LUCIDARIO (REAL ACADEMIA DE LA HISTORIA, MS. CORTES 101)

Luca Sacchi (Università degli Studi di Milano)

 

Del Lucidario de Sancho IV (ca. 1293), obra de carácter enciclopédico en forma de diálogo entre un maestro y su discípulo, nos quedan seis manuscritos de los siglos XV y XVI en castellano y una traducción al latín, también manuscrita, del siglo XVII. La edición de Richard P. Kinkade (Los “Lucidarios” españoles, Madrid, Gredos, 1968), basada en el ms. 3369 de la Biblioteca Nacional de Madrid, tuvo el mérito indudable de poner la obra al alcance de los lectores, llamando también la atención sobre la cultura promocionada por el Rey Bravo; sin embargo, a pesar de esto, su trabajo dejó de lado muchos problemas relacionados con la historia y la estructura del texto. Quedaban sin explicar, sobre todo, las complejas relaciones entre los manuscritos, siendo cada uno de ellos diferente en el número o en el orden de sus capítulos, amén de las innumerables innovaciones textuales. Hoy es bastante claro que el primer Lucidario fue sometido, a lo largo del tiempo, a diferentes procesos de selección y adaptación, cuyo estudio ofrece muchos motivos de interés. Parece, pues, útil, al lado del trabajo de reconstrucción del Lucidario original en una edición crítica (todavía en elaboración), ofrecer la transcripción individual de los manuscritos.

A Marta Haro Cortés y a la redacción de Memorabilia les agradezco la oportunidad de empezar aquí este camino presentando el Lucidario contenido en el ms. Cortes 101 de la Real Academia de la Historia. Este testimonio, que fue ignorado por Kinkade, es el ejemplo más representativo de los mecanismos de selección, ya que está formado sólo por veinte preguntas, casi todas relacionadas con la encarnación de Jesús y los sacramentos. Todo lo demás –el prólogo del rey, el marco dialógico, otras cuestiones teológicas (sobre el alma, el diablo, los ángeles, etc.) y las cuestiones naturales– debió no interesar a quien encargó o realizó esta copia que se decantó claramente por los contenidos relacionados con la catequesis y la predicación.

DESCRIPCIÓN DEL MANUSCRITO

Ms. Cortes 101 (olim Cortes 26) de la Real Academia de la Historia (procedente del Colegio de San Isidro en Madrid). Encuadernación moderna en pasta. Son 167 folios + dos de guarda al comienzo y dos al final, todos en papel; miden 218 x 148 mm., caja de escritura 165 x 108 mm.; están repartidos en veintiún cuadernos de ocho folios cada uno, con exepción del cuaderno XV donde falta un folio (entre f. 118 y f. 119). Filigranas: cuadernos I-X y XIII-XIV “mano con estrella”; cuaderno XVIII “iglesia”; cuaderno XI los tipos ya mencionados; cuaderno XII la misma “mano con estrella” y otro tipo no identificado; cuaderno XVI “mano con estrella” y “ mano con flor”; cuaderno XVII y XIX-XXI la misma “mano con flor” y otra “mano” más grande.

Se pueden distinguir tres manos. La primera, redonda del siglo XV, trabajó en los ff. 1-135, es decir, los primeros diecisiete cuadernos (foliación: una letra para cada cuaderno, un número para cada bifolio): puso títulos, capitales y calderones en rojo. La segunda, probablemente del mismo siglo pero de rasgos más góticos, rellenó los ff. 136-167 (cuatro cuadernos, sin foliación), con capitales en rojo, pero sin títulos, ni calderones ni reclamos; la tercera agregó unas raras anotaciones y unos dibujos en los folios escritos por la primera mano.

Obras contenidas:

ff. 1r-56v: Treynta grados [traducción castellana de la Scala coeli]

Incipit: Este es el començamjento de los treynta grados que fizo...

Explicit: [...] dotrina et enxenplo para saluaçion de nuestras anjmas

 

ff. 56v-85r: Lucidario

Inc.: Aqui comjença el libro que se llama luçidario et es este...

Expl.: [...] cosa que a todo da el Recabdo Aqui se acaba el luçidario

 

ff. 85v-131r Catequismo

Inc.: Siguense los mandamjentos...

Expl.: [...] non la creyere et guardara non podra ser saluo

 

ff. 131r-145v: Sermon sobre el avenjmjento del antexpisto.

Inc.: A latura liberatum a seruitute corruptionjs...

Expl.: [...] antexpristo et de las sus corruçiones deo gracias Amen

 

ff. 145v-167v: Sermones sobre el cantar de los cantares, mútilo.

Inc.: Para benjr en conoçimjento de perfeta contriçion ha

Expl.: [...] mas en commo sera perfecta por que despues de la

BIBLIOGRAFÍA

Bibliography of Old Spanish Texts. Compiled, eds., Charles B. Faulhaber et al., Madison, Hispanic Seminary of Medieval Studies, 1984, n. 985.

Gómez Moreno, Ángel, “Signaturas de la Real Academia de la Historia. Apostilla a BOOST 3” Dicenda. Cuadernos de Filología Hispánica, 3 (1984), pp. 289-294, especialmente p. 293.

Gómez Redondo, Fernando, Historia de la prosa medieval castellana, vol. I, Madrid, Cátedra, 1998, pp. 890-912.

Haro Cortés, Marta, “ Lucidario ”, Diccionario Filológico de Literatura Medieval Española. Textos y transmisión, eds., Carlos Alvar y José Manuel Lucía Megías, Madrid, Castalia, 2002, pp. 836-40.

Índice de los manuscritos que poseyó la Biblioteca de San Isidro y fueron trasladados a la de las Cortes, Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, VI (1876), pp. 14-16, 29-32, 69-72, 111-112, 199-200, 214-216, 230-232, 245-248, 262-264, 278-280, 294-296, 311-312, especialmente pp. 15-16.

Los “Lucidarios” españoles, estudio y edición de Richard P. Kinkade, Madrid, Gredos, 1968.

Montero, Ana, El Lucidario: doctrina cristiana y heterodoxia en la corte de Sancho IV, Bell & Howell, 2002, pp. 88-89.

Ruiz García , Elisa, Catálogo de la sección de Códices de la Real Academia de la Historia, Madrid, Real Academia de la Historia, 1997, pp. 485-486.

Türk, Monika, “'La tehologia es saber que fabla de dios e de los angeles'. Die rezeption des Elucidarium in Spanien“, en Ernspeter Ruhe, ‘Elucidarium' und «Lucidaires». Zur rezeption des Werks von Honorius Augustodunensis in der Romania und in England, Wiesbaden, 1993, p. 76.

NORMAS DE EDICIÓN

Intentando ser lo más fiel posible al contenido del manuscrito y al mismo tiempo facilitar su lectura e interpretación, he aplicados las siguientes normas de edición:

–Los errores y las faltas de palabras que dificultan el sentido del texto van indicados en nota, junto a las propuestas de corrección. Quedan sin señalar todas las otras innovaciones, que serán destacadas en la edición crítica futura.

–Se ha respetado la grafía del copista, con las siguientes excepciones: r y rr iniciales se transcriben como r, mientras que rr tras n se conserva; u y v se han regularizado según su valor fonético, así como i y j, mientras que y se ha conservado en todos los casos.

–Las abreviaturas han sido desarrolladas en cursiva; “n n” se transcribe como ñ si corresponde a la nasal prepalatal, se conserva en los otros casos; “m m” se conserva aún donde su pronunciación efectiva es dudosa (“com m o”, etc.).

–El signo tironiano se trascribe como e (et en las citas latinas).

–La separación de palabras, las mayúsculas y los acentos siguen la norma actual; se acentúa ál pronombre (distinto de al preposición), nós y vós (distintos de nos y vos pronombre complemento átono) y a las formas á/ás/án del verbo haber (distintas de a preposición, as sustantivo y an adverbio). Un apóstrofo marca la elisión; un punto en alto marca el apócope de un pronombre apocopado no enclítico (que·l = que le).

–La puntuación, que tiene en cuenta los signos utilizados por el copista, sigue los criterios modernos.

–La omisión va señalada con unos puntos entre corchetes [...]; en nota, la barra ( | ) indica el cambio de renglón.

–Las preguntas van numeradas en romanos; entre paréntesis se señala la numeración correspondiente según el índice de la edición de Kinkade (es. K 36).


