ÉGLOGA DE LA TRAGICOMEDIA DE CALISTO Y MELIBEA
Ed.
de José Luis Canet (Universitat de València)
/44 v/
Égloga de la Tragicomedia de Calisto y Melibea,
de prosa trobada en metro por don Pedro de Urrea,
dirigida a la Condesa de Aranda, su madre.
Esta
égloga ha de ser [hecha]a en dos
vezes: primeramente entra Melibea, y luego después Calisto, y pasan allí las
razones que aquí parecen, y al cabo despide Melibea a Calisto con enojo, y
sálese él primero y después luego se va Melibea; y torna presto Calisto muy
desesperado a buscar a Sempronio, su criado, y los dos quedan hablando hasta
que Sempronio va a buscar a Celestina para dar remedio a su amo Calisto. Está
trobado hasta que queda solo Calisto, y ally acaba; y por no quedar mal, vanse
cantando el villancico que está al cabo.
Calisto Veo
en esto, Melibea,
la
grandeza de Dios.
Melibea ¿En
qué, Calisto, veys vos
cosa
que tan alta sea?
Calisto En
dar poder a natura
que
de perfecta hermosura,
acabada,
te dotase;
y
a my, que verte alcançasse
sin
merecer tal ventura,
y
en lugar donde me viese
gozar
de tanto favor,
que
mi secreto dolor
manifestarte
pudiesse.
Sin
duda tal galardón
es
mayor en devoción
que
obras de sacrificio,
aunque
por tal exercicio,
espero
yo salvación.
¿Quién
vio nunca en esta vida
un
cuerpo glorificado
como
el myo, que a mirado
una
cosa tan sentida?
Por
cierto, todos los santos,
donde
gozan de sus cantos
mirando
a Nuestro Señor,
no
tienen gloria mayor
que
yo en ver plazeres tantos.
Somos
en esto apartados,
que
la gloria que poseen
por
muy perpetua la veen
sin
ser de allí derribados;
mas
yo me veo alegrar
con
recelo de dexar
tu
vista y acatamiento,
recelando
el gran tormento
que
en absencia he de pasar.
Melibea ¿Por
gran premio, por tu fe,
tienes
aquéste, Calisto?
Calisto Por
tanto, en esto que e visto
como
agora te diré:
que
si Dios me diesse arriba
a
esta mi alma cativa
la
gloria del alto cielo,
no
tendría más consuelo
que
con esto que me aviva.
Melibea Pues
aun más galardón
te
daré, si perseveras.
Calisto Mis
orejas plazenteras
bienaventuradas
son,
que
indignamente an oýdo
palabra
de gran sonido.
Melibea Mas
serán desventuradas
tus
orejas, bien aozadas,
después
de averme entendido;
/45 r/ que
la paga será tal
qual
tu loco atrevimiento
merece,
por yr sin tiento
a
cosa descomunal.
Qual
tu ingenio, tu dezir
tal
onbre a de descubrir
de
perderse en mi virtud,
y
poner tú tu salud
en
osarme a mí servir.
Vete
ya, torpe, de ahí,
como
onbre mucho liviano,
que
en un coraçón humano
no
cabe servir a mý,
que
no tomo con paciencia;
que
en absencia ni en presencia
un
muy ylícito amor
piense
ningún amador
conmigo
alcançar de eçencia.
Calisto Yré
como aquel que va
sin
esperança ninguna,
y
contra él solo, Fortuna
hará
quanto mal podrá.
Agora se va Calisto y sálese
Melibea.
Y luego buelve Calisto
buscando sus criados.
Calisto ¡Sempronio!
¡Sempronio, diablo!
¿A
dónde está este maldito?
Sempronio Aquí estoy, señor, muy hyto,[1]
con
cavallos en establo.
Calisto ¿Pues
de la sala as salido?
Sempronio Gyrifalte[2] se a
[a]batido[3]
y
fuyle yo a endereçar,
y
al alcándara tornar
más
atado que ante a sido.
Calisto ¡Así
el diablo te gane,
perescas
arrebatado
y
tormento muy sobrado
nunca
a ti se te iliviane;[4]
y
en un grado ynconparable,
sin
jamás ser variable,
penosa
y rabiosa muerte
a
la muerte de mi suerte
traspases
y corporable!
Anda
ya, malvado, pues;
abre
la puerta cerrada;
aya
cama adereçada.
Sempronio Ya, señor, ya hecho es.
Calisto Cierra,
cierra esa ventana,
pues
estoy de mala gana.
Lo
escuro acompaña al triste,
ceguedad
al que se viste
de
tristura tan profana.
Quien
tal pensamiento tiene,
no
tenga lumbre su suerte.
¡Bienaventurada
muerte
la
que al afligido viene!
¡Oh,
si Crato y Galieno,[5]
cada
qual médico bueno,
fuésedes
en mi dolencia,
veríays
en mi presencia
de
todos males ser lleno!
