura. Con ella me di cuenta de que era necesario narrar, contar historias y construir mitos. Necesitamos los mitos. Son producciones culturales que necesitamos para vivir. Por eso, tras Thebas Motel me resulta más difícil escribir".

Y aunque resulta cada vez más difícil, el próximo proyecto ya está en marcha: La persistencia de la imagen, una nueva composición conjunta de Teatro del Astillero. Y apostilla "Dedico esta obra a un colega que ya no está con nosotros y autor de teatro: Juan Castillo ". Aquí queda.


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