 

Ms. Real Academia de la Historia Cortes 101

 

[ff. 56v-85r]

 

 

[fol. 56v] Aquí comiença el libro que se llama Luçidario e es éste que se sigue

 

 

I. (K 36)

Primeramente demandó el disçiplo a su maestro del santo sacramento, por q se fase de pan e vino.

Preguntó el disçiplo al maes[fol. 57r]tro e dixo:

–Maestro, ruégote que me digas por q rasón quiso el nuestro Señor tomar figura para sý ante de pan que de otra cosa para consagrar sobre el altar en la misa, que tengo yo que tan bien la pudiera tomar de carne o de fruta o de yervas o de piedra sy quisiera, que tan poderoso era de fazer aquello commo aquesto que fizo.

Respondió el maestro e dixo:

–Sepas que tú me fazes una gran demanda e muy sotil, e yo responder te he a ella lo mejor que yo supiere. Tú deves saber que el grano del trigo, de que se faze el pan, fallamos que ha naturas e maneras de virtud en sý quales non fallamos en otra cosa ninguna que sobre tierra sea: agora quiero dezir ql es la primera. La primera, fallamos de todas las cosas que se guardan para senbrar, que sy pasa aquel tienpo para que son guardadas en que devan ser senbradas, que se pierden e non son nada para otro año; [fol. 57v] e el grano del trigo ha el contrario d'esto, que quanto más lo guardan, sol que lo pongan en el logar que non se dañe, tan bien será de senbrar a cabo de XX o de XXX años commo el primer día que lo cogieron. E por eso fallamos nós que dixo nuestro Señor en su evangelio en razón d'este grano: «Nisi granum frumenti cadens in terra mortum fuerit, (1) ipsum solum manet: si autem mortum fuerit multum fructum afret», (2) que quiere dezir: «Si el grano del trigo que cae sobre la tierra non fuere muerto e cobierto de tierra, éste fincará señero, que non dará fruto ninguno de sý; e si le metieren bien so la tierra, en guisa que muera, en el podrimiento de la tierra yaziendo so ella, éste da de sý mucho fruto». Esto es en razón de la natura que te yo digo.

Sepas que después que el grano yaze so la tierra, que a cada grano viene un gusano bermejo muy pequeño, e ándale catando alderredor fasta que llega a aquel pico más agudo que es en el gra[fol. 58r]no, e pone allí su boca e comiença a chupar e mollentarlo fasta que lo faze abrir por medio. E después que es abierto está él çerca del grano del trigo, que es seco, e mete en él humidat por que ha de tornar a ser verde, que es la primera virtud, e creçer. (3) E dende en adelante echa de sí toda aquella caña que naçe; e asý commo la caña va creçiendo arriba, asý va el gusanillo dentro en ella fasta que la caña ha fecho su curso en creçer (4) e viene echar la espiga en que naçen los granos. E luego aquella ora sale el gusano de la caña e sube en la espiga e a quantas rama (5) ha en la espiga de que han a nasçer granos, a cada uno pone su simiente; e asý commo creçe cada uno de aquellos granos que son en la espiga, asý abivan ellos en creçer aquella simiente de aquellos gusanos. (6) E aquel gusano que es mayor, padre de los otros, está en medio de la espiga e mora ý tanto tienpo fasta que vee que se seca la spiga e que non puede ý fallar humidat en que se mantenga; [fol. 58v] e desý desçiende por la caña ayuso él e los otros que son de su generaçión, e métense so la tierra por la raýs de la caña a guaresçer so la tierra fasta otro tienpo que les contece eso mesmo que te ya dixe.

La otra cosa de virtud que ha en sý este grano de trigo, después que es cogido e alinpiado muchas vezes fasta que finca él puro e en su cabo, e desý muélenlo e después amásanlo, e todas [....] (7) pruevas le fazen, e quando (8) más lo pruevan tanto finca él por mejor. E desý es cosa que por tenerla un día, o dos, o quanto quisieren, que nunca viene a podreçer (9) nin a (10) corronperse por que pierda sabor e olor, sy lo non faze faser alguna cosa mala que se le apegue, en que esté de que aya por fuerca a tomar maldat.

E todas estas cosas que te ý dixe que ha en sý de bien este grano, todas las ha en nuestro Señor, asy comm o te yo agora diré. La primera que te ya dixe, commo se guardava el grano para senbrarse aquel tienpo que omne querría, sol que fuese bien guardado, e asý se guardó el nuestro Señor Jhesuxpisto des[fol. 59r]de el pecado antiguo de Adán fasta que vino a salvar el mundo, que commo quier que […] (11) aquel comedio de aquel tienpo que ovo desde que pecó Adán fasta la su nasçençia se fizo (12) mucho mal de los omnes que bivían en el mundo, syenpre Él tovo el su ordenamiento firme, que se non mude (13) para ser senbrado en la virgen bienaventurada Santa María su madre que fue tierra, e nasçió de linaje de tierra. E por eso fallamos que la llama el rey Salamón «ortus conclusus» (14) [...] (15) quiere dezir «huerta es encerrada»: (16) este huerto pueden bien dezir que fue bien çerrado, que nunca ý pudo entrar ninguna maldat del mundo. E dise nuestro Senor en el evangelio que asý commo el grano es muerto e metido so la tierra e naçe después e da fruto de sý, asý yogo el nuestro Señor ascondido e soterrado en el vientre de su madre, e quando nasçió dios (17) fruto, ca por aquel fruto conosçemos nós la santa Trenidat, que antes non podemos (18) conosçerla nin sabíamos que era. Otrosý te dixe del grano a quien [fol. 59v] viene el gusano bermejo quando yaze so la tierra e lo abrié e lo abivava: sepas que este gusanillo es a semejança del Spíritu Santo que vino a la carne de JhesuXpisto que era muerta; e este abrimiento fue dos vezes: la primera quando yasía en el vientre de su madre que [...] (19) el ánima del Spíritu de Dios Sancto en la carne e fue omne bivo; ca natural cosa es que toda carne que ha a nascer es muerta fasta que entre el ánima en ella que le da vida. La segunda vegada fue quando yasía muerto soterrado en el sepulcro que era el ánima fuera de la humanidat; e yasiendo allí la humanidat muerta e soterrada, el Spíritu Santo que la ayuntara primero en el vientre de su madre Santa María fasta que tornase el ánima a la humanidat e que resucitase de muerte a vida corporalmente commo se (20) ante era; ca en lo que es el gusano bermejo semeja al Spíritu Santo, que es commo fuego.

La otra rasón en que semeja este grano a nuestro Señor es en cómmo se alinpia, ca natura es del trigo que quan[fol. 60r]to más se alinpia e lo apuran, tanto vale más para la vida del omne. Bien así contesçió a nuestro Señor Jhesuxpisto, que quanto más plagas e más penas pasaron por el su cuerpo, cada vegada se Él amostrava más que era fijo de Dios verdadero, que tomara carne terrenal por salvar a nós; e asý commo él (21) fiso después que todo esto ha pasado por él, e lo comen los omes (22) e les da vida, e asý dio a no (23) raýs de ley por qui (24) visquiésemos e en que creyésemos mientra en este mundo durásemos e biviésemos, ca por aq verniemos a ganar la su santa gloria de paraýso.

Ca por esto fallamos que dixo el rey David profetisando d'este santo consagramento que se fase de pan e de vino: «Vinum letificat cor ominis panis autem confirmat», que quiere desir «El vino alegra el coraçón del omne e el pan confirma la vida del omne». Pues por eso fue fecho en la nuestra ley en semejança de nuestro Señor JhesuXpisto. E el vino, non fallamos que ninguna vianda que el omne coman (25) nin beva tan pro[fol. 60v]pia sea de la sangre commo el vino, e por eso alégrase el coraçón del omne con ello quando lo beve, ca la vida e el alegría del coraçón es la sangre, e quando siente aquella cosa que es de su natura alégrase con ello. E desý toda aquella alegría se confirma con el pan; e este pan es el cuerpo de Dios consagrado, ca Él acaba e da çima a la vida del omne en este mundo e confirma la del otro mundo, para yr omne a la santa gloria de paraýso.

Otrosý commo te ya dixe que en el pan non ha corrompimiento ninguno de sabor nin de olor, asý el nuestro Señor nunca ovo corronpimiento nin manzilla ninguna del mal en que ninguno le pudiese travar; e d'esto fallamos que quando Él estava en la crus, que estudo el diablo escuchando sy fallaría en Él alguna manzilla de mal en que travase, cuydando que non era Dios, mas que era otro ome terrenal.