¡Oh
piedad de gran virtud
del
alto Dios verdadero,
pon
en coraçón plebero[6]
que,
sin esperar salud,
no
me enbíe a mí, cuytado,
con
Píramo desastrado
y
con Tisbe desdichada![7]
Sempronio ¿Qué cosa tan mal pensada
es,
señor, la que as hablado?
Calisto ¡Vete
ya! Si no, ruyn,
haré
en ti cosa muy fuerte,
ante
mi rabiosa muerte
te
dé arrebatado fin.
Sempronio Yré, pues, solo en tal rueda;
tu
mal quedar me devieda.[8]
Calisto ¡Ve
con diablo, enemigo!
Sempronio No pienso vaya comigo
aquel
que contigo queda.
¡Oh
desventura crecida! [Solo]
¡Oh
súbito mal venido!
¿Qué
cosa le a acaecido,
que
el alegría es perdida?
Y
en lo que deste onbre creo,
lo
peor que en ello veo
que
perdió tanbién el seso;
pues
dexarle yo así preso
parece
gran devaneo.
/45 v/ Si lo
dexo, matarse a;
y
si yo allá dentro fuesse,
en
el punto que me viese,
yo
creo me matará.
Quédese,
que no me curo.[9]
Que
mejor es, yo lo juro,
que
aquel que está triste muera,
que
el que en vida plazentera
muestra
en morir ser seguro.
Aunque
yo por otra cosa
no
desease vivir,
sino
por poder servir
a
mi Elicia tan graciosa,
de
peligros me devría
guardarme
yo cadaldía.
Si
él se mata sin testigo,
pues
que él a estado comigo,
la
cuenta yo la daría.
A[o]ra
yo delibro entrar.
¡Mas
huye consolación
y
consejo, qu’es razón
muy
mala para sanar!
Déxolo
yo en sus sentidos,
porque
dizen los sabidos:
apostemas,
el barbero,
que
las madura primero
que
hierros sean metidos.[10]
Madure
y esté llorando;
llore
aquel que dolor tiene;
qualquier
coraçón que pene,
descánsanse
sospirando.
Si
yo delante estuviese,
cierto
está que se encendiese,
que
el sol más suele quemar
do
puede reverberar
que
do no se detuviese.
La
vista puesta en llanura
se
cansará, cierto, ante
que
pusiéndole delante
alguna
cosa más dura.
Y
así, por este intervalo
quédese
allí como un palo.
Si
muere, pues, poco valgo;
quiçá
quedaré con algo
con
que mude el pelo malo.
Aunque
es muy malo esperar
salud
en la muerte ajena,
quiçá
el diablo condena.[11]
Si
muere me an de matar,
y
después desto ‘andará
soga
y calderón allá’.[12]
Tanbién
dizen los letrados
que
los que están con cuydados,
con
soledad mal les va.
Pues
de aquestos dos estremos,
lo
mejor es yr y hablalle,
y
sufrille y consolalle,
y
los dos solos que hablemos;
que
si es posible ser sano
sin
arte puesta por mano,
más
ligero puede ser
con
arte y con cura, a my ver,
puede
venir más lyvyano.
Calisto ¡Sempronio!
Sempronio Señor.
Calisto Mirá,
muéstrame
el laúd acá.
Sempronio Helo aquí, señor, do está.
Canta Calisto.
¿Quál
dolor puede ser tal
que
se yguale con mi mal?
Sempronio Destenprado está el laúd.
Calisto ¿Cómo
tenprarlo podrá
el
que destenprado está,
discorde
con su salud?
La
música es melodía;
¿cómo
sentyrá armonýa
el
discorde de verdad,
aquel
que la voluntad
a
razón no obedecía,
aquel
que tiene en el pecho
paz,
tregua, guerra, aguijones,
amor,
injurias, pasiones,
syn
jamás ser satishecho
a
una causa?[13]
Pues hundo
todo
plazer qu’es jocundo:
mi
mal en morir consiste.
Tañe
y canta la más triste
canción
qu’es hecha en el mundo.
Canta Sempronio:
Mira
Nero de Tarpeya
a
Roma cómo se ardýa;
/46 r/ gritos dan
viejos y niños
y
él de nada se dolía.[14]
Calisto Muy
mayor, pues, es mi huego
y
menor la piedad
de
aquélla, que con verdad
me
a quitado de sosiego.
Sempronio No me engaño en lo que toco, [Ap.]
digo
que mi amo es loco.
Calisto Dime,
¿qué estás murmurando?
Sempronio No digo nada; callando
estoy,
señor, aquí un poco.
Calisto Dilo,
no temas, esquivo.
Sempronio Digo, ¿cómo puede ser
mayor
el huego, a mi ver,
que
quema un solo honbre vivo
que
el que tal ciudad quemó,
con
tanta gente que halló?
Calisto ¿Cómo?
Yo te lo diré;
escucha
bien el por qué,
que
muy cierto lo sé yo.
Mayor
es aquella llama
que
tiene ochenta años tasa
que
la que en un día passa,
aunque
tiene menos fama.
