/15v/ [DISCURSO TERCERO. DE AMISTAD]
Cuán venerable y santa sea la amistad, y en cuánto deva estimarse si es verdadera, por
muchos indicios puede conocerse, y en particular en casos adversos y tristes. Porque assí como el
oro, puesto en el crisol, al fuego descubre si es verdadero o falso, assí en tiempo de penas y trabajos
se declara la verdadera amistad, la cual es de tal condición que, si es de veras, los amigos han de ser
buenos y virtuosos. Y déstos se verán algunos ejemplos.
[EJEMPLOS DE LAS SAGRADAS ESCRITURAS]
[1] De Moisés refiere la Divina Escritura
, en el capítulo treze del Éxodo
, que le hablava Dios rostro a rostro, como suele un amigo hablar a otro.
[2] Estando Job en el muladar vinieron a visitarle tres amigos suyos, y de verle llagado y tan mal
parado estuvieron siete días como pasmados de pena y lástima. Y aunque después le dixeron algunas
palabras que le afligieron, al cabo le dieron dones, y fue como principio de bolverse a su prosperidad.
Es de su Libro, capítulo segundo y sexto.
[3] Jonatás, hijo de Saúl, rey de Israel, tuvo amistad con David, y tan estrecha que dize la
Divina Escritura que le amó como a su propria alma y que se desnudó de sus vestidos y los dio a David.
Prosi- guió | su amistad adelante, no siendo parte saber que le aborrecía su propio padre y desseava
su muerte. Viéndole, pues, que estava cierto día puesto a gran peligro, con una seña de ciertas
saetas que arrojava en el campo le avisó, mandando a un paje suyo que se las truxesse, y para
declarar su intento dava con ellas de la otra parte de donde el paje estava, y dezía:
-Ve adelante, trae la saeta, no te detengas.
Con esto le dava aviso para que se fuesse y librasse de aquel peligro. Escrívese en el
Primero Libro de los Reyes, capítulo diez y ocho.
[4] El Evangelista San Lucas dize en el capítulo veinte y tres que entre Herodes, rey de Galilea, y
Pilato, presidente y justicia mayor por los romanos en Jerusalem, avía alguna enemistad, y que se
hizieron amigos por razón que Pilato, oyendo dezir que Jesucristo residía en tierra de Galilea,
trayéndosele preso los judíos y pidiéndole que le sentenciasse a muerte, él se le remitió. Lo cual
estimó en tanto Herodes, por parecerle que avía estado comedido con él, que, dexadas las enemistades
passadas, quedaron amigos.
Lo dicho se colige de la Sagrada Escritura.
EXEMPLOS ESTRANGEROS
[1] Aviendo Darío tenido cercada a Babilonia un año y siete meses, y no pudiendo entrarla, Zopiro,
amigo suyo, queriendo dar muestra que lo era, cortóse un día las orejas y narizes, y quitado el
cabello y barba fuese al rey. El cual, con gran sentimiento de verle assí preguntó quién avía hecho
tal, con intento de vengarle. Respondió que él mismo, y que no quiso darle parte por entender que
se lo estorvaría. Declaró su intento y passó a la ciudad de Babilonia, publicando que venía huyendo
de Darío, que le avía afeado el rostro porque le aconsejava que dexasse libre la ciudad. Los babilonios
le hizieron mucha honra. Diéronle cargo de alguna gente. Salió al real y aprovó muy bien,
| por donde vino a que le hizieron su capitán general. Y cuando vido ocasión entregó la ciudad a Darío.
Él le dio que gozasse toda su vida la renta que della cogía, y dixo que quisiera más sano a Zopiro
que averla ganado. Dízelo Heródoto, libro tercero. El hecho fue de bárbaro, el zelo, de amigo.
[2] Entrando Alexandre Magno acompañado de su amigo Efestión a visitar a la madre y hijas de
Darío, teniéndolas presas en su real, la vieja madre de Darío, por ver a Efestión más gentilhombre
y dispuesto que Alexandre, salió a él y hablóle por Alexandre. Mas, advertida que no era él, mostróse
afligida. Díxole Alexandre que no se turbasse, que muy bien avía
/16r/ hecho, porque Efestión era
otro Alexandre. Y puede bien dificultarse quién ganó más por este dicho: el que le dixo o el que le
oyó diziéndose dél. Mucho ganó Efestión en que tan alto y poderoso rey le llamasse amigo y
quisiesse partir con él la honra que se le dava, y mucho ganó Alexandre en que, siendo el que era,
hiziesse semejante cumplimiento a un súbdito suyo. Y todo se le deve a la amistad que entre los dos
avía. Dízelo Valerio Máximo, libro cuarto.