E por todas estas cosas que ha en el pan que te ya dixe, en que s'estrema de todo lo ál, por eso quiso el nuestro Señor señaladamente (26) tomarlo para sý e ponerlo [fol. 61r] entre sý e la tierra e nós los omnes que somos en el mundo por medianero. E por eso fallamos que dixo Él en el evangelio: «Yo soy pan bivo que desçendí del çielo». E en otro lugar dise: «El pan que vos yo do de la mi carne es. E quien toviere este pan qu'es la mi carne e beviere la mi sangre en mí fincará por syenpre e yo en él». Pues éstas son todas las razones por que el nuestro Señor quiso tomar este santo pan por su carne, e nós asý lo avemos a creer; ca esta es nuestra salud e nuestro bien para [...] (27) en este mundo e en el otro para ganar la su gloria. Amen.

 

II. (K 67)

Demanda que sy Adán non pecara sy tomara nuestro Señor carne en Santa María 

Preguntó el diçiplo al maestro e díxole:

–Ruégote que me des razón a una demanda que te quiero agora fazer, que tengo que es una de las más altas que te yo he fecho fasta aquí según teología; e la demanda [fol. 61v] es ésta: que me digas, sy Adán nuestro padre e Eva nuestra madre non pecaran, sy tomara Dios carne en Santa María según que la tomó; ca según razón dase a entender que la pasión de Jhesuxpisto non fue sy non por el pecado que Adán fizo. Por ende te ruego que me digas, sy este pecado non fuera, sy viniera a nascer e a morir en el mundo según que fue.

Respuesta contra ello (28)

Respondió el maestro:

–Tú me fazes una muy alta deman (29) e muy escura: según la nuestra creençia de los xpistianos non fallamos una demanda que más fuerte sea de asolver que ésta, de la Trenidat afuera; mas responder te he a ella lo mejor que yo supiere; e la respuesta que te do es ésta. Tu deves saber que todas las cosas que Dios fizo, todas quiso que oviesen comienço e fin; e por ende el nuestro Senor, por tal de venir […] (30) conplimiento d'esta razón d'esta demanda que me tú as fecha, fizo dos cosas. La primera, ordenamiento que tovo guardado en sý mesmo; la segunda manera, que quiso dar en los omnes por que conosçiesen e entendiesen [fol. 62r] que lo que Él fazié que lo fazié con razón, e que esta razón fuese encargamiento que Él echava sobre los omnes por que non fuesen tan ligeros de pecar e de errar contra Él. E cada una d'estas cosas que te he dicho te disporné agora por que las entiendas mejor.

Primeramente te digo en el ordenamiento de Dios, que el día que Dios crió de primera el mundo puso que oviese fin; a este fin conviene que viniese Dios a jusgar el mundo por que allí se acabase todo. Por ende por aparesçer Él al juýzio conviene que figura tomase para conoçerle los omnes; e esta figura avía a ser de la carne umana asý commo se fue, ca por la divinidat non le conosçieron nin le podién conosçer; e el día que Dio (31) crió el mundo puso este ordenamiento en sise, e convenié que asý fuese. Por ende tu deves saber que coquier (32) que Dios poderoso sea en fazer todas cosas que Él quiere, syenpre Él quiso dar razón a las cosas por que las fazié; e esta [fol. 62v] razón non porque la Él oviese menester, mas por mengua de los nuestros entendimientos de non poder entender tan conplidamente commo avíamos menester por entendimiento e por obra los fechos de Dios.

E catando Dios estas dos cosas, primero el su ordenamiento, lo segundo la nuestra mengua, quiso que acorriese el su ordenamiento a la mengua que en nosotros es; por eso Él consentió que podiese pecar Adán, por que el su pecado se entendiese sobre aquellos que d'él aviemos a venir, e por razón del yerro de este pecado, que nós mesmos viésemos e conosçiésemos qnta era la su merçed en querer tomar carne de Santa María por emendar este mal en que nós éramos caýdos. E por esta merçed tanmaña en querer Dios, que era Padre, a seer Jhesuxpisto su Fijo de Dios, omne carnal, quanto la merçed era mayor que podrié ser, tanto es mayor el cargo que echa sobre nós para el día del juýzio; asý que syn todos los otros encargos que Dios puede poner sobre el pecador el día del juízio, dos ay señalados que non ha omne en el mundo que los podiese asmar [fol. 63r] nin preçiar. El primero es en querer ser Dios omne e tomar (33) de tan alta cosa a tan baxa; el segundo es morir en la crus (34) commo murió por nos salvar; ca Él non murió por las sus obras mas (35) las nuestras. E esta culpa non pudiera caer sobre nós sy Adán non pecase e nós non seguiriemo (36) el su pecado. Por estas razones ayudó Dios el su ordenamiento con aquello que era menester según el pecado de Adán en que éramos caydos: por ende sabe tú çierto, quier pecase Adán quier non, Dios a naçer avía de Santa María; e la rasón porque d'ella avía de nasçer es ésta que te yo agora diré.

En el comienço del mundo, quando Dios crió todas las cosas, ordenó quatro generaçiones [...] (37) conviene que se cunpliesen todas. La primera fue quando fizo Adán commo ome syn padre e syn madre, e de Adán sacó a Eva: Eva ovo padre e non madre, e asý se cumplieron las dos generaçiones, la primera que fue syn padre e syn madre, la segunda q ue ovo padre e non madre. La terçera es ésta de que se mantiene el mundo, de generaçión [fol. 63v] que se faze de padre e de madre. E veyendo Dios que estas generaçiones herravan e pecavan, óvose de tornar a la quarta que tenía guardada en sý e non la querié descobrir tan aýna con las otras. E veyendo Dios quan aýna fisiera pecar la segunda generaçión a la primera –ca vós debedes saber que Adán, que era primera generaçión, non pecara sy non por Eva, que era la segunda genaraçión (38) que le fizo pecar– e veyendo Dios todo el pecado d'esta generaçión se abrié fuente e carrera para yr enpost d'este pecado la terçera generaçión, que vos deximos que era de padre e de madre, quiso guardar la quarta generaçión para adelante […] commo amos en comediado del mundo según lo que era pasado e avía a pasar. La qual generaçión es de madre e syn padre: e ésta fue Santa María de que quiso naçer Jhesuxpisto, que fue Fijo syn padre, ca non ovo Él padre ninguno sy non asý mesmo; ca Él […] (39) Padre e Fijo e Spíritu Santo, tres personas e un Dios. E en esta manera se cumplieron las quatro generaçiones según el su ordenamien[fol. 64r]to, asý commo Él dixo: «Preceptum posuit et non preteribit», que quiere desir: «El mandamiento que yo puse non pasó».

 

III. (K 68)

Preguntó el diciplo al maestro que sy Adán non pecara sy padeçiera Jhesuxpisto muerte en la crus 

Preguntó el diçiplo a su maestro e dixo:

–Maestro, ruégote que me digas una cosa que te quiero demandar, que se sigue a esta razón Evas que Dios naçiese de Santa María commo tu ás dicho, Dios sy prisiera muerte en la crus sy Adán non pecase.

Respondió el maestro e dixo:

–A esto te quiero dar respuesta aýna. Sepas que la naçençia fue ya ordenada commo te ya dixe, mas la pasión non era ordenada, nin fuera sy el pecado de Adán non diera carrera para ello; ca por la muerte del pecado en que murió Adán ovo a nós de meter en carrera de muerte, e por esta muerte ovo Dios de morir [fol. 64v] en la crus. E para mientes en el pecado de Adán e verás commo çegó en el ver e en el entender e en todas las otras cosas; e por ende fallarás que asý cegaron todos aquellos que pusieron a Jhesuxpisto en la crus [...] E agora en la Trenidat que son tres personas e un Dios. Ca en el ver e con el oýr erraron a la persona de Dios padre, non se nenbrando de las muchas maravillas que ellos vieran que fisiera por sus padres nin se nenbrando de lo que oyeran dezir nin apresiera d'ellos. E con el gostar e con el palpar erraron a la persona del Fijo, ca de una parte gostavan aquellos muchos milagros que el fazié e tomavan en ellos salás (40) e sabor, commo quier que los non çreyesen; desý blasfemávanle con sus lenguas, que es el mienbro más señalado del gostar, e tiénenle (41) entre las manos e palpávanle e non le conoçién, e a la çima palpándole oviéronle de poner en la crus teniendo que non era Dios mas que era otro omne. E con el oler [fol. 65r] erraron a la persona del Spíritu Sancto de que avemos todos los bueno (42) olores de los siete dones Pater noster (43) que nos Él dio por Él; estando el nuestro Señor en la crus que·l dieron ellos a oler e a gostar fiel e vinagre, allí pecaron contra la persona del Spíritu Santo. E en esta guisa que vos ya de suso deximos pecaron con los çinco sentidos en las tres personas que son Padre e Fijo e Spíritu Santo.