Y
es muy mayor la que quema
un
ánima con su tema,
que
todo lo otro es civil.[15]
Aun
quemar cuerpos cien mil
no
será tanta postema.
Como
apariencia, existencia,
como
de vivo a pintado,
de
la sonbra a lo avivado
es
tanta la diferencia
del
huego que me as hablado
al
que a mý tiene quemado,
según
está muy notorio.
Sy
es tal el de purgatorio,
yo
querría más de grado
que
fuese mi alma penada
con
los brutos animales,
que
yr por medio destos tales
a
la gloria deseada.
Sempronio Algo es lo que yo digo [Ap.]
de
aqueste caso enemigo.
A
muy más vendrá este hecho:
no
basta loco en provecho,
que
aun ereje en testigo.[16]
Calisto ¿No
te e yo dicho ya mal?
¿Por
qué hablas baxo entre dientes?
Habla
alto lo que sientes.
¿Qué
as dicho agora, animal?
Sempronio Digo que nunca Dios quiera
tu
habla ser verdadera,
qu’es
especie de eregía;
que
as dicho grande falsía.
Calisto ¿Por
qué, dyme? ¿En qué manera?
Sempronio Contradize lo que as dicho
la
gran religión christiana.
Calisto ¿Qué,
a mí? Aunque más mana
de
mi dezir entredicho.
Sempronio Yo a ty christiano te veo.
Calisto No
soy sino Melibeo,
y
en Melibea yo adoro,
por
ella y sin ella lloro,
en
ella y por ella creo.
Sempronio Tú mismo te lo dirás.
Como
Melibea es grande,
en
su coraçón le ande
y
anda sienpre jamás,
y
no cabe en su persona,
según
vemos que razona;
que
bien muestra en sus razones
que
le sale a burbullones
por
la boca que valdona.
Ya,
ya no es más menester.
Bien
sé de qué pie coxqueas;
de
todo quanto deseas
yo
te puedo libre hazer.
Calisto Yncreýble
y muy dudosa
me
parece a mí esa cosa
que
prometes, como quiera.
Sempronio Ante, señor, muy ligera;
por
eso huelga y reposa.
El
principio en la dolencia
es
conocer qué tal es,
que
el ser curada después
no
es cosa de tanta ciencia.
Calisto Dime
agora, ¿quál consejo
/46 v/ regirá con
aparejo
la
cosa que está sin orden,
sin
consejo y con desorden,
en
tiempo nuevo ni viejo?
Sempronio ¡Ha, ha, ha! ¿Éste es el huego [solo]
de
Calisto y su dolor?
Como
si sólo el amor
contra
él tirara su huego.
¡Oh
alto Dios, a quien llaman
todos
los que se reclaman,
tus
mysterios grandes son!
Diste
fuerça al afición,
que
se turben los que aman,
y
su límite pusiste
por
una gran maravilla.
Quien
tiene fe no senzilla
atrás
se queda de triste.
Todos
ronpen, son pasados,
pungidos
y agarrochados.
No
temen nada de veras;
sin
freno saltan barreras
como
toros muy osados.
Mandaste
por la mujer
al
honbre dexar al padre,
al
padre tanbién la madre.[17]
Más
qu’esto vemos hazer,
no
sólo esto se a visto,
aunque
en ello no consisto:
a
ti y tu ley desamparan,
como
agora lo declaran
las
razones de Calisto.
Y
no estoy maravillado,
pues
los santos y prophetas,
y
sabios, gentes discretas,
por
esto te an olvidado.
Calisto ¡Ha, Sempronio,
ha!
Sempronio Señor.
Calisto No
me dexes con dolor,
solo
con cuyta y tal tayta.[18]
Sempronio De otro tenpre está esta gayta.
Quiero
entrar; darle e favor.
Calisto ¿Qué
vees tú de mi mal?
Sempronio Que amas a Melibea.
Calisto ¿Y
no otra cosa que sea?
Sempronio Harto es esto, y muy mortal:
estar
libertad altiva
en
solo un lugar cativa.
Calisto Poco
sabes de firmeza.
Sempronio Perseverancia es dureza
en
el mal, quando se abiva.
No
es constancia, si bien vierdes,
mas
pertinancia en dolor.[19]
Los
filósofos de amor
llamadla
como quisierdes.
Calisto Muy
torpe cosa es mentir
al
que otro enseña a dezir,
pues
te precias de loar
a
tu amiga, y demostrar
que
a Elicia quieres servir.
Sempronio ‘Harás tú lo que bien digo,
no
hagas lo que mal hago’.
Calisto ¿Qué
me repruevas? ¿Deshago
algo
de lo que consigo?
Sempronio La dinidad que sometes,
pues
que tan baxo te metes,
del
hombre a la imperfeción
de
flaca mujer, ¿qué son?
Es
razón que te discretes.
Calisto ¿Mujer
la llamas, grosero?
¡Dios!
¡Dios a de ser llamada!
Sempronio ¿Crees o burlas? No es nada.