[3] Epaminondas solía dezir que nadie devía bolver a casa, el día que salía della, sin aver procurado
ganar de nuevo algún amigo. Refiérelo Eliano, libro doze.
[4] El mismo Epaminondas y Pelópidas, ambos tebanos, fueron grandes amigos, y en la batalla que
los mismos tebanos y lacedemonios tuvieron con los arcades fue muerto Pelópidas, y, entendido
por Epaminondas, aviendo vengado su muerte con muertes de muchos contrarios, buscó su cuerpo
y llevóle consigo, costándole no pequeño trabajo. Y es de creer que hiziera Epaminondas mucho
por Pelópidas si estuviera vivo, pues tanto hizo por él teniéndole muerto. Es de Fulgoso, libro
cuarto.
[5] Damón y Fitias, estudiosos en la esciencia de Pitágoras, como al uno dellos le sentenciasse a
muerte Dionisio, tirano de Sicilia, pidióle con mucha instancia que le dexasse ir a su tierra, y poner
en orden su casa y hazienda, ofreciéndose de dar fiador que se obligaría a padecer la muerte a que
estava él sentenciado si no bolviesse al tiempo puesto. La licencia se le dio, y el otro amigo salió
por fiador y se entró en la cárcel, quedando en libertad el que tenía el cuchillo a la garganta y en
peligro de muerte el que pudiera vivir seguro. Todos los que sabían este caso estavan como suspensos
hasta ver el fin dél, en especial Dionisio. Llegó el último día del plaço, y no parecía la parte, por lo
cual juzgavan al fiador por loco atreguado; mas él ningún cuidado tenía, por estar cierto que el
amigo cumpliría su pala- bra. | Al mismo punto y ora señalada por Dionisio bolvió a la cárcel el que
estava fuera della para morir, dexando en buen orden su casa. El tirano Dionisio se admiró del
ánimo y fidelidad de los dos, perdonó la vida al que estava sentenciado a muerte y dio a los dos
libertad, pidiéndoles que le recibiessen por tercero amigo en tan verdadera amistad. Lo dicho es de
Valerio Máximo, libro cuarto.
[6] Como fuessen a la región táurica Orestes y Pilades, grandes amigos, a procurar la salud de que
estava falto Orestes (el cual avía muerto a su madre, por donde vino a perder el juizio a tiempos, y
parecer que le atormentava el demonio), mandólos prender el rey Toa, porque le dixeron sus oráculos
y ídolos que el uno dellos, llamado Orestes, venía a robarle una figura de Palas que él adorava. Y,
presos, mandó que fuesse muerto el que de los dos tenía semejante nombre. Y por no ser conocido,
afirmava Pilades que era él y confessava el hurto, queriendo antes morir que ver muerto al amigo.
El verdadero Orestes clamava publicando la verdad, y que era el que merecía morir. En esto los
dexa Cicerón, que escrive el caso en Lelio.
[7] Niso y Euríalo eran grandes amigos. Pelearon en el campo de Eneas contra Turno, y siendo por
él muerto Euríalo, aunque se libró por pies, Niso bolvió a donde estava el cuerpo del amigo y
derribóse sobre él, llorando tanto que se le salió la alma. Dízelo Virgilio, libro nono.
[8] Bruto y Lucio fueron otro par de buenos amigos, los cuales, en la última batalla que se dio en los
campos Filípicos, llevándolos de vencida la gente de Marco Antonio y desseando prender al Bruto,
Lucio, que lo entendió y sabía que siendo preso corría riesgo su vida (porque aviendo sido de los
principales conjurados que dieron muerte a Julio César, el Marco Antonio desseava le aver a las
manos), para oviar este daño, fingió Lucio ser él, entretuvo a los que seguían a Bruto hasta que, no
pudiendo más, y viendo que ya el /16v/
amigo por aquella vez estava en salvo, diose por captivo a
los contrarios. Lleváronle a Marco Antonio, diziendo que traían a Bruto. Él, muy gozoso salió a
verle, y Lucio, llegando a donde le podía oír, dixo:
-No esperes, o Antonio, ver vivo y tu prisionero a Bruto. Yo procuré viéndole huir dar a
entender a tus soldados que era él, para que se librasse, y assí vengo a tu poder con propósito de
sufrir todo lo que en mí quisieres hazer.