 

IV. (K 15)

Pregunta que fiso el diçiplo al maestro de la (44) tres personas

Dixo el diçiplo al maestro:

–Ruégote que me digas por que rasón es la Trenidat de tres personas por cuenta e non es de más o de menos.

Respondió el maestro:

–Alta pregunta me has fecho e quiérote responder a ella lo mejor que yo supiere. Sepas que la Trenidat son tres personas; e estas tres personas [...] quando bien lo catares todos los cuentos del mundo, desde uno que es la primera cuenta, fasta en mill, non fallarás que otra cuenta ninguna viene [fol. 65v] a éste la fuerça d'ella sy non de tres; e esto quiero provar por razón que veas que es asý. E comiença luego el primero cuento que es uno, e fallarás que este uno es señero en su cabo; e asý començarás en dos, que es el uno (45) segundo cuento, e fallarás que estos dos son conpañeros e eguales, que atal es uno commo el otro, e non sabrás en ql començar, que tan bien començarás en el uno commo en el otro. Pues ven al terçero cuento, de tres, que aquel que está en medio fas al uno que sea comienço e al otro que sea cabo: tal es la Trenidat, e el Padre es el comienço, el Spíritu Sancto es el medio, e el Fijo es terçero. Pues ve agora al cuento de quatro, e fallarás que non podrié venir a esta cuenta, ca en el cuento de quatro fallarás que son dos primeros e dos postrímeros: pues sy d'éstos quisieres faser medianero avras ý a poner dos o uno: sy pusieres uno fincarán uno en el comienço (46) e dos en el cabo, e en esta guisa vernía la cuenta desygual, ca non dirié el cabo con el medio nin con el comienço; otrosý sy pusieres en me[fol. 66r]dio dos fincarán uno por comienço e tres (47) en el cabo e en esta guisa será desigual, ca non sabriés en ql de aquellos dos tomases medio; ca [...] (48) tomases en el primero de aquellos don (49) que están en medio fincava el primero en su cabo e para ençima dos, asý non era la cuenta ygual. E bien asý por ese mesma razón sería desygual en todas las otras cuentas salvo en éste de tres.

 

V. (K 16)

Pregunta que fiso el diciplo al maestro del cuento de tres

 Preguntó el diçiplo al maestro e dixo:

–Quiérote rogar que me digas aquí agora una cosa: porq me contaste en la cuenta de tres ante el Spíritu Santo que el Fijo, ca bien sabes tu que, según razón derecha que omne vee cada día, que la más llegada cosa al padre es el fijo.

Respondyó el maestro:

–Yo te lo diré. Sepas que el Spíritu Santo fue medianero que andudo entre el Padre e el Fijo, ca por el Padre venimos a conosçer el Fijo, e por [fol. 66v] el Fijo conoçimos al Padre; que a la ora que fue a nós demostrado (50) el Fijo, pues conosçimos que era Fijos (51) aviémos a conosçer ql era el Padre; e estas tres cosas se ençierran en un Dios.

Desir te he yo agora cosa çierta por rasón derecha. Quando el ángel Gabriel vino a Santa María e le dixo la salutaçión por que el nuestro Señor ovo a encarnar en ella, vesiblemente deçendió el Spíritu Santo en semejança de fuego, e allý yva el Padre e el Fijo enbueltos en el Spíritu Santo que era en semejança de fuego, tomaron carne d'ella e (52) aquella ora: ca la Trenidat non tengas tu que aquella ora començó, que ante era, mas non avié entendimiento de omne que antes la pudiese aver (53) nin conosçer. Ca bien fallamos en la Brivia, que es la vieja ley, que quando nuestro Señor yva destroyr Sódoma e Gomorra, que pasó nuestro Señor por la tierra do morava Abrahán e su muger Sarra, e dize que Abraán que vio tres mançebos e que les lavó los pies e de aquellos tres que adoró el uno: e pues ya se dava a entender que aquellos tres que se tornavan en uno. Bien asý fue [fol. 67r] el día que encarnó Jhesuxpisto en Santa María, que estas tres personas eran ya antes [...] aún a aparecer más de una, que era el Spíritu Santo; commo quier que una apareçiese todas tres ya eran. E por esta rasón te dixe yo que la Trenidat de ante era; mas nós los omnes non la podiemos ý ver ni conosçer fasta que ella vino a faser su obra por que la oviese [...]. E commo quier que las tres personas deante eram, (54) non avién figura en sý; mas quando Dios a alguno quiere (55) apareçer tomava qual figura querié; e esto te provaré por los ángeles. Ca los ángeles non han forma, enpero fallamos que quando apareçen a alguno que toman forma de omne: pues bien deves entender quanto más la puede tomar Aquel que es poderoso de todo; mas la forma derecha de omne carnal e con huesos e con carne tomó el día que entró en el vientre de Santa María.

 

VI. (K 19) (56)

Dixo el diciplo:

–Maestro, quiérote faser una pregunta e veré cómmo me respondes a ella.

Respondió el maestro:

–Di lo que quisieres.

Dixo el diçiplo:

–La demanda q ue [fol. 67v] te yo quiero faser es ésta: por qrasón quiso Dios encarnar en Santa María: ca yo tengo que bien lo pudiera faser sin tomar carne d'ella.

E respondió el maestro:

–Yo te quiero mostrar por razón derecha que no pudiera ser de otra guisa sy non commo fue. Sepas que en el pecado de Adan fueron tres aparçeros: el primero fue el diablo, en figura de serpiente, que lo andudo e lo ordió; el segundo fue Eva que lo consejó; el terçero fue Adán que lo consentió e lo metió en obra. Pues asý commo este pecado era fecho por estos tres, asý conviene que la salutaçión por que se avía a salvar este pecado que fuese otrosý por tres; e quiérote desir en ql manera. En lugar de la serpiente andudo el Spíritu Santo en guisa commo se fisiese la encarnaçión; e en todas maneras andudo el Spíritu Santo. Lo primero en dar graçia a Santa María que fuese ella atal en sý mesma que toviese Él por bien e por derecho de encarnar en ella. La segunda de commo esto estovo guisado en ella e tovo aguisado e por [fol. 68r] derecho a deçender e tomar carne en esta virgen bienaventurada. En lugar de Eva, que lo consejó, fue el ángel Gabriel que traxo la mensagería e consejole muy bien en aquello que le dixo. E según commo Adán lo consentió e lo metió en obra, asý ella consentió e lo metió en obra aquellas palabras que le dixo el ángel en manera por que Dios padre vino ý conplir su obra. Demás d'esto fallarás tú en el comienço (57) de la salutaçión que le dixo Ave, que es contrario de Eva; e la entinçión porque ge lo dixera el ángel era por esto; por que en todas las cosas del mundo avía de seer su contraria.

 

VII. (K 20) (58)

Respondió el diçiplo e dixo:

–Maestro, ruégote que me digas por que rasón quiso el nuestro Señor que Santa María, de quien Él tomó carne, fuese virgen ante que conçibiese (59) e otrosý que fincase virgen después del parto.

Respuesta del maestro a esta pregunta del diciplo

Respondió el maestro:

–La razón [fol. 68v] por que Dios fiso esto fue ésta que te yo agora diré. Sepas que quando Eva pecó en el paraýso, que era entonçes virgen, que non avía conoçido Adán su marido nin Adán non conoçiera a ella commo marido deve conosçer a su muger; ca enantes non sabía (60) d'esto ninguna cosa nin avién vergüença de ninguna cosa de lo que traýan cada uno d'ellos consygo. E después que fueron echados de paraýso engendró el uno con el otro e de allý adelante ovieron sus fijos; e porque quando este pecado que vos deximos que fiso Eva era virgen ella, por eso quiso el nuestro Señor quando veno a sanar este pecado en la encarnaçión que Él tomó en Santa María su madre que fuese virgen tan buena e tan conplida commo ella lo fue en fecho e en voluntad; e demás de esto quiso que fincase virgen después del parto e por todavía. E esto por dos cosas. La primera por mostrar el su poder qn grande era en poderlo fazer: ca bien falla omne que puede la mu[fol. 69r]ger concebir seyendo virgen, mas según natura non puede parir que non aya a corronper; e esto quiso el nuestro (61) Señor faser por miraglo por mostrar quán maño es el su poder. La segunda cosa fiso por su bondat d'ella, porque asý commo ella fue sienpre sana syn ninguna manzilla, que asý la quería Él guardar para sý mesmo para levarla a la corte del reyno celestial e ponerla a la mano diestra, do reyna por syenpre jamás.

