1.Vid. Sarmati, Elisabetta, Le critiche ai libri de cavalleria nel cinquecento espagnolo (con uno sguardo sul seicento) Un’analisi testuale, Pisa, Giardini Editori e Stampatori, 1996.
2. Lucía Megías, J. M., «Libros de caballerías. Textos y contextos», en Edad de Oro, 21 (2002), pp. 9-60.
3. Castro, Álvaro de, Libro segundo de don Clarián de Landanís (Guijarro Ceballos, J., ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2000, p. 4.
4. Platir (Marín Pina, M.ª C., eda.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 1997, p. 3.
5. «avrá muchos que le tachen diziendo que yo dé ocasión a ser gastado el tiempo muy sin provecho, porque parece tener semejança de historias profanas y fabulosas y que donde mi intención fue apastar el ánima de doctrina le enfoscava en facescias y fábulas vanas. Y a mi parecer no ternán razón». Platir, ed. cit., p. 3. «Mas, con todo esso, fago saber a vuestra señoría que no por ser obra de mis manos digo esto, sino que todavía afirmo que esta obra, con las otras a ella semejante, son vanos passatiempos; mas, de las peores, ésta es la mejor, porque aquí hallará el virtuoso en que se exercite y el vicioso quien le corrija e le aparte de sus vicios mostrándole muchos caminos por donde los virtuosos cobraron la fama que cobraron.», Libro segundo de don Clarián de Landanís, ed. cit., p. 4.
6. Arderique (Molloy Carpenter, D., eda.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, pp. 3-4.
7. Fernández de Oviedo, Gonzalo, Claribalte (Río Nogueras, A. del, ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2001, p. 3.
8. Alberto del Río Nogueras, en el prólogo a su edición de Claribalte, mencionada más arriba, afirma que el «difícil compromiso establecido entre las imposiciones del amor cortés y la preocupación más prosaica por los entresijos legales del matrimonio se deja sentir en cada paso de este proceso» (p. IX). Vid. también Río Nogueras, A. del, «Amor, matrimonio secreto y libros de caballerías. El sinuoso camino de don Claribalte para llegar ante la faz de la iglesia», en J. M. Lucía Megías (ed.), Actas del VI Congreso Internacional de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval (Alcalá de Henares, 12-16 de septiembre de 1995), Alcalá de Henares, Universidad de Alcalá de Henares, 1997, vol. II, pp. 1261-1268.
9. Sobre los prólogos en el Renacimiento, vid. A., El prólogo en el Renacimiento español, Madrid, CSIC, 1965.
10. Se trata de la ley xx del título xxi de la partida II, de Las siete partidas de Alfonso X. Tomamos la cita de Gómez Redondo, F., Historia de la prosa medieval castellana I. La creación del discurso prosístico: el entramado cortesano, Madrid, Cátedra, 1998, p. 563. A este respecto son muy clarificadoras las palabras de Gómez Redondo; «‘Aprender de oídas’ requiere una producción literaria específica, que va a propiciar la recuperación de varias de las líneas de la materia épica y su lenta, pero progresiva transformación en materia caballeresca, proceso al que ayudarán la historiografía y los libros de leyes». Ibíd.
12. Silva, Feliciano de, Lisuarte de Grecia (Sales Dasí, E. J., ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2002.
13. Lisuarte de Grecia, ed. cit., p. 4.
14. Fernández, Jerónimo, Belianís de Grecia (F. de Orduna, L. E., eda.), Kassell, Reichenberger, 1997, vol. II, pp. I-II.
15. Fernández, Jerónimo, Belianís de Grecia, ed. cit., pp. II-III.
16. «El Zifar es la pieza básica de la ideología molinista, es el libro que define el pensamiento cortesano de la reina Doña María, tal y como había procurado extenderlo en el reinado de su hijo Fernando IV (hacia 1311) y como, aún en la minoridad de su nieto, intenta mantenerlo. Esto significa que el Zifar surge de un contexto cultural concreto, como demostración de las ideas que se fijan en la producción letrada de la corte de Sancho IV, tanto de Castigos como del Libro del consejo o del propio Barlaam, en donde aparece formulada, por vez primera, la concepción de la caballería religiosa.» Gómez Redondo, F., Historia de la prosa medieval castellana II. El desarrollo de los géneros. La ficción caballeresca y el orden religioso, Madrid, Cátedra, 1999, p. 1375. Sobre la relación entre el Zifar y Flores de Filosofía, vid, Lucía Megías, J. M., «Los castigos del rey de Mentón a la luz de Flores de Filosofía: límites y posibilidades del uso del modelo subyacente», La corónica, XXVII (1999), p. 145-166.
