1.- Vid. J. Seznec, op. cit., pág. 189.

2.- Vid. Boccaccio, Genealogía de los dioses paganos, op. cit., introducción, págs. 12 y sigs.

3.- Ibídem, XV, III para la justificación del método genealógico empleado, considerando que es el que mejor permite la vertebración de las distintas partes que van componiendo el cuerpo de la obra.

4.- «reuniré los restos que descubra de los dioses paganos esparcidos a través de volúmenes casi infinitos, y una vez reunidos, empequeñecidos por el tiempo, medio consumidos y casi destruidos los reduciré a un único corpus de genealogía en el orden que pueda» Esos «restos que descubra» se refieren a las fuentes primigenias antiguas, pues exalta más adelante la dificultad que dicha empresa entraña: «¡quién en nuestra época puede sondear los pechos de los antiguos y explorar sus mentes, (...) y hacer salir fuera los significados que pensaron?» (Boccaccio, op. cit., pág. 56, proemio al primer libro en el que se dirige al rey de Chipre. Vid además XV, V).

5.- Ibídem, introducción, pág. 20.

6.- Mitografía creada en el siglo XIII, segun J. Seznec, por el filósofo inglés Neckman ( op. cit., pág. 144) que muy pronto se convierte en toda una autoridad mitográfica.

7.- Al hablar de la genealogía de Apolo expone la posibilidad que presenta Cicerón en su Naturaleza de los dioses descalificándola respetuosamente en beneficio de otras que le parecen más acertadas. Pero, no es éste el comportamiento que suele seguir como él mismo parece insinuar más abajo, donde dice no haber constatado nada de lo que Macrobio aporta sobre el nacimiento del hijo de Latona porque no difería de lo expuesto anteriormente (Vid. Boccaccio op. cit., V, III.).

8.- «Y además multiplicamos los Dioses con los vocablos con que los nombramos, pues cuantas son las lenguas de los hombres, otros tantos son los nombres de los dioses. (...)¿Pues cómo es posible que siendo una la forma, sean muchos los nombres?» (M. T. Cicerón, La naturaleza de los dioses, en Obras Completas, edición de M. Pelayo, Madrid, 1914, vol. III, lib. I, pág. 33-34)

9.- Señalemos a modo de ejemplo la identificación que hace del primer Júpiter con Dios basándose en que los dos actúan ejemplarmente y los dos son fuente de vida. (Boccaccio, op. cit. pág. 124).

10.- Vid. Enrique de Villena, Los doze trabajos de Hércules, ed. de M. Morreale, Madrid, 1958, pág. 133, 9-10.

11.- Ibídem, pág. 5-7.

12.- Ibídem, pág. 5, 12-13.

13.- Ibídem, pág. 9-14.

14.- Ibídem, pág. XVI.

15.- Vid. A. Fernández de Madrigal, El Tostado, Sobre los dioses de los gentiles, edición de P. Saquero Suárez-Somonte y T. González Rolán, Madrid, 1995, que reproduce la edición ampliada de 1507. En nuestro estudio hemos manejado la reproducción de Las diez quistiones vulgares, edición de 1506.

16.- Método de interpretación de la fábula consolidado desde el siglo I p. C. por Heráclito en sus Alegorías de Homero, (Edición de A. Ozaéta Gálvez, Madrid, 1989). En esta obra el autor pretende justificar la licitud de los textos homéricos -depositarios de una esencia cultural de indudable valor para el pueblo griego- criticados por algunos de los filósofos antiguos entre los que destaca Platón. Para ello explicita unas enseñanzas que supone ocultas en las aparentemete triviales historias de los dioses gentiles, enseñanzas que apuntan a diversos campos del saber. Ya en la obra de Heráclito se lleva a cabo una triple interpretación de la fábula: la moral, la física o astronómica y la histórica o etiológica. Pero, debemos tener en cuenta que a medida que nos adentramos en el medievo y que la Mitología va adquiriendo mayor relevancia como instrumento didáctico, cobra fuerza el método interpretativo anagógico, que consiste en aplicar a la religión cristiana enseñanzas supuestamente cifradas en las fábulas de los gentiles.

17.- El Tostado, edición de 1506, fol. LXXVII r.

18.- Pensemos a modo de ejemplo en la explicación de la designación de los carros de los dioses -bigas, trigas o cuádrigas- de acuerdo con el número de caballos que empleen, Vid. fol. CXX v.)

19.- Boccaccio define la fábula como «un modo de hablar con ejemplos o demostraciones bajo una ficción, quitada la cortiza de la cual (...) se descubre algo juicioso» (Boccaccio, op. cit., XIV, IX, pág. 823). Natal Conti toma como base la concepción clásica de las fábulas y ahonda en lo «juicioso» que encierran al ser «ficciones de los sabios antiguos (...) que contienen la creación de las cosas naturales, o tratan de la naturaleza de los dioses inmortales, o de la fuerza de los planetas, o de como debe regularse rectamente la vida de los hombres» (N. Conti, op. cit., I, III).

20.- Vid. Natal Conti, op. cit., I, pág. 48.

21.- Vid. J. Seznec, op. cit., pág. 194, nota a pie 49. Para ejemplos concretos de pasajes en los que Conti sigue de cerca a Boccaccio vid. M Consuelo Álvarez Morán, «Las fuentes de P. Sánchez de Viana» en Humanismo y pervivencia del mundo clásico, I, coordinado por J. M. Maestre Maestre y J. Pascual Barea. Cádiz., 1990, págs. 225-235.

22.- Vid. J. Seznec, op. cit., pág. 195, notas a pie, 59-61.

23.- Ibídem,, pág. 201.

24.- Vid. S. López Poza, Francisco de Quevedo y la literatura patrística, A Coruña, 1992, cap. II; y «Florilegios, polyantheas, repertorios de sentencias, lugares comunes. Aproximación biliográfica» en Criticón, 49, 1990, págs. 61-76. Para un estudio sobre ls raíces históricas del gusto humanista por la cita, el modo de trabajar del verdadero erudito del momento y la degeneración de este modo de trabajar en la consulta de los repertorios de citas.

25.- Vid. J. Seznec., op. cit., pág. 212.

26.- Vid. entre otros Heráclito, op. cit., 3, 2 y 53, 1-2; Boccaccio, op. cit., I, III, pág. 69; Tostado, op. cit., fol. CV v.; León Hebreo, Diálogos de Amor, Barcelona, 1986, II, 3.1, pág. 218; N. Conti, op. cit., cap. I.

27.- En lo que se nota una clara crítica a San Isidoro. Es un motivo retomado posteriormente por N. Conti en su capítulo I, (pág. 47) donde la referencia a los apologetas es tan clara como respetuosa.

28.- Boccaccio, op. cit., I, III, pág. 69.

29.- Ibídem,, IX, III .

30.- Ibídem, XIV, VII, pág. 817.

31.- Ibídem, XIV, VIII, pág. 821.

32.- Ibídem, I, III, pág. 69-70.

33.- Ibídem, III, XXII, pág. 207.

34.- Ibídem, I, II. Pasaje con una gran fortuna literaria que retoma León Hebreo, op. cit., II, 3.2 pág. 228 y Natal Conti, op. cit., pág. 59.

35.- Ibídem, IX, III, pág. 533-534.

36.- Vid. N. Conti, op. cit., pág. 59.

37.- Vid. León Hebreo, op. cit., II, 3.2, pág. 237.