 

VIII. (K 21)

Pregunta que fiso el diciplo al maestro de la salutaçión

 Preguntó el diçiplo al maestro e dixo:

–Maestro, ruégote que me digas de la salutaçión qu'el ángel traxa (62) a Santa María en ql lugar de las palabras encarnó el Spíritu Santo en ella: ca sobre esto ay gran dispusiçión (63) entra (64) gran pieça de escolares que estamos fablando en ello; e unos disen que fuera en aquel lugar do dise: «El Spíritu Santo verná en ti e la virtud del al[fol. 69v]to te alunbrará». E otros disen que fue en aquel lugar do dizen: «Bendita eres entre todas las mugeres e bendito es el fruto del tu vientre». E otros disen que fuera en aquel lugar en el comienço de las palabras, do dize: «Dios te salve María, llena eres de graçia, el Señor es contigo.» Por eso te ruego maestro que me digas en ql d'estos lugares es.

Respondió el maestro:

–Sepas que non fue en ninguno d'esos lugares; ca voluntad fue de Dios que acabase el ángel toda su saludaçión, e después que la mensagería fuese acabada quiso Él ver q respuesta daría la bienaventurada Santa María. E allí ella respondió: «Ahé la sierva de Dios, sea fecho en mí según la tu palabra». (65) E luego en aquella ora fue el nuestro Señor encarnado en ella: ca en esta respuesta que ella dió vido el nuestro Señor dos cosas en Santa María. La primera gran omildat, que tan bien dio a entender que era sierva omildosa quando se llamó syerva; e en pos de la humil[fol. 70r]dança vino a consentir en la mensajeria que·l dixo el ángel quando respondió que fuese fecho en ella según avía dicho.

E d'este consentimiento que ella consentió fue tomado después en la nuestra ley de los xpistianos por los padres santos que lo conpusieron. E tan bien commo es en la ley vieja que todo casamiento que se aya a fazer a de ser por consentimiento del varón e de la muger, e sy uno d'ellos lo consiente el otro non no es valedero. E esto mesmo es sy se fase por fuerça, ca en ninguna manera non deve ser sy non a voluntad de amos a dos, e esta voluntad que se levante bien de coraçón, ca fallamos nós que dixo el nuestro Señor en un evangelio a sus diçiplos: «Do fueren ayuntados dos o tres de vós en el mi nonbre yo seré en medio de vós».

 

IX. (K 22)

Pregunta del diçiplo al maestro que mjentra estuvo en el vientre de Santa María cómmo fincó el çielo e la tierra o quién fincó en su logar

[fol. 70v] Preguntó el diçiplo al maestro:

–Ruégote que me digas de aquel tienpo que andudo Jhesuxpisto ençerrado en el vientre de Santa María su madre cómmo (66) fincó el çielo e la tierra o quien fincó en su lugar: ca según q ue lo yo (67) entiendo tu me dizes que son tres personas e un Dios; pues sy tú quieres desir que de aquellas tres personas que se ençerraron en el su vientre la una o las dos esto es una razón; e sy dizes que todos tres fueron ý ençerrados dame recabdo quién finca acá en su lugar para mantener el çielo e la tierra e las otras criaturas (68) que en ellos son.

Respuesta que dio el maestro al diçiplo sobre esta pregunta

Respondió el maestro:

–Yo te lo diré. Ya tú sabes que te yo dixe en cómmo son nueve çielos, e del uno al otro á ý bien tanto commo de la tierra a este primero que aparesçe a nós. Pues quan[fol. 71r]do nuestro Señor está en el más alto çielo que es el noveno, para mientes sy por eso sy se mengua alguna cosa de lo que Él ordenó en la tierra que se non faga todo aquello que Él mandó. E esto mesmo es en cada uno de los otros çielos que te yo dixe, que commo quier que paresçe que Dios está en un logar en cada logar esta Él. Pues bien d'esta guisa era quando andava en el vientre de Santa María, que commo quier que pareçié que allí estava encerrado, en todo logar estava Él bien commo de ante, que por aquello non se meguava (69) el su poder nin la su grandeza. Ca lo que me demandaste de las tres personas sy eran ý ençerradas la una o las dos o todas tres, sepas que todas tres ý fueron en obra: ca estas tres todas se ençierran en un Dios. E por eso dize en la nuestra creençia (70) en el salmo del Quicum que vul: (71) «Qualis Pater talis Filius talis Spiritus Sanctus», que quiere desir «Qua l es el Padre tal es el Fijo e tal es el Spíritu Santo». Pues ya te da a [fol. 71v] entender en estas palabras que pues el Padre tomava carne de omne, q ue asý la tomava el Fijo e el Spíritu Santo; otrosý pues la tomava el Fijo asý la tomava el Padre e el Spíritu Santo; e porque se da a entender que tal era el uno commo el otro, que todo era una cosa e una sustançia –ca sy oviese estremança entre el uno e el otro luego avría a seer departida la una persona de la otra, e avrién a seer un Dios o dos o tres– mas porque es todo uno, por eso a de seer de una manera en todas las cosas.

 

X. (K 23)

Pregunta de cómmo fincó Santa María virgen desque parió

 Preguntó el diçiplo al maestro:

­–¿Poder me ás dar razón de cómmo pudo Santa María fincar virgen después que 'l nuestro Señor naçió d'ella?

Respondió el maestro:

–A eso que me tú dizes e demandas no te puedo responder por rasón natural, mas tanto te puedo ende dezir. Sepas que aquel Señor que ovo poder de encarnar en e[fol. 72r]lla syn ser corrubta, ese mesmo ovo poder de naçer d'ella syn corronpimiento ninguno que ella tomase en sý. E de esto te daré semejança (72) natural: para mientes a la vidriera que es fecha de vidrio e verás el vidrio naturalmente que es grueso e espeso, e por esta razón ha poder de resçebir agua o vino que en ello echan, e tiénelo en sý tanto quanto omne quiere e non se puede consumir. Pues esta vidriera que es fecha d'este vidrio que te de suso dixe, que naturalmente es tan grueso e tan espeso, verás el rayo del sol que pasó de la otra parte syn quebrantarla e syn corronperla. E asý commo el sol va andando e se muda de aquel derecho, asý se va tornando el rayo por aquel logar por donde entró e finca ella tan sana commo de primero. E en esta guisa conteçió lo de Santa María quando conçibió primero, e después quando parió. E en esta razón non fallamos omne en el mundo que pueda dar otro recavdo sy non éste, ca todo fue [fol. 72v] obra de miraglo que el nuestro Senor quiso mostrar en sý mesmo e en la bienaventurada Santa María su madre.

 

XI. (K 24)

Pregunta de la muerte

Preguntó el diçiplo:

–Maestro, ruégote que me digas quando el nuestro Señor morió estando en la crus sy fue tan bién esta muerte en la divinidat commo en la humanidat.

Respondió el maestro:

–Ya yo te dixe primero que Dios non avié comienço nin fin: pues sy Dios muriese conviene que oviese fin; mas sepas que la su muerte non fue sy non en la carne, ca la divinidat nunca murió nin podié morir.

 

XII. (K 25)

Dixo el diçiplo al maestro:

–Pues dime por q razón fue nuestro Señor a los infiernos después que padeçió muerte en la crus.