De oír esto, Marco Antonio quedó como fuera de sí, espantado y reverenciado de tan
verdadera amistad. Dio la vida a Lucio y púsole en el número de sus amigos. Dízelo Fulgoso, libro
cuarto.
[9] En el tiempo del Triunvirato de Roma fueron condenados a muerte muchos nobles romanos, y
ponían la misma pena a quien los encubriesse o no manifestasse sabiendo dellos. Y, por el contrario,
a quien los descubriesse prometían premio. Destos condenados era Varrón Filósofo, grande amigo
de Galeno, el cual, estimando en más la amistad que temiendo el rigor de la ley, le llevó a su casa y
tuvo escondido mucho tiempo, en el cual entró diversas vezes Marco Antonio (que era uno de los
tres que sustentavan aquella tiranía y executavan aquel rigor) en ella dándosele por amigo. Y
teniéndole allí no mostró temor, ni hizo demonstración de pena por el peligro en que se veía siendo
descubierto. Dízelo Fulgoso, libro cuarto.
[10] El emperador Augusto César, aviendo vencido a Cleopatra, reina de Egipto, y ganado por
fuerça de armas la ciudad de Alexandría, aunque estava muy enojado con sus ciudadanos por la
resistencia que le avían hecho, no quiso destruir la ciudad; antes, juntando a los principales un día
y formando la quexa que dellos tenía, díxoles que avían merecido su destruición, mas que lo dexava
por tres razones: la una, porque la ciudad era hermosíssima; otra, por amor de Alexandre que la
edificó; y la tercera y principal, por ser natural della su amigo el filósofo Ar- rio,
| el cual señaló con el dedo estando presente, para que todos le viessen y agradeciessen el bien que por él les venía. Es
de Fulgoso, libro cuarto.
[11] A Antígono, rey de Asia, le fue dicho en sueños que matasse a Mitrídates porque convenía al
bien de su reino. Mas el hijo, que tenía amistad grande con Mitrídates, salió al campo con él y,
apartándose de la gente que les acompañava, escrivió en la arena con el cuento de una lança:
«Huye, Mitrídates». El otro advirtió en ello y la siguiente noche huyó a Capadocia, donde él y sus
descendientes reinaron. Refiérelo Fulgoso, libro cuarto.
[12] Entre los etíopes era costumbre que si un amigo tenía alguna falta natural en su cuerpo, todos
los que se le davan por amigos avían de tener la misma; como, si uno era coxo, todos avían de
coxear. Dízelo Diodoro Sículo, libro cuarto, capítulo primero.
[13] Eudamidas, corintio muy pobre, tenía por amigos a Areteo, corintio como él, y a Cariteno,
sicionio, ambos muy ricos. Vino a morir el pobre, y mandó en su testamento que Areteo sustentasse
a su madre toda la vida y Cariteno le casasse una hija, y que, si el uno muriesse, el otro cumpliesse
por los dos. Aceptaron ambos los legatos, y como muriesse dentro de cinco días Cariteno, Areteo
dio sustento a la madre y casó la hija, dándole en dote dos talentos. Dízelo Luciano en el diálogo
Toxari.
[14] Publio Catieno Filotimo quedó por heredero de un amigo suyo en su testamento. Estavan
quemando su cuerpo, conforme a la costumbre de la tierra, y él, arrebatado del amor que le tuvo en
vida y considerando la obligación que le ponía en dexarle su hazienda, quiso pagarlo todo, dexándose
caer y abrasar con él en la hoguera, donde su amigo ardía. Ciertos soldados del emperador Otón,
viéndole muerto, llegaron a su cuerpo y besáronle las manos, los pies y el rostro, y
/17r/ matáronse sobre él. Fue pecado, aunque indicio de amistad grande. Dízelo Fulgoso, libro cuarto.