17. Vid. Gili Gaya, Samuel, «Las Sergas de Esplandián como crítica de la caballería bretona», Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, 23 (1947), pp. 103-111. Las ideas de Gili Gaya fueron retomadas y ampliadas por José Amezcua, «La oposición de Montalvo al mundo del Amadís de Gaula», Nueva Revista de Filología Hispánica, 21 (1972), pp. 320-337. Sin embargo, J. Rodríguez Velasco matiza estas opiniones (y rechaza alguna de ellas) en «‘Yo soy de la Gran Bretaña, no sé si la oístes acá dezir’. (La tradición de Esplandián), Revista de Literatura, 105 (1991), pp. 49-61.
18. Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula (Cacho Blecua, J. M., ed.), Madrid, Cátedra, 1991, p. 223.
19. Gili Gaya también percibe esta vinculación entre literatura caballeresca y doctrina de caballerías en el Amadís de Gaula y las Sergas de Esplandián: «Estas palabras, unidas a las frecuentes consideraciones morales que esparce a lo largo del libro IV, son el preludio del viraje que va a dar la novela en sentido didácticomoral, como si su espíritu quisiera enlazarse con la tradición medieval de Lulio, de don Juan Manuel, de la Obra de mossen Sent Jordi e de cavallería, atribuida a Pedro el Ceremonioso, y de los numerosos libros que en el siglo XV se escribieron para dar a la caballería norma jurídica y dirección ideal.», art. cit., p. 106.
20. Páez de Ribera, Florisando (Salés Dasí, E. J., ed.), en Lucía Megías, J. M., Antología de libros de caballerías castellanos, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2001, p. 30.
24. Vid. los comentarios al respecto de Guijarro Ceballos, J., en su edición de Bernal, F., Floriseo, Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2003, pp. xv-xviii.
25. Sobre este ciclo, vid. Gómez-Montero, J., Literatura caballeresca en España e Italia (1483-1542). El ‘Espejo de cavallerías’ (Deconstrucción textual y creación literaria), Tubinga, Niemeyer, 1992.
26. Eisenberg, D., en su introducción a su edición de Ortúñez de Calahorra, D., Espejo de príncipes y cavalleros [El cavallero del Febo], Madrid, Espasa Calpe, 1975, pp. xxxi-xxxii.
27. Keen, M., La caballería, Barcelona, Ariel, 1986, p. 32.
28. En su introducción a su edición de Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, Madrid, Cátedra, 1991, p. 51.
29. Martorell, Joanot, y Martí Joan de Galba, Tirante el Blanco (Riquer, M. de, ed.), Madrid, Espasa Calpe, 1974, vol. I, p. 3.
30. Ortúñez de Calahorra, Espejo de príncipes y cavalleros [El cavallero del Febo], ed. cit., p. 14.
31. Recordemos que el sintagma «fontezicas de philosophía» aparece igualmente en los preliminares ―«el auctor a un su amigo»― de La Celestina, obra claramente moralizante:«Vi no sólo ser dulce en su principal historia o fición toda junta, pero aun de algunas sus particularidades salían deleitables fontecicas de filosofía, de otras agradables donaires, de otras avisos y consejos contra lisonjeros y malos sirvientes y falsas mujeres hechiceras». Fernando de Rojas, La Celestina. Tragicomedia de Calisto y Melibea (Lobera, F. J. , G. Serés, P. Díaz Más, C. Mota, Í. Ruiz Arzálluz y F. Rico, eds.), Barcelona, Crítica, 2000, p. 6.
34. Para una visión de conjunto sobre la literatura sapiencial de la Edad Media, vid. Haro Cortés, M., Literatura de castigos en la Edad Media. Libros y colecciones de sentencias, Madrid, Laberinto, 2003.