Respuesta del maestro

Respondió el maestro:

–Sepas que después que fue el pecado de Adán fasta aquella ora asý era acostunbra[fol. 73r]do que todos yvan al infierno, tanbién justos commo pecadores, salvo ende que no avién todos una pena; ca los justos yvan a un logar que es tiniebra e los pecadores yvan al fondón de los infiernos. E porque el nuestro Señor quiso seer omne en todo conplido ovo de fazer aquella carrera por do todos los otros pasavan, salvo que la fiso Él de otra guisa que non lo fisieron los otros, que quando los otros yvan ý yvan por fincar en aquella pena fasta que viniese el tienpo en que los avié a sacar el Salvador del mundo; e quando el y llegó quebrantó el poderío de los diablos e sobervia e sacó dende aquellos que el entendió que mereçían salir de aquel logar (73) e levolos consygo al paraýso terrenal. E allí se cunplió lo que dixo Davit el profeta quando dixo: «Atolite portas principes vestras e elevamini porte eternales, introybit rex glorie». Que quiere desir: «Prínçipes, abrid vuestras puertas, e leuantadvos, puertas perdurables, e entrará el rey de gloria». Respondi[fol. 73v]eron los diablos que estavan espantados guardando las puertas: «Quién es este rey de gloria?» E a esto que ellos dixeron respondió nuestro Señor: «El Señor fuerte e poderoso en las batallas, Éste es el rey de gloria». E allí estando conosçió Davit e los profetas e los padres santos que ý yasían que aquel era el Señor de que ellos profetisavan que los avía de sacar de aquel lugar bien commo lo fiso. E luego que de allý los sacó levolos al paraýso terrenal; e estando Adán en aquel paraýso de que lo echaran por el pecado que fisiera, estando en él allí lloró los sus pecados, e de otra parte ovo alegría por la emienda que era venida a él e todos los otros en la naçençia e en la pasión de Jhesuxpisto.

 

XIII. (K 26)

Pregunta del diçiplo al maestro

 Preguntó el diciplo e dixo:

–Maestro, ruégote que me digas por qué razón quiso nuestro Señor ser de hedat de treynta años quando padesçió muerte en la crus e non de más nin de menos.

[fol. 74r] Respuesta que dió el maestro

Respondió el maestro:

–Yo te lo diré. Sepas que tres manera (74) son de hedades por que pasan los omnes del mundo. La primera es niñés por que pasan todos los omnes, commo dicho es, e ésta se cuenta desque el omne nasçe fasta en quinse años e que entra en dies e seys. La segunda es mançebía e esta hedat se cuenta desde los dies e seys fasta que llega a los treynta. La terçera es omne conplido e esto se cuenta de los treynta años adelante e de allý va yendo a la vegedat. E porque el pecado de Adán tanién (75) en estas tres hedades, que todos laseravan por ello niños e mançebos e omnes conplidos, por eso quiso nuestro Señor tomar muerte en hedat de treynta e tres años, por rasón que esta hedat conprende en (76) todas estas tres en commo vos diremos agora. A la hedat de niñés conprende que pasó por ella e la mançebía por que se cunplió allý ó se acaba (77) los treynta años que son demás de los [fol. 74v] treynta tres años que lieva de la otra hedat de seer omne acabado.

 

XIV. (K 27)

Pregunta del diçiplo al maestro

Preguntó el diçiplo al maestro:

–Ruégote que me digas por q razón quiso el nuestro Señor sobir al çielo el día que subió estando ý Santa María e los dose apóstoles e toda la gente que ý estavan ayuntados.

Respuesta del maestro

Respondió el maestro:

–Esto te quiero yo provar luego por natura; naturalmente es que toda agua que omne trae de sierra alta e después que es deçendida ayuso al valle conviene por fuerça que·l fagan caño por do suba tan alto commo deçendió; e sy ge lo non fisieren quiebra el caño e tiende (78) por la tierra. Pues según esta desçendida del agua puedes entender la desçendida que Jhesuxpisto fiso al mundo e la sobida que fiso del mundo a los çielos: ca la desçendida del çielo al mundo fue muy grande. E por eso fallamos que dixo Sant Juan apóstol [fol. 75r] e evangelista en persona de Jhesuxpisto: «Ninguno non sube al çielo sy non aquel que desçiende del çielo». E quando Él fue desçendido al valle que es la vida carnal d'este mundo fue quebrantado este caño por medio; e este quebrantamiento fue el día que·l pusieron los Judíos en la crus, que allí quebrantaron e tajaron la su vida por medio. E asý commo se esparze el agua después que el caño es quebrantado, e asý se esparsió la su sangre por salvar los del mundo. E este caño fue adobado con el resuçitamiento que Él fiso quando resuçitó de muerte a vida, en guisa fue adobado el caño por que pudo tornar el agua a aquella altura donde deçendiera; asý commo lo vieron todos quantos ý estavan, que le vieron sobir al çielo a la diestra del su padre corporalmente en la carne que resçibió de su madre Santa María.

 

XV. (K 28)

Pregunta del diçiplo al maestro de quando el nuestro Señor subió al çielo

 Dixo el diçiplo:

–Maestro, en este logar te quiero demandar una cosa: [fol. 75v] que me digas por que rasón quiso el nuestro Señor sobir al çielo el cuerpo carnal que tomó en este mundo.

Respondió el maestro:

–Dos razones son por que lo Él fiso que te yo agora mostraré. La primera, non tovo Él por bien nin por derecho que tan santa carne e tan linpia commo la suya fincase en poder de omnes terrenales más de quanto ý avié fincado en aquel tienpo que Él vido que era bien e querié conplir e ser. Ca sabida cosa es e çierta segun la nuestra fe de los xpistianos que el día que murió Santa María su madre, commo quier que una vegada el ánima salió del cuerpo, por aquello non quiso el nuestro Señor que ninguno fuese escusado, nin Él mesmo nin su madre, que una vegada (79) conviene que oviese a morir; e desque el ánima fuese fuera del cuerpo e le soterraron los apóstoles fasta que tornase el ánima al cuerpo e fuese en cuerpo e en ánima para paraýso e para el reyno de su Fijo; e le puso la corona por reyna del çielo e de la tierra. Pues quando el nuestro Señor quiso fa[fol. 76r]zer esto a Santa María su madre en querer guardar e dar tamaña onrra al su cuerpo que era carnal (80) mortal, e querer que sobiese sobre las órdenes de los coros de los ángeles, esta onrra e este bien que Él fiso fue por tres cosas: la primera por onrrar e guardar aquel cuerpo en que Él andudo ençerrado nueve meses; la segunda por que non viniese a seer desfecho e metido en poder de los pecadores; la terçera por dar galardón a la bondat del su meresçimiento d'ella.

Pues el nuestro Señor todo esto quiso guardar e faser en el cuerpo de su madre, para mientes qnto devía guardar el suyo; e por esta rasón le quiso sobir <a> aquel lugar donde desçendiera por tomar este cuerpo e esta forma. Ca bien puedes tu veer q ue sy el cuerpo de nuestro Señor fuese baldonado entre nuestras manos asý commo otro tienpo cuerpo de algún santo, menospreçiado sería de nós más de quanto es, que tal fue la su merçed d'Él que nos quiso dexar remenbrança de sý el pan que se consagra [fol. 76v] por las santas palabras que disen sobre el altar en la misa: ca d'este pan fallamos nós que dixo el jueves de la çena a sus diçiplos: «Éste es el mi cuerpo que vos yo do del mi nuevo testamento que ayades en remenbrança de mí entre vós.» En otro lugar dixo en un evangelio: «Yo soy el pan bivo e verdadero que del çielo desçendí, e él que comiere este pan bivirá en mí por sienpre e yo en él».

Pues tan pecadores somos los xpistianos que devemos creer esta creençia, (81) que es la verdat por que averemos a ser salvos los que en ello creyeremos, de aquí allí se nos olvida veyéndolo de cada día por nuestros ojos e non lo preçiamos commo devemos; e esto por la natura mala que omne ha en sý, que toma enfadamiento de lo que vee de cada día, que quando lo vee primero tiénelo por cosa estraña e maravillosa, e después que usa en verlo un día enpost de otro tiénelo por cosa usada de cada día. E por eso fallamos una palabra que dise en el Escriptura que fue dicha por la boca del [fol. 77r] rey Salamón: «Omne rarum preciosun» que quiere desir «El omne que es raro en sus fechos que lo non fase cada día aque (82) es preçiado».