Calisto No
burlo, mas verdadero;
por
Dios tengo a tal señora,
por
Dios se tiene y se adora,
y
confiesso sin recelo
no
creo otro en el cielo,
aunque
entre nosotros mora.
Sempronio ¡Ha, ha, ha! ¡Qué blasfemar! [Ap.]
¿Vistes
qué gran ceguedad?
Calisto ¿De
qué rýes? Di verdad.
Sempronio Desto que quiero hablar.
Ríome
porque pensava
que
nunca jamás se hallava
otra
peor invención
que
en Sodoma, y traición
de
gran pecado pasava.
Calisto ¿Cómo?
Dime eso que dizes.
Sempronio Porque aquellos procuraron
un
uso que mal obraron,
/47 r/ aunque tú
más contradizes:
ángeles
no conocidos
ofendieron
sus sentidos,
fueron
pecados muy graves;
mas
tú ofendes al que sabes
hizo
todos los nacidos.
Calisto ¡Maldito
seas, traydor!,
porque
me as hecho reýr;
lo
que no pensé sentir
ogaño
de buen sabor.
Sempronio ¿Pues qué? ¿Siempre avías d’estar
de
contino con llorar?
Calisto Sí.
Sempronio ¿Por qué, por qué?
Calisto Porque
amo aquélla con fe,
con
quien no puedo ygualar.
Sempronio ¡Oh qué poco coraçón! [Ap.]
¡Hi
de puta, qué Nembrote,[20]
qué
Alexandre, que en un trote
hizo
del mundo baldón!
No
sólo tener al mundo
pensaron,
mas al segundo.[21]
Calisto No
e oýdo bien tu hablar.
Tórnamelo
a declarar,
que
en esto mucho me fundo.
Sempronio Dixe: tú que tienes tanto
coraçón
como Alexandre,
como
aquel Nembrote grande,
¿de
aquesto tienes espanto,
de
alcançar una muger?
Y
vemos a muchas ser
en
alto grado metidas,
vemos
dar grandes caýdas
y
de arriba decender;
y
vienen con puros males
a
resollos, con sus fueros,
de
viles azemileros,
y
aun de brutos animales.
¿No
as leýdo bien de coro
de
Pasife con el toro,
de
Minerva con el can?[22]
Calisto Eso
hablillas serán;
no
creo caso tan loro.
Sempronio Aquello de tu ahuela
con
el ximio, ¿hablilla fue?
Testigo
al cuchillo sé
de
tu ahuelo, que bien buela.[23]
Calisto ¡Maldito
sea este neçio
con
su hablar de poco preçio!
¡Qué
grandes porradas dize!
Sempronio ¿Escocióte? Pues bien hize;
aquí
verás tu desprecio.
Lee
los ystoriales,
los
filósofos, poetas,
y
verás cosas secretas
causadas
de grandes males,
y
las caýdas que daron
los
que como tú amaron.
Oye
aquel rey Salomón
y
verás qué gran razón
dize
que en aquesto hallaron:
‘hazen
mugeres y el vino
a
los hombres renegar’.[24]
Ves
en Séneca a estudiar,
desamólas
de contino;
Aristóteles,
Bernardo,[25]
las
tienen por plazer pardo.
Gentiles,
moros, judíos,
y
los christianos, desvíos
ponen,
por lo qual me guardo.
Aunque
yo e dicho estas cosas,
no
dan todas en error.
Muchas
ay de grande onor,
discretas
y virtuosas.
Y
éstas con su claridad
alumbran
la escuridad
de
las de gran cativerio,
y
quitan el vituperio
de
mentira con verdad.
De
malas, ¿quién contaría
sus
mentiras, su maldad,
sus
canbios, su liviandad?
¿Sus
tráfagos quién diría,
y
sus prestas lagrimillas,
alteración,
maravillas?
Que
quanto pueden pensar
todo
lo osan obrar:
disimulación,
renzillas,
su
engaño y su olvido,
ingratitud,
inconstancia,
/47 v/ su
desamor, su jactancia,
su
silencio, su ruydo
y
su muy grande negar;
negar
y testimoniar,
su
rebolver, presunción,
su
vanagloria y baldón,[26]
su
reýr y su llorar;
y
su grande abatimiento,
su
locura y su desdén,
y
su sobervia sin bien,
su
callar, su atrevimiento,
su
suziedad, su luxuria,
su
golozina, su injuria,
su
atrevimiento sin miedo,
su
hechizería y denuedo,
su
embaymiento, su furia;
escarnios,
deslenguamiento,
muy
grande alcahuetería,
desvergüença
y osadía
astucias
y movimientos.
Considera
qué sesito
está
debaxo aquel hyto
de
aquellas delgadas tocas,
y
verás tú si son locas
de
pensamiento infinito.
¡Qué
pensamientos están
so
aquel fausto y ropas largas!
Cosas
secretas y amargas
en
ellas se hallarán.
¡Qué
imperfección, qué albañares,[27]
todos
bueltos en pesares
debaxo
tenplos pintados!