35. Garci Rodríguez de Montalvo, Amadís de Gaula, ed. cit, pp. 359-361.
36. Vargas, Bernardo de, Cirongilio de Tracia (González, J. R., ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2004, pp. 9-10.
37. Vid. Murphy, J. J., La retórica en la Edad Media. Historia de la teoría retórica desde San Agustín hasta el Renacimiento, México, FCE, 1986.
38. Polindo (Calderón Calderón, M., ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2003, p. 9.
39. Cacho Blecua, J. M., «El entralazamiento en el Amadís y en las Sergas de Esplandián», en Studia in honorem prof. Martín de Riquer, Barcelona, Quaderns Crema, 1986, pp. 235-271 (la cita procede de la p. 239).
40. Ortega, Melchor de, Felixmarte de Hircania (Aguilar Pardomo, M.ª del Rosario), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 1998, p. 260.
41. Ortúñez de Calahorra, D., Espejo de príncipes y cavalleros [El Cavallero del Febo], ed. cit, vol. I., pp. 43-44.
43. Sierra, Pedro de la, Segunda parte de Espejo de príncipes y caballeros (Martín Romero, J. J., ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2003, p. 66.
44. «O flaca y miserable vida de los hombres, ¿qué confiança y seguridad en las grandes riquezas y poderíos deste mundo pueden tener los mortales, mirando con atención el súbito y incierto movimiento de las cosas humanas, y quán improvisa y arrebatadamente son destruidas y derribadas? ¿Quién viera esta gran ciudad de Troya cercada de tan fuertes muros, reforçada con tan altas torres, poblada de tan sunptuosos edificios, llena de tanta gente, señoreada por tan poderoso rey, defendida por tan famosos capitanes? (...) Todo ya perdido; de todo no ay memoria sino es para mayor dolor de lo passado, dexando siempre atrás que nos dé dolor, y llevando adelante que nos ponga espanto, viendo como unas vezes nos sube la fortuna y otras nos baxa, arrojándonos acá y allá, como a pelota.», Ortúñez de Calahorra, D., Espejo de príncipes y cavalleros, ed. cit., vol. 4, pp. 208-209.
46. Polindo (Calderón Calderón, Manuel, ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2003, p. 82.
48. Sobre este género, vid. Gómez, J., El diálogo renacentista, Madrid, Laberinto, 2000.
49. Feliciano de Silva, Cuarta parte de Florisel de Niquea, Zaragoza, Pierres de la Floresta, 1568, f. 80. Actualmente estoy trabajando en una edición de esta obra que verá la luz en el Centro de Estudios Cervantinos de Alcalá de Henares.
50. Vid. Martín Romero, J. J., Guía de lectura de la Cuarta Parte de Florisel de Niquea (libro segundo), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2005.
51. Feliciano de Silva, op. cit., f. 101v a.
52. Romero de Cepeda, J., Rosián de Castilla, (Arias, R., ed.), Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas / Instituto ‘Miguel de Cervantes’, 1979, p. 8.
54. Florisando, ed. cit., p. 31.
57. Cacho Blecua, J. M., en su introducción a su edición de Amadís de Gaula, p. 48.
58. Se trata del cap. 69 de libro III, p. 1055 de la ed.cit.
59. Félix Magno I-II (Demattè, Claudia), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2001, vol I, p. 159.
65. Baldo (Gernert, F., eda.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2002, p. 61. Vid. Blecua, A, «Libros de caballerías, latín macarrónico y novela picaresca: la adaptación del Baldus (Sevilla, 1549)», en Boletín de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, 34 (1971-1972), pp. 147-239.
66. «Y porque no parezca que hablo sin autor, diré las palabras que ―según cuenta Auleo Gelio en el décimo libro de sus Noches áticas― las dixo Platón en aquel su libro llamado Gorgias (...) y dize assí: La filosofía, o Sócrates, cosa es elegante si alguno en edad la alcançare con moderación, pero, si excesivamente gastare en ella el tiempo, es corrupción (...). Acaésceles aquello del poeta Eurípides que dize: (...). Pero en esto ase de tener el medio tomando aquella sentencia de Terencio en la Andria: (...). Los cuales hazen tantas figuras cuantas de sí hazía <a> Aqueloo con Hércules ―como lo cuenta Ovidio― o como el vario Proteo mudava su propia forma, según cuenta Virgilio», Baldo, ed. cit., p. 61-62.