Pues por esta razón, mio fijo, quiso levar el nuestro Señor consigo el su cuerpo el día qu'Él subió al çielo: ca dos vegadas nos quiso Él provar q preçio le pornides. (83) La primera fue quando ge la preçiaron muy mal, que ge la vendieron por treynta dineros de plata; la segunda fue que nos quiso dexar aquel pan consagrado en remenbrança de sý por nos provar a cada uno que preçio le porniémos en creer (84) por Él e en amarle e en fiar por Él e en Él, desý encima en traerlo. (85) Ca estas tres personas que vos deximos ante d'ésta s'ençierran en esta postrímera que es el temor. Ca la primera que te dixe de creer (86) por Él, creençia (87) non puede ser bien raygada sy temor aý non ay, ca el temor trae a aver el omne miedo, que es aquello por que puede omne ser salvo o perdido. [fol. 77v] Otrosý la segunda cosa es el amor: esto tanbien atañe en los señores terrenales commo (88) a Dios; ca todo gran señor ha de aver estas dos cosas en sý, que le teman e que le amen, ca estas dos cosas án de andar de consuno e non vale nada la una syn la otra; e quando anbas estas dos cosas án de andar de consuno es el señor qual deve ser e fasen le los omnes lo que le deven faser. La terçera cosa es la fiança e nunca la omne puede aver que buena sea sin temor, que por aquello en que ha fiança a de ser salvo o perdido. E por rasón d'este preçio que Él quiso poner al su cuerpo que se consagra según que te ya dixe, fallamos que dixo el nuestro Señor (89) a Santo Tomás apostol: «Vísteme e creýsteme, mas bienaventurado será el que me non verá e en mi creerá».

E agora quiero que sepas aquí en este logar que mucho más gradeçe Dios al omne en creer (90) que el su cuerpo es aquel que consagran sobre el altar [fol. 78r] verdaderamente sin ninguna duda que sy Él andodiese por la tierra e lo aguardasen commo lo aguardaron los apóstoles; que rasón derecha ay por que es asý. La primera, porque quando omne cree (91) lo que Él mandó que fisiésemos, porque se cree el su poder quan maño es, que asý commo Él ovo poder de naçer de santa María fincando ella virgen, bien ansý á poder de tornar del pan que sea su cuerpo verdadero; ca por esta postrímera creençia se entiende la primera, que Él ovo poder de lo faser todo. La segunda, más verdadero amor es en conplir el mandamento que el Señor manda que en obedeçer lo que omne vee con los ojos e palparlo con las manos. E por esto deves tú entender e saber por çierto que más fasemos los omnes de agora que creemos en el cuerpo de Dios derechamente que non fasién los apóstoles que·l guardavan e andavan enpos d'Él.

 

XVI. (K 32)

Pregunta que fiso el diçiplo al maestro del Spíritu Santo

[fol. 78v] Preguntó el diçiplo a su maestro e dixo:

–Maestro, ruégote que me digas sy quando el nuestro Señor enbió el Spíritu Santo sobre Santa María su madre e sobre los apóstoles en q manera fue enbiado: ca tengo yo que pues ellos ovieron aquella graçia del Spíritu Santo que les Dios enbió, que fincó en ellos; [...] o sy se tornó al Padre onde veno.

Respondió el maestro:

–Verdad es que el Spíritu Santo que desçendió sobre ellos, e estando sobre aquel logar do ellos estavan echó de sý ramos de fuego en semejança de lenguas; e cada uno d'estos ramos entró en cada uno de aquellos apóstoles que allí eran, por que todos oviesen abondamiento, tanbién el uno commo el otro; e de aquella ora en adelante sopieron fablar todos los lenguajes del mundo e entenderlos e ovieron letra (92) para leer todas las escripturas (93) e para entenderlas e desponerlas; e desde allý entendieron lo que el nuestro Señor les avía dicho, e que pasaron con Él [fol. 79r] en este mundo, que antes non lo podían entender nin conoçer por la çeguedat que tenían en los coraçones; e a la ora que el Spíritu Santo desçendió sobre ellos aquel día fueron alunbrados por la graçia del Spíritu Santo que era con ellos. E los rayos que de sý echaron commo fuego que avía commo semejança de lenguas, aquello entró en ellos, ca non la persona del Spíritu Santo; la persona deçendió del Padre por merçed que Él pidio por ellos el fijo Jhesuxpisto con qui en ellos anduvieron e visquieron en este mundo, a quien Él quería dar galardón asý commo ge lo avía prometido. Ca por eso les dixo q ue yva al su padre onde viniera, para aguisarles logar a que fuesen: ca después que ge lo ovo aguisado que les enbiaría en su logar que morase con ellos el Spíritu Santo de la verdat, e aquellos (94) mostrarié todas las cosas e les darié seso e esfuerço para bevir e morir por Él allý do les menester fuese, por que por ellos pudiesen mantener e levar adelante la nuestra ley de los xpistianos.

E por [fol. 79v] ende quiero que sepas que non entró en ellos la persona del Spíritu Santo, mas entraron ý sus dones e las sus graçias; ca estas dos cosas ha el Spíritu Santo en sý entre todas las otras cosas, e dones e graçias. Esto se amostró allý aquel día por aquellas dos señales que vos ya deximos de los rayos e de las lenguas; e a (95) los dones se entienden por el ençendimiento de los rayos del fuego que desçendió sobre ellos e tomaron de allý adelante dones de amor verdadero con nuestro Señor Jhesuxpisto en morir e en bivir por Él en todo logar do menester fuese; las graçias tomaron de las lenguas que eran graçias del Spíritu Santo, ca la lengua del omne es mienbro señalado con que Dios pone graçia más que en otro mienbro ninguna (96) que en el cuerpo del omne sea: ca ella es dada para mostrar la graçia que reçibe ella e la reçiben los otros mienbros; e quiérote desir en que ma[fol. 80r]nera. Sepas que sy ellos (97) reçiben graçia en veer, la lengua dis al omne q es aquello que ha visto; otrosý el oyr, sy oye alguna cosa, la legua (98) departe depués aquello que ha oýdo; eso mesmo contesçe del oler, que sy huele el omne alguna cosa que huele bien o mal, bien asý lo muestra la lengua q es aquello commo lo ál que ya deximos; e esto mesmo es del gostar, que es suyo proprio de la lengua, que asý commo lo ella gosta fase faser el continente al omne sy es duçe o sy es amargo, e demás dízelo ella mesma; otrosý conteçe en el palpar que se fase con las manos e con los pies, que commo quier que el omne lo syenta e lo palpe, la lengua lo dise e lo departe después q es aquello que ha sentido o palpado. E en esta guisa se muestran e se departen los çinco sentidos del cuerpo del omne por la lengua, todavía con acordamiento de buen seso del omne por la len[fol. 80v]gua todavía, (99) ca sin esto non podría ella faser ninguna cosa que de bien fuese. E por eso fallamos una palabra que dixo el rey Salamón: «Os (100) abundancia cordis os loquitur», que quiere dezir: «De abondançia del coraçón fabla la lengua del omne e la boca». E esto que dixo non se entiende por el fablar de la boca mas por el fablar de la lengua, ca la bos non podrié fablar nin desir nin guna cosa sy non por la lengua, e por la lengua se muesta (101) todo quanto bien á en los mienbros del cuerpo del omne, según son los sesos corporales que son éstos que se syguen: el veer es primero, el oyr es el segundo, el oler es el terçero, el gostar es el quarto, el palpar es el quinto. Porque quiso el nuestro Señor que la su graçia fuese conplida en estos çinco sentidos, por eso quiso enbiarles esta graçia en semejança de lenguas, porque por las lenguas se muestran estos çinco sentidos commo ya de suso dixe.

E estos dones e estas graçias fue aquello que fincó en ellos: ca la per[fol. 81r]sona del Spíritu Santo tornóse al padre onde vino, e d'esto ovieron ellos abondamiento para saberlo todo. Ca non creas tu que la persona del Spíritu Santo fincó en ellos, mas después que Él ovo fecho con ellos su obra tornóse al Padre donde vino, ca todo era un Dios. E por eso dise en el Credo in unum deun: (102) «Qui es patre e filio qui prcedit» (103) que quiere dezir «Él que sale del Padre e del Fijo es el Spíritu Santo».

 

XVII. (K 33)

Pregunta de las tres persona (104)

 Preguntó el diçiplo al maestro e dixo:

–Maestro, sy tres personas son en Dios asý commo tu dizes, cómmo puede ser la una partirse de las otras dos?