Por
ellas hablan letrados
muchas
cosas singulares.
Son,
según nos dan aviso,
arma
de diablo armado,
son
cabeça del pecado,
destruyción
del paraýso.
¿No
as rezado en San Juan,
hablando
de aqueste afán,
donde
dize: ‘Esta mujer
antiga
hizo perder
el
paraýso a Adán;
ésta
el linaje humano
en
el infierno metió;
a
ésta menospreció
Elýas
el soberano’?[28]
Calisto Ese
Adán y Salomón,
Virgilio,
muy gran varón,
Aristótiles,
David,
sometiéronse
a esta vid.[29]
¿So
yo de más perfeción?
Sempronio A los sabios bien regidos
querría
yo que ymitasses;
no
querría que mirasses
a
los que fueron vencidos.
Huye,
pues, destos engaños;
sabe
que traen mil daños,
cosa
que bien no entendemos.
Sin
modo y razón las vemos,
sus
hechos son muy estraños.
Al
que ponen escondido,
en
calle está denostado;
por
rigor an començado
aquello
que an ofrecido.
Conbidan,
llaman, despiden,
niegan,
señalan, no miden,
muestran
amor y enemiga,
luego
las veys en fatiga
y
luego en plazer que piden.
Quieren
que les conoscamos
lo
que desea su antojo.
¡Oh
qué llaga, oh qué enojo,
más
de las horas contadas![30]
Qué
fastío si las miramos
plazientes
y descansadas,
naturalmente
tenidas,
donde
están siendo vencidas
a
deleyte aparejadas.
Calisto Mira,
mientras más dirás
pusiéndome
inconvenientes,
mira
bien y para mientes,
que
entonces la quiero más.
No
sé yo qué puede ser.
Sempronio No es juyzio, a mi ver,
para
moços, según veo,
que
no saben, según creo,
a
razón se someter.
/48 r/ No se
administra este amante;
‘cosa
de baxo primor
es
que piense ser letor
el
que nunca fue estudiante’.[31]
Calisto Y
tú, dime lo que sabes
para
que tanto te alabes.
¿Quién
te mostró a ti esto?
Sempronio Ellas, que descubren presto
cosa
donde tú no cabes.
Y
aun más, ellas descubren
ellas
mismas a los hombres.
Ponte,
pues, en altos nombres,
tus
virtudes no se encubren,
procura
siempre tomar
la
onra en el más lugar;
qu’es
mejor que no perder
la
onra que puede aver
el
que la sabe alcançar.
Calisto Pues
¿quién so yo para eso?
Sempronio Honbre de ingenio y cordura
a
quien dotó la natura
de
cosa qu’es gran proceso:
de
hermosura y de gracia,
fuerça,
maña y audacia;
en
el cuerpo ligereza,
do
fortuna su belleza
te
repartió sin fallacia;
tal
que el mucho bien de fuera
lo
de dentro resplandece,
que
sin ello no par[e]ce
lo
de dentro cosa entera,
de
que fortuna es señora.
Hízote
de tan buena ora
en
costellación nacido,
de
todo el mundo querido,
que
todo el mundo te adora.
Calisto Pero
no de Melibea.
Y
en quanto as dicho de mí,
según
lo que yo sentí,
mayor
ventaja se enplea
en
la que me da ultraje;
mira
su antiguo linaje,
el
ingenio, la hazienda
y
la virtud sin enmienda,
si
es razón que se aventaje
su
gracia y la hermosura,
de
la qual me dexa hablar
para
poder alegrar
con
su loor mi tristura.
Y
lo que yo te dixere
será
lo que supiere;
digo,
de lo descubierto,
que
a saber yo lo encubierto
no
hablara en esto que hiere.
Sempronio ¡Qué mentiras del demonio [Ap.]
y
locuras tan sin ramo
dirá
el cativo de mi amo!
Calisto ¿Qué
a sido esso, Sempronio?
Sempronio Dixe que digas, señor,
que
así Dios me dé favor,
que
avré plazer en qué digas.
¡Así
al dyablo consigas, [Ap.]
como
te oyo con amor!
Calisto ¿Qué?
Sempronio Que digas y cuentes,
que,
así Dios me dé plazeres,
que
a todo quanto dixeres
yo
te pararé bien mientes.[32]
Calisto Pues
porque puedas holgar,
yo
te quiero aquí contar
por
partes, por muy estenso,
este
bien qu’es tan inmenso;
sábeme
bien escuchar.
Sempronio Yo busqué esta ceguedad; [Ap.]
desta
vez tengo yo duelos.
Pasarse
avrán los recelos
con
esta inportunidad.
Calisto Comienço
por los cabellos:
mira
qué tanto son bellos
como
las madexas de oro
de
allá en la tierra del moro,
y
aun es mayor gloria vellos.
Mira,
su longura es,
que
cierto en ello no miento,
hasta
el postrimer asyento
que
tienen sus lindos pies;
y
después que están crynados
de
cuerda, con cuerda atados,
nada
falta, sin mentir,
para
poder convertir
en
piedras enamorados.