[15] Dixéronle al emperador Trajano que Surra, un hombre poderoso en Roma y grande amigo
suyo, trataba de matarle. Oyó esto por la mañana, y a la tarde, acompañado solamente de dos
criados, se fue a su casa y dixo que quería cenar con él, y assí lo hizo. Pidió que le llamassen su
proprio barbero, y hízole la barba; al médico que le curava dio el pulso. Todo esto hazía para que
entendiesse que se fiava dél, y que tenía por mentira lo que dél dezían. Y assí, después desto, el
mismo emperador Trajano, a quien le hablava de Surra que se guardasse dél, respondía:
-Ya tengo hecha experiencia de su amistad, y, si quisiera, bien pudiera averme muerto.
Dízelo Valerio Máximo, libro cuarto.
[16] Menenio, ciudadano de Roma proscrito y condenado a muerte en tiempo del triunvirato, fueron
soldados a su casa para matarle y cercáronle en ella; lo cual visto de un esclavo suyo, sin hazer caso
del premio que se dava a los que declaravan los lugares donde los proscriptos estavan, ni el peligro
en que se ponía, entró en una litera en que el Menenio solía andar y dixo a otros criados que le
llevassen fuera de casa, fingiendo ser el señor. Hiziéronlo ellos; los soldados llegaron y creyendo
que era Menenio le mataron. Y entretanto tuvo el Menenio lugar de salir vestido de siervo por otra
puerta y irse a Sicilia, donde fue libre de aquella persecución. Es de Fulgoso, libro sexto.
[17] Estando Panopión, patricio romano, en la ciudad reatina, huido por averle proscripto y condenado
a muerte en Roma, llegando a le matar allí ciertos soldados, y entrando ya en la casa, un criado suyo
que le amava fielmente mudó con él el vestido y tomó un anillo que declarava su nobleza y, haziéndole
salir por una puerta falsa, el criado se retruxo en su aposento y recostó en la cama, donde entrando
los soldados le mataron, teniéndole por el Panopión, bolviéndose luego a
| Roma. Dízelo Valerio Máximo, libro sexto.
[18] Marcos, pretor en Roma, siguiendo las partes y amistad de Bruto, que fue uno de los que
mataron a Julio César, y siendo vencido en los campos filípicos, fingióse Marcos ser esclavo, y
como tal vino en poder de un principal cavallero de la parte contraria, que vivía fuera de Roma y se
llamava Barbula. Éste le tuvo en su casa, y, viendo su buen modo de proceder, creyó dél, como era
verdad, no ser esclavo. Rogóle se lo dixesse, y que si era de los proscritos y juzgados por enemigos
de romanos que se lo declarasse, que él le alcançaría perdón de Augusto César. Negóselo. Mas,
para provarle, dixo que le quería llevar a Roma. Marcos, dissimulando su fortuna, dixo que en buen
hora. Llevóle allá, y estando a la puerta de un cónsul fue conocido Marcos y avisado Barbula de
quién era aquel que traía por esclavo. Él, sin dezirle cosa alguna, por medio de Agripa le alcançó
perdón de Augusto César y se le llevó a su presencia; el cual le recibió en el número de sus amigos,
y quedó en Roma en su primero estado, agradeciendo mucho al Barbula lo que por él hizo. El cual,
siguiendo después las partes de Marco Antonio contra Augusto César, siendo vencido por César el
Antonio, quedó captivo y, fingiéndose esclavo, vino a que le compró entre otros el mismo Marcos
Pretor, que fue primero su esclavo, y teniéndole en su casa y conociéndole, no sólo le dio libertad,
sino que procuró bolviesse a su primer estado, y assí el uno con el otro se mostró amigo fiel. Dízelo
Fulgoso, libro sexto.
[19] Personas sin los dichos que se tuvieron grande amistad fueron Aquiles y Parroclo, Escipión y
Lelio, Menedemo y Asclepiades, Crates y Polemón, Hércules y Filocteles, Esteleno y Diomedes,
Politrasto y Hipóclides (filósofos nacidos en un día, enseñados de un mismo maestro, Epicuro, y en
un mismo momento de tiempo muertos), Tideo y Polinices,
/17v/ según refiere Lactancio Firmiano, y júntanse con los dichos Lelio y Menio A- gripa,
| Marco Luculo y Volumnio, Bruto y Servio Terencio.
Fin del Discurso tercero de Amistad.