67. Baldo, ed. cit., pp. 53-54.
70. Gernert, F., en su introducción a la ed. cit. de Baldo, p. XV.
71. No obstante, hemos de recordar que no es éste el único libro de caballerías que demuestra cultura humanística, pues, aunque menos originales y extraños, el Espejo de príncipes y caballeros de Ortúñez de Calahorra y el Olivante de Laura de Antonio de Torquemada son obras en las que se detectan los conocimientos humanísticos de sus autores.
72. «Metido, pues, en semejantes meditaciones, me salí por vn asaz verde y florido campo donde la fragancia y liquidíssimo olor de las muchas yervas y odoríferas flores que en él avía, tomando el coraçón vn estraño contentamiento, dio lugar a que el descuydado cuerpo tomasse y fuesse occupado de vn dulce y apazible sueño». Fernández, Jerónimo, Belianís de Grecia (Orduna, L. F. E. de, eda.), Kassel, Reichenberger, 1997, p. 1.
73. Belianís de Grecia, ed. cit., pp. 1-2.
74. Resulta inevitable recordar uno de los espectáculos con tintes alegóricos más conocidos, el que aparece en el episodio de las bodas de Camacho, en la segunda parte del Quijote.
75. Torquemada, A. de, Don Olivante de Laura (Muguruza, I., eda.), Madrid, Fundación José Antonio de Castro, 1997, p. 389.
78. «vieron que la Fortuna tenía con las manos un exe de una rueda muy grande y redonda, cuya manera y hechura era incomprehensible a los que la miravan, (...). Ésta movía la Fortuna a las vezes con mucho furor y otras muy espaciosamente, y algunas vezes la sossegava, teniéndola algún rato firme», loc. cit., pp. 390-391.
80. Cuarta parte de Florisel de Niquea, f. 136.
83. La leyenda del Carro del Tiempo es: «El tiempo passado, / el tiempo venido / lo pone en olvido»; y la del Carro de la Fama: «Sobre Amor y toda muerte / triumfo y recibo gloria / por virtud y su memoria» (f. 137r a).
84. Estos fastos son obra de sabios, y parece que nos lleva al mundo de los autómatas o de las apariencias engañosas. Vid. Alvar, C., «De autómatas y otras maravillas», en N. Salvador Miguel, S. López-Ríos y E. Borrego Gutiérrez (eds.), Fantasía y literatura en la Edad Media y los Siglos de Oro,, Madrid, Iberoamericana-Vervuert, 2004, pp. 29-54. Asimismo, con respecto a espectáculos y celebraciones, resulta muy interesante su estudio sobre los espectáculos medievales en «Edad Media» en Amorós, A., y J. M. Díez Borque, Historia de los espectáculos en España, Madrid, Castalia, 1999, pp. 177-206.
85. Vid. Murphy, J. J., op. cit., pp. 308-309.
86. Seznec, J., Los Dioses de la Antigüedad en la Edad Media y en el Renacimiento, Madrid, Taurus, 1987.
87. No hemos querido analizar los llamados «libros de caballerías a lo divino» o «caballería espiritual», cuyos valores moralizantes presentan una serie de peculiaridades que los singularizan frente a los aspectos analizado en el presente estudio. Además, la estudiosa Emma Herrán Alonso está finalizando una tesis doctoral sobre este tema que a buen seguro supondrá un importantísimo avance en este terreno, como ya ha ido demostrando en sus diversas intervenciones académicas.
88. Antonio de Guevara, Libro el emperador Marco Aurelio con reloj de príncipes, tomo la cita de Porqueras Mayo, A., El prólogo en el Renacimiento español, Madrid, CSIC, 1965, p. 53-55.
89. Castro, Álvaro de, Libro segundo de don Clarián de Landanís (Guijarro Ceballos, J., ed.), Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 2000, p. 4.