/48 v/ Sempronio ¡Mas en asnos, digo yo! [Ap.]
Calisto ¿Qué
dizes; qué hablas callando?
Sempronio Hablé, señor, alabando
la
razón que se escuchó.
Esos
cabellos reales,
cerdas
de asnos no son tales.
Calisto ¡Torpe,
qué comparación!
Sempronio ¿Tú cuerdo? Tú Salamón, [Ap.]
según
parece en tus males.
Calisto Los
ojos verdes, rasgados;
pestañas
luengas, aozadas,
cejas
delgadas y alçadas,
que
a todos darán cuydados.
La
nariz tiene mediana;
la
boca pequeña y sana;
los
dientes blancos, menudos,
qu’es
para tornarnos mudos
tanta
gracia della mana.
Pues
más gracias della escondo;
son
sus beços[33]
colorados,
grossezuelos
y agraciados;
gesto
luengo y no redondo;
el
pecho alto le tyene,
qual
para bueno conviene;
redondas
tyene las tetas.
Las
otras cosas secretas,
quales
ella las detyene,
¿quién
las podrá figurar?
Mirando
su tez lustrosa,
ciertamente
a toda cosa
basta
hazer esperezar.
Su
cuero tal nos parece
que
a la nieve escurece;
su
color tan bueno a sido
qual
ella misma a escogido,
que
ya de bueno no crece.
Sempronio ¡En sus treze está este neçyo! [Ap.]
Calisto Medianas
manos y apuestas,
con
dulce carne conpuestas,
que
valen muy grande precio;
dedos
luengos y uñas son
en
ella de perfeción;
uñas
largas, coloradas,
a
rubís conparadas
entre
perlas, con razón.
La
perfeción muy crecida,
secreta,
no pude ver,
mas
bien puedo conocer
ser
alta y muy escogida,
y
así mejor parecyó
que
la que Paris juzgó,
juzgó
entre las tres dyesas.[34]
Sempronio ¿As dicho las cosas esas?
Calisto Quanto
breve pude yo.
Sempronio Sea todo eso verdad,
por
ser honbre más mereces.
Calisto ¿En
qué, Sempronio, engrandeces
cosa
de tal vanidad?
Sempronio En que ella es inperfeta,
no
puede ser tan discreta,
y
así por esto desea
a
ti y a otro que sea
más
baxo, que se decreta.
Al
philósopho has leer:
‘como materia a la forma
le
apetece y se conforma,
así
al varón la muger’.[35]
Calisto Mas
eso quando lo vea,
vea
entre mí y Melibea.
No
hables deso, pues calla.
Sempronio Posible es, y aun olvidalla,
quanto
agora se desea;
después
que sea alcançada
puede
ser aborrecida;
con
otros ojos tu vida
la
deve tener mirada.
Calisto Dyme
agora, ¿con qué ojos?
Sempronio Con otros claros de enojos.
Calisto Y
agora, ¿con qué la veo?
Sempronio Con ojos de devaneo,
todos
bueltos en antojos.
Mira
qué digo y escucho:
con
alinde[36]
la as mirado,
que
lo poco haze sobrado
y
lo pequeño haze mucho.
Y
porque no desesperes,
yo
quiero darte plazeres
tomando
esta grande enpresa,
y
a tu alma, que está presa,
sacarla
destos aferes.[37]
/49 r/ Calisto ¡Dios
te dé muy buena andança!
Gran
plazer tengo en te ver,
aunque
sé que no hazer
cosa
fuera de esperança.
Sempronio Yo te lo doy acabado.
Calisto Aquel
jubón de brocado,
Sempronio,
que ayer vestí,
séase
ya para ti,
sólo
por lo que as hablado.
Sempronio Prospérete Dios, señor,
por
esto y más que darás.
Mas
desta burla verás, [Ap.]
yo
me lyevo lo mejor.
Con
todo, si desto da,
aun
quiçá él la verá,
que
gela traya a la cama.
¡Bueno
ando en esta fama!
Veamos
lo que será.
Haze
lo que e recibido,
que
sin merced recibir
ninguno
puede servir
sin
aver algo tenido.
Calisto Pues
no seas negligente.
Sempronio Ni tampoco tú, pues siente
que
tarde hará presuroso
el
amo qu’es peresoso
al
servidor diligente.
Calisto Dime
ya, ¿cómo as pensado
hazer
esta piedad?
Sempronio Yo te diré la verdad,
señor,
pues me lo has mandado.
A
grandes días, sin duda,
que
una vieja barbuda,
que
se llama Celestina,
conocí
yo, qu’es bien fina;[38]
más
conocida que ruda.[39]
Sus
obras son bien astutas,
porque
a su mano se an hecho;
se
an hecho y se an deshecho
cinco
mil virgos de putas
por
sola su autoridad
aquí
en esta ciudad.
Piedras
duras, toda cosa,
hará
ser luxuriosa
si
ella pone su verdad.