Respondió el maestro:

–Mio fijo, sepas que la persona del Padre, que es la primera, nunca se parte de la persona del Fijo, que es la segunda, que amos a dos son una cosa: asý commo nós los omnes que nunca conoçeríamos al Padre sy non por el Fijo, otrosý non conoçeríamo (105) al Fijo sy non por el Padre, [fol. 81v] ca Padre non puede ser sy non oviese Fijo e Fijo non podría ser sy non oviese Padre. Pues en estas dos personas non puede omne poner estremança ninguna de la una a la otra, ca todo es una cosa. Pues el Spíritu Santo es en comedio e mandadero que faze todas las obras buenas que son a faser por Dios; e en la obra que Él faze son ý tres cosas ayuntadas: la primera deves saber que es el poder del Padre; e la segunda deus (106) saber que es el q uerer del Fijo; e la terçera deves saber que es la obra del Spíritu Santo. E estas tres virtudes van ayuntadas, e bien deves saber e entender que la mayor fuerça de las tres persona (107) ý son.

 

XVIII. (K 34)

Pregunta que fiso el diciplo al maestro por q fiso Dios el mundo

Preguntó el diçiplo al maestro:

–Ruégote que me digas por q quiso Dios fazer el mundo pues quiso que oviese fin.

Respondió el maestro e dixo:

–Sepas que todas las cosas del mundo quiso Dios que oviesen fin e comienço salvo Él se mesmo, que non ovo co[fol. 82r]mienço nin avrá fin; ca ya te dixe que los ángeles e las ánimas físolos Dios que oviesen comienço e non oviesen fin; pues el mundo ordenó Él e todas las cosas que naçiesen de su natura de la tierra que todos oviesen comienço (108) e fin. Esto ordenó Él catando la desconoçençia del mundo, que son los omnes que biven en él, que sabiendo que án comienço e án fin non se quieren conoçer; pues quanto más lo farían sy sopiesen que non avrán fin; e se tornarían los omnes e se ternían que eran tales commo el nuestro Señor, e dirién que farién quanto quisiesen. Ca fallamos en la Bribia que desde Adán fasta en Noé, que fue la primera hedat de las generaçiones de los omnes, que porque los omnes bivían entonce muchos años soltávanse a faser quanto querían e non temían a Dios nin avían miedo nin verguerça (109) d'Él. E todo esto fasién ellos atreviéndose en la muchedunbre de los años que bivían. E por esta desconoçençia echó Dios sobre ellos el diluvio, en que pereçieron todos salvos Noé e sus conpañeros que se metieron en el arca con él en que les mandó Dios entrar, e allý [fol. 82v] escaparon. E desque aquel tienpo adelante fueron los omnes menguados de la vida que solían bevir, e fisiéronse más dolientes e más flacos de conplisión e menores de cuerpos; esto ha de yr asý fasta la fin del mundo. E bien lo puedes esto ver por los omnes que agora son, que el que agora más bive tiene por maravilla sy llega a çient años, e en un tienpo solién bevir seteçientos e ochoçiento e nueveçientos años e dende ayuso, commo lo ordenava a cada uno que fuese su vida. Pues para mientes agora que mala ventura es la desconoçençia que cae en los omnes, que en el tienpo del mundo que ellos más visquieron e más conplidos fueron de todo lo que agora non án, nunca más desconoçidos fueron que agora. Ca non meten mientes a otra cosa sy non a la vida que pasan de cada día; otrosý non quieren conoscer aquel Señor a cuyo poder án de venir.

E d'esto te daré un exenplo que pone un nuestro Sabio de commo conteçe al omne de la vida d'este mundo por figura que ende muestra. Pone un árbol en semejança de la vida d'este [fol. 83r] mundo; e ençima d'este árbol está un omne comiendo fruta e beviendo del vino a gran plaser de sý; e estan derredor él juglares e joglaresas que tanen estormentes de que toma plaser e alegría. E él estando en aquel viçio, están dos ratones royendo la raýs del árbol, e el uno es blanco e el otro es negro. E de la una parte está una gran syerpe la boca abierta esperándole quando caerá que le reçiba en la garganta para tragarle; e de [...] (110) otra parte está una bestia que llaman unicornio que ha un cuerno muy grande e muy derecho ençima de la cabeça e estale espantándole con él para despedaçarlo a la ora que cayere de ençima.

E pues que te he contado la figura quiérote desponer en q semejança. Sepas que el árbol es el curso de la vida d'este mundo e el omne que está ençima comiendo e beviendo a grande alegría es semejança del omne que es sano e mançebo e atreviéndose en su salud e en su mançebía toma deleyte en las cosas del mundo e cuyda que así commo la ha aquella ora que asý las averá [fol. 83v] todavía cada que quisiere. E estando en su sabor están los dos ratones royendo el árbor, e el uno es blanco e el otro negro en semejança de los días e de las noches que se pasa la vida d'este mundo. E por eso fallamos que dixo Job, sentiéndose de quan pecador era contra el nuestro Señor: «Parce michi Domine, nichil eni (111) sunt dies mei» que quiere desir «Perdóname Señor, que nada son los mis días». E en otro lugar fallamos que dixo el rey Salamón: «Asý commmo ell agua corre rezia entre las piedras, asý corren e pasan aýna los mis días que se non detienen una ora». Pues este omne a que están royendo estos ratones el árbor fasta que cae, esta caýda es la vida d'este mundo de que viene a caer en este mundo quando muere; e a la ora que cae de ençima pierde todos los sabores que ha pasados en este mundo asý commo sy nunca los oviese visto en este mundo de sus ojos. La bestia que está a la mano derecha esperándole para reçebirle en el cuerno es el purgatorio [...] e sofrir aquella pena e purgarse ý de todo el mal que [fol. 84r] fiso en su vida. E la bestia que está de la otra parte de la mano ysquierda, que es la sierpe que está boca abierta, es en semejança del infierno, que después que le cae el omne en la garganta e le ha pasado al cuerpo non parece, asý el ánima del omne después que cae en el infierno non pareçe nin sabe donde salió (112) el día del Juýsio, que han de salir por su mal. Pus (113) mio fijo, por esta rasón que te ya he dicho fiso Dios el mundo e ordenó que oviese comienço e fin [...] (114) nunca Dios podría con él anete (115) la su soberbia e la desconoçençia que en él es raygada que aún con todo esto ý es, quanto más serié sy non oviese este ordenamiento que Dios le dió.

 

XIX. (K 12)

Pregunta del diçiplo al maestro que dónde estava Dios quando fiso el çielo e la tierra

Preguntó el diçiplo al maestro e dixo:

–Ruégote que me digas, quando Dios vino a faser el çielo e la tierra, enantes que lo fisiese, do estava Él; ca, pues el çielo nin la tierra non era fecho non sé en q logar podiese Él estar.

Respondió el maestro:

–Buena demanda fesiste e muy grande e muy [fol. 84v] alta e quiérote responder a ella. Verdat es que Dios lo fiso todo e Él non estava en nada, mas todo estava (116) en Él; e por esta (117) rasón es Dios: ca sy Dios non se podiese tener sy non en logar ó pudiese estar firme, luego sería Dios menguado; ca bien asý commo otro omne terrenal non avía mayor poder. Mas Él estava en todo e la obra que Él fiso estava en Él, [...] (118) omne que sabía q era aquello que quería faser. E por eso dise Sant Juan apóstol e evangelista: «Omnia per ipsum facta sunt et sine ipso factun est nichil», que quiere desir «Todas las cosas son fechas por Él e sin Él non puede ser fecho nada».

 

XX. (K 13)

Pregunta que fizo el diçiplo al maestro de los nueve çielos

Preguntó el diçiplo al maestro e díxole:

–Pues ruégote maestro que me digas de nueve çielo (119) que son en ql d'ellos está Dios.

Respondió el maestro e dixo:

–Esto te diré yo de buena mente. Sepas que Dios está en todo logar e en cada uno de los nueve çielos está; e otrosý está en tierra e en purgatorio [fol. 85r] e en el infierno e en el mar e en todo logar está Dios. Ca en todos aquellos logares que están las criaturas e las obras que Él fiso, en todos está Él, ca tan grande es la su grandesa e el su poder que a todo da recabdo e abondamiento. Ca bien vees tu que si Él estudiese commo omne terrenal en un logar e non en otro, en aquel logar do estodiese serié abondado e en el otro serié menguado. Mas porque es Él en todo, por eso ha todo lugar mantenimiento e abondamiento. Mas bien es verdat que los santos que llaman al noveno çielo la sylla de Dios, por que allý veen ellos la gloria los bienaventurados que estan ant'Él en la gloria de paraýso. E commo quier que ellos están viendo la su gloria, por eso non mengua de lo ál ninguna cosa, que a todo da Él recabdo.

Aquí se acaba el Luçidario.