Calisto ¿Podríala
yo hablar?
Sempronio Yo la haré aquí venir.
Pues
lo que le as de dezir
comiénçalo
ya a pensar.
Seyle
muy franco y gracioso,
muéstratele
dadivoso,
sabe
dezirle tu pena,
tan
bien como la cadena
te
quitará su reposo.
Calisto ¿Y
tardas?
Sempronio Señor, ya voy.
Dios
quede aquí en tu provecho.
Calisto Ése
encamine tu hecho
para
siempre dende oy.
Villancico
Téngase
siempre alegría
do puede aver esperança,
que todo
haze mudança.
La
rueda de la ventura
siempre
anda en su mover,
en
una mano el plazer
y
en la otra la tristura.
No
desmaye la cordura
do puede aver esperança,
que todo
haze mudança.
Do
el descanso haze asiento
el
pesar haze morada,
que
ventura está fundada
en
sus hechos sobre viento.
Muy
poco dura el tormento
do puede aver confiança,
que todo
haze mudança.
Fin.
Y
así que nunca el consuelo
se
tarda ni durará,
que
lo que en ventura está
todo
se pasa de vuelo.
Pues
no tengamos recelo
do puede aver esperança,
que todo
haze mudança.
a En el texto: hecho.
[1]hyto: "fijo,
quieto".
[2]gyrifalte: "Especie
de halcón" (Dic. Aut.)
[3]abatido: "Descender,
bajar" (Dic. Aut.)
[4]iliviane: "aligere".
[5]
En las ediciones de la Comedia, 'Eras
y Crato'. Es a través de estas ediciones primitivas de la Celestina, como podemos recomponer y dar significado al médico
Crato, puesto que se trataba de una deformación de Erasistrato, como propuso
Menéndez Pidal, Antología de prosistas
castellanos, Madrid, 1917, p. 69, nota 1. Erasistrato es uno de los
primeros médicos que trata de la enfermedad del amor. Fue un tópico desde la
más remota antigüedad, y así Galeno en su De
Prænotione ad Posthumum lo cita, al relatar la enfermedad amorosa (Vid. Commentaria in Hippocratis de humore);
posteriormente pasará a la literatura sapiencial y didáctica, con Plutarco, Vidas paralelas, Vida de Demetrio,
xxxviii; Valerio Máximo, Memorabilia..., libr.
V, cap. VII, extr. 1; etc. Vid.
Miguel Garci-Gómez, «“Eras e Crato médicos”: identificación e interpretación», Celestinesca, V, nº 1, 1982, pp. 9-14.
Por este pasaje y el posterior “Oh piedad celestial” podemos averiguar la
edición manejada por Urrea de La
Celestina,, correspondiente a la ed. de la Tragicomedia, como la ed.
realizada por Criado de Val y G.D. Trotter, Madrid, Clásicos Hispánios, 1984,
puesto que las ediciones de la comedia citaban a “Eras y Crato” y “piedad se
silencio”.
[6]Hace
referencia al corazón de Pleberio, padre de Melibea. Vid. para la Celestina, Keith Whinnom, "'El plebérico corazón' and the Authorship of Act I of Celestina", en Hispanic Review, XLV, 1977, pp. 195-199.
[7]Vid.
Ovidio, Metamorfosis, IV.
[8]devieda: "Lo
mismo que vedar" (Dic. Aut.). "Impedir".
[9]curo: "cuido,
preocupo".
[10]Frase
de difícil comprensión, a no ser que tengamos en mente la sentencia en la Celestina: "que oydo he dezir que
es peligro abrir o apremiar las apostemas duras, porque más se enconan".
Es decir, que los barberos dejan que maduren los postemas antes de abrirlos con
instrumental (hierros).
[11]En
La Celestina: "Aunque malo es
esperar salud en muerte agena, y quiçá me engaña el diablo..."
Posiblemente Pedro Manuel de Urrea tenía en mente el refrán: "Quien espera
salud en muerte ajena, no la logra y se condena", y lo combina con la
parte final empleada por Rojas.
[12]echar la soga tras el caldero: "Refrán
contra los que temerariamente, impacientes y mal sufridos, en teniendo mal
suceso en alguna cosa, abandonan y dejan perder todo lo restante" (Dic. Aut.)
[13]
F. Castro Guisasola en Observaciones
sobre las fuentes literarias de "La Celestina", R.F.E., Anejo V,
Madrid, 1924, (reimpresión de 1973), p. 84, señala como fuente de este
fragmento los primeros versos del Eunuco
terenciano.
[14]Vid.
Erna Berndt Kelley, "Popularidad del romance 'Mira Nero de Tarpeya'",
enEstudios
dedicados a James Homer Herriott, Madison, University of
Wisconsin Press, 1966, pp. 103-107.
[15]civil: "mezquino,
ruin" (Dic. Aut.)
[16]En
La Celestina: "No basta loco,
sino hereje". Creo que la modificación realizada por Urrea no es
afortunada.
[17]En
La Celestina: " Mandaste al
hombre por la muger dexar el padre y la madre..."
[18]Tayta: "Nombre
cariñoso y tradicional de padre" (Corminas-Pascual)
[19]Desafortunado
arreglo del pasaje de La Celestina: "La
perseverancia en el mal no es constancia, mas dureza o pertinacia la llaman en
mi tierra".
[20]Nemrod,
el constructor de la torre de Babel (Génesis,
X, 8).
[21]Ambos
personajes pensaron alcanzar el poderío de este mundo y el superior. En la Historia scholastica de Peter Comestor,
cap. xxxviii, aparece el pasaje de la Torre de Babilonia, siendo Nembrot su
creador, pasaje que sirvió para el siguiente fragmento de la Comedia Thebayda: "Y estando juntos
tres príncipes, el uno llamado Nembroth, decendiente de Chan, y el otro llamado
Suphena, decendiente de Japhet, y el otro llamado Jectán, decendiente del
linage de Sem, conspiraron contra su mismo Dios, diziendo «Hagamos torre que
llegue hasta el cielo»” (vv.7092 y
ss. de la ed. de G.D. Trotter y Keith Whinnom, Támesis Books, 1969). Alexandre
también cometió el mismo pecado de soberbia, como podemos ver en la estrofa
2289 del Libro de Alexandre:
"Dizen las escripturas, - yo leí el tratado-, / que siete son los mundos
que Dios ovo dado: / de los siete el uno apenas es domado, / por esto yo non
conto que nada he ganado". Ambos temas fueron muy manidos por los
humanistas, y relacionan a Pedro Manuel de Urrea con el mundo cultural del
autor de la Comedia Thebayda.
[22]La
alusión a Pasifae forma parte de la tradición de los ars amatoria (Ovidio, Ars
amandi, I, 269). Otis Green piensa que la referencia a Minerva puede ser
una errata y corrige por: 'Minerva con Vulcán' ("Celestina, Auto I: 'Minerva con el can'," en NRFH, VII, 1954, pp. 470-474).
Para una posible interpretación irónica, vid. B. Russell Thompson, "Misogyny and Misprint in La Celestina, Act I", Celestinesca,
I, nº 2, nov. 1977, pp. 21-28.
[23]buela
o vuela: "plubicarse, correr de
boca en boca".
[24]Eclesiástico,
XIX, 2, aunque pasó a refrán o sentencia popular.
[25]Para
E. Michael Gerli en su artículo "«Mira a Bernardo»:
alusión 'sin sospecha'", Celestinesca,
I, nº 2, otoño 1977, pp. 7-10, este Bernardo es Mosén Bernat de Cabrera,
retomando los planteamientos del Conde de Puymaigre, al analizar dicho
fragmento y compararlo con su fuente: el Corbacho
del Arcipreste de Talavera.
[26]baldón: "oprobio"
(Dic. Aut.)
[27]albañar: "El
desaguadero para expeler y limpiar las inmundicias de las casas" (Dic. Aut.)
[28]Castro
Guisasola en Observaciones sobre las
fuentes literarias de "La Celestina", ed. cit., p. 110, relaciona
este fragmento con San Pedro Crisólogo, Sermones,
127: "Hæc est mulieris antiqua malitia, quæ Adam eiecit de paradisi
deliciis..., hæc humanum genus misit in infernum..., hoc malum fugit Elías
propheta."
[29]Nombres
comunes de la tradición medieval para representar la fuerza de la pasión
amorosa que incluso vence hasta los más sabios. Los mismos personajes
aparecerán en las comedias posteriores y en contextos similares.
[30]Se
refiere a las horas del deleite carnal, como aparece explicitamente en La Celestina: "¡O qué plaga, o qué
enojo, o qué fastío es conferir con ellas, más de aquel breve tiempo, que
aparejadas son a deleyte!".
[31]Se
ha modificado el refrán castellano, procedente de una sentencia latina, de La Celestina: "pensar ser maestro
el que nunca fue discípulo", por otro refrán similar, más adecuado para la
rima.
[32]parar mientes: "considerar,
meditar y recapacitar con especial cuidado y atención" (Dic. Aut.)
[33]beços
o bezos: "labios gruesos" (Dic. Aut.)
[34]Se
refiere al conocido juicio de Paris, quien eligió a Venus entre las tres
diosas: Palas, Juno y Venus.
[35]Aristóteles,
Physica, I, 9: "Materia appetit formas rerum, ut femina virum, turpe
honestum". Poco tiempo después encontraremos una argumentación en contra
de esta teoría en El Cortesano de
Baltasar de Castiglione, libr. III, cap.
II.
[36]alinde: "Especie
de espejo grueso y cóncavo, que sirve para abultar las cosas que se miran por
él" (Dic. Aut.)
[37]aferes: "Negocios
inútiles" (Dic. Aut.)
[38]fina: "Astuta,
sagaz" (Dic. Aut.)
[39]ruda: "Planta
